Es noticia
Tras la guerra, el caos: cómo Gaza puede quedar a merced de las bandas
  1. Mundo
A merced de los saqueos

Tras la guerra, el caos: cómo Gaza puede quedar a merced de las bandas

Una de las preguntas más importantes sobre el futuro de Gaza es qué pasará cuando acabe la guerra de Israel contra Hamás. Un escenario que parece cada vez más probable es el caos

Foto: El humo se eleva en Gaza, mientras un tanque israelí maniobra cerca de la frontera entre Israel y Gaza. (Reuters/Amir Cohen)
El humo se eleva en Gaza, mientras un tanque israelí maniobra cerca de la frontera entre Israel y Gaza. (Reuters/Amir Cohen)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Lo que pueda ocurrir en la Franja de Gaza el día después de la guerra es uno de los asuntos en discordia de los últimos compases del conflicto. Con la muerte de siete cooperantes de la organización World Central Kitchen del chef José Andrés, hasta Estados Unidos se ha desplantado de la ofensiva israelí y ha sembrado en su lugar dudas sobre esta guerra. Entre ellas: ¿qué pasará cuando todo esto acabe?

Observadores internacionales no logran convencer sobre como se debe ordenar la autoridad que habrá en el enclave palestino cuando las armas callen y el polvo escampe. Pero lo cierto es que después de la guerra casi nunca llega la paz. O por lo menos, no de forma inmediata.

Uno de los mayores temores, afines a cualquier posguerra, es que el día después en Gaza tenga mucho que ver con el caos, el caudillismo y la ruptura del orden social que ya se expanden por el litoral palestino. Durante las últimas semanas, el estancamiento del conflicto —en el que el gobierno israelí y Hamás combaten entre sí mientras luchan por la propia supervivencia— revela un territorio ingobernable que tampoco tiene quien lo gobierne. Israel no quiere que Hamás juegue ningún papel en la Gaza del futuro y desde el 7 de octubre mantiene una campaña militar con el objetivo de eliminar las capacidades militares de la milicia palestina, pero también sus capacidades de administrar el territorio.

Las autoridades locales, encargadas de supervisar la entrada de ayuda humanitaria en Gaza, han rechazado seguir escoltando los convoyes después de que los bombardeos israelíes acabasen con la vida de varios trabajadores —algunos de los cuales son miembros de Hamás y, otros, personas que no tienen vinculación con el grupo— mientras cumplían servicio. Ahora, cuando la policía acompaña los camiones lo hace sin el uniforme y sin las armas que la convierten en objetivo de las fuerzas israelíes, lo que también le arrebata el poder de disuasión frente a una población que, en la más absoluta desesperación, estarían dispuestos a casi cualquier cosa por callar el rugido de sus tripas.

Foto: Un soldado israelí despeja un vehículo blindado de transporte de tropas (APC), cerca de la frontera de Israel, tras abandonar Gaza. (Reuters/Amir Cohen)
TE PUEDE INTERESAR
El mapa de la invasión de Gaza: "Ninguno está considerando el fin de la guerra tras esta tregua"
Óscar Hernández Infografía: Marina G. Ortega

El colapso social en un contexto de hambre sin precedentes impulsa la acción de clanes que perpetran saqueos y practican la extorsión contra convoyes humanitarios. Trabajadores que han formado parte de operaciones humanitarias recientes en Gaza reconocen a la prensa en condición de anonimato haber sido víctimas de asaltos dentro del territorio palestino. Estos clanes controlan la economía a través del mercado negro, donde revenden los productos saqueados. La influencia que tienen sobre el terreno les permite llegar a acuerdos con grupos humanitarios, percibiendo dinero o parte de la carga a cambio de garantizar la libre circulación de los camiones.

La OCHA alerta en su último informe que la negativa israelí al acceso de la mayoría de misiones humanitarias se suma a la desesperación de los gazatíes, construyendo "un entorno volátil e inseguro" para la acción humanitaria en Gaza. El estudio, que no distingue entre asaltos perpetrados por multitudes hambrientas y saqueos lanzados por bandas organizadas, concluye que "meses de intenso conflicto armado han resultado en la ruptura del orden y la ley en Gaza", y que "la violencia y los robos" contra los convoyes han aumentado en el último mes.

Fuentes involucradas en el despliegue humanitario en Gaza confirman a El Confidencial la existencia de clanes que tratan de interferir el paso de los camiones una vez salen hacia el norte desde Rafah, el principal punto —que se ha ampliado en otros enclaves tras exigencias estadounidenses— donde Israel permite la entrada de ayuda humanitaria a cuentagotas.

Confirman a El Confidencial la existencia de clanes que interfieren el paso de los camiones una vez salen hacia el norte desde Rafah

Aun así, recalcan que el principal motivo de preocupación a la hora de distribuir comida en el enclave no es lo que ocurra con grupos palestinos, sino el peligro que supone moverse por el territorio ante la negativa de las autoridades israelíes de dar luz verde. Algunos registros aseguran que Israel solo aprueba el 26% de las solicitudes de desplazamiento humanitario, y sucesos como el de World Central Kitchen —debidamente identificados y coordinados con Israel— demuestran que ello tampoco asegura nada.

"Ni Abbás ni Hamás"

La administración de Joe Biden pide al gobierno de guerra israelí que no ocupe Gaza una vez las hostilidades terminen y que trace un plan para ver quién podría hacerse cargo del enclave, pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se niega a comprometerse con lo primero ni a posicionarse sobre lo segundo.

A pesar de las diferencias entre distintos líderes israelíes, la postura dominante entre los miembros del Ejecutivo, es clara. Israel no quiere ver a Hamás en Gaza, pero tampoco a Fatah —Netanyahu ya dijo en 2019 que no permitirá el retorno de los seculares a la Franja— ni tan siquiera a UNRWA, el principal sostén socioeconómico de los gazatíes. Pero entonces, ¿quién llenará el vacío?

El ejército y la inteligencia israelíes han llegado a expresar la voluntad de trasladar parte de la gobernabilidad del enclave sobre los clanes locales, a los que empoderaría e incluso armaría. Según la visión israelí, estas grandes familias tradicionales asumirían la administración civil y la distribución de ayuda humanitaria en aquellas zonas de la Franja donde son influyentes. Algunos de estos clanes están ya armados y han estado enfrentados entre ellos en el pasado.

Oficiales estadounidenses también se han hecho eco del interés israelí en contratar empresas internacionales de seguridad privada para desplegarlas en la Franja de Gaza. Las autoridades israelíes habrían llegado a acercarse a algunas firmas internacionales con la intención de que la factura la paguen otros países. Es una opción controvertida. Contratistas privados trabajando para la Casa Blanca han sido acusados de abrir fuego contra civiles en distintos incidentes en Iraq y Afganistán. Impulsar la división interna entre los palestinos es una estrategia que Israel mantiene desde hace tiempo para verse eximido de afrontar cualquier proceso de paz. Ahora, los elementos que Israel pretendería aunar en Gaza amenazan con arrastrar el territorio a una situación de conflicto permanente.

Mkhaimar Abusada, Profesor Asociado de Ciencias Políticas en la volatilizada Universidad de al-Azhar en ciudad de Gaza, considera que confiar los asuntos civiles de la Franja a los clanes del territorio es "estúpido". "Estos clanes no pueden ser responsables de la reconstrucción de Gaza, de la sanidad de más de dos millones de personas o de la educación de más de medio millón de niños", advierte Abusada.

Ahora exiliado en El Cairo, explica a El Confidencial: "No están preparados para ello y nunca han hecho algo así". El profesor reconoce que estos clanes han trabajado por la paz social mediante la resolución de disputas, pero nunca han recibido formación para asumir un rol político.

Foto: EC Diseño.
TE PUEDE INTERESAR
Todas las maneras en las que Israel está destruyendo Gaza
Alicia Alamillos Mónica Redondo Formato: Emma Esser Formato: Sofía Sisqués Datos: Ana Ruiz Formato: Luis Rodríguez

La falta de formación se suma a la supuesta falta de voluntad. Un consejo de clanes emitió en enero un comunicado, al que Hamás dio la bienvenida, en el que rechazaban la posibilidad de cooperar con el Estado israelí en una situación de postconflicto. Saben que en Gaza serían vistos como traidores. Aunque la situación del enclave sea inédita, hay elementos de la historia que se repiten. "Israel ya intentó empoderar a los clanes durante los años de ocupación israelí posteriores a 1967", recuerda Abusada. "Pero la mayor parte de los que colaboraron con Israel fueron asesinados y ejecutados durante la primera Intifada palestina".

A pesar de la posición oficial de los clanes, existen rumores sobre la existencia de posibles negociaciones entre oficiales israelíes y representantes de estos grupos. A mediados de marzo se reportó el asesinato a manos de Hamás del líder del clan Doghmush, uno de los más poderosos de Gaza, por supuestamente saquear ayuda humanitaria y estar manteniendo conversaciones con Israel. Doghmush está vinculado a una milicia llamada Ejército de Islam que EEUU considera como grupo terrorista. Este clan también ha estado implicado en tráfico de armas y en el secuestro de un periodista de la BBC —Alan Johnston, en 2007— y de un soldado israelí —Gilad Shalit, en 2006—.

El gobierno hebreo no ha declarado qué planes tiene para Gaza, pero Abusada junta las piezas del puzle y tiene una idea sobre ello. "Creo que se puede concluir que la visión israelí es hacer en Gaza algo similar a lo que ocurre ahora en Cisjordania", sostiene Abusada. "La única diferencia sería que en lugar de que la Autoridad Palestina se encargue de ofrecer servicios básicos a los palestinos, este trabajo lo harían los clanes. Por el resto, el Ejército israelí seguiría estacionado en las afueras de las zonas pobladas de la Franja, como ya lo hace en Cisjordania, y haría incursiones militares para detener o matar cuando quisiera, como ya hace a diario en Yenín, Nablus o Tulkarem".

Foto: Manifestación en Ramala en recuerdo a los muertos palestinos en Gaza. (Fermín Torrano)

Aunque esta sería la voluntad de la derecha israelí, parte de la comunidad internacional parece decantarse por la formación de una coalición con países de la región para estabilizar Gaza y preparar el terreno para el retorno de la Autoridad Palestina. Abusada dice oír "rumores" acerca de esta posibilidad, que encaja con lo que anticipa la analista gazatí Reham Owda: "Esta solución pragmática ahorraría a la Autoridad Palestina la vergüenza de regresar a Gaza en colaboración directa con Israel".

Indefinición, caos y aislamiento

Capturar a Yehya Sinwar, líder de Hamás en Gaza, supuestamente escondido en Khan Younis, sería un logro militar que los dirigentes israelíes podrían mostrar a su público como un trofeo. Pero hacer que Hamás desaparezca de la Franja de Gaza, objetivo oficial de la campaña israelí, es una tarea que se antoja imposible.

Los más de medio millón de efectivos que Israel reúne entre soldados y reservistas superan por mucho los 40.000 combatientes con los que Hamás podría contar, pero más allá de un ejército regular, Hamás está metido en el tejido social gazatí. "No hay manera de que Hamás sea exterminado como grupo", avanza Abusada. "El 20% de la sociedad gazatí son o bien miembros o bien seguidores de Hamás".

Foto: Combatientes de las Brigadas Ezzedin al-Qassam, el brazo militar de Hamás. (EFE/Mohammed Saber)

Hamás ha reconocido la muerte de al menos 6.000 combatientes desde octubre y la popularidad del grupo ha caído en picado dentro del enclave. Al fin y al cabo, muchos palestinos ven el ataque del 7 de octubre contra Israel como el fin a un periodo de cierto autogobierno palestino, ahora interrumpido por la reocupación israelí de la Franja. Pero estudiosos de la sociedad palestina anticipan que la expulsión total de lo que el movimiento representa es una quimera y que continuará habiendo bolsas de resistencia contra Israel en forma de guerra de guerrillas.

Pero no todas las hostilidades irán dirigidas contra el Estado hebreo. La lucha intestina por el poder en la Gaza postconflicto ya ha empezado. Hamás ha detenido a múltiples miembros de la Autoridad Palestina en el enclave y se espera que lo que sobreviva de la milicia continúe dedicando esfuerzos a combatir a sus rivales políticos, sea la AP u otros grupos que puedan verse como aspirantes al poder.

Gaza podría ahogarse entre pugnas ajenas y propias. Abusada lamenta que la indefinición del futuro de la Franja la condenará "al caos y al aislamiento". Representantes de la comunidad internacional que compran a Israel la tesis de la posible extinción de Hamás seguirán entretenidos dibujando escenarios imposibles para el supuesto día después del enclave. Mientras, casi 2 millones de personas malviven en tiendas de campaña y más de 30.000 podrían haber muerto.

Lo que pueda ocurrir en la Franja de Gaza el día después de la guerra es uno de los asuntos en discordia de los últimos compases del conflicto. Con la muerte de siete cooperantes de la organización World Central Kitchen del chef José Andrés, hasta Estados Unidos se ha desplantado de la ofensiva israelí y ha sembrado en su lugar dudas sobre esta guerra. Entre ellas: ¿qué pasará cuando todo esto acabe?

Gaza Israel Conflicto árabe-israelí
El redactor recomienda