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El inesperado efecto Francisco que puede costarle a Milei la presidencia de Argentina
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"Representante del Maligno en la Tierra"

El inesperado efecto Francisco que puede costarle a Milei la presidencia de Argentina

Las críticas del ultraderechista Javier Milei al papa Francisco han hecho mella en una parte de la sociedad argentina y pueden ser un factor decisivo en la segunda vuelta de las elecciones

Foto: El candidato a la presidencia de Argentina Javier Milei. (Reuters/Luis Robayo)
El candidato a la presidencia de Argentina Javier Milei. (Reuters/Luis Robayo)
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Decir que el voto católico no existe como tal en Argentina era una afirmación casi segura hace unos meses. No es un país que tradicionalmente se deje influir por la cuestión religiosa. Al menos, no había pasado hasta ahora. La polarización política derivada de las elecciones presidenciales ha llegado a tal nivel que el argentino más universal, el papa Francisco, puede ser un factor decisivo en la segunda vuelta de las elecciones pesidenciales del domingo 19 de noviembre. En la contienda entre Sergio Massa y Javier Milei, la mayor o menor aceptación del jefe del Vaticano puede inclinar la balanza y romper el estrecho margen entre los dos principales candidatos. Fue precisamente el líder ultraderechista el primero en criticar a Jorge Mario Bergoglio, lo que motivó la respuesta de la Iglesia en el país y metió de lleno al antiguo cardenal de Buenos Aires en la contienda electoral.

En pocas semanas, la cuestión religiosa se ha convertido en uno de los aspectos para revertir el apenas un punto de diferencia que, según algunas encuestas, le saca el candidato de La Libertad Avanza (LLA) al oficialista Sergio Massa. El actual ministro de Economía y candidato de la coalición Unión o la Patria (UPP) ya dio la sorpresa en la primera vuelta, el 22 de octubre, al remontar con una diferencia de casi siete puntos.

El momento de inflexión en lo que parecía una victoria cantada para Milei tuvo lugar en el mitin del cierre de su campaña, el 19 de octubre, en una puesta en escena más propia de una gran estrella de rock. Uno de sus principales asesores, Alberto Benegas Lynch, pidió, "por consideración y respeto a mi religión católica", en caso de ganar las elecciones, "suspender las relaciones diplomáticas con el Vaticano mientras allí prime el espíritu totalitario". Tres días después, el sorpaso de Massa dio al traste con la euforia de los sondeos que llevaban en volandas hacia la Casa Rosada a quien se presentaba como un león con una motosierra para acabar con la casta corrupta que había arruinado el país. Era el efecto Francisco.

Los lugares donde más votos perdió el partido de Milei fueron las provincias del norte, donde la Iglesia mantiene su influencia social, y en el gran Buenos Aires, en demarcaciones donde se enclavan las llamadas villas miseria, barrios populosos donde la actividad de los curas villeros permea la vida de sus gentes, atiende sus necesidades y defiende con ardor sus derechos.

Foto: Milei y Lemoine, a un paso de la gloria. (Twitter)

"La figura de Francisco influye en Argentina de una forma central", destacan fuentes cercanas al entorno de Francisco en el Vaticano a El Confidencial. Los insultos de Milei no han sentado nada bien, por más que los postulados sociales y económicos del Papa choquen igualmente con los de Massa. Todo empezó con los exabruptos de un desencajado Milei en televisión, donde criticó la doctrina social de la Iglesia reivindicada con ahínco por Bergoglio, el "representante del Maligno en la Tierra". "Habría que explicarle al imbécil ese que está en Roma qué es la justicia social, la justicia social es la envidia, el odio, el resentimiento, explicarle que es un robo y que va contra los mandamientos", dijo. A estas declaraciones se añadieron, en septiembre, las acusaciones de "gran afinidad por dictadores como Castro o Maduro" y de que "está del lado de dictaduras sangrientas".

La guinda la puso Benegas Lynch pidiendo la ruptura de relaciones con el Vaticano, y la respuesta, comedida pero contundente, le llegó de inmediato —apenas tres días antes de que se abriesen las urnas para la primera vuelta presidencial— por parte de Jorge García Cuerva, arzobispo de Buenos Aires, con un mensaje "para los que somos cristianos: no dejar el Evangelio en la puerta del cuarto oscuro, también votar con sus valores, pensando en la solidaridad y en los que más sufren, en que la Argentina tiene que salir adelante. Seamos también cristianos a la hora de elegir", indicó.

Foto: Javier Milei. (Reuters) Opinión
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Antes, el arzobispo que ahora dirige la sede que en su día había ocupado el cardenal Bergoglio se mostró "realmente azorado, sorprendido" por las declaraciones del "prócer del ultraliberalismo", como Milei define a Benegas Lynch, indicando que, en todo caso, con quien Argentina "debe romper relaciones es con la inflación, con la marginalidad, con todas las situaciones que están generando tanto dolor entre los argentinos”.

Los ‘curas villeros’ contraatacan

Más directo fue el conocido sacerdote Pepe di Paola, referente del Equipo de Curas de Villas y Barrios Populares. Fue el impulsor de una "misa de desagravio" hace unas semanas en una de esas abigarradas poblaciones, tras la cual 70 curas villeros leyeron un manifiesto criticando a Milei por su política de recortes del gasto público y sus comentarios despectivos contra Francisco. La pasada semana, Di Paola se descolgó con unas declaraciones en donde directamente pedía que no se votase al candidato de la LLA. "Un hombre de fe no puede apoyar propuestas inhumanas, antivalores, sea cristiano, católico o profese el credo que profese, y es lo que plantea este candidato, un retroceso en la civilización", soltó.

Las propuestas de Milei son para este sacerdote, amigo del Papa, "todas contrarias a lo que plantea Francisco, que habla de una humanidad solidaria y cree en la vida". "Por eso, para los predicadores del odio, la justicia social es una mierda. Por eso creo que ningún hombre de fe puede inclinarse por esta propuesta electoral", subrayó, en alusión al tuit de Milei en donde, dirigiéndose directamente al Papa, le instaba, "a vos que te gusta la MIERDA de la justicia social sería bueno que arranques repartiendo a los pobres las riquezas del Vaticano".

Foto: El político argentino Javier Milei. (Mariana Nedelcu/SOPA Images)

Las declaraciones de Pepe di Paola no fueron recibidas con agrado por la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que se distanció de ellas. Para entonces, el propio Milei había recogido velas, circunscrito la salida de tono de Benegas Lynch a "una declaración personal", asegurando que "no está en los planes romper relaciones con el Vaticano". Además, sostuvo que en el caso de que Francisco visite Argentina —si la salud se lo permite—, recibirá "con los honores de un jefe de Estado" a "alguien que es el líder espiritual de los católicos". Antes que él, su principal rival en las encuestas, Sergio Massa, había recogido el guante de los ofendidos por los insultos al Papa y prometido, en caso de ganar las elecciones, trabajar para que "el argentino más importante" visite el país el año entrante.

Sin citarlo directamente, unas palabras del Papa en una entrevista con la agencia argentina Télam, al final de la campaña, fueron interpretadas en el país como una respuesta a los exabruptos de Milei. Reconocía Bergoglio su "mucho miedo a los flautistas de Hamelín". "Todos fuimos jóvenes sin experiencia y a veces los chicos y las chicas se aferran a milagros, a mesías, a que las cosas se resuelven de manera mesiánica. El Mesías es uno solo, que nos salvó a todos. Los demás son todos payasos del mesianismo", dijo, en lo que se entendió como un mensaje al electorado juvenil, a quien las encuestas dan como partidarios de los postulados antisistema del candidato ultra.

Con este telón de fondo, a pocos días de la decisiva segunda vuelta, con unas décimas de ventaja de Milei sobre Massa en los sondeos, ¿puede tener alguna influencia en el resultado final la figura de Francisco? "Sí, claramente", señala la fuente vaticana. "No solo el Papa, sino toda la Iglesia, en general, como institución, dada la capilaridad que uno encuentra en los movimientos de los curas villeros, por ejemplo, u obispos y sacerdotes a lo largo de todo el país. Los sectores más racionales de la Iglesia no van a decir con nombres y apellidos a quién votar, pero la línea que expuso el arzobispo de Buenos Aires cuando dijo que no hay que dejar el Evangelio en la puerta del cuarto oscuro a la hora de votar deja entrever que votar por el Evangelio no puede ser votar por las propuestas que van en contra de lo que predica la doctrina social de la Iglesia". En otras palabras, esa mierda que difunde Francisco y que, según Milei, va contra los mandamientos.

En fila para hacerse fotos con el Papa

Calificado de "comunista" por el líder de La Libertad Avanza —lo que el propio Francisco desmintió en la entrevista con Télam—, la figura de Francisco descoloca realmente a todas las formaciones políticas. A pesar de ello, "la dirigencia política siempre hace fila para ir al Vaticano y sacarse una foto, y aunque sea en una mera audiencia general, hacen saber que han sido recibidos por él, aunque fuese un mero saludo, un estrecharse las manos en una audiencia general", señalan desde el entorno vaticano del Papa.

Foto: Javier Milei. (Reuters/Matias Baglietto)

Tachado también continuamente de peronista, tuvo sin embargo serios encontronazos con los Kirchner, cuyas políticas denunció ante sus narices desde la catedral de Buenos Aires cuando era cardenal y Néstor y Cristina acudían para la celebración del Te Deum con motivo de la fiesta nacional.

Lo que molesta a unos políticos y a otros de este Papa en Argentina "no es la figura en sí, es el mensaje que da Bergoglio y es la lectura que se hace del mensaje, porque suele haber una hemiplejia constante a la hora de leerlo, tanto en los sectores de derecha como en algunos de izquierdas". Por eso, irrita profundamente "que el magisterio de Francisco se ha enfocado en cuestionar la desigualdad de la distribución de la riqueza a nivel mundial y en formas de producción de beneficios que no son éticos, como la venta de armas o la especulación financiera, que constituyen el pilar de la acumulación de riqueza de estos sectores de derecha y ultraderecha", señala la misma fuente.

Foto: Sergio Massa, en el acto presidencial del 22 de octubre. (Reuters/Mariana Nedelcu)

Por otro lado, prosigue el interlocutor, "también es un pecado en el que incurren sectores progresistas cuando tratan de no darle tanta visibilidad al mensaje del Papa referido al principio o al final de la vida, y ensalzan sus mensajes en la parte geopolítica y económica, lo que denota que falta una lectura completa que se da en muy pocos sectores".

Pero en esta ocasión, no solo entran en liza a la hora de votar los postulados políticos y económicos de los argentinos, el 75% de los cuales se confiesa católico. Milei ha metido al "Papa blanco y celeste" de cabeza en la refriega electoral. El 19 de noviembre sabremos si ha pagado cara la factura de denigrar a quien los argentinos sienten pasionalmente como uno de los suyos y cuyos mensajes, por más que sean lanzados desde el Vaticano, son vividos en clave nacional.

Decir que el voto católico no existe como tal en Argentina era una afirmación casi segura hace unos meses. No es un país que tradicionalmente se deje influir por la cuestión religiosa. Al menos, no había pasado hasta ahora. La polarización política derivada de las elecciones presidenciales ha llegado a tal nivel que el argentino más universal, el papa Francisco, puede ser un factor decisivo en la segunda vuelta de las elecciones pesidenciales del domingo 19 de noviembre. En la contienda entre Sergio Massa y Javier Milei, la mayor o menor aceptación del jefe del Vaticano puede inclinar la balanza y romper el estrecho margen entre los dos principales candidatos. Fue precisamente el líder ultraderechista el primero en criticar a Jorge Mario Bergoglio, lo que motivó la respuesta de la Iglesia en el país y metió de lleno al antiguo cardenal de Buenos Aires en la contienda electoral.

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