El mapa de la invasión de Gaza: "Ninguno está considerando el fin de la guerra tras esta tregua"

En medio de la guerra, un remanso de paz. Al menos durante los próximos cuatro días, los misiles cesarán de sonar en la Franja de Gaza. Nadie considera que esta tregua vaya a ser el fin del conflicto, tampoco un paso atrás en la violencia o en la muerte de civiles, pero sí que supone un respiro para algunos de los rehenes que fueron secuestrados por las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, el brazo armado del Gobierno palestino, el pasado 7 de octubre. Sobre el tablero de la invasión por tierra, mar y aire; nada. Entonces, ¿qué supone esta tregua para las combatientes de ambos bandos?

A las 17 horas de la tarde del viernes, el primer grupo de rehenes capturados por Hamás cruzaba de la mano de Equipos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) el paso de Rafah, al sur de la Franja. 11 ciudadanos tailandeses y 13 israelís —24 en total— eran liberados de su cautiverio. A cambio, 39 prisioneros palestinos encarcelados en Israel serían puestos en libertad como moneda de cambio. Este será el primer intercambio de los que se precederán en los siguientes días gracias al acuerdo anunciado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar, quien ha mediado en las negociaciones entre los dos gobiernos. En total: 50 rehenes israelíes verán la luz a cambio de excarcelar a 150 palestinos relacionados con los movimientos políticos de Hamás. Una proporción de tres a uno en la balanza.

El ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo que, una vez que finalice la "corta" tregua temporal con el grupo terrorista Hamás, los militares reanudarán los combates "con intensidad" durante al menos dos meses más. "Lo que se requiere de ustedes en este respiro es organizarse, prepararse, investigar, reabastecerse de armas y prepararse para continuar", trasmitió el titular a las tropas de la unidad Shayetet 13 de la Marina. "Habrá una continuación, porque necesitamos completar la victoria y crear el impulso para los próximos grupos de rehenes, que solo regresarán gracias a la presión".

Hasta que los misiles de la fuerza aérea israelí anuncien la vuelta a las armas y los blindados continúen avanzando por el corazón de Gaza, la ofensiva terrestre de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) mantiene su cerco sobre la capital. El enclave donde Hamás concentra la mayoría de sus posiciones fortificadas.

Uno de los mayores avances de las Fuerzas Armadas israelís en estos últimos compases de la invasión ha sido la captura del Hospital Al-Shifa. Uno de los puntos que, según las declaraciones del Ejército israelí, concentraba una gran base de Hamás, aunque, tras varios días bajo el mando de las IDF, todavía no se han aportado pruebas que lo demuestren. Es más, la CNN sugirió en un vídeo que las IDF podrían haber reorganizado el armamento en el hospital antes de las visitas del equipo de noticias, entre los que se encontraba la cadena estadounidense.

"Israel destruyó el cuartel general de la Brigada Norte de Hamás en el barrio de Sheikh Zayed durante las operaciones de limpieza. Los medios israelíes informaron que se espera que las FDI intensifiquen las operaciones de combate en la Franja de Gaza con un enfoque en despejar los bastiones militantes en el este de la Franja de Gaza antes de que haya una pausa en los combates", anotó el grupo de investigadores del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW). También añadieron que "las fuerzas israelíes están a la ofensiva en el barrio de Tal al Hawa en el sur de la ciudad de Gaza".

Por otra parte, en el flanco norte, las tropas israelís han entrado en el hospital indonesio, cerca del campamento de refugiados de Jabalia. Todas estas acciones se han enmarcado en un avance sin mayor complicación por parte de los destacamentos que se encuentran en territorio palestino. Desde el otro lado, todavía se espera una respuesta militar de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam y la Yihad Islámica Palestina, que no han aparecido más que para intercambiar algún fogonazo con las tropas invasoras y destruir algún blindado de manera sorpresiva a través de los túneles del metro de Gaza, el entramado que recorre por más de 400 kilómetros el subsuelo del territorio.

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Los únicos reportes de respuesta armada han sido los proporcionados por las Brigadas Al Quds, el ala militante de la Yihad Islámica Palestina, quienes aseguraron que sus fuerzas apuntalaban a las tropas israelíes contra sus líneas de avance. Estos enfrentamientos se habrían producido en el sector este de la ciudad de Gaza con diversas municiones, incluidas RPG, armas antitanques de carga tándem, armas pequeñas y morteros.

Pese al deseo de Estados Unidos, Egipto y Qatar de que esta pausa se convierta en una paz prolongada, el objetivo marcado por la cúpula militar y política de Israel no se detendrá hasta que, según expresaron los dirigentes hebreos en los días posteriores a la "masacre" que acabó con la vida de más de 1.400 israelís, la Franja de Gaza sea completamente arrasada. La esperanza de que este "impulso" en el acuerdo conduzca a un "fin de esta violencia", según dijo Majed al-Ansari, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar, parece alejado de la realidad de las palabras del ministro Gallant. Una misión que también se ha marcado el primer ministro, Benjamin Netanyahu: destruir las capacidades militares de Hamás y poner fin a sus 16 años de gobierno en la Franja.

Una paz imposible

Tras casi dos meses del inicio del conflicto, esta pausa —en la que también se enmarcan labores humanitarias y la entrada de suministros a través del paso de Rafah— es el primer indicador de que puede llegar a existir algo parecido a una paz en la región. Aunque "ninguno de los dos bandos está considerando el fin de la guerra tras esta tregua", explica el analista del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB) en Oriente Medio, Moussa Bourekba en entrevista con El Confidencial.

Una de las tesis que más se ha repetido en las últimas semanas de siseos a costa de las negociaciones es el punto marcado en que el acuerdo de intercambio de rehenes de Israel significa una tregua, no un alto el fuego. Así lo expresaba la columnista de Foreign policy, Anchal Vohra: "Al Gobierno israelí le preocupa que Hamás prolongue durante años las negociaciones para futuras liberaciones, como lo ha hecho en casos anteriores, aprovechando efectivamente las vidas de los rehenes para que Hamás pueda sobrevivir al conflicto. Pero Israel parece no estar dispuesto a conceder a Hamás nada parecido a una victoria en la guerra. En cambio, su estrategia es presionar militarmente al grupo para que libere a los rehenes restantes". "Mientras tanto, la estrategia de Hamás ha sido inducir el temor entre los israelíes de que en los implacables bombardeos en la Franja de Gaza también puedan morir cautivos israelíes", continúa.

"Ninguno de los dos bandos está considerando el fin de la guerra tras esta tregua"

En este escenario, los rehenes supondrían una poderosa arma psicológica para Hamás. "Los rehenes son su seguro de vida, un activo extremadamente importante", dijo el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Jonathan Conricus, a la revista especializada en política internacional, indicando que a Hamás le interesa mantenerlos a salvo.

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Pero estas negociaciones no solo tienen que ver con la liberación de rehenes. "Si lo miramos de una forma más estratégica, esta pausa también permite hacer una pausa para pensar a nivel estratégico sobre qué es lo que ha funcionado y lo que no por parte de los israelíes y los demás grupos armados de Hamás. Desde que ha empezado la incursión terrestre, esta es la primera vez en la que se podrán evaluar los puntos fuertes y puntos débiles de la de la operación en curso", explica Moussa Bourekba.

"Los rehenes son su seguro de vida, un activo extremadamente importante"

Por último, sobre los rehenes, el investigador amplía la información argumentando que "son un medio directo para poder negociar con los israelíes. Recuerdo que la liberación de Guilad Shalit (un soldado israelí) que fue liberado en el 2011, tras haber estado secuestrado durante cinco años en la Franja de Gaza, fue intercambiando por 1.027 presos palestinos. Por tanto, es efectivamente un medio de negociación, no cabe duda de que los rehenes son un medio para Hamás".

Entre otras cosas, los rehenes han sido un elemento de presión para el Gobierno de Emergencia dispuesto por Israel en los primeros instantes del conflicto. "Su repatriación es uno de los objetivos oficialmente del Gobierno y también se están convirtiendo en un factor de presión sobre el Gobierno israelí. Lo hemos visto con las movilizaciones de diversos familiares afectados", cierra Moussa Bourekba. "Conviene pensar que la captura de rehenes, tanto soldados como civiles, puede servir a Hamás para un gran propósito en el conflicto".