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Sánchez gana pero vuelve a necesitar a los independentistas o a Cs para gobernar
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debacle de casado: su futuro en el aire

Sánchez gana pero vuelve a necesitar a los independentistas o a Cs para gobernar

El independentismo, cuyo líder está siendo juzgado en el Supremo y que seguirá acudiendo al banquillo mientras se negocia una posible investidura, vuelve a ser decisivo

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras intervenir en el acto de cierre de la campaña del PSOE. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras intervenir en el acto de cierre de la campaña del PSOE. (EFE)

Los resultados del escrutinio oficial de las elecciones generales del 28-A, con casi el 100% escrutado, confirman el triunfo del PSOE con 123 escaños pero vuelve a necesitar a los independentistas de ERC para gobernar. A Sánchez ya no le valdrían los escaños de Unidas Podemos-ECP (42), Compromís (1), el PNV (6) y los regionalistas de CC (2) y el PRC (1) de Revilla. Pedro Sánchez sumaría también solo con Ciudadanos, (123 más 57), una alianza de la que tanto unos como otros han renegado, pero que está en la recámara de todos los analistas. El independentismo de ERC, cuyo líder está siendo juzgado en el Supremo y que seguirá acudiendo al banquillo mientras se negocia una posible investidura, vuelve a ser necesario, propiciando así un panorama demasiado incendiario.

[Elecciones generales 2019, en directo]

Enfrente, un Pablo Casado que ha sufrido una auténtica debacle en las filas del PP: sus 66 escaños suponen una pérdida de 67 con respecto a los 133 que había cosechado Mariano Rajoy en 2016. Se ha quedado reducido a la mitad de un plumazo. Casado tendrá muy difícil mantenerse al frente del partido con el peor resultado de la historia de los populares y con una renovación, en las listas y en el organigrama, que ha dejado numerosos 'cadáveres' en el camino. Los tambores de venganza, desde Galicia o desde los 'derrotados' y 'fumigados' tras las primarias del verano, no tardarán en dejarse oír.

Enfocar las elecciones municipales y autonómicas con un mapa de España completamente teñido de rojo (salvo Cataluña y País Vasco, con el triunfo de sus nacionalismos) es una especie de segundo examen a la desesperada para Casado y sus fieles. Las listas ya están hechas, y la posibilidad de que la derecha recupere -pactando a tres- territorios como el Ayuntamiento de Madrid o mantenga el poder en esa Comunidad, pueden ser la última tabla de salvación para Casado. Su liderato, del que no se ha cumplido ni 10 meses, está más en el aire que nunca, aunque en su entorno descartan por ahora la dimisión.

Foto: Pedro Sánchez, tras votar en su colegio de Pozuelo de Alarcón, en Madrid, este 28 de abril. (Reuters)

En cuanto a Podemos, que ha logrado la tercera posición en porcentaje de votos pero ha quedado cuarto en escaños, la recuperación de la última semana ha sido un bálsamo para Pablo Iglesias. Aprovechando el mal papel de Sánchez en los debates, sobre todo el último, en el que la 'moderación' de Iglesias le convirtió en ganador, Podemos ha logrado amortiguar la caída. Sin embargo, todo dependerá de si la formación morada es capaz de formar parte de un Gobierno encabezado por Pedro Sánchez. Algo que, ahora mismo parece improbable.

Ciudadanos, a la caza del PP

Algo similar le sucede a Ciudadanos, pero en sentido contrario. La formación naranja ha conseguido subir una buena cantidad de escaños con respecto a las últimas elecciones, pero si no le da para formar gobierno con PP y el apoyo de Vox, el principal objetivo que se había marcado -"echar a Pedro Sánchez de La Moncloa es una emergencia nacional" ha sido el mantra de Rivera en la campaña- la sensación de no haber cumplido esa expectativa se 'salva' con la sensación de que está a punto de alcanzar al PP, al quedarse a solo 9 escaños y a menos de un punto porcentual. La sensación que queda en torno al partido de Rivera es que, una vez más, han estado a punto de dar la campanada. Y, en las negociaciones futuras, su líder se verá empujado a decir 'no es no' a una investidura de Sánchez. Aunque sea el mismísimo Ibex el que se lo pida.

Foto: Noche electoral a las puertas de la sede de Ciudadanos. (EFE)

Por su parte, Vox ha entrado en el Congreso con una fuerza que hace meses era simplemente inconcebible. Pero la imagen que se había creado en las últimas semanas, y especialmente en la campaña, con miles de personas abarrotando los mítines de Santiago Abascal y quedándose fuera de los recintos, así como el boca a boca y el temor a un 'tsunami' verde, ha acabado por poner sordina al éxito electoral de la formación de extrema derecha. Eso sí, nadie le puede quitar a Abascal el cartel de único 'ganador' junto a Pedro Sánchez, pero queda la sensación de que lo que iba a se un tsunami se ha quedado en una gran ola: 24 diputados y el 10'26%. Habrá que medir el impacto de la marea de Vox en las municipales y autonómicas, donde será clave para formar gobierno, por ejemplo, en Madrid, tanto en la Comunidad como en el ayuntamiento.

¿El fantasma de nuevas elecciones?

Y es que este será otra vez el panorama: un país dividido en dos bloques de 11 millones de electores para la derecha y otros 12 para la izquierda y en el que los nacionalistas del PNV y los independentistas de ERC serán decisivos para hacer factible una investidura. Un independentismo cuyo líder estará siendo juzgado en el Supremo y que seguirá acudiendo al banquillo mientras se negocia una posible investidura...Y el país estará paralizado hasta que tengan lugar las municipales y autonómicas del 26 de mayo: nadie, hasta entonces, querrá mostrar sus cartas.

La participación ha acabado siendo decisiva. La movilización de este 28-A ha sido histórica, en torno al 75'75% y solo superada por las elecciones de 1993, cuando Felipe González apeló al miedo de la llegada de José María Aznar y logró movilizar a miles de votantes socialistas y elevando la participación por encima del 76%. En los cuarteles generales del PSOE se insistía en la necesidad de acudir a votar para evitar lo sucedido en las elecciones autonómicas andaluzas, cuando el votante socialista se quedó en casa y acabó entregando la Junta de Andalucía a PP y Cs con el apoyo de Vox. Esta vez, el mensaje sí ha calado. Y en Andalucía, por ejemplo, este domingo arrasaba el PSOE.

Los resultados del escrutinio oficial de las elecciones generales del 28-A, con casi el 100% escrutado, confirman el triunfo del PSOE con 123 escaños pero vuelve a necesitar a los independentistas de ERC para gobernar. A Sánchez ya no le valdrían los escaños de Unidas Podemos-ECP (42), Compromís (1), el PNV (6) y los regionalistas de CC (2) y el PRC (1) de Revilla. Pedro Sánchez sumaría también solo con Ciudadanos, (123 más 57), una alianza de la que tanto unos como otros han renegado, pero que está en la recámara de todos los analistas. El independentismo de ERC, cuyo líder está siendo juzgado en el Supremo y que seguirá acudiendo al banquillo mientras se negocia una posible investidura, vuelve a ser necesario, propiciando así un panorama demasiado incendiario.

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