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Iglesias se aferra a la reedición del bloque de la moción para pactar con Sánchez
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ELECCIONES GENERALES 28-A

Iglesias se aferra a la reedición del bloque de la moción para pactar con Sánchez

“Es un resultado suficiente para cumplir el objetivo de frenar a la derecha y a la extrema derecha y construir un Gobierno progresista”. Iglesias se reunirá con Sánchez en los próximos días

Foto: Pablo Iglesias.
Pablo Iglesias.

Unidas Podemos se aferra a la reedición del bloque de la moción de censura, la única alternativa para formar un Gobierno progresista, y para la que Pedro Sánchez tendría que apoyarse en la abstención de ERC, además del apoyo de PNV. El optimismo moderado que se respiraba en el teatro Goya, el lugar elegido por Unidas Podemos para seguir la noche electoral, no se transformó finalmente en entusiasmo, dejando entrever un sabor agridulce debido a que el PSOE también suma con Ciudadanos, situándose este pacto cuatro escaños por encima de la barrera de los 176 necesarios para la mayoría. Con el 60% escrutado, se vislumbró la posibilidad de no tener que depender de los independentistas y se dejaron sentir los gritos de alegría en la sala donde se encontraban los dirigentes del partido siguiendo el recuento. Finalmente no pudo ser y la tensión volvió a florecer junto a un optimismo moderado.

Pablo Iglesias ya ha llamado a Pedro Sánchez y "hemos quedado en hablar y reunirnos en breve". La negociación, según ha adelantado durante su intervención ante los medios de comunicación, será larga y se llevará con discreción. Las elecciones municipales, autonómicas y europeas, a un mes vista, enturbian este proceso de negociación. Nada ha dicho Iglesias de haber descolgado el teléfono para hablar con ERC o de haber recibido alguna llamada desde la formación con la que ya medió para sacar adelante la moción de censura. Los resultados no son los mejores para Unidas Podemos, como ha reconocido Iglesias, pero "es un resultado suficiente para cumplir el objetivo de frenar a la derecha y a la extrema derecha y construir un Gobierno progresista”.

Iglesias: "Es un resultado suficiente para cumplir el objetivo de frenar a la derecha y a la extrema derecha y construir un Gobierno progresista"

Sonriente y acompañado de Alberto Garzón, Pablo Echenique, Rafa Mayoral e Irene Montero, entre otros cargos del partido, el líder de Podemos ha leído los resultados electorales subrayando dos claves. La primera, "que el peso del bloque progresista supera al peso del bloque parlamentario de las tres derechas". La segunda, que España es plurinacional: “Basta ver los resultados en Cataluña y Euskadi” para ratificarlo. A partir de aquí, Iglesias ha incidido en dejar el balón en el tejado de Pedro Sánchez porque "toca trabajar con discreción y cumpliremos el mandato que nos han dado para que en España haya un acuerdo de coalición de izquierdas y poner en práctica políticas que protejan a las mayorías sociales".

Pese a que la formación liderada por Albert Rivera ha asegurado que no pactaría con el PSOE, desde Unidas Podemos han advertido insistentemente en esta posibilidad durante la campaña electoral, dando por hecho que si sumaban ambas formaciones finalmente pactarían tanto por las presiones que recibiría Sánchez para ello de los poderes fácticos como porque Rivera cuenta con un historial de vetos que a la hora de la investidura se acababan levantando. "Pedro Sánchez debe evitar la tentación naranja, porque es el momento de blindar los derechos sociales", ha afirmado el líder de IU, Alberto Garzón. También ha subrayado "la buena noticia de que no ha triunfado el mensaje de odio de la derecha". El optimismo sí estaba más presente entre representantes del sector del taxi, que acudieron con sus vehículos tras el recuento electoral al lugar donde los dirigentes del partido seguían el escrutinio para celebrarlo a toque de bocina y al grito de "sí se puede".

Desde IU, evitan entrar en las hipótesis sobre pactos de gobierno, reconociendo que "el escenario está muy abierto y no es el momento de la especulación". IU, como socio de la coalición Unidas Podemos, "abrirá, si es necesario, un proceso de debate, en sus órganos, con sus militantes y simpatizantes, para discutir las posibilidades de los distintos escenarios para nuestro país". Aseguran también en un análisis poselectoral de urgencia, que "tenemos que estar a la altura del momento histórico, es el momento de la política sin estridencias y no del espectáculo o la salida de tono al que otros nos tienen acostumbrados".

El futuro político del líder de Podemos depende de que logre entrar en el Gobierno progresista. Su apuesta era a todo o nada, y aunque supera las expectativas que le daban las últimas encuestas, quedando por encima del 14%, la necesidad de tener que acudir a la abstención de ERC embarra este escenario.Tras perder 25 escaños respecto a los anteriores comicios de las generales de 2016, pasando de 67 a 42 diputados, y quedar sin representación en hasta cinco comunidades autónomas —Extremadura, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cantabria y La Rioja—, el liderazgo de Iglesias se pondría en cuestión si no logra ser decisivo en la investidura. Valencia, donde Unidas Podemos ha reeditado sus cinco diputados propios —sin Compromís—, y Baleares, donde también mantiene a sus dos representantes, son las plazas donde mejor ha resistido la formación. En Madrid, se pasa de ocho a seis representantes, y en Cataluña se cae de 12 a siete.

Alberto Garzón: "Pedro Sánchez debe evitar la tentación naranja, porque es el momento de blindar los derechos sociales"

El escenario que abre el camino de una hipotética renovación del liderazgo del secretario general lleva sobrevolando desde que las encuestas comenzaron a marcar una tendencia descendente y se produjo un punto de inflexión con la escisión liderada por el que fuera cofundador del partido, Íñigo Errejón. Un terremoto que tuvo réplicas con las dimisiones del líder del partido en la Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, primero, y del cabeza de lista de Unidas Podemos a las elecciones europeas, Pablo Bustinduy, después. Las voces acreditadas que reclamaban una suerte de refundación interna se han ido incrementando.

La portavoz del grupo parlamentario y número dos en las listas para las elecciones generales, Irene Montero, se convirtió ya en Vistalegre II en el relevo natural en Podemos. Un relevo que se precipitaría si los resultados del 28-A colocaban al secretario general en la tesitura de tener que presentar su dimisión. Ante los rumores y movimientos internos que comenzaban a dibujar terceras vías en un hipotético Vistalegre III convocado de forma anticipada, Irene Montero ya decidió marcar terreno a principios del pasado mes de marzo. Coincidiendo con una entrevista en TVE, la portavoz parlamentaria aprovechó para lanzar a los suyos el mensaje de que la persona que suceda a Pablo Iglesias en la secretaría general de la formación será una mujer y que eso ocurrirá "pronto".

Más allá del nombre de Íñigo Errejón, quien sigue manteniendo oficialmente sus cargos internos y cuyo paso adelante supondría no solo una refundación en Podemos sino una profunda reconfiguración en todo el denominado espacio del cambio, en la hipotética carrera para la sucesión han sonado otros nombres en los debates internos del partido, todos ellos masculinos, como el del propio Ramón Espinar o el del líder en Castilla-La Mancha, José García Molina. Los rumores sobre el papel que podría jugar en un futuro cercano Ramón Espinar se incrementaron tras su primera intervención televisiva después de dimitir, al situar en un mismo plano de responsabilidad por la crisis interna a Errejón y a Iglesias.

Escenario de renovación

Tanto Molina como Espinar cerraron juntos la campaña del cabeza de lista por Albacete, Fran Casamayor, mientras que el líder del partido en Castilla-La Mancha no acudió al mitin de campaña de Pablo Iglesias en Toledo, excusando su ausencia por tener un viaje programado. No fue la única ausencia llamativa de dirigentes y cargos del partido durante la campaña electoral, además de alcaldes del cambio —José María González 'Kichi' (Cádiz), Xulio Ferreiro (A Coruña) y Martiño Noriega (Santiago de Compostela)—, lo que da cuenta de una situación interna en el partido poco unitaria.

Las confluencias de Unidas Podemos en Galicia (En Marea) y Valencia (Compromís) que decidieron acudir a estos comicios en solitario son otras de las grandes perdedoras. Su estrategia de soltar amarras de la coalición ha dejado a En Marea sin representación, frente a los cinco escaños con los que contaba en la anterior legislatura, mientras que los valencianos de Compromís han pasado de cuatro representantes en el Congreso a uno solo, Joan Baldoví.

Unidas Podemos se aferra a la reedición del bloque de la moción de censura, la única alternativa para formar un Gobierno progresista, y para la que Pedro Sánchez tendría que apoyarse en la abstención de ERC, además del apoyo de PNV. El optimismo moderado que se respiraba en el teatro Goya, el lugar elegido por Unidas Podemos para seguir la noche electoral, no se transformó finalmente en entusiasmo, dejando entrever un sabor agridulce debido a que el PSOE también suma con Ciudadanos, situándose este pacto cuatro escaños por encima de la barrera de los 176 necesarios para la mayoría. Con el 60% escrutado, se vislumbró la posibilidad de no tener que depender de los independentistas y se dejaron sentir los gritos de alegría en la sala donde se encontraban los dirigentes del partido siguiendo el recuento. Finalmente no pudo ser y la tensión volvió a florecer junto a un optimismo moderado.

Pedro Sánchez Pablo Casado Ciudadanos
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