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Feijóo frena al Vox de Buxadé y desafía la 'teoría del meteorito'
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Feijóo frena al Vox de Buxadé y desafía la 'teoría del meteorito'

El presidente del PP pilotó los pactos en Vitoria y Barcelona del 17-J y ahora monitoriza los autonómicos. Ha puesto pies en pared en Extremadura para frenar al Vox controlado por el más radical: Buxadé

Foto: Ilustración: L. Martín
Ilustración: L. Martín
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"En el caso de este libro, desarrollo una tesis a la que llegué por convicción, cuyo enunciado es tan simple como decir que, si no hay un cambio imprevisible, o no se produce el choque de un meteorito en el centro de la península ibérica, Alberto Núñez Feijóo tiene, por decirlo en términos populares y algo suavizados, 'todas las de ganar'. Y a partir de esa afirmación, que ya queda patente desde el principio, explico de la mejor manera que sé, y utilizando los recursos de los que dispongo, los hechos que sostienen mi convicción, y con qué ideas y normas persigue Feijóo este destino que yo le atribuyo. Y siempre doy por supuesto, como ya he dicho, que, si Feijóo hace lo que hace, y yo escribo lo que escribo, no faltarán otros muchos colegas que se encarguen de hacer lo contrario, intentando presentarlo como compañero de pupitre de Fraga, o describiéndolo como un personaje débil, subyugado por la gran personalidad y la capacidad intelectual del comodín Abascal”.

Este párrafo es uno de los finales del libro A propósito de Feijóo (editorial Nobel), escrito por Xose Luis Barreiro Rivas y publicado en octubre de 2022. El autor, un veteranísimo político gallego, doctor en Ciencias Políticas y Sociología, es el único que se ha puesto a la tarea de diseccionar la personalidad política del presidente del PP y de hacer sobre él un pronóstico: llegará a la Moncloa porque tiene todas las de ganar y solo un meteorito que chocase imprevistamente sobre la península ibérica lo evitaría.

El 23 de julio podría ser el empujón definitivo que despeñe al presidente más impopular de la democracia española

El arriesgado augurio de Barreiro Rivas lo era mucho más en abril del pasado año, cuando Feijóo fue aclamado líder del PP, que formularlo ahora: los conservadores, bajo el mandato del gallego, se hicieron con Andalucía de forma históricamente contundente —mayoría absoluta en junio de 2022— y en el 28-M situaron al PSOE de Sánchez al borde del precipicio. El 23 de julio podría ser el empujón definitivo que despeñe al presidente más impopular de la democracia española y, al tiempo, el más perturbador de cuantos han pasado por la Moncloa. El PSOE lo sabe y su último recurso es que el meteorito que impacte sobre las derechas sea la gestión de los pactos PP-Vox en las comunidades autónomas.

El 17-J, el PP más versátil

Tan importante como la victoria popular, en tándem con Vox en varias comunidades y municipios, en el logro del poder territorial, fue la estrategia del sábado 17 de junio. Tras un cuestionable manejo de su coalición con los de Santiago Abascal en la Comunidad Valenciana, desde Génova pilotaron dos operaciones que salieron, según fuentes de la dirección del partido, "a pedir de boca". No fue, siguen estas fuentes, nada improvisado. Por el contrario, "todo respondía a una secuencia temporal porque Valencia se programó para que actuase como aviso a navegantes, pero sabíamos que la oportunidad de demostrar nuestra versatilidad estaba en dos ciudades críticas para España y para la percepción de nuestros compromisos ideológicos: la capital política del País Vasco, Vitoria, y la de Cataluña, Barcelona". Y así fue. Desde el jueves anterior —día 15— Elías Bendodo ejecutaba el mandato de Feijóo que consistía en "romper" el discurso de Pedro Sánchez y dejar en papel mojado la entrevista que ya se sabía abriría el diario El País el domingo día 18. Y se consiguió. Su interlocutor fue Santos Cerdán, responsable de organización del PSOE.

La clave para entregar las alcaldías de Vitoria y Barcelona —Bildu, la lista más votada en la primera, y Junts, en la segunda— consistía en la combinación de tres factores: 1) no pedir nada a cambio en el caso del País Vasco e incluir al PNV entre los beneficiarios, además del PSE, entregándole Durango y cuatro municipios más, 2) reclamar al PSC como condición para hacer alcalde a Jaume Collboni que Ada Colau se quedase al margen del equipo de gobierno municipal del socialista y 3) evitar que esta geometría variable alterase la urdimbre de pactos lograda con Vox. Dirigentes populares consultados consideran que el sábado 17 de junio, la organización "funcionó con exactitud e hizo pleno". Los más optimistas llegan a afirmar que "la campaña electoral la hicimos en Vitoria y en Barcelona". Y hacen prospectiva: "tenemos capacidad para entendernos con partidos regionalistas y de la España vaciada".

Buxadé asalta Vox y Feijóo le frena en Extremadura

El PP afronta los pactos para hacerse con el mayor número de comunidades autónomas tras demostrar que "tiene registro amplio" y con las credenciales de haber pactado con el PSOE, con el PNV, con Coalición Canaria, con el Partido Regionalista de Cantabria, con Jaén Merece Más… y no solo con Vox, pero sobre todo con Vox. La gestión de esos pactos con la derecha radical corresponde a los barones y baronesas territoriales en atención a las singularidades de cada autonomía, pero bajo la monitorización de Génova.

Foto: Alberto Núñez Feijóo en la comparecencia posterior a su reunión con la Fundación Reformismo 21. (EFE/Fernando Villar)

En el PP han tomado nota de lo que se considera un "asalto" al poder en Vox por los más radicales encabezados por Jorge Buxadé, vicepresidente de acción política del partido y europarlamentario. Este abogado del Estado (Barcelona, 1975) militó en Falange Española y de las JONS (1995) y, entre 2004 y 2015 en el PP. En una entrevista concedida a El Mundo el 23 de mayo de 2019 declaró: "me arrepiento de haber militado en el PP, pero no en la Falange". Se le califica de "dinamitero" cuyo objetivo es la "destrucción del PP". Su trayectoria en el Parlamento europeo, teniendo en cuenta sus posicionamientos, es la de un referente "completo del ultraderechismo", marcado, además, "por sus planteamientos xenófobos".

placeholder El portavoz de Vox, Jorge Buxadé, en la sede de su partido en Madrid. (EFE/Fernando Villar)
El portavoz de Vox, Jorge Buxadé, en la sede de su partido en Madrid. (EFE/Fernando Villar)

Su empuje radical ha arrumbado a Iván Espinosa de los Monteros y dejado en un terreno indefinido a Rocío Monasterio. A ambos se les acusa de "inocuidad" política. También han sido apartados Rubén Manso, el referente en materia económica del partido, inspector del Banco de España, y Víctor Sánchez del Reato, vicesecretario de comunicación y diputado en las dos últimas legislaturas. Ninguno de los dos, asignados al sector menos radical, repiten en las listas.

La trayectoria de Buxadé en el Parlamento europeo es la de un referente "completo del ultraderechismo"

Jorge Buxadé, que está oscureciendo el protagonismo de Abascal quien, en entrevista ayer en Vozpopuli, negó que se estuviese produciendo en su partido "una purga", se presentó en Extremadura para vigilar el pacto con María Guardiola a la que consideran la "Irene Montero" del PP, un partido que en aquella región representaría el "socialismo azul". Por todo eso, el pasado viernes, en la toma de posesión de Isabel Díaz Ayuso, Feijóo dejó claro su respaldo al PP extremeño y avaló la tesis de Guardiola de que allí no se dan las condiciones, "de momento", para un pacto con Vox. Se refirió a las "profundas discrepancias" con ese partido y dejó en suspenso la eventual negociación. En el PP creen que tienen muchas bazas: Vara es un político amortizado que reconoció su fracaso el 28-M y la repetición electoral, de celebrarse, sería bajo el efecto victoria del 23-J que dan por hecha los populares.

El próximo martes, Guardiola dará explicaciones en una sesión extraordinaria de la Junta Directiva y del Comité Ejecutivo Regional. Intervendrán también los presidentes provinciales de Cáceres y Badajoz y Abel Bautista, secretario general del partido en Extremadura. "Habrá cierre de filas" y quizás se desvele cómo de avanzado estaba el acuerdo con Vox y cómo lo desbarató Jorge Buxadé.

Porque lo que ocurre en esa región "no es descontrol, es estrategia" proclama el entorno del presidente popular que espera ver cómo se decantan los acuerdos en Aragón y Baleares —ya encauzados— para encarar luego los que sean posibles —si lo fueran— en Extremadura y Murcia. "Ya depende más ellos —por Vox— que de nosotros" aseguran fuentes populares. Ayer en la Asamblea General de Vox celebrada en Madrid, Abascal, además de insistir en el discurso victimista de "quieren eliminarnos" —en referencia tanto al PP como al PSOE— sentenció que "la Comunidad Valenciana es un ejemplo de sensatez del PP" señalando así el modelo de colaboración que desean con los populares.

Una cuestión de edad y de experiencia

En este contexto, la pacificación del PP, tras la convulsa presidencia de Pablo Casado, ha respondido a "una cuestión de edad y de experiencia" sostiene un veterano y ya retirado dirigente del partido. Feijóo cumplirá 62 años en septiembre y podría ser el presidente del Gobierno que llega a la Moncloa con más edad”, un dato muy relevante en los equilibrios de aspiraciones personales en el partido. Lo más importante es que "Feijóo no representa un obstáculo para el futuro político ni de Isabel Díaz Ayuso (17 de octubre de 1978) ni de Juan Manuel Moreno Bonilla (1 de mayo de 1970)" a los que tras una larga gestión del gallego —incluso dos legislaturas— podrían sucederle. "El factor generacional ha sido importante en la pacificación del partido y en la asunción de las decisiones de la dirección" sostiene la misma fuente que subraya que en el "caso de Pablo Casado, la pugna con la presidenta de la comunidad de Madrid, que fue para él fatal, tuvo la urgencia de que ambos estaban en la misma generación: ella con 43 años y él con 40. Y así, no había posibilidad de paz".

El reparto de poder

En este año largo de mandato, Feijóo ha recompuesto la unidad interna. Él se ha sobrepuesto a la melé de intereses contradictorios en el partido y ha llamado a Génova a vascos (Sémper), a valencianos (González Pons), a andaluces (Bendodo), a gallegos (Tellado) y ha incluido en las listas a todas las familias. La de Madrid refleja la intención del líder: no debe haber detonaciones —y la plancha madrileña es de perfil bajo— pero "todos deben estar". Y, más o menos, lo están: desde una ex de Ciudadanos y luego colaboradora de Ayuso que va tras el presidente del PP (Rivera de la Cruz), a Cayetana Álvarez de Toledo, conectada a FAES y apreciada por los sectores más ortodoxos de la organización, todo ello en un suma y sigue en el que "nadie puede dejar de encontrar alguna referencia válida". Feijóo ha respetado ("todo lo posible") las propuestas de las listas que le han presentado los territorios suavizando mucho las formas en Génova. "No hay imposiciones, hay sugerencias, con mayor o menor énfasis. Eso evita choques", asegura un dirigente próximo al político gallego.

En donde más singularmente se "nota la mano de Feijóo" es en el vehículo que ha creado para atraer "excelencia" al partido: la fundación Reformismo 21 que presentó ("complementaria a FAES") el pasado mes de marzo. Contaba cuando se constituyó con 21 miembros que se han ido ampliando. Forman parte del organismo desde Fátima Báñez, exministra y presidenta de la fundación de la CEOE, hasta Luis Garicano, pasando por Toni Nadal, Elena Pisonero, Mercedes Fuertes, Rafael Matesanz y Juan Claudio de Ramón, entre otros nombres, dirigidos por Pablo Vázquez, expresidente de Renfe.

En palabras de Feijóo, esta fundación "abre al partido a nuevas ideas y propuestas" pero en realidad consigue algo verdaderamente difícil: que personalidades en absoluto dispuestas a dejar su ejercicio laboral en el ámbito privado colaboren desinteresadamente con el Partido Popular. Antes de las elecciones del 23-J está previsto que se incorporen nuevos miembros a la fundación para, más adelante, constituir el patronato. De momento, el acercamiento de Amelia Valcárcel a Feijóo ha sido simbólico, pero significativo. La catedrática de Filosofía Moral es un referente del feminismo socialista y acaba de publicar Civilización feminista (La esfera de los libros), un ensayo que quiebra las teorías queer mantenidas por Podemos en la coalición gubernamental.

Paso de gigante en el País Vasco y Cataluña

El 17-J ha roto "el maleficio de nuestra irrelevancia en las dos comunidades más problemáticas", sostienen en Génova. Pero, aunque sin los votos de los concejales populares el PSE y el PSC no hubiesen obtenido las alcaldías de Vitoria y Barcelona, nos queda mucho por hacer". En ambas autonomías no está claro qué dirección habrá en otoño. "Dependerá también de cómo vayan allí las elecciones generales. Cataluña reparte 48 escaños y el País Vasco 18 y hay que rascar algo".

Esa es la esperanza que cunde en Génova en la que el enfado con Javier Esparza, presidente de Unión del Pueblo Navarro, es monumental. La decisión en la sede del PP es que, si no hay cambios en el partido foralista, los populares se instalarán en la comunidad foral con dos "pesos pesados del navarrismo", los exdiputados de UPN Carlos García Adanero y Sergio Sayas (que crearon la plataforma Nueva Navarra) como las puntas de lanza populares en un territorio en el que la fuerza de Bildu es cada día mayor y que en combinación con GeroaBai "amenaza la identidad de la comunidad foral" que aporta al Congreso cinco diputados.

"Complejos" ante Vox y "la fuerza tranquila"

¿Cómo ven la política del PP dos observadores cualificados en la sociología, la demoscopia y el análisis político? Emilio Lamo de Espinosa, uno de los intelectuales más relevantes del panorama español, opina que "el PP debe abrirse por sus dos flancos. Romper el bloqueo con el PSOE es esencial entre otras cosas porque el PSOE parece estar rompiendo al menos con Bildu (Pamplona). Y debe abrirse también por su flanco derecho a Vox que es perfectamente asimilable (y ese debe ser el objetivo: integrar a Vox en el PP, como lo estuvo). Esa doble apertura lo resitúa en el centro, que es donde siguen estando los votos". Aunque también critica que Feijóo no muestre más equipo de gestión: "todo está centrado en su figura, en Núñez Feijóo. No hay nada más, y se empieza a echar mucho de menos ver un equipo con personas solventes. En ese sentido la lista de candidatos más que solucionar la duda, preocupa por su inanidad".

Para este sociólogo, académico y expresidente de la Real Fundación Elcano, en el PP hay "demasiada incertidumbre acomplejada en la relación con Vox. Vox es imprescindible pues los números obligan a ello. Y a nadie le impresiona ya el discurso del PSOE sobre la derecha extrema; ha quedado amortizado por las alianzas del PSOE. El programa de Vox tampoco es para preocupar en exceso (y los 50 puntos acordados en Valencia no dicen nada exagerado). Y se debe evitar humillar a Vox si se desea una colaboración franca en el futuro, que será imprescindible".

José Juan Toharia, sociólogo también y presidente de Metroscopia, echa mano de sus sabidurías sobre el estado de ánimo de la sociedad española: "Jacques Séguéla desempolvó para Mitterrand el slogan ganador de 'la fuerza tranquila', ya utilizado por Léon Blum en 1936. Probablemente, esta es una definición que podría resultar aplicable al estilo político que parece estar adoptando Núñez Feijóo. España es hoy una sociedad que se autodefine, ante todo, como serena, tranquila y cansada. Ni espera, ni desea liderazgos carismáticos, exaltantes. Lo que los españoles reclaman (empachados de palabrería y de divisivos fundamentalismos ideológicos) es un humilde y orteguiano: '¡a las cosas!'. Gestión y grandes acuerdos, por encima de intransigencias ideológicas".

"En el caso de este libro, desarrollo una tesis a la que llegué por convicción, cuyo enunciado es tan simple como decir que, si no hay un cambio imprevisible, o no se produce el choque de un meteorito en el centro de la península ibérica, Alberto Núñez Feijóo tiene, por decirlo en términos populares y algo suavizados, 'todas las de ganar'. Y a partir de esa afirmación, que ya queda patente desde el principio, explico de la mejor manera que sé, y utilizando los recursos de los que dispongo, los hechos que sostienen mi convicción, y con qué ideas y normas persigue Feijóo este destino que yo le atribuyo. Y siempre doy por supuesto, como ya he dicho, que, si Feijóo hace lo que hace, y yo escribo lo que escribo, no faltarán otros muchos colegas que se encarguen de hacer lo contrario, intentando presentarlo como compañero de pupitre de Fraga, o describiéndolo como un personaje débil, subyugado por la gran personalidad y la capacidad intelectual del comodín Abascal”.

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