Los trapos sucios de Jeff, el rey de las lavanderías: todos a la calle tras conseguir 83 millones

Mr Jeff, una startup fundada en Valencia en 2015, no tardó en ganarse el título oficioso de ser el rey español de las lavanderías. La suya es una de esas historias en la que tres colegas se juntan y reúnen 50.000 euros con el fin de montar su propia empresa. Tras tocar varias teclas y cambiar varias veces de modelo de negocio dan con la fórmula definitiva: una app con la que pedir la colada a domicilio. Para sostener el servicio, montan una red de franquiciados y empiezan a expandirse por España, poniendo el foco en ciudades como Madrid, donde, tres años después de su nacimiento, planean abrir medio centenar de locales. La música gusta a los inversores y empiezan a conseguir financiación. Sus fundadores empiezan a mirar más allá del mercado patrio y empieza una brutal expansión internacional por América y Asia que, según sus cifras, les lleva a 30 países de la mano de 1.600 franquicias y 600.000 usuarios.

Todo parece ir sobre ruedas, pero llega la pandemia. La empresa, como otras tantas, se ve afectada por el covid. Pero en su caso se convierte en el punto de partida de una profunda crisis que no deja de agravarse con el tiempo. El pasado mes de agosto los empleados, tal y como confirman algunos de ellos a este periódico, dejan de cobrar sus nóminas. Todo tras un año en el que los retrasos de la fecha de pago "eran la tónica mes sí y mes también".

La situación se prolonga durante todo 2022 y principios de este año. El 3 febrero, parece que llega la salvación. Una ronda de financiación de 90 millones de dólares (unos 83 millones de euros) apoyada por fondos como DXVentures, Clean Ventures, Stelac y Prism, además de otros socios como Nalpa o Alcor. La anterior ronda databa de 2020, cuando levantaron 21 millones, que se dedicaron, entre otras cosas, para dar el salto a Estados Unidos.

Los fundadores de Jeff (en 2019 quitaron el Mr de la identidad corporativa) dan la noticia aliviados. Aseguran que esta inyección remediará la maltrecha situación de la compañía, entre promesas de subirse al carro de la inteligencia artificial. Dos meses después del anuncio no hay ni rastro de ese flotador financiero. Ni tampoco casi lo hay ya de la plantilla en España, que se fue a la calle mayoritariamente tras un expediente de regulación de empleo ejecutado el 23 de marzo qe ha afectado a más de cien trabajadores de los que todavía quedaban a la empresa. El ERE se había empezado a negociar en diciembre, pero se confiaba en quue se recibiesen los fondos antes de que hubiese que ejecutarlo.

Dos ERE en año y medio

Era el segundo ERE que la firma presentaba en menos de dos años. El anterior se ejecutó entre julio y septiembre de 2021, cuando 96 empleados salieron de la compañía en el marco de una reestructuración justificada por las pérdidas continuadas, los problemas en muchos mercados y el mal rendimiento de nuevas líneas de negocio más allá de la lavandería, como fueron servicios de belleza, fitness o real estate.

"A día de hoy no hemos visto ni un solo euro y lo único que nos están dando son excusas", confiesa uno de los afectados por el ERE más reciente, que entró a trabajar a la compañía en 2021. "Rápidamente, empezaron los retrasos en las nóminas, pero no se te pasa por la cabeza que todo acabe así", explica este joven, que prefiere mantener su nombre en el anonimato. Critica mucho la gestión. "Los problemas empezaron mucho antes de que dejásemos de cobrar".

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Este extrabajador apunta a los decisiones que han tomado los gestores de Jeff en los últimos ejercicios. "El propio Eloi [uno de los fundadores] reconoció que el lanzamiento de los verticales y de esos negocios especializados fue un error. La idea base, la de la lavandería, no estaba mal, pero era un negocio diseñado para un mercado que conocían, que es España. Luego intentaron expandirse y lo hicieron sin hacer análisis de mercado serios, sin saber lo que costaba realmente montar una lavandería en Costa Rica, el precio del agua...", cuentan los trabajadores consultados, que señalan que en países como México, el aterrizaje de Jeff fue desastroso. "A todo esto hay que sumarle cosas como que justo después de hacer el primer se gastan 200.000 euros en una fiesta en la que traen hasta los empleados de México a todo tren. Eran cosas que no tenían sentido". Esta versión es respaldada por inversores cualificados que han seguido la trayectoria de la compañía.

El relato de éxito de Jeff, explican otras fuentes del sector en España, se empieza "a quebrar públicamente" en febrero de 2021, cuando decenas de franquiciados le interponen diversas demandas tanto en Valencia como en México, donde se llegan a acumular más de 65 reclamaciones en los juzgados por presunto fraude. "Desde entonces empezaron a mantener un perfil bajo y mucho menos mediático".

Desde 2020, una máquina de perder dinero

La compañía empezó a cocinar el nuevo ERE en la segunda mitad de 2022. Las cuentas que presentaron daban fe de que se había convertido en una máquina de perder dinero desde el año 2020. Ese año, los números rojos superaron los 17 millones de euros. La facturación apenas había sido de 7,7 millones. En 2021, lejos de mejorar, el agujero se hizo más grande. Los ingresos fueron de 5,9 millones y la empresa perdió casi 37 millones. La situación no iba camino de mejorar el pasado año. Cuando empezaron a tramitar el expediente, las cuentas ya acumulaban unas pérdidas de 15,5 millones de euros y todavía no se había cerrado el ejercicio.

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Tal y como explican los extrabajadores de Jeff, con el fin de mantener todo en funcionamiento a pesar de los impagos, les prometían importantes indemnizaciones y compensaciones. "Nos ofrecían 1.000 euros por mes de impago. Era una buena forma de retenernos".

En febrero, con la noticia de la nueva ronda de financiación, todos confiaban en acabar con la angustia de tantos meses. La dirección les prometió que todo estaría resuelto en menos de dos semanas. El primer compromiso no se cumplió y dijeron que era “cuestión de pocos días”. Tampoco cumplieron. "A partir de ahí empezaron las excusas, a cada cual más increíble", recuerdan. Los motivos para que a día de hoy todavía no hayan visto un euro han sido de lo más "variopintos", tal y como ha podido corroborar este periódico tras acceder a audios y correos enviados por la dirección de la startup.

"Han alegado de todo. Todo era cuestión de horas o días. Lo último es que el banco no les había proporcionado el código Swift para la transferencia bancaria, pero antes que si el número de intermediarios, antes que si empezaba el Ramadán y las entidades no operaban con normalidad y así un largo etcétera". El resto de la historia es conocido. El 23 de marzo llegó la fecha límite y la compañía despidió a toda la plantilla. "Nos fuimos con una mano delante y otra detrás".

El Confidencial ha intentado ponerse en contacto varias veces con Eloi Gómez, CEO y cofundador de Jeff, pero al cierre de este artículo no ha respondido a ninguna de las diversas llamadas y mensajes de este medio. Las consultas se han derivado a un portavoz cercano a la compañía, que ha transmitido a este periódico que los fundadores sostienen que se ha dejado atrás una "fase de documentación" y que falta materializar el ingreso del dinero.

Inversores consultados a este respecto aseguran que este proceder es "extremadamente raro". "Podemos hablar de periodos de 20 días desde que cierras la ronda hasta que recibes la primera partida, que muchas veces es una pequeña porción que has negociado para pagar precisamente nóminas", explican. Estas mismas figuras apuntan a que esta demora se puede deber, principalmente, a "que se les están exigiendo nuevas garantías a la compañía, como un plan de reestructuración, y que lo que presentan no convence". Otro de los puntos que ponen sobre la mesa es que "la ronda se anunciase sin tener todo cerrado".

La plantilla ya se había empezado a movilizar en diciembre, recurriendo al bufete Barrilero y Asociados. Se presentaron dos demandas, una para extinguir la relación laboral y la otra para reclamar los pagos pendientes. "Ahora, con el ERE, la primera ha quedado fuera de juego, pero en aquel momento era necesario porque nos aseguraba una indemnización equivalente a despido improcedente y el paro, cosa que si nos íbamos, no veíamos". Los correos electrónicos pidiendo paciencia siguen llegando. Las fechas para los juicios por impago también. Están programados para empezar a finales de 2023. "Habrá que ver si para entonces llegan", lamentan los afectados.