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Denuncian por estafa al falso mercenario español en Ucrania e Israel: "Se le han puesto de corbata"
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DONDE DIJE PEDRO, DIGO PERO

Denuncian por estafa al falso mercenario español en Ucrania e Israel: "Se le han puesto de corbata"

Pedro Díaz, 'el pequeño Nicolás de la guerra', se sirvió de la confianza y su imagen pública para vender productos que no enviaba. Varias denuncias se han tramitado en España

Foto: Pedro Díaz dice haber combatido en Ucrania e Israel. (Foto de sus redes sociales)
Pedro Díaz dice haber combatido en Ucrania e Israel. (Foto de sus redes sociales)
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Recolector de dedos rusos en Ucrania, mercenario en Israel, superviviente de un ataque de mortero... Son muchas las mentiras y dobles vidas del español Pedro Díaz. Hace dos semanas, El Confidencial destapó la mentira del pequeño Nicolás de la guerra, aunque el propósito de su engaño era un misterio. Nuevas informaciones señalan a Díaz como un presunto estafador de la desgracia con ánimo de lucro. Las primeras denuncias en la Policía ya se han presentado.

Su modus operandi era sencillo: primero, publicitó su historia como combatiente internacional en Ucrania a través de Twitter e Instagram, donde acumulaba más de 200.000 seguidores. Después se labró fama de sanguinario: la propaganda rusa le acusó de mutilar soldados enemigos. Más tarde, anunciaron su defunción. Resucitado de entre los muertos, aprovechó el tirón mediático para conceder entrevistas, mientras se vendía como enlace entre voluntarios hispanoamericanos y el Ejército ucraniano. También ofrecía productos relacionados con la guerra que coleccionistas, curiosos y otros miembros de su audiencia —muchos militares y policías— mostraban interés en comprar. ¿El problema? Cuando los paquetes llegaban a destino, en vez de placas balísticas, uniformes militares o trofeos de trinchera, había en su interior parches comprados en internet.

Así le ocurrió a Mikel Ordorica, un residente de Bilbao que adquirió unos auriculares balísticos Peltor Contact 3 por 280 euros, un precio muy por debajo del mercado. La confianza labrada durante meses a través de mensajes en redes sociales llevó a Ordorica a bajar la guardia, "cometiendo el error de no meterlo como pago seguro, sino como pago amigo" en PayPal. El primero cuenta con protección de la plataforma e incluye reembolsos ante casos de estafa, pero también supone un pequeño monto de la transacción. Hasta un 4% en el caso de Ucrania.

"Estuve varios días detrás de él para que me diera un número de seguimiento y por fin me lo envió. Mi sorpresa llegó a los dos meses, cuando recibí un sobre con un parche, unos sellos y un escrito pidiéndome que le puntuara. ¡Era una compra hecha a través de eBay!", recuerda, enviando como prueba el vídeo del unboxing.

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Entonces empezaron las excusas: que si había sido un error, que si el segundo paquete estaba en camino, que confiara... Al final, acordaron la devolución amistosa del dinero y Díaz adjuntó una captura de pantalla de la supuesta transferencia internacional. "Yo no quiero problemas", insistía. "En una semana tienes el dinero". Pero a Bilbao tan solo llegó el silencio. El 13 de septiembre, Ordorica se presentó en una comisaría de la Ertzaintza y denunció los hechos. "Si me lo ha hecho a mí, seguro que se lo ha hecho a otros", pensó.

Mikel no se equivocaba

Miguel, miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, desembolsó 220 euros a través de Bizum para adquirir dos placas balísticas de nivel IV, habitualmente utilizadas en el interior de los chalecos militares. Vio el anuncio en un grupo de compraventa de material táctico sin saber que el usuario @inteldíaz correspondía al supuesto español combatiendo en Ucrania.

¿El precio tan bajo no te hizo pensar que igual era un timo?

—No, al ser un producto de segunda mano, pensé que estarían usadas y con arañazos. Para lo que yo iba a utilizarlas, no me hacían falta unas de 500 euros cada una —reconoce Miguel—. Por experiencia profesional, la gente que hace este tipo de estafas sube solo un anuncio, pero él tenía varios y pensé que en caso de ser mentira, el resto le pillaría.

Escurridizo, y rey del ghosting, Pedro ni siquiera se molestó en enviarle un paquete con sellos.

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Rubén abonó 113 euros por un botiquín táctico y varios parches que no recibió. 75 pagó, también, por un IFAK (siglas en inglés del botiquín individual de primeros auxilios), otro joven que prefiere no revelar públicamente su identidad. En su caso, además de la estafa, se suma la culpa. Tras intercambiar mensajes a diario y estar incluido en un pequeño grupo de confianza de Díaz, convenció a dos amigos para que gastaran cantidades similares en chalecos, portaplacas y otros accesorios tácticos. Los productos no llegaron y Díaz culpó a MRW. La respuesta de la empresa fue tajante: "En ningún momento ha existido esta orden de pedido".

Estos son tan solo algunos de los casos a los que ha tenido acceso El Confidencial tras destapar las mentiras de Díaz. Hay otras personas como J.A., "paraca de verdad, no una trola" y "friki de los parches", que no han denunciado por la escasa cuantía. Y otros porque desconocen la existencia de un grupo que se está encargando de adjuntar el número de las diligencias en las denuncias, con el fin de demostrar un delito continuado de estafa. Las cantidades, los engaños sostenidos en el tiempo y el modo en el que establecía las relaciones personales siguen siempre el mismo patrón.

El tamaño de su audiencia sugiere, también, que la cantidad de víctimas puede ser mayor. El pequeño Nicolás de la guerra realizó un último intento desesperado en septiembre que puede haber multiplicado el número de damnificados. Díaz compartió un número de cuenta para recibir donaciones tras mostrar su cuerpo malherido. Fue una jugada arriesgada. Su último as en la manga.

Fingir heridas para escapar de la policía

26 de septiembre de 2023. Dos imágenes y una confesión: "Se acabó". "Me han herido en el frente", contó Pedro a sus seguidores. Fue una operación militar fallida con muertos y heridos. El susto le quitó la idea de volver a la primera línea por un buen tiempo. "De momento no me tendrán que amputar la pierna", escribió aliviado a Miguel. Por delante, una difícil recuperación de "tres meses a un año".

Foto: Una unidad de artillería israelí al norte del país, cerca de la frontera con Líbano, el pasado 2 de noviembre. (Xinhua News/Ayal Margolin, vía EP)
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Sorprendida y preocupada, su audiencia se volcó y preguntó cuál era la mejor manera de ayudarle. Díaz no tardó en contestar: "Hago una respuesta general a todos los mensajes, ya que muchos me habéis ofrecido donaciones". Debajo del texto, un IBAN. Los dígitos corresponden a una cuenta abierta en una sucursal de CaixaBank en Alagón, localidad a 25 kilómetros de Zaragoza. Según la versión del presunto timador, se la habían prestado, al no contar con una propia en España. La ley de protección de datos salvaguarda la identidad del titular.

"Qué coincidencia que el día que se crea el grupo de afectados (y se le avisa), este tío dice que le han herido en la pata en Ucrania, ¿no?", ironiza Ordorica. "Algunos decían que había que dejar recuperarse al chaval. Pero vamos a ver, ¡que es mentira!".

Cuatro semanas después, rodilla en tierra, Pedro publicó sus primeras fotografías en Israel. Según relató a El Mundo en una entrevista que ya se ha eliminado de la web, aunque se puede leer a través del sistema Archive Today, estaba a sueldo de una compañía militar privada que daba apoyo al Ejército israelí (IDF) en los Altos del Golán y en la Franja de Gaza. Su salario: 3.900 euros a la semana. "Pagan muy bien, buena equipación y trabajo tranquilo", explicó.

¿Un conflicto por un embaucador?

La mentira pudo avivar la reacción internacional entre Israel y Hamás. El testimonio y el caso de Pedro Díaz eran las pruebas del uso de mercenarios por parte de Israel. Los principales medios del mundo árabe, como Al Jazeera (Qatar), Al Arabiya (Arabia Saudí), Al Quds TV (principal fuente de información de Gaza), Maan News (agencia de noticias palestina), Al Masry Al Youm (uno de los principales medios de comunicación de Egipto), SANA (agencia de noticias estatal siria) o Mehr News Agency (Irán), entre muchos otros, dieron por buena la información. Tanto ellos como cuentas propalestinas en diferentes idiomas no tardaron en difundirlo en redes.

Sin embargo, la investigación de El Confidencial descubrió que las fotografías eran robadas, y manipuladas con un software de edición. Las IDF negaron también su historia y los eventos se precipitaron. Pedro bloqueó a un buen número de usuarios, eliminó las publicaciones y desactivó sus redes.

"Se le han puesto los huevos de corbata", escribían en el grupo de estafados. Miembros sorprendidos "con la jeta" de un chico que este lunes ha regresado en lo que parece una nueva huida hacia adelante. La cuenta de Instagram postea ahora inversiones en bitcoin con retornos inverosímiles. El dueño dice ser un tal Álvaro Beker (@hadesbeker) y, según sus explicaciones, compró el usuario a "José Pedro Díaz García" por 1.200 euros, a través de Milanuncios.

Una estrategia similar a la que utilizó Pedro Díaz el pasado septiembre en otra red social, cuando acusó, en falso, a varios miembros de la comunidad proucraniana de enriquecerse con la venta de parches. Atizado por la masa, publicó contenido prorruso, para excusarse después, diciendo haber sufrido un hackeo.

Al cierre de esta edición, nuevas acusaciones y pruebas sugieren que la estafa económica podría ser el menor de los delitos cometidos por Díaz. Donde el falso mercenario dijo Pedro, cada vez surgen más peros. La investigación continúa en curso.

Si desea poner su caso en conocimiento de la investigación, o tiene información relevante, puede escribir un e-mail a afectadospedrodiaz@gmail.com.

Recolector de dedos rusos en Ucrania, mercenario en Israel, superviviente de un ataque de mortero... Son muchas las mentiras y dobles vidas del español Pedro Díaz. Hace dos semanas, El Confidencial destapó la mentira del pequeño Nicolás de la guerra, aunque el propósito de su engaño era un misterio. Nuevas informaciones señalan a Díaz como un presunto estafador de la desgracia con ánimo de lucro. Las primeras denuncias en la Policía ya se han presentado.

Israel Conflicto árabe-israelí
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