El kirchnerista Massa se adelanta en las elecciones argentinas y Milei se queda corto, pero habrá segunda vuelta

Argentina se enfrentó este domingo a su particular susto o muerte electoral y retrasó la cita definitiva al 19 de noviembre. Según los primeros resultados del escrutinio provisional, Sergio Massa, actual ministro de economía kirchnerista, habría conseguido colocarse en cabeza frente a Javier Milei, candidato autodescrito como 'anarcocapitalista' y libertario, y ambos volverán a enfrentarse en la segunda ronda de las elecciones presidenciales argentinas. Milei se ha quedado muy por debajo de sus aspiraciones y Massa ha logrado movilizar un voto silencioso, o quizá asustado, para hacer frente al economista.

Ninguno de los tres principales candidatos que concurrían a la cita electoral de este domingo logró hacerse con más del 50% necesario para alcanzar la Casa Rosada en la primera vuelta. Con el 98,48% escrutado, Massa logró el 36,68% de los votos, seguido por Milei, con el 29,99%. Patricia Bulrrich, candidata de la derecha clásica, ha quedado por detrás con el 23,83%, lo que la descarta para el balotaje el próximo 19 de noviembre.

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Inmersa en una profundísima crisis económica y harta de las recetas políticas clásicas argentinas, que en las últimas décadas han sido siempre la alternancia de las mismas dos opciones, el peronismo y el antiperonismo tradicional, existía el miedo de que Argentina se dejara llevar, por la irrupción del polémico economista Javier Milei y sus propuestas de quemarlo todo contra "la casta" del establishment político argentino.

Ahí parece que ha podido radicar parte del éxito de Massa, ministro de economía actual del kichnerismo y quien, pese a la fuerte devaluación del peso de los últimos días y de ser precisamente la persona que dirige la maltrecha economía del país desde 2022, ha conseguido adelantar en más de cinco puntos porcentuales a Milei, contradiciendo a la mayoría de las encuestas. De hecho, en un intento de sobrellevar la ola Milei, se ha intentado dibujar como la opción más a la derecha del kichnerismo, y atraer así votantes más conservadores pero temerosos del posible terremoto económico que implicarían algunas de las medidas de Milei.

La que ha quedado fuera de combate ha sido Patricia Bulrrich, candidata de la derecha tradicional, exministra de seguridad de Macri. Está por ver hacia dónde se inclinarán sus votantes, profundamente antiperonistas. La segunda vuelta tendrá lugar el 19 de noviembre, donde el país tendrá que decidir entre el continuismo kichnerista o el volcánico Milei.

El ascenso de Milei en los dos últimos años ha sido meteórico. De competir solo en la capital, donde consiguió un puesto como diputado nacional a finales de 2021, dio el pelotazo en las primarias de agosto y ha logrado pasado a pasar, como uno de los dos candidatos, al último paso antes de la presidencia argentina, sorprendiendo a estructuras tan consolidadas como el peronismo y el macrismo.

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Lo ha logrado proponiendo las medidas más rupturistas y polémicas en décadas, incluyendo la dolarización del país —considera la divisa nacional, el peso, como un "excremento"— el cierre del Banco Central, el recorte sustancial de subsidios e impuestos y la reducción del aparato del Estado a su mínima expresión, incluyendo el cerrojazo a buena parte de los ministerios. En contraposición a esa agenda neoliberal radical en lo económico, ha presentado también propuestas ultraconservadoras en lo social, como el retroceso en la liberalización del aborto, o la prohibición de la educación sexual en las escuelas.

Sin embargo, Milei y su partido, La Libertad Avanza (LLA), podría haber tocado techo o, quizá, asustado lo suficiente con propuestas tan iconoclastas pronunciadas la última semana como romper relaciones con El Vaticano. La izquierda del Frente Renovador de Massa se ve fuerte y con opciones.

Massa, conocido por su pragmatismo y por ser un camaleón político, inició su carrera política como alcalde de Tigre, una localidad del conurbano bonaerense, llegó a ser jefe de Gabinete de Cristina Fernández Kirchner (2007-2015), rompió después con la exmandataria izquierdista, llegando a hacer una brutal campaña contra el kirchnerismo en las presidenciales de 2015, en las que fue tercero, y posteriormente se reconcilió la hoy vicepresidenta. La gestión de Massa al frente de la cartera ha sido muy criticada por la izquierda peronista, especialmente sus pactos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que han supuesto recortes en subsidios, unas medidas consideradas inevitables por el ministro. Massa culpa como origen de los males económicos del país, precisamente, a los 44.000 millones de euros de deuda contraída por el Gobierno del expresidente Mauricio Macri (2015-2019) con dicho organismo internacional.