Bruselas respira con una España más estable de lo previsto

El respiro en Bruselas ha sido profundo y sonoro. Los resultados de las elecciones generales dejan varias buenas noticias en la capital comunitaria: Vox se ha quedado lejos de ser determinante en el futuro inmediato del país, se vislumbran varias opciones de gobiernos estables y queda abierta la oportunidad a que el país frene la polarización creciente y se centre. La Comisión Europea se ha expresado este lunes, y durante el día Jean-Claude Juncker, presidente de la institución, enviará una carta a Sánchez “para felicitarle por su clara victoria”, ha explicado un portavoz. "Confiamos en que siguiendo el proceso constitucional español Sánchez podrá formar un gobierno estable y proeuropeo, que permitirá a España seguir jugando un rol importante en la UE", añadió.

Se seguían los comicios con mucha prudencia y con menos atención que otros debido a la cercanía de las elecciones europeas, pero en toda la UE se miraba de reojo la situación española: ¿hasta dónde podía llegar el nuevo partido de extrema derecha en España? ¿Habría un nuevo bloqueo en España tras años de inestabilidad? El peor escenario eran dos bloques irreconciliables que perpetuaran la inestabilidad de los últimos cursos, sin ninguna mayoría clara para gobernar de forma estable durante cuatro años.

El resultado ha sido tranquilizador para muchos. Respecto a la aparición de la extrema derecha, aunque la formación ha obtenido 24 escaños, lo cierto es que la situación en Europa es mucho peor: en Francia es la segunda fuerza y pelea por ganar las europeas, en Italia el principal partido en las encuestas es la xenófoba y euroescéptica Lega, mientras en Alemania son la principal voz en la oposición. Eso sí, a nadie escapa que ya solo Portugal, Malta, Luxemburgo e Irlanda son los únicos países sin presencia de la extrema derecha. La Comisión Europea ha querido enviar un mensaje de optimismo cuando se le ha preguntado por los resultados de Vox: “La gran mayoría del pueblo español ha optado por partidos políticos que son claramente proeuropeos”.

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Por lo tanto un quinto puesto, aunque relevante, es una buena noticia a nivel europeo: España sigue siendo un buen alumno europeo, con una mayoría de fuerzas proeuropeas, con un gobierno que, en cualquier caso, se mantendrá fiel al proyecto europeo y no dará debería dar demasiados problemas. Es un dolor de cabeza menos para la UE y sería una buena noticia para España cuando toque repartir puestos tras las elecciones europeas: ser el único gran gobierno socialista del bloque europeo (los otros países gobernados por la socialdemocracia son pequeños, como Rumanía, Portugal y Suecia) es importante cuando toca poner nombre a los asientos.

En la capital comunitaria Sánchez contaba con bastante apoyo. Su apuesta por personajes europeos, como Nadia Calviño como ministra de Economía, anteriormente directora general de Presupuestos de la Comisión Europea, o el nombramiento de Luis Planas como encargado de Agricultura, granjearon al presidente del Gobierno una fama de proeuropeo que le ha hecho ganar apoyos. Esta relación ha venido bien en momentos clave, como cuando los presupuestos se atascaron: Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, evitó siempre realizar ninguna crítica abierta a Calviño, con la que mantiene una relación estrecha.

Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión Europea y candidato socialista a la presidencia del próximo Ejecutivo comunitario, ha sido el primero en felicitar a Pedro Sánchez en Twitter: "Esta es una victoria para la solidaridad, la equidad, el diálogo, la igualdad y la sostenibilidad. Esto es lo que muchos europeos anhelan".

En su discurso tras la victoria Sánchez ha mandado un mensaje a Bruselas. "Formaremos un gobierno proeuropeo para fortalecer y no debilitar Europa". Moscovici también ha enviado un mensaje de apoyo al presidente del Gobierno: "España no será fácil de gobernar, pero ha elegido claramente a la izquierda europea y reformista".

La principal buena noticia para Bruselas es que hay dos opciones de mayorías estables, independientemente de cuál sea la elegida al final. Por un lado el PSOE podría gobernar con el apoyo de Unidas Podemos, PNV y los regionalistas de Coalición Canaria y el PNR de Revilla. Por el otro la formación socialista podría alcanzar un acuerdo con Ciudadanos, con quien sumaría mayoría absoluta.

Aunque la UE nunca se pronunciará a favor de ninguna posibilidad, en Bruselas muchos prefieren la segunda opción por varias razones. Hay un motivo ideológico, y es que si Cs se desdice y pacta con el PSOE se abre la vía preferente para pactos en la UE: existe la convicción de que, a medida que la derecha tradicional sigue la receta austriaca y gira hacia posiciones más conservadoras para tratar de recuperar voto fugado a fuerzas de la extrema derecha, los partidos socialdemócratas deben llegar a acuerdos con formaciones como los liberales (que es la familia política europea de Ciudadanos) y los partidos verdes. Aunque también es cierto que desde la izquierda europea se tienden puentes hacia las posiciones más izquierdistas, especialmente después de que Syriza haya demostrado un viaje desde la posturas más radicales hacia posiciones más moderadas.

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La segunda razón es práctica: PSOE y la formación naranja garantizan una mayoría absoluta que allanaría el terreno para la aprobación de presupuestos durante los próximos cuatro años, además de garantizar una legislatura larga. Y lo que busca Bruselas por encima de todo lo demás es tranquilidad y que nadie se sale de la hoja de ruta.

Con el Reino Unido vacilando sobre el alambre de su salida de la Unión Europea, una Italia consumida por sus problemas políticos internos y una Alemania paralizada por el proceso de sucesión política de Angela Merkel, Bruselas no se podía permitir que otro país grande como España entre en una parálisis total.

Por eso la prioridad es un gobierno con mayoría estable, independientemente del signo por el que se decante Sánchez. Es cierto que si la coyuntura de la economía internacional empeora en la UE existe más confianza en una coalición entre el PSOE y Ciudadanos que en una entre socialistas y Podemos con apoyo de otras fuerzas parlamentarias, pero no se teme una acuerdo entre Sánchez e Iglesias, porque lo fundamental es que haya escaños para estabilizar la situación, aprobar presupuestos y estar en pleno funcionamiento.

Algunas de las figuras liberales de Bruselas han felicitado a Ciudadanos por su buen resultado, pero también han destacado la buena noticia que representa que haya una victoria de fuerzas proeuropeas en las elecciones, lo que incluye al PSOE. Guy Verhofstadt, líder de la familia política en la Eurocámara, y Sophie in ‘t Veld, otra de las figuras más destacadas de los liberales europeos, han lanzado un mensaje general. “Muy buen resultado para Ciudadanos y Albert Rivera. Es bueno ver que partidos proeuropeos han ganado claramente las elecciones europeas”, ha tuiteado Verhofstadt. Para los liberales esta situación es un respiro: se libran de tener que gestionar el escenario de Ciudadanos sentándose a hablar con Vox, una situación que no querían tener que afrontar.

Por otro lado el mal resultado para el Partido Popular confirma una crisis de las fuerzas democristianas en Europa, que en algunos países retroceden por la aparición de fuerzas nacionalpopulistas, como es el caso de Italia, pero que en el caso español sufre daños por dos flancos: le roban votos desde Ciudadanos y también desde la extrema derecha.