Feijóo bendice el órdago de Guardiola a Vox: "No es lo mismo Extremadura que Valencia"

Alberto Núñez Feijóo ve compatible el veto que María Guardiola le ha puesto a Vox en Extremadura con el Gobierno de coalición que ha pactado Carlos Mazón en la Comunidad Valenciana. El líder popular ha bendecido el órdago de su baronesa extremeña, que va camino de conducir a la comunidad a una repetición electoral porque, asegura, las exigencias de Vox en Mérida son "desproporcionadas". "No es lo mismo el resultado de Valencia que el de Extremadura", ha defendido el gallego tras participar en un acto del think tank que ha impulsado para armar el discurso de su partido en su intento por llegar a la Moncloa.

La tesis que ha defendido Núñez Feijóo es puramente numérica. El 8% que logró Vox en las autonómicas extremeñas es el "resultado más modesto" conseguido por los de Santiago Abascal el pasado 28 de mayo. En la Comunidad Valenciana, el porcentaje se eleva al 12%, pero las prisas allí también tenían que ver con la necesidad de que el partido ultraconservador incluyera a su candidato, Carlos Flores Juberías, en las listas de las generales tras ser vetado por el PP debido a su condena por violencia de género. Mientras esto ocurre, el socialista Guillermo Fernández Vara, que fue el candidato más votado, ha anunciado su intención de presentarse a la investidura, algo que puede hacer gracias a que los socialistas controlan la Presidencia del legislativo gracias a la ruptura de PP y Vox.

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"No es razonable que pretenda presidir la Asamblea, tener más representantes que el PP en la Mesa y entrar en el Gobierno", ha abundado el presidente del PP, que ha puesto el foco en la distancia entre PP y Vox en la cámara emeritense. Los populares lograron un 38% de los votos y 28 escaños frente al 8% de Vox y los cinco diputados autonómicos en los que se traduce ese porcentaje. "No tenía sentido", ha abundado Núñez Feijóo, atender las peticiones de Vox, aunque en ningún momento el gallego ha mencionado los argumentos utilizados por María Guardiola para rechazar a los socios preferentes del PP en el resto de comunidades: el negacionismo de la violencia machista, su apuesta en materia de inmigración y el rechazo a las políticas en defensa del colectivo LGTBI.

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"Se ha optado de forma correcta", ha zanjado Núñez Feijóo para bendecir esta ambivalencia. Y no es la primera vez que ocurre. En el PP llevan meses empeñados en dejar claro que dentro del partido caben distintas formas de ver la política. La dicotomía habitual era la que representaban Juanma Moreno, con ese perfil más moderado, e Isabel Díaz Ayuso, en la versión más vehemente del PP. Las elecciones autonómicas y municipales del pasado 28 de mayo cambiaron el eje de este discurso y ahora es Guardiola la que está en un lado, y Mazón, en el otro, junto con la balear Marga Prohens. No hay que olvidar que en Palma también han acordado con Vox para que sea un dirigente del partido ultra quien presida el Parlamento de las islas.

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Alberto Núñez Feijóo ha asegurado en su intervención que deben ser los dirigentes regionales quienes piloten las negociaciones y evitar una "invasión de cargos nacionales" que dejen sin efecto las conversaciones que se den a nivel autonómico. Esto no ha sido del todo así, por ejemplo, en la investidura del socialista Jaume Collboni en el Ayuntamiento de Barcelona, que se fraguó con conversaciones entre Génova y Ferraz. Pero el relato de Guardiola en Extremadura permite al gallego despojarse del cartel que le colocan en el PSOE con sus pactos con Vox en unos 140 ayuntamientos, a los que hay que sumar los pactos autonómicos.

En este contexto, el líder popular ha optado por virar su discurso hacia la economía en la reunión de la Fundación Reformismo 21 que preside la exministra de Empleo Fátima Báñez. En el acto en Madrid, el líder del PP ha criticado el "triunfalismo" del Gobierno central en materia económica. "El español medio tiene prácticamente la misma renta que hace 15 años", ha afeado Núñez Feijóo, que ha advertido contra este estancamiento. El gallego ha defendido que hay países de la UE con una riqueza "muy por debajo" de la española que van a superar el PIB del país en los próximos años. Es el caso, ha dicho, de Hungría, Croacia o Polonia. Esto, además, provocará que los países más ricos "se alejen aún más".