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¿Es ultraderechista? ¿Es paleolibertario? Lo que no entendemos en España del 'peluca' Milei
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El polemista que quiere presidir Argentina

¿Es ultraderechista? ¿Es paleolibertario? Lo que no entendemos en España del 'peluca' Milei

El candidato más votado en las elecciones primarias argentinas es un desconocido para muchos. Ahora, mientras unos le atacan, otros tantos se arriman para aprovechar su éxito

Foto: El economista ultraliberal Javier Milei. (EFE/Gala Abramovich)
El economista ultraliberal Javier Milei. (EFE/Gala Abramovich)
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Durante las últimas décadas del siglo XX, el Premio Nobel de Economía, Simon Kuznets, dejó una frase que aún se utiliza en muchos análisis. "Existen cuatro clases de países: los desarrollados, los que están en vías de desarrollo, Japón, y Argentina". Era un análisis que hablaba sobre la economía global tras la Segunda Guerra Mundial. Mientras Japón había conseguido ir hacia arriba y crecer desde la destrucción, Argentina estaba en el caso opuesto. Sin embargo, la frase quedó como un ejemplo de la singularidad del país sudamericano. Y queda por ver si el éxito de Javier Milei en las elecciones primarias celebradas este domingo puede ser una nueva muestra de ello.

El economista de corte libertario y polemista argentino se ha convertido en el candidato más votado en las llamadas elecciones primarias que celebra el país sudamericano como previa a las presidenciales de octubre. Y lo ha hecho con más de siete millones de votos y algo más del 30% del total escrutado. Es la sorpresa, pese a que muchos expertos ya habían avisado de su tirón, de un antisistema de derechas que se denomina minarquista y anarcocapitalista, apuesta por acabar con el Banco Central de Argentina, dolarizar la economía o que los órganos se pueden comprar y vender. ¿Qué ha llevado a este outsider al éxito? Para los expertos en la política del país, su triunfo se puede enmarcar dentro de una tendencia global que vira hacia la derecha alternativa, pero el contexto argentino es demasiado particular para generalizar su éxito.

Foto: Un 'graffiti' de Bukele. (Reuters)

"Creo que su éxito tiene algunos puntos en común con las tendencias que se ven en todo Occidente. Una derecha clásica que no termina de encontrar su camino, un outsider que triunfa con discursos duros y directos contra la izquierda y la añoranza por el pasado glorioso. Pero hay que entender también la situación que vive Argentina, con un hartazgo de los partidos que no ha parado de aumentar en las últimas décadas y la idea de decadencia que se ha implantado en la sociedad", comenta Pablo Stefanoni, analista político argentino y autor del libro ¿La rebeldía se volvió de derecha?. "Creo que su triunfo tiene toque de algo que surgió en 2001. El país al final optó por una vía más progresista, pero había sectores que apostaban por discursos de este corte. Al igual que también intenta beber de los gobiernos Menemistas", añade.

En un momento en el que la llamada derecha alternativa sigue buscando sus espacios en todo el planeta, lo que ocurre ahora en Argentina despierta el interés de todos los partidos que se adhieren a esos discursos ultras. Es más, algunos, como Vox, no han tardado en mostrar fotos con Milei y darle la enhorabuena. No es para menos, pues en su región, Sudamérica, la narrativa general es un giro hacia el otro lado del tablero, con gobiernos de izquierdas en gran parte de las plazas. Sin embargo, este caso es la punta de lanza de un movimiento, el libertario, que, dentro de esas corrientes extremas, aún no tenía un gran protagonismo y choca en muchos puntos con otras corrientes de ese mismo espacio.

Foto: Milei después de conocer el resultado de las primarias. (EFE/Gala Abramovich)

"Él se autodenomina como anarcoliberal, y yo creo que la mejor definición para él es la de paleolibertario, un término creado en Estados Unidos en los años 80 por Murray Rothbard y Lew Rockwell. De ahí que para mí tenga una ideología y una corriente más cercana a la alt-right que levantó a Trump que a la derecha populista europea", explica Franco Delle Donne, politólogo argentino, autor del pódcast Epidemia Ultra, que sigue el surgimiento de estos nuevos partidos en todo el planeta y dedica uno especialmente a El secreto del odio libertario. "El paleolibertario casa bien en un país como Argentina, con un discurso que, por un lado, te vende un libertarismo económico que te dice que, si luchas y trabajas, puedes triunfar si el Estado se quita del medio, pero que, a la vez, mantiene un ideario bastante conservador en los principios sociales", añade.

En ese fino alambre se mueve Milei, según los expertos. Y es fácil verlo en sus propuestas. Por un lado, quiere permitir vender y comprar órganos, mientras que rechaza de lleno el aborto. Aparece en actos como los de Vox en los que se defiende la soberanía de las naciones, pero a la vez habla de dolarizar Argentina. "Es curioso porque en Argentina no hay ninguna tradición paleolibertaria ni nada parecido. Ha conseguido cierta viralidad y atención joven gracias a tirar por esa tendencia que tiene interés en internet. Pero su salto se debe a un voto protesta más clásico y que viene de un votante transversal, cansado y hastiado, que no defiende el mercado de órganos o el fin de la asistencia social del Estado", detalla Stefanoni.

Entonces, ¿Milei aboga de verdad por el libertarismo o busca más la imagen que el fondo? "Él lo defiende, pero no se esconde de recibir apoyos como los de Bolsonaro, Trump o Vox. La derecha alternativa es algo con muchas aristas que se une por una causa común. Igual que no es lo mismo Vox que el partido de Le Pen".

¿La frágil entente de la derecha?

El papel de Milei en ese grupo de la derecha alternativa o ultraderecha en el que se enmarca a nivel global genera bastante debate incluso en Argentina. No son pocos los que piden que no se le llame ultraderecha, pero para los expertos no hay grandes dudas en que el político argentino tiene conexión con esas corrientes. Además, el propio Milei se ha encargado de mostrarse cerca de los partidos que forman esa nueva derecha. Eso sí, algunos, como Delle Donne, piden que se hable más de narrativas comunes que de conexiones directas. "Hay narrativas que se cruzan, se aprovechan, se intentan atraer. Pero eso no quiere decir que haya acuerdos cerrados entre partidos o candidatos", detalla.

placeholder Javier Milei firma su libro 'El camino del libertario' a un fan que lleva una camiseta con una de sus frases célebres. (Reuters)
Javier Milei firma su libro 'El camino del libertario' a un fan que lleva una camiseta con una de sus frases célebres. (Reuters)

No es seguro que esa unión con las corrientes globales pueda funcionar esta vez en Argentina. Ambos expertos ven que Milei tendrá complicado ganar en la batalla de octubre, aunque no lo ven imposible observando los resultados. "Estos resultados pueden resultar algo engañosos, son unas elecciones muy particulares y que no se conocen mucho fuera, pero no hay que olvidar que Milei lleva perdiendo en todas las elecciones territoriales de estos últimos años. El partido es él, y sería curioso si gana, porque no tiene personal ni para llenar los ministerios en un país con mucha organización social", detalla Stefanoni. Sin embargo, como pasa en todos los países, lo que más recalcan los analistas es la forma en que estos candidatos inoculan nuevas creencias en la población, más allá de que ganen o no.

placeholder Seguidores de Milei en uno de sus actos. (EFE)
Seguidores de Milei en uno de sus actos. (EFE)

"Milei encaja en una familia de expresiones políticas que tienen cierta relación en narrativas antidemocráticas, es decir, en esa visión del mundo que planteaba Donald Trump. La diferencia de Milei con estas expresiones tiene que ver tal vez con una visión no necesariamente nacionalista, sino mucho más abiertamente libertaria en términos de individualismo a ultranza. Pero en el fondo las narrativas antidemocráticas aparecen", detalla Delle Donne.

Para terminar, Delle Donne apuesta a que la relación de Milei con estas corrientes seguirá creciendo, porque así ha ocurrido desde que entró en política. Desde que se postuló como candidato, ha ido tomando toda la agenda de lo que él denomina como "contrarrevolución silenciosa", que nace como contestación a los cambios sociales. "Aparecen cuestiones relativas a la cuestión del aborto, por ejemplo, el revisionismo histórico con la dictadura... Y un último elemento que me parece muy importante, relativo a posiciones más autoritarias. Ha colocado la idea de que las instituciones del Estado, las instituciones democráticas, no solucionan problemas, el diálogo no soluciona problemas porque es lento e ineficiente. Su idea paleolibertaria se encamina a un modelo autoritario porque, si, al final, todo funciona con el mercado, no se necesita ningún estamento democrático".

Durante las últimas décadas del siglo XX, el Premio Nobel de Economía, Simon Kuznets, dejó una frase que aún se utiliza en muchos análisis. "Existen cuatro clases de países: los desarrollados, los que están en vías de desarrollo, Japón, y Argentina". Era un análisis que hablaba sobre la economía global tras la Segunda Guerra Mundial. Mientras Japón había conseguido ir hacia arriba y crecer desde la destrucción, Argentina estaba en el caso opuesto. Sin embargo, la frase quedó como un ejemplo de la singularidad del país sudamericano. Y queda por ver si el éxito de Javier Milei en las elecciones primarias celebradas este domingo puede ser una nueva muestra de ello.

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