Una grieta en el muro del régimen: ¿hay alguna posibilidad de sacudir a los autoritarios?

¡Hola desde Roma! Cuando me enteré de que un miembro del Fidesz húngaro se había pronunciado contra el régimen de Viktor Orbán, se me pasó por la cabeza una pregunta: ¿hay alguna posibilidad de que un sistema autoritario pueda ser sacudido desde dentro?

Durante el reciente escándalo por un indulto presidencial en relación con un caso de pederastia en Hungría, no solo dimitieron el jefe de Estado húngaro y el exministro de Justicia, sino que estos hechos también desencadenaron una entrevista de dos horas, vista por dos millones de personas, con Péter Magyar, una persona de dentro del régimen. Por primera vez, el biógrafo de Orbán, Stefano Bottoni, hizo una "radiografía pública" del sistema del país.

Nuestro colega húngaro destaca también las enormes protestas que se desencadenaron en Budapest tras el escándalo de pederastia. ¿Y si un fracaso propagandístico provoca la caída de un primer ministro propagandista? Nuestra colega Boróka analiza este escenario en su artículo a continuación.

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De acuerdo, pero ¿podría este terremoto político sacudir al autócrata? Recuerdo cuando toda Europa se reía del escándalo del "bunga bunga" italiano en el que estaba implicado el entonces primer ministro Silvio Berlusconi, ¿y qué pasó? La única razón por la que Berlusconi tuvo que dimitir fue la crisis económica, y aun así siguió influyendo en la política italiana. Incluso después de su muerte, Giorgia Meloni forma parte de su legado. Igual que Nicolas Sarkozy sigue dando forma al gobierno francés. Para saber más, eche un vistazo a la contribución de nuestra colega francesa Nelly en este número.

¿Hay alguna esperanza de que un régimen se resquebraje, cuando el autócrata controla la política, los medios de comunicación, la economía y la sociedad? Veamos cómo responde a esta pregunta nuestro equipo europeo.

• Francesca De Benedetti - redactora Jefe de esta semana

​En esta edición, podrás leer estos temas: Orban debilitado por la hipocresía, 4, Serbia vuelve a caer en manos del hombre fuerte, El dilema polaco, ¿Por qué no cae Erdoğan?

La versión original en inglés, cada miércoles:

La versión en español, los jueves:

Orban debilitado por la hipocresía

Si se quiere conocer el destino de un autócrata, hay que fijarse en su propaganda. El siempre vociferante antiliberal Viktor Orbán nunca ha permanecido tanto tiempo en silencio como durante la reciente dimisión de la presidenta de su país, Katalin Novák.

La jefa del Estado dimitió después de que saliera a la luz que el año pasado había concedido un indulto presidencial a Endre Kónya, ex subdirector de una institución de acogida de niños, donde había intentado silenciar a las víctimas en un caso de pederastia. Judit Varga, exministra de Justicia del Fidesz y principal candidata a las próximas elecciones al Parlamento Europeo, también se retiró de la vida pública, ya que había refrendado el indulto. Zoltán Balog, hombre de confianza de Viktor Orbán y ex ministro de Recursos Humanos, también se vio obligado a disculparse. Balog, obispo cristiano reformado, era asesor de Novák y apoyó el indulto presidencial que desencadenó el escándalo.

Esta oleada de dimisiones no tiene precedentes en la Hungría gobernada por Fidesz. Aún más embarazoso fue que Péter Magyar, exmarido de Judit Varga, concediera una entrevista sobre los contratos estatales y la maquinaria de comunicación del gobierno de Orbán. Más de dos millones de personas vieron sus incendiarias acusaciones. La pesadilla de Orbán se hizo realidad. El 16 de febrero, decenas de miles de personas se manifestaron en Budapest.

Semanas después de que estallara el escándalo, y tras la impresionante manifestación, el Primer Ministro pronunció su discurso sobre el estado de la nación. Parecía incómodo, y dijo que este año electoral no podía haber empezado peor.

¿Se tambaleará el poder de Orbán? Tal vez. Resulta inquietante que la crisis no haya sido provocada por la oposición o las críticas al gobierno, sino por una información que salió a la luz por accidente. La hipocresía de la propaganda pro-familia de Orban sacó a la luz la corrupción y represión del gobierno criticada por un insider, en el caso de Magyar.

La oposición húngara no está preparada para una eventual toma del poder, pero Orbán sigue teniendo dos adversarios reales: el azar y su propia máquina de propaganda, que se está desmoronando.

• Boróka Parászka - periodista en hvg.hu

​Número de la semana: 4

El expresidente francés Nicolas Sarkozy acaba de ser condenado a un año de prisión, con seis meses de suspensión de la pena, por financiación ilegal de campaña. En 2012 gastó casi el doble del máximo legal para una candidatura presidencial, lo que encubrió utilizando un sistema de doble facturación.

Ningún expresidente francés había sido condenado antes a una pena de prisión. Esta es la segunda vez para Sarkozy. El año pasado fue condenado a tres años de cárcel por intentar obtener información confidencial de un magistrado sobre otro caso judicial en el que también estaba procesado.

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En total, Sarkozy ha sido condenado a cuatro años entre rejas. Sin embargo, sigue influyendo en el Gobierno. En la última remodelación, varios de sus protegidos se convirtieron en ministros.

• Nelly Didelot - periodista en Libération

​Serbia vuelve al regazo del hombre fuerte

El hombre fuerte serbio Slobodan Milosevic era un líder muy querido por muchos de su pueblo a principios de la década de 1990. Las masas adoraban sus discursos patrióticos y sus gritos melodramáticos sobre Serbia contra todos, así como sus promesas de prosperidad económica.

En 2000, su legado incluía la derrota en la guerra, el sufrimiento humano, la crisis económica, las sanciones, el aislacionismo y la brutal supresión del pensamiento libre. La "revolución de octubre" de ese año acabó con él.

Pero las democracias no empiezan solo con un decreto. Declarar la victoria sobre un régimen autoritario o populista no es suficiente, ya que dejan tras de sí un desierto social en el que las buenas prácticas democráticas tienen dificultades para arraigar.

La euforia inicial dio paso a la sensación de que los criminales en el poder ya se habían cambiado de bando, el poder judicial seguía dirigido por las mismas estructuras interesadas y el panorama mediático estaba dominado por la clientela de Milosevic.

Las reformas en todos los ámbitos eran difíciles de llevar a cabo, ya que las instituciones estaban podridas desde dentro, la juventud y la intelectualidad habían huido del país, y algunos de los funcionarios recién nombrados resultaron ser "manzanas podridas".

Las disputas políticas sobre el camino que debía seguir el país se recrudecieron. Los gobiernos posteriores no consiguieron traer la prosperidad y se acumularon nuevos escándalos de corrupción. Sin embargo, el Estado ya no tenía el control de una sólida maquinaria propagandística para imponer a la gente unas gafas de color de rosa.

Si se pierde la escasa oportunidad de un cambio verdadero, el ímpetu se disipa y la gente empieza a preferir ver a través de lentes rosas en lugar de enfrentarse al caos que les rodea. Se dan todas las condiciones para que surja un nuevo "gran líder". La Serbia actual recuerda a la época de Milosevic. Hay falta de libertad de prensa y la corrupción es rampante. Las buenas prácticas y los controles y equilibrios no tienen ninguna posibilidad.

Solo que desde 2014 hay otro gran líder, Aleksandar Vucic, que exalta el sentimiento nacional, se dedica a despotricar melodramáticamente, abre y cierra los informativos y mantiene gafas rosas sobre los ojos de la gente.

• Siniša-Jakov Marusic - periodista en Balkan Insight

​El dilema polaco

"Tenía que elegir: seguir en una vía legislativa que duraría meses o incluso años y permitiría que el odio se extendiera aún más, o ponerle fin", dice Bartłomiej Sienkiewicz, ministro polaco de Cultura.

Así justificó Sienkiewicz su decisión de liquidar la televisión pública polaca. Según muchos expertos, entre ellos los de Freedom House, la televisión pública polaca (TVP) se había convertido en un instrumento de propaganda bajo el anterior gobierno dirigido por el partido Ley y Justicia.

La medida del ministro entrante de destituir a la actual dirección de la TVP era contraria a la ley, ya que los mandatos de los miembros debían durar varios años más. Se trata de un camino arriesgado, ya que no todos los tribunales quieren aceptar el registro de las autoridades de la nueva empresa TVP. En 2015, cuando el PiS llegó al poder, también sustituyó a toda la dirección de la TVP, lo que suponía un desafío a la ley. El PiS estableció entonces una nueva institución que aseguró el control del partido sobre TVP durante años.

El nuevo gobierno se enfrenta a un dilema: restaurar el Estado de derecho y la independencia de los medios de comunicación en Polonia puede ser necesario, pero podría no ser del todo legal.

• Michał Kokot - periodista en Gazeta Wyborcza

​¿Por qué no cae Erdoğan?

En los 22 años de gobierno del partido AK del presidente Recep Tayyip Erdoğan, Turquía ha sufrido un terremoto que se ha cobrado más de 50.000 vidas y una crisis económica que ha llevado la inflación a su nivel más alto en 2022 en los últimos 24 años. Ninguna de las dos crisis ha provocado la caída del régimen.

Los resultados de las elecciones presidenciales del año pasado, celebradas tres meses después del terremoto, son una muestra más de la fortaleza de Erdoğan. El apoyo al jefe de Estado turco alcanzó el 76% en la ciudad de Kahramanmaraş, afectada por el terremoto, y el 52% en el conjunto del país. Para sus partidarios, aunque Erdoğan cometa errores, sólo él puede corregirlos. Según una encuesta realizada el año pasado, el 90 por ciento de los votantes del Partido AK consideraba acertada la actuación del Gobierno tras el terremoto.

Erdoğan es percibido como un líder poderoso que se ocupa de los necesitados. Sus partidarios confían plenamente en él. Muchos conservadores se sienten aceptados y respetados bajo el régimen de Erdoğan por primera vez.

La confianza de la mayoría en Erdoğan ha sido engendrada por la prosperidad económica de los primeros años de gobierno del Partido AK y el bienestar social de los pobres. Las inversiones en autopistas y aeropuertos han contribuido a la imagen de un "Erdoğan poderoso". Los avances en la fabricación de material de defensa, como la producción del avión no tripulado Bayraktar utilizado por Ucrania, y las noticias en los medios de comunicación locales sobre sus elogios en países extranjeros son motivo de orgullo entre los partidarios de Erdoğan.

Al mismo tiempo, el gobierno ha reprimido a la oposición y a los medios de comunicación libres, y el Partido AK ha construido una enorme maquinaria mediática que actúa como portavoz de Erdoğan. Con tales límites a la libertad de expresión, es difícil persuadir al electorado de que el fin de Erdoğan no es el fin del mundo.

• Tuğba Tekerek - periodista en Estambul.

​Gracias por leer el número 62 de European Focus

Espero que el debate europeo que estamos promoviendo pueda reforzar también nuestra defensa contra los regímenes y sistemas autoritarios. ¿Quizás podamos encontrar estrategias comunes para "inmunizarnos"?