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Rusia va a las urnas: cómo conseguir que (casi) todo el mundo vote cuando ya se sabe quién va a ganar
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Entre el 70-80% de la población

Rusia va a las urnas: cómo conseguir que (casi) todo el mundo vote cuando ya se sabe quién va a ganar

Las elecciones en Rusia apuntan a un resultado casi inequívoco. Sin embargo, uno de los datos que más interesa a los observadores internacionales es la participación, ¿por qué?

Foto: Varias personas, entre ellas partidarios del actual presidente ruso y candidato presidencial, Vladímir Putin, participan en una procesión organizada con motivo de las próximas elecciones presidenciales. (Reuters/Chingis Kondarov)
Varias personas, entre ellas partidarios del actual presidente ruso y candidato presidencial, Vladímir Putin, participan en una procesión organizada con motivo de las próximas elecciones presidenciales. (Reuters/Chingis Kondarov)
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Este viernes y durante los próximos tres días, los rusos acuden a las urnas para elegir su próximo presidente. Con un sistema cada vez más construido a medida del candidato y actual presidente Vladímir Putin, con la oposición en el exilio, encarcelada o muerta, y sin ningún otro candidato realmente opositor, el ganador de los comicios está claro. La duda es otra: la participación electoral. El presidente Vladímir Putin se ha marcado el objetivo de que los ciudadanos acudan en masa a las urnas para, según explican numerosos observadores internacionales, presentar una apariencia de legitimidad y apoyo popular tanto a su nueva legislatura como también a la invasión de Ucrania. Desde el Kremlin esperan que la participación ronde entre el 70-80% de los 112 millones de personas llamadas a entregar su papeleta.

La última vez que se celebraron unas elecciones presidenciales, en 2018, votó el 67,5% del electorado, dos puntos por encima de las de 2012. Respectivamente, Putin logró el 76,6% de los votos y el 63,6%, que le dieron la victoria en ambas ocasiones. Para hacerse a una idea, la media de la participación en las 15 elecciones generales celebradas hasta el momento en España se ha situado en el 72,2%. Una cifra que es similar entre las democracias europeas.

Para estos comicios, que se celebrarán del 15 al 17 de marzo, Putin anunció su candidatura después de una ceremonia en el Kremlin, cuando veteranos de guerra y otras personas le rogaron que buscara otra reelección. "No te lo ocultaré; tuve varias ideas al respecto a lo largo del tiempo, pero ahora tienes razón, es necesario tomar una decisión", dijo Putin después del evento. "Me postularé para presidente de la Federación Rusa".

Artyom Zhoga, copresidente de su equipo electoral, dijo hace unas semanas que "el apoyo a nuestro líder es enorme", por lo que su principal objetivo será persuadir a la gente a ir a votar "para que todo el mundo occidental vea y entienda que, realmente, el apoyo es enorme", recoge Elena Gorbacheva, investigadora doctoral en el Instituto Aleksanteri de la Universidad de Helsinki. "Putin quiere la consolidación del pueblo, el apoyo predominante y, para eso, la participación debe ser alta. Durante la época soviética, la participación fue cercana al 100%, y en los sistemas totalitarios, el público necesita movilizarse y mostrar su apoyo activamente", agrega.

Casi un cuarto de siglo en el poder, que se extenderá hasta 2030, y después de dos años de guerra, en la que no se han logrado ninguno de los objetivos de la "operación militar especial", Putin, sin ninguna duda, volverá a gobernar Rusia con la misma doctrina política, militar y económica. ¿Cómo conseguir que casi todo el mundo vote en el país donde ya se sabe quién va a ganar?

Foto: Tras la muerte de Alexei Navalny, se ven flores y un retrato del líder opositor ruso. (Reuters/Gonzalo Fuentes)

Dos hipótesis: los ciudadanos de Rusia apoyan el mando de Putin (según el centro de estadística ruso independiente, Levada, el 68% de los ciudadanos apoyaron la invasión a gran escala en febrero de 2022) o existen factores externos que condicionan la participación del electorado ruso.

Si bien no se puede ignorar que una gran parte de los votantes del partido Rusia Unida —del que Putin no forma parte, pero sí participa como candidato— repiten comicio tras comicio su papeleta, en el inicio de este tercer año de guerra, una masa crítica del electorado se ha mostrado más reticente a entregar su voto a los de siempre.

Como se pudo observar en el multitudinario entierro del opositor más famoso de Rusia, Alexéi Navalni, y en las más de 200.000 firmas presentadas por el frustrado candidato Boris Nadezhdin, una parte del electorado no quiere seguir perpetrando el régimen establecido. Pero hay un problema, solo se han registrado a cuatro candidatos principales: Putin, el comunista Nikolái Jaritónov (único partido que no depende del kremlin), el ultranacionalista Leonid Slutski y el representante de Gente Nueva, Vladislav Davankov. Ningún candidato desde la oposición política.

En una reciente entrevista con El Confidencial, Mira Milosevich, historiadora del Real Instituto Elcano y autora de El imperio zombi (Galaxia Gutenberg), explicaba que muchos rusos perciben a Putin como un salvador y le apoyan fielmente. Pero también, añadía, que otros tantos saben que "las elecciones son una farsa", ya que no existe una oposición política real. "El mismo Kremlin crea partidos para dar la imagen de que es un sistema pluripartidista".

Foto: Mira Milosevich en la presentación de su nuevo libro 'El imperio zombi'. (Fotos Real Instituto Elcano)

El votante ruso se encuentra ante una disyuntiva. Quedarse sentado en casa, ya que, legítimamente o debido a resultados amañados, Putin ganará de manera aplastante o, por el contrario, votar a alguno de los candidatos que siguen la misma línea que marca el Kremlin. De cualquier manera, el resultado favorecería al régimen establecido.

"Las elecciones son una de las pocas formas legales e institucionalizadas de expresar el descontento en la Rusia actual. Es difícil saber cuánta gente va a votar realmente. Pero dado que parece que el Kremlin pretende eliminar cualquier sorpresa relacionada con las elecciones, es probable que se produzcan malas prácticas electorales generalizadas (es decir, además de la prohibición de candidatos opositores no deseados mencionada anteriormente, etc.), incluido el relleno de papeletas", comenta en entrevista con este diario, Eemil Mitikka, investigador en la Universidad de Helsinki y el Instituto Aleksanteri.

"Las elecciones son una de las pocas formas legales e institucionalizadas de expresar el descontento en la Rusia actual"

"Es difícil decir lo cerca que está de la realidad la participación oficial registrada. Sin embargo, esto crea un dilema también para la Administración de Putin, porque la falta de elecciones libres y la libertad de expresión cada vez más limitada hace que también sea más difícil para ellos saber cuán popular es Putin en realidad", añade. "La creciente represión y las malas prácticas electorales tienen un precio".

Vota Putin

Un amplio reportaje del medio independiente ruso, Meduza, advierte de que el Kremlin podría estar implementando ligeras artimañas para condicionar el resultado de la participación, en favor de lo que sus actuales dirigentes esperan. Según explican, esto consistiría en llevar a los colegios electorales a miembros del partido, empleados estatales y trabajadores de compañías leales (así como a sus familiares y amigos).

Otra de las prácticas que se implementaría sería el voto electrónico y los códigos QR que permitirán controlar eficazmente esta movilización. Según fuentes de Meduza, el equipo de la administración de Putin es muy consciente de que las próximas elecciones en Rusia tienen poco interés para los votantes, por eso, necesitan asegurarse una alta participación.

placeholder Varias personas cerca de una valla publicitaria de la campaña preelectoral. (EFE/Valery Melnikov)
Varias personas cerca de una valla publicitaria de la campaña preelectoral. (EFE/Valery Melnikov)

A los 5.000 trabajadores de la planta de procesamiento de gas natural de Astrakhan se les envió mensajes de texto con un enlace que deberán abrir cuando se encuentren en un colegio electoral. El enlace geolocalizará su teléfono e informará a la dirección de la empresa que votaron. A los trabajadores que no reciben el SMS se les pide que escaneen un código QR presentado por una persona en el colegio electoral, informó el bloguero ruso Ostorozhno Novosti.

También, el grupo independiente de seguimiento electoral Golos, prohibido en Rusia, informó que el partido gobernante Rusia Unida había creado un proyecto llamado GEO-SMS cuyo objetivo era "controlar la participación de los votantes del sector estatal".

Foto: Vista de las tumbas de un cementerio, con la fábrica de hierro y acero Illich al fondo. (Reuters/Alexander Ermochenko)

Sin embargo, los trabajadores de las empresas y funcionarios entienden que, ante una escasez del mercado laboral en consecuencia de la guerra, juegan desde una posición ventajosa. Por lo que algunos trabajadores no estarían contentos de que su voto sea monitoreado. "¡Vete a la mi****! No quiero, entonces, ¿qué me harás? ¿Trabajarás tú en mi lugar?", recoge un testimonio del Moscow Times.

Ante la amenaza de la duda, Rusia ha aprovechado esta información y otros rumores sobre el desinterés electoral para crear un cortafuegos. El Servicio de Inteligencia Exterior (FSB) asegura que EEUU quiere reducir la participación en las elecciones presidenciales rusas. Las autoridades se escudan en que, a instancias de las autoridades estadounidenses, se están difundiendo a través de los recursos de Internet de la oposición llamamientos a los ciudadanos rusos para que ignoren las elecciones. Además, agregan, se planean ciberataques contra el sistema de votación a distancia.

Este mensaje tiene una clara intención: curarse en salud ante una baja participación. En un marco informativo favorable, cualquier resultado, por mínimamente contrario que sea, será cuestionado —una práctica habitual en la desinformación rusa— ante la injerencia de agentes externos. Todo este conglomerado de herramientas electorales asegurarán los objetivos del Kremlin, pero no son las únicas.

Foto: Una mujer en Selídove, cerca de Avdiivka, entre las ruinas de su casa tras un ataque ruso. (Reuters/Thomas Peter)

Un documento interno filtrado y analizado por Vsquare apunta a que se asignaron unos 631 millones de euros (al cambio de rublos) para propaganda electoral. Aunque no es lo más preocupante. Se teme que, en las regiones anexionadas de Ucrania —incluida la recién conquistada Avdíivka—, el recuento de votos sea fraudulento ante la falta de observadores. Los expertos apuntan a que en las zonas controladas por Rusia durante la votación anticipada —que se ha realizado durante esta semana— puede haber una mayor oportunidad de fraude. Otra alarma ha saltado en los votos entregados en el frente, ya que, al no ser papeletas entregadas en un colegio electoral, pueden ser fácilmente manipulables, sin olvidar que los votos pueden estar coaccionados por los altos cargos.

"Parece que Putin pretende afirmar su dominio y desalentar los desafíos tanto de la oposición política como de las élites de su círculo", concluye Eemil Mitikka. "Una victoria electoral significativa también demostraría la capacidad del Gobierno de Putin para orquestar una exitosa campaña de movilización, disuadiendo tanto a la élite como a los opositores de masas de comprometerse en una oposición activa". "Esto subraya la importancia de las grandes victorias electorales para autócratas como Putin".

Este viernes y durante los próximos tres días, los rusos acuden a las urnas para elegir su próximo presidente. Con un sistema cada vez más construido a medida del candidato y actual presidente Vladímir Putin, con la oposición en el exilio, encarcelada o muerta, y sin ningún otro candidato realmente opositor, el ganador de los comicios está claro. La duda es otra: la participación electoral. El presidente Vladímir Putin se ha marcado el objetivo de que los ciudadanos acudan en masa a las urnas para, según explican numerosos observadores internacionales, presentar una apariencia de legitimidad y apoyo popular tanto a su nueva legislatura como también a la invasión de Ucrania. Desde el Kremlin esperan que la participación ronde entre el 70-80% de los 112 millones de personas llamadas a entregar su papeleta.

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