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"Javier Milei es un loco, pero es nuestro loco": lo que le espera a Argentina
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Presidente bomba para Argentina

"Javier Milei es un loco, pero es nuestro loco": lo que le espera a Argentina

La increíble historia de cómo un economista libertario con vaivenes emocionales por abusos escaló la pirámide política impulsado por su odiada casta y unos inquietantes mastines parlantes

Foto: Javier Milei. (Reuters/Matias Baglietto)
Javier Milei. (Reuters/Matias Baglietto)
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Si usted cree saberlo todo sobre pesadillas domésticas, es porque no compartió apartamento con Javier Milei en 2019.

Milei —entonces alborotador libertario y hoy nuevo presidente de Argentina— está en mitad del salón de su apartamento bonaerense. Le rodean cinco mastines. El economista melenudo ha tirado paredes para ampliar el salón y colocado ganchos en el suelo para fijar a los perros con cadenas que les permitan deambular sin llegar a morderse. Pese a todo, ocurre un accidente: dos mastines se enzarzan, Milei intenta separarles, le muerden. Heridas, puntos de sutura, escayola. Balcanización perruna.

Esta es la increíble historia sobre cómo un hombre al límite alcanzó la presidencia argentina contra todo pronóstico.

1. Milei, el místico

"Su hogar se empezó a convertir en una fortaleza inexpugnable, a la que nadie podía entrar. Milei tenía que inventar excusas una y otra vez para justificar por qué no podía recibir personas en su hogar. "Es que esto es Kosovo", decía, y lo presentaba como si fuera un chiste. Pero nadie podía imaginar lo real, lo cruda que era esa frase. La casa de Milei era Kosovo, y su psiquis también. Se estaba cocinando una tormenta perfecta", escribe Juan Luis González en El loco, fascinante biografía crítica de Milei publicada este verano en Argentina.

Foto: El economista ultraliberal Javier Milei. (EFE/Gala Abramovich)

Lo que para cualquier mortal sería un infierno costumbrista —la convivencia con cinco mastines imprevisibles—, para Milei fue una de las experiencias más emocionales, místicas y políticas tenidas nunca entre un hombre y sus mascotas. Su amor era más grande que la vida y que la muerte: los cinco mastines eran clones de Conan —muerto en octubre de 2017— por los que Milei pagó 50.000 dólares a la empresa estadounidense PerPETuate, que abre su web con fotos de Milei y sus canes clonados. Los clones tenían nombres de economistas liberales clásicos (Murray, Milton, Robert, Lucas...) y algo más en común: hablaban con Milei. En efecto, el economista contactó con una médium para hablar con los perros, y la médium enseñó su método a la hermana de Milei, Karina, mandamás de su movimiento político y única persona de su total confianza.

Por si esto no fuera extraordinario de por sí, los canes no charlaban con Milei sobre boludeces: vaticinaban una Argentina desregularizada... presidida por Milei. Esta versión libertaria y bizarra del Doctor Dolittle parecía delirante, la visión psicótica de un economista cuarentón que no pasaba por su mejor momento y vivía atrincherado con chuchos, pero la mastinocracia de Milei estaba a punto de dinamitar la política argentina para siempre. Guau, guau.

En 2018, cuando Milei empezó a hacerse famoso en la tele con sus explosivas opiniones, preguntaron a su padre si su hijo estaba loco o se lo hacía. El padre contestó: "Mi hijo siempre fue así: salvaje, vehemente, muy rebelde. Por eso lo tenía que fajar".

En efecto, hay cosas más dolorosas que la mordedura de un mastín.

Antes de las elecciones, hablamos con el periodista argentino Juan Luis González vía telefónica desde Buenos Aires.

"Milei debate con sus mastines clonados la estrategia política a seguir"

PREGUNTA. El Milei de la tele y los mítines es una fuerza de la naturaleza que arrastra multitudes, pero usted le describe como "un hombre solo".

RESPUESTA. Es un hombre muy solitario. Sufrió una violencia terrible de su padre, bullying infantil, falta de amor, constante ausencia de amigos y parejas de adulto.

P. ¿Intentó llenar esos huecos con su perro Conan?

R. Lo seguro es que se tomó el duelo por la muerte de su perro como si se le hubiera muerto un hijo. Parece exagerado, pero así lo vivió él.

P. Dice usted que detrás de su discurso impulsivo e incendiario, quizá se esconda un hombre con miedo. ¿A qué le tendría miedo Milei?

R. El miedo a la soledad le hizo clonar al perro. Sencillamente no pudo aceptar quedarse solo de nuevo. La muerte de Conan, la deriva mística de Milei y su salto a la presidencia son hechos relacionados directamente.

P. ¿De qué habla con sus perros?

R. Milei cree que sus mastines saben de teoría monetaria. Debate con ellos la estrategia política a seguir. También son su vehículo para hablar con Dios. Da para reírse, pero ojo con tomarse a broma que un perro tome las decisiones políticas de un país...

Foto: Fachada del adosado de Isabelita Perón. (Enrique Villarino)
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Al saber de las charlas de Milei con sus mastines, más de un argentino ha recordado pesadillas esotéricas pasadas, como los convulsos años previos a la dictadura militar, cuando, en un clima montonero prerrevolucionario, el regreso triunfal de un débil Perón (murió al poco) derivó en una loca espiral de espiritismo y represión con Isabelita Perón (presidenta accidental y manipuladora espiritual del cadáver de Evita), José López Rega, fontanero místico de Perón en su exilio madrileño y señor de las sombras, y el terrorismo de la Triple A.

El periodista Eduardo Bravo, autor de libros como AAA, del peronismo mágico al caso Almirón, nos habla sobre el hilo secreto que une a los mastines parlantes de Milei con el Estado profundo esotérico argentino:

1) "Suena demencial que el perro de Milei le convenciera de presentarse a las elecciones, pero Argentina tiene una larga tradición esotérica vinculada al poder. De magos y videntes asesorando a los mandatarios en sus momentos más vulnerables, cuando toman decisiones en soledad y se sienten más seguros con alguien respaldándoles en las sombras. No olvidemos que Pujol tenía una bruja, que Reagan consultaba con una astróloga, que los Zares tenían a Rasputín, que los nazis tenían ese rollo esotérico de la lanza de Longinos, que el emperador de Japón era una divinidad hasta el año 45... No sé si es porque esos supuestos prohombres son los primeros que se consideran falibles y necesitan una ayudita extra de lo sobrenatural o que lo sobrenatural les allana el camino a la hora de convencer a sus fieles, pero esoterismo y política siempre han estado más relacionados de lo que parece".

"Cree que la dolarización arreglará los problemas de Argentina por arte de magia, cuando lo más probable es que todo se vaya a pique"

2) "López Rega, iniciado en la magia afrobrasileña, era un charlatán y un psicópata, pero había un caldo de cultivo detrás: los padres de acogida de Isabelita Perón tenían una escuela espiritista. Con López Rega e Isabelita Perón se juntaron, por tanto, el hambre con las ganas de comer. Pero aunque López Rega mandó mucho, no dejó de ser nunca un gregario. Milei, por contra, aspira a presidir el país".

3) "El esoterismo de Milei está vinculado a sus ideas irreales sobre el libre mercado, un paraíso en el que los mercados se autorregulan en armonía sin la intervención de los hombres, es decir, idealizaciones sin anclaje en la realidad. Milei propone un mundo mítico en el que la dolarización arreglará todos los problemas de Argentina por arte de magia, cuando lo más probable es que todo se vaya a pique cuando llegue al Gobierno", zanja Bravo.

2. Milei, el tertuliano

"Mi gran fuente de inspiración es Conan Milei, quien me ha empujado a descubrir los límites de lo posible aventurándome a lo imposible. Y más allá también", ha dicho Milei sobre su perro muerto (del que nunca habla en pasado, hace como si siguiera vivo en uno de los mastines clonados). Todo esto es muy raro, sí, ahora bien: ¿cómo pasó Milei de hombre que hablaba con los perros sobre ultraliberalismo a hombre fuerte de la política argentina?

Javier Milei era un desconocido para el argentino medio hasta 2017, cuando empezó a incendiar programas y tertulias televisivas. ¿Qué tipo de personaje catódico era? Imagínense ustedes a Coto Matamoros en un día especialmente alterado. O a un tertuliano de El Chiringuito pegando estremecedores alaridos sobre las bondades del libre mercado. Milei era un búfalo testosterónico que exigía el fin de los impuestos, del Banco Central y del gasto público con los ojos fuera de las órbitas. De mecha corta. Con explosiones de ira (que ya tenía en su abusada juventud), siempre al choque y con el insulto por delante. Cargado de provocaciones: "Nuestro verdadero enemigo es el Estado. El Estado es el pedófilo en el jardín de infantes. Con los nenes encadenados y bañados en vaselina", dijo Milei en la tele en 2018. Por el plató por donde pasaba, no crecía la hierba (pero sí subían las audiencias).

Para hacerse una idea de su agresividad, es imprescindible ver sus vídeos, pero ahí van algunas intervenciones sonadas.

"No te pasés conmigo que te estropeo, ignorante, vení a partirme la nariz, viejo acabado"

"Parásito, inútil, chupasangre, político de mierda, son lo peor, les gusta la plata". (Al diputado derechista Daniel Lipotesky).

"No te pasés conmigo que te estropeo, ignorante, vení a partirme la nariz, viejo acabado". (Al periodista Carlos Gabetta).

"Metete lo políticamente correcto en el orto". (A la periodista Carolina Perín).

"Sos un fascista, un nazi, un chorro". (Al senador Nito Artaza).

placeholder Milei, en la anterior campaña electoral. (Reuters)
Milei, en la anterior campaña electoral. (Reuters)

"La popularidad de Milei corrió por dos vías: programas de televisión de la tarde, de audiencia amplia, donde su estilo transgresor, su discurso inflamado y su supuesto saber le granjearon amplias audiencias. Por el otro, a través de videos de internet, clases públicas en las plazas y presentaciones de libros —e incluso una obra de teatro—. En un comienzo se le veía como una figura un poco loca, que podía decir que "entre el Estado y la mafia, prefiero la mafia, porque la mafia compite, la mafia tiene códigos", o propuso reemplazar el sistema estatal de donación de órganos por un mercado privado", explica el ensayista argentino Pablo Stefanoni, autor de un libro de referencia sobre las olas trumpistas y mileistas: ¿La rebeldía se volvió de derecha?

"Milei triunfó como tertuliano porque era novedoso: un libertario de pelo largo y rockero que se enojaba y pataleaba en directo. Sus peleas viralizaron en redes y se convirtió en personaje mediático porque daba rating a las teles y clics a los periódicos", resume González.

3. Milei, el intelectual

Ninguna rajada pública de Milei supera hasta ahora los seis minutos de abuso verbal a la periodista Teresita Frías. ¿Su pecado? Hablarle de Keynes en una conferencia en Salta. El acto acabó a golpes entre los asistentes y en los juzgados. Una jueza denunció a Milei por maltrato. El político libertario se disculpó así en el tribunal: "Es que estoy atravesando un mal momento personal". Dato: Conan, su perro y amigo del alma, había muerto hacía poco tiempo.

Como otros célebres arrebatos televisivos de Milei, su ataque a Frías supuró superioridad intelectual. El patrón era siempre parecido: alguien disertaba sobre economía y Milei se le echaba encima furibundo; la furia del economista que se creía asediado por advenedizos.

Ocurre que la máscara del Milei académico quedó dañada tras desvelarse que plagió decenas de páginas de sus exitosos libros sobre economía y anarcocapitalismo, además de sisar párrafos ajenos de economistas clásicos en sus columnas periodísticas.

"¿La respuesta de Milei a las fundamentadas acusaciones de plagio? Plagiar es un 'modus operandi' para él"

En el colmo del desahogo, Milei hizo un nuevo prólogo al libro 4000 años de controles de precios y salarios que calcaba párrafos del prólogo original del libro, con tan mala suerte que ¡la nueva edición del ensayo incluyó ambos prólogos!

Tomás Rodríguez, uno de los periodistas que desveló el escándalo, concluye tajante, tras enumerarnos todos los plagios de Milei: "Plagiar es un modus operandi para él".

¿La respuesta de Milei a las fundamentadas acusaciones de plagio? Eran parte de una conspiración del establishment para acabar con él: "La casta tiene miedo", aseguró.

"Milei estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para encabezar una boleta presidencial. Incluso si suponía poner una parte de la lista a la venta"

"Milei en general no se lleva bien con el disenso", zanja el periodista argentino.

Por cierto, tras ser atacado por otra cuestión, un Milei (visiblemente alterado) denunció: "Quieren plantarme merca en el auto para mostrarme como loquito merquero". Es decir, exactamente el mismo argumento —"igual mañana me meten un saco de cocaína en el maletero"— que utilizó nuestro Luis "piquito" Rubiales en una de sus surrealistas ruedas de prensa. Moraleja primera: si no te han metido cocaína en el maletero la última semana, igual es que eres un poco mindundi. Moraleja segunda: el estilo de Rubiales y de Milei es de pelea, barro y puerta grande o enfermería. Es lo que hay. Vivirán y morirán así.

4. Milei, el político

Su rol de outsider antisistema creció en las tertulias atacando a un destacado fontanero del presidente Mauricio Macri, Marcos Peña, cuando la derecha logró sustituir al kirchnerismo en el Gobierno. Lo dijo Milei sobre Peña en las tertulias: "El pelotudo de Macri le dio todo el poder al comunista de Marcos Peña, que es el verdadero presidente, y la cagó. Marcos Peña es un parásito inútil que no puede sumar ni en una calculadora. Marcos Peña es un incompetente, un inepto, un idiota, un chupasangre, un estúpido, un hijo de puta, un impresentable, un necio, una basura. Marcos Peña es el responsable de este desastre económico. Marcos Peña nos empobreció a todos. Marcos Peña le sale caro al país. A Marcos Peña hay que sacarlo a patadas en el traste. A Marcos Peña hay que tirarlo en una isla abandonada. A Marcos Peña hay que cortarle la cabeza con una katana".

A Milei, en efecto, no le gustaba Marcos Peña.

En un país en el que hasta las tostadoras están polarizadas, sus ataques a la derecha gubernamental, que en principio era más de su cuerda que el kirchnerismo, le dieron aura de librepensador que no se casaba con nadie. Pero, ¡ay!, los improperios de Milei a Peña no eran inocentes...

Contexto: Eduardo Eunerkián, sexta fortuna argentina, mantenía entonces una pelotera con el Gobierno de Macri sobre su negocio aeroportuario, Aeropuertos Argentina 2000, que operaba 35 terminales en el país. El Gobierno amagaba​ con quitarle a Eunerkián la concesión de sus dos principales aeropuertos. Se da la circunstancia de que Milei era economista en jefe de Aeropuertos Argentina 2000 (aunque él decía tener otro puesto más difuso en el conglomerado Eunerkián). Los salvajes ataques de Milei a Peña, en definitiva, se entienden mejor en ese contexto.

Pese a su radicalismo antiestatal, en 2021, cuando Milei se convirtió en diputado, no votó en contra de la subida de impuestos a los billetes de avión, tasa que beneficiaba a Eunerkián, que también controlaba los medios de comunicación que lanzaron al Milei tertuliano. Resumiendo: Casta sí; casta no, casta me gusta me la como yo.

Habla González: "Milei no el primer político en decir una cosa y hacer otra, pero su caso es más grave porque su purismo contra la casta y contra toda ayuda pública choca muchas veces con sus acciones. Los negocios argentinos de Eunerkián se levantaron en parte con ayudas estatales. El ascenso de Milei tiene múltiples causas, como las crisis sociales del país, pero el apoyo del empresario en las tertulias, en su salto a la política y en la recaudación de su campaña (en la que intervino un gerente de las empresas de Eunerkián) ha sido un factor importante de su éxito. Lo que no significa que sea todo un plan maestro para controlar la presidencia. ¿Y si a Eunerkián se le descontrola el Frankenstein?".

Foto: El economista ultraliberal Javier Milei. (EFE/Gala Abramovich)

Otra de las contradicciones de Milei, o quizá un canónico ejercicio de pragmatismo, fue la conversión de su plataforma presidencial (que se apoyaba en el pequeño Partido Libertario) en un magma de agrupaciones coyunturales y oportunistas para la expansión territorial. O la laminación de centenares de militantes libertarios para dar paso a, entre otros, profesionales del medraje político y negacionistas de la represión de la dictadura militar.

En efecto, el movimiento Milei se extendió por el país como franquicia al mejor postor. "Milei estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de llegar a encabezar una boleta presidencial. Incluso si eso suponía poner una parte importante de la lista, en cada provincia y en cada localidad, a la venta". Se atribuye esta frase a uno de los principales fontaneros de Milei: "Los lugares los van a ocupar los que pongan más plata", afirma González.

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En 2021, obtuvo un sorpresivo 17% en las elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires y consiguió entrar al Parlamento

Más allá de trapicheos, el fenómeno político era real y puso en crisis a todo el arco político argentino. Stefanoni resume la receta de su éxito ideológico: "Milei es un seguidor del paleolibertario estadounidense Murray Rothbard, quien articuló posiciones anarcocapitalistas con posiciones reaccionarias. Su crecimiento tuvo varias etapas: primero se rodeó de núcleos de jóvenes, algunos de ellos adherentes al Partido Libertario, que leían a Rothbard y otros libertarios de derecha. En 2021, obtuvo un sorpresivo 17% en las elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires y consiguió entrar al Parlamento. Finalmente, en un contexto de crisis, su discurso contra la "casta" política y en favor de la dolarización, le permitió ampliar su base electoral, incluso entre los sectores populares".

Sostiene González que el tertuliano Milei movió los límites sociales hacia la derecha planteando la cancelación múltiple de la obra pública, el salario mínimo y el feminismo. O hacer posible lo impensable. Milei es "el fantasma que amenazó el rentable juego de la grieta", o la versión argentina asfixiante de la polarización española PP/PSOE. Milei rompió el eje bipartidista cargando contra "la casta" y presumiendo de antipolítico (sorteando su sueldo mensual de diputado como medida populista de impacto).

Habla Stefanoni: "La centroderecha argentina vive hoy una situación ya vivida en otros países: la presión, e incluso el sorpasso, de parte de una nueva derecha radicalizada".

"Milei ha limado algunas aristas de sus posiciones más anarcocapitalistas"

"Su éxito ha desconcertado por igual a la izquierda y a la derecha. La derecha, como le pasa al PP con Vox en España, no sabía si romper o coquetear con él [finalmente la derecha mainstream de Macri se alineó con Milei para la segunda vuelta electoral]. Pero al peronismo también le hizo un lío colosal: le arrebató su sujeto histórico, el trabajador humilde, que empezó a votar a Milei", cuenta González.

¿Y ahora qué? La hora de la verdad para un movimiento construido aceleradamente sobre ideas más fáciles de bramar en un bar que de aplicar.

"Milei ha limado algunas aristas de sus posiciones más anarcocapitalistas. Su libertarismo es muy hidropónico, no tiene raíces en la sociedad argentina, y él no tiene partido. Los temas de seguridad y defensa quedarían en manos de su candidata a vicepresidenta, la activista de la "memoria completa" Victoria Villarruel [revisionista de la dictadura], más vinculada al mundo militar, aunque en Argentina, a diferencia de Brasil, los militares no son un actor político", zanja Stefanoni.

Epílogo

Cuando Milei queda a comer con notables, según el libro El loco, "nunca hay un diálogo real ni una conversación de ida y vuelta, suelen ser monólogos y exposiciones [de Milei] ante la audiencia de turno. Los tópicos suelen girar con exclusividad, entre su amor por los perros y por el fallecido Conan, por la economía y la historia del liberalismo, y ahora también por la política y sus vericuetos. Aunque los años pasaron, sigue siendo "el loco" del Colegio Cardenal Copello, el niño que no es capaz de establecer un vínculo con los que lo rodean más allá de los momentos en los que aparece como el centro de la escena".

De empatía, por tanto, Milei va justito, lo que no quita para que haya conectado profundamente con el sector del país más achicharrado y de vuelta de todo. "El Milei abusado y enojado ha conectado emocionalmente con el argentino vapuleado de estos años de encierros interminables e inflación salvaje. La Argentina del miedo y la bronca le ve como alguien genuino, que no se hace el loco porque está tan desquiciado como todos ellos, uno de los suyos. Es el Javier Milei, es un loco, pero es nuestro loco", zanja el biógrafo, en la línea de uno de los entrevistados de su libro, el político liberal Yamil Santoro: "Javier es psiquiátrico. Está humanamente roto y por eso es tan potente... Cuando Javier se pone loco, se pone loco en serio, porque es Javier sublimando el odio a su padre en el Estado y en la política. Está roto y ese odio es de verdad, entonces empatiza con la gente que está enojada”.

Esto es lo que hay. Abróchense los cinturones.

Si usted cree saberlo todo sobre pesadillas domésticas, es porque no compartió apartamento con Javier Milei en 2019.

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