¿Por qué las franquicias siguen creciendo en España si no paran de aparecer en escándalos?

Si ha tenido o tiene la sensación de que en su calle hay cada vez más franquicias, es muy probable que esté en lo cierto. Desde el inicio del siglo XXI, la presencia de establecimientos que crecen bajo este modelo no ha parado de aumentar en España. Comercios con una misma marca, pero en los que cada empresario gestiona el negocio con el respaldo, y las normas, de un 'hermano mayor'. A medida que los franquiciados se expanden, también lo hacen las fricciones entre las partes.

En los últimos años, según estadísticas de la propia Asociación Española de Franquiciadores (AEF), el crecimiento de las franquicias está significando un trabajo extra para los jueces de lo mercantil. En 2015 había 46.125 franquicias y se dictaron 33 sentencias; cuatro años después, con 58.032 puntos, las sentencias casi se duplicaron. Y, sin embargo, pese a que cada año surge un nuevo escándalo con una cadena conocida, las franquicias siguen siendo una opción deseable entre los inversores españoles.

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Víctor Romero. Valencia

La última escena de esta historia llegó esta misma semana, cuando un juzgado de Madrid abrió investigaciones sobre el Grupo Restalia, uno de los líderes en franquicias de restauración en nuestro país. En concreto, se investiga a varias filiales, como 100 Montaditos y The Good Burger, así como a una veintena de responsables del grupo por presuntamente estafar a decenas de franquiciados en España. Una noticia que se ha escrito demasiadas veces antes. Otros grandes, como McDonald's, DIA o Mango, han visto cómo en la última década decenas de franquiciados se rebelaban contra sus prácticas, tildándolos incluso de "organización criminal", como en el caso de Restalia.

De este modo, 31 franquiciados (de las marcas The Good Burger, 100 Montaditos, La Sureña y Sureña Blue) han denunciado a su matriz tras haber sufrido, aseguran, un "perjuicio inicial" que cifran en 19,7 millones de euros. Cifras semejantes a las que se manejaron en la demanda a McDonald's España, con ocho franquiciados que le reclaman 30 millones, o las decenas de empresarios que apostaron por los supermercados DIA y que también cifraban en unos 30 los millones "estafados".

Muchos de estos casos pertenecen a la cartera del abogado Rafael Franco, como el de Restalia o Vitaldent, quien considera que hay "franquicias malas", e identifica un 'modus operandi' común en varios de los casos que han llegado a los tribunales. "Hay varios puntos clave en el modelo que se repiten, como la búsqueda continuada de nuevos franquiciados o el control opaco de los abastecimientos, que provoca que el franquiciado tenga poco margen de maniobra. Movimientos que encaminan normalmente a estos choques", explica a este periódico.

Desde la patronal, admiten que el franquiciado no es un modelo para cualquier inversor, y que no todos los franquiciadores son iguales, si bien minimizan la importancia de los casos de desencuentros mediáticos: "Claro que hay casos, por eso es importante investigar, preguntar a otros franquiciados de la marca, asegurarse bien de lo que se va a hacer. No es algo sencillo", señala Eduardo Abadía, director ejecutivo de AEF.

"Ahora hay mucho más conocimiento, investigación y concienciación en torno a quien se lanza a estas iniciativas"

Abadía señala que en los últimos años ese perfil de franquiciador ha cambiado bastante. "Ahora hay mucho más conocimiento, investigación y concienciación en torno a quien se lanza a estas iniciativas. Incluso se ve en las ferias, que viene menos gente, pero mejor informada. Antes se lanzaban sin tener idea de dónde se metían", detalla. El otro punto de vista lo pone Franco: "El problema es que, cuando llegan nuevos inversores, muchos de los que se han quedado por el camino ya han desaparecido y no queda rastro de ellos. Por eso siempre parece que la matriz va bien, pero no tiene por qué ser así".

El sueño del dinero seguro

En 2001, el país contaba con más de 600 marcas que apostaban por este modelo, un número que se dobló en 2015 hasta las más de 1.200, y que no ha parado de crecer hasta hoy. En 2019, última cifra ofrecida por la patronal, se alcanzaron las 1.381. En lo referente a establecimientos, se ha pasado de tener menos de 30.000, en 2001, a casi 60.000 en 2019. Tras una caída en el número de tiendas que tocó fondo en 2013, la curva ha repuntado sin pausa.

Con todo, la cifra de franquicias en España sigue lejos de estar entre las primeras del mundo; solo Estados Unidos, cuna de este modelo, acumula más de 800.000. ¿Por qué las franquicias siguen siendo un modelo atractivo? Por seguridad y rentabilidad, aseguran los expertos.

"No tenemos datos de la pandemia en lo que a cifras nacionales se refiere, pero sí que se puede ver cómo muchas grandes franquicias han aguantado bien los contratiempos y han mantenido la mayoría de sus locales abiertos, e incluso han ayudado a sus franquiciados, como es el caso de Restalia. Lo que te dice que, si se hace una buena investigación, si se estudia bien y se trabaja este modelo, puede ser un negocio muy rentable, incluso más que uno propio y con menos problemas", explica Abadía.

Durante décadas, la opción de la franquicia sonaba a una inversión muy rentable y sencilla, tanto, que muchos se aprovecharon de la fiebre para vender franquicias que no eran más que empresas fantasma. Abadía asegura que eso ha cambiado, pero a día de hoy una búsqueda en internet ofrece decenas de webs que te dicen qué franquicias son las más rentables y se habla de porcentajes muy jugosos, con poco contexto.

Por ejemplo, esto es lo que muestra la web Infofranquicias, un buscador de franquicias que ofrece todo tipo de detalles para elegir la inversión, en el caso de las tabernas Lizarrán. "La rentabilidad de un negocio de hostelería con un formato tipo Lizarrán, si se ubica bien el local y se gestiona con éxito, puede ser de unos 6.000 euros de ingresos por m2, que son unos 900.000 euros para un local de 150 metros. El resultado neto sería del 15% de la venta, que son unos 135.000 euros, a lo que se debe añadir el salario del franquiciado como gerente del local. Por lo que la rentabilidad se quedaría en un 35% sobre la inversión (ROI)".

Según Franco, las "malas" franquicias (insiste en diferenciar del resto) que él trabaja suelen caracterizarse por hablar mucho de todo este tipo de beneficios, pero ocultar los contras del negocio. "Basan su modelo en la captación indiscriminada de franquiciados con todo tipo de estrategias, hablando de bondades y ventajas. Presentan un 'business plan' muy bonito, pero que es irreal. La cosa es que cuando se ve que no es real, ya han conseguido que el franquiciado firme todo y vaya adelante con el negocio", comenta el letrado.

"Eso sí, muy importante, se quedan con el abastecimiento en exclusiva y te marcan los precios de venta, haciendo creer al franquiciado que tiene los mejores precios y una estrategia para ser rentable protegida por una marca de éxito. Pero no es así, la matriz firma contratos en exclusiva con ciertas marcas y el empresario debe aceptarlo, aunque el producto no sea bueno o el precio sea alto, y tampoco puede mover los precios de venta, por lo que al final se encuentra atrapado", detalla. Asegura, además, que ese tipo de acuerdos no aparece en las comunicaciones con los empresarios.

Falta de legislación específica

Por su parte, la patronal pone en valor un estudio que demostraría que el sector de las franquicias es mucho menos conflictivo de lo que parece. Y que los casos que llegan a los juzgados son mínimos. El trabajo compara el número de sentencias relacionadas con franquicias publicadas ese año con el número de establecimientos franquiciados en nuestro país. Por ejemplo, en 2019 el resultado es de un 0,09% de litigiosidad. Incluso afinan algo más: de esas 56 sentencias, solo 12 cayeron del lado del franquiciado. "Esto demuestra que no hay ese choque que parece, ni tampoco es lo predominante en el sector, aunque hagan ruido cuando aparecen", comenta Abadía. Hay otro dato que llama la atención del estudio: la mayoría de los litigios los inicia el franquiciador, en torno al 60% del total.

El abogado no desmiente estos datos, y deja claro que es muy difícil ganar en este tipo de juicios. Según su experiencia, se necesita tener muy claro lo que se denuncia y las pruebas con que se cuenta: "Tienes que pelear mucho en el ámbito penal, porque por lo civil hay pocas opciones". En la mayoría de casos, el proceso se alarga tanto que desespera a los franquiciados. Por poner un ejemplo, el caso de Vitaldent lleva desde 2013 en los juzgados y estuvo a punto de caer del lado de la matriz en octubre con el archivo de la causa por parte del juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón. Solo un recurso presentado por el bufete consiguió que la propia sala ordenase reabrirlo y juzgar a los responsables de la marca.

Muchos de estos problemas en los tribunales, asegura Franco, vienen de la falta de una legislación específica sobre franquicias en nuestro país. Por ejemplo, la defensa ofrecida por Restalia en un comunicado, al conocerse la demanda, habla de que ellos cumplen la legislación vigente y no han cometido ningún delito. "En Estados Unidos la legislación es bastante más tajante, por ejemplo, con el asunto de acuerdos exclusivos de los franquiciadores", termina el abogado.