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El otro 'octubre terrible' de Israel: paralelismo entre la guerra de Yom Kipur y el ataque de Hamás
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El otro 'octubre terrible' de Israel: paralelismo entre la guerra de Yom Kipur y el ataque de Hamás

En las mismas fechas de octubre en las que Hamás atacó Israel, pero con una diferencia de 50 años, los israelíes se enfrentaban a la guerra de Yom Kipur de 1973

Foto: Carros de combate israelíes Centurión, en los Altos del Golán. (IDF)
Carros de combate israelíes Centurión, en los Altos del Golán. (IDF)
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Casualidad o hecho premeditado, en estas mismas fechas de octubre, pero con una diferencia de 50 años, los israelíes también se encontraban en una terrible situación. Ahora estamos conmocionados por el ataque sin precedentes de Hamás, pero a veces también es bueno echar la vista atrás y recordar acontecimientos históricos. Muy a menudo salen a relucir paralelismos y enseñanzas como, en este caso, la guerra de Yom Kipur de 1973.

Las acciones de Hamás les han pillado por sorpresa y hay quien llega a afirmar, en una teoría que roza lo conspiranoico, que el Mossad y el Gobierno de Netanyahu lo sabían. No puede ser cierto —es el argumento— que un servicio secreto con su experiencia, medios y personal infiltrado, no sea capaz de detectar los preparativos de un movimiento de tal envergadura. La justificación sería dejarse atacar para luego poder responder con dureza. Lo anterior resulta tan difícil de creer como que no supieran nada. Ni una cosa ni la otra y quizás alguna pista sobre lo ocurrido la encontremos retrocediendo unos cincuenta años en el tiempo.

A principios de los setenta, casi se podría decir que Israel estaba viviendo unos momentos de ansiada tranquilidad. Monitorizaba todos los movimientos de sus vecinos, sobre todo sirios y egipcios. Todo parecía ir bien. El presidente Gamal Abdel Nasser había muerto, se había logrado un alto el fuego con Egipto en la denominada guerra de Desgaste (1968–1970) y había una guerra civil en Jordania.

Sus dos enemigos principales estaban recibiendo un gran apoyo por parte de la Unión Soviética, ahora volcada con El Cairo y Damasco, pero se respiraba tranquilidad. Se debía en buena parte a la autocomplacencia que se había instalado en sus fuerzas armadas y en sus mandos, todo tras el indiscutible éxito durante la guerra de los Seis Días en el 67. En ese momento, la inteligencia militar había detectado los preparativos árabes y se lanzó un ataque preventivo sobre las bases aéreas egipcias que resultó demoledor. En tres oleadas, la aviación judía destruyó 286 aviones, lo que le dio el dominio del aire y la victoria final.

placeholder Alto mando israelí al inicio de la guerra. (IDF)
Alto mando israelí al inicio de la guerra. (IDF)

Sin embargo, en 1973 cambiaron algunas cosas. Por un lado, material y asesores soviéticos llegaron en masa. Los egipcios asimilaron a la perfección las tácticas rusas del engaño, realizaron sucesivas movilizaciones sin consecuencia alguna y camuflaron sus preparativos como maniobras. Es posible que a más de uno le suene familiar.

La inteligencia israelí se dio cuenta, pero se encontraban en un momento político delicado. El Gobierno de Golda Meir afrontaba sucesivas protestas de la población debido a los elevados gastos en defensa y a la gran implicación de toda la población en las tareas militares. Esto, unido a la sensación de superioridad imperante, hizo que los informes que alertaban del riesgo de acciones ofensivas, se tuvieran en cuenta solo a medias y no se tomaran las medidas oportunas.

Foto: El ataque sorprendió al Ejército israelí. (EFE/Wael Hamzeh)

Además, justo desde finales de septiembre, se produjeron varios cambios en el mando central y de áreas clave, como el frente del Canal de Suez. El resultado fue que se realizaron movilizaciones parciales y se tomaron pocas precauciones. Por ello, cuando sirios y egipcios, en una buena coordinación y en el día del Yom Kipur, atacaron simultáneamente en los Altos del Golán y en el Sinaí, estuvieron a punto de ser superados. Los árabes tardarían en saberlo, pero tuvieron la victoria al alcance de su mano.

Octubre 1973 vs. 2023

Si trasladamos esos sucesos históricos al presente, quizás se entienda mejor o se encuentre una explicación más razonable al aparente desconocimiento sobre el ataque de Hamás. También ahora el Gobierno de Netanyahu está pasando por serios problemas políticos, con la mitad de su población contraria a algunas de sus políticas y con una revuelta de reservistas que llegaron a negarse a acudir a sus puestos. Quizás estas circunstancias, como ocurrió en el 73, hicieron que los informes no se interpretaran en su debida magnitud ni se tomaran las debidas precauciones.

Una cuestión bien diferente es la de los motivos. ¿Por qué ha realizado Hamás una acción tan brutal? ¿Qué espera conseguir si sabe que la respuesta será terrible? Realmente no se explica si solo miramos a Gaza, pero ese territorio no es más que una pequeña pieza de un gran tablero. Un tablero donde se mueven intereses estratégicos y hegemónicos de potencias como Irán y Arabia Saudí.

El primero sabemos que tiene unos problemas internos de primer orden. Su programa nuclear es visto con enorme preocupación, su apoyo a Rusia no gusta y la represión interna, sobre todo a las mujeres, les pone en la picota mundial. Pero lo peor para ellos es que Arabia y muchos de los países árabes, cada vez son más moderados y próximos a Jerusalén. Los saudíes estaban a punto de llegar a un importante acuerdo con los hebreos de cara a normalizar sus relaciones, lo que sería extensible a los países implicados en los Pactos de Abraham. Se reconoce así el derecho de Israel a existir, inadmisible para Teherán.

Con este ataque y la inevitable respuesta, se dinamita todo este acercamiento porque obliga a los países árabes a decantarse por uno u otro lado y da alas a los sectores más radicales, como ya ha ocurrido en Marruecos. Por desgracia y es terrible decirlo, tanto para Hamás como para el resto, el pueblo palestino no es más que una pequeña pieza hábilmente manipulada, un peón listo para el sacrificio.

El Valle de Lágrimas

Aquí termina cualquier paralelismo, porque lo que ocurrió en aquellos días de octubre del 73 fue una guerra convencional en toda regla. Fue un ataque por sorpresa y la nación judía quedó atónita ante la irrupción de los egipcios en el Sinaí a través del canal de Suez. Se tuvieron que tomar muchas medidas desesperadas, como fue emplear su aviación en apoyo de sus tropas terrestres, en situación desesperada, pero a costa de soportar unas graves pérdidas a manos de una eficaz defensa antiaérea suministrada por la URSS.

placeholder Obús autopropulsado israelí M-50 de 155 mm en acción durante los combates del Golán. (IDF)
Obús autopropulsado israelí M-50 de 155 mm en acción durante los combates del Golán. (IDF)

Quizás donde mejor se refleja el dramatismo de aquellos primeros días de guerra sean los combates ante el ataque sirio a las posiciones fortificadas del Golán. Fue un combate sangriento, donde primero la artillería y luego los blindados fueron protagonistas, pero donde los ingenieros y zapadores de uno y otro bando definieron la batalla. Los defensores habían preparado sus posiciones a conciencia, la célebre "Línea Púrpura" que incluía campos de minas, una bien construida zanja anticarro, puntos fuertes y todo tipo de obstáculos. Estaba defendida por dos brigadas acorazadas, la 7ª Brigada al norte y la famosa Brigada "Barak" al sur, con no más de 180 carros de combate en total y unas 60 piezas de artillería.

Los sirios, por su parte, consiguieron concentrar 5 divisiones: la 7ª, 9ª y 5ª de Infantería, que encabezaron el ataque con 540 carros y la 1ª y 5ª Acorazadas en reserva, para explotar las brechas con otros 460 carros, más varias unidades mecanizadas adicionales hasta totalizar casi 1.300 tanques implicados. Además, disponían de una tremenda potencia artillera formada por unas 140 baterías con más de 900 piezas de grueso calibre. Todo al más puro estilo soviético. Como se ve la proporción era de más de siete a uno en tanques y más de quince a uno en artillería.

placeholder Pieza autopropulsada M-107 israelí, como las que bombardearon Damasco. (Ministerio de Defensa Israel)
Pieza autopropulsada M-107 israelí, como las que bombardearon Damasco. (Ministerio de Defensa Israel)

El asalto se inició tras el ataque de un centenar de aviones y de casi una hora de un intenso bombardeo artillero. Los sirios atacaron los obstáculos con batallones de zapadores que incluían carros bulldozer y lanzapuentes, elementos que se convirtieron en objetivos prioritarios para los tiradores de los blindados israelíes, que disponían de posiciones alternativas preparadas de antemano y que tenían perfectamente estudiados sus sectores de tiro.

Los blindados de zapadores encabezaban el ataque y fueron cayendo de uno en uno desde distancias de 2.000 metros. Muy pocos de ellos llegaron a lanzar sus puentes y actuar contra la zanja. Los zapadores sirios, con enorme valor y sufriendo tremendas pérdidas, despejaban zonas minadas y obstáculos y por esas brechas se lanzaron sus batallones acorazados.

Uno de los puntos críticos fue el asalto en la zona norte. Las alturas, ocupadas por la 7ª Brigada, dominaban una zona llana que acabó llamándose Valley of Tears (Valle de Lágrimas). Debió ser algo espantoso para los sirios. Justo en esa zona se produjeron algunos errores de coordinación y, por ejemplo, los regimientos de vanguardia de la 85ª Brigada de Infantería llegaron a la zanja antes que sus compañías de zapadores. Se ordenó que la infantería, e incluso algunas tripulaciones de tanques, desembarcaran de sus vehículos para tratar de despejar el camino, produciéndose una verdadera carnicería.

placeholder Carros T-55 destruidos en los intentos de cruce de la zanja contracarro. (IDF)
Carros T-55 destruidos en los intentos de cruce de la zanja contracarro. (IDF)

Tras cuatro días de combates los israelíes recuperaron el valle. Allí se encontraron con cerca de 260 carros de combate destruidos, aunque las cifras de vehículos sirios perdidos en el área se estiman en cerca del doble. La 7ª Brigada sufrió, en ese mismo período, únicamente la pérdida de alrededor de 60 de sus carros Centurión.
Los zapadores e ingenieros israelíes habían realizado una gran labor de protección. Las defensas no solo estaban encaminadas a ralentizar el avance, sino que en determinados puntos canalizaban los movimientos enemigos hacia zonas preparadas, donde los tiradores de los Centurión golpearon sin piedad a los blindados sirios que avanzaban en campo abierto.

Las tropas sirias lograron pasar gracias al valor de sus zapadores, pero pagaron un altísimo precio. Frente a algunos puntos fuertes defensivos se llegaron a amontonar hasta 40 y 50 tanques sirios destruidos. Fue esta sangría de medios acorazados lo que permitió a los israelíes reorganizarse y preparar sus contraataques, recuperar el terreno perdido y adentrarse en territorio sirio.

Epílogo para una guerra

A partir del 20 de octubre estaba claro que los árabes habían vuelto a perder la guerra y se empezaron a gestar los acuerdos de alto el fuego, a los que Egipto era favorable. Siria, cuyo estado mayor se encontraba dividido entre los que preferían continuar con la guerra y negociar, no parecía inclinarse a finalizar las hostilidades. En esos días finales, Israel quiso forzar la decisión siria y realizó una maniobra arriesgada. Para ello hizo que una de sus baterías de artillería pesada de largo alcance avanzara más allá de la línea del frente, que se encontraba a unos 50 km de Damasco, hasta situarse a 32 km del aeropuerto.

Se trataba tan solo de dos piezas autopropulsadas M-107 de 175 mm, que avanzaron protegidas por una unidad ligera de paracaidistas. Una vez con el aeropuerto a tiro, lanzaron sobre las instalaciones sirias tan solo 23 proyectiles, tras lo cual se retiraron con las mismas prisas con las que habían llegado. Sin embargo, pese a que los daños del fugaz bombardeo fueron escasos, el efecto para el estado mayor sirio de ver Damasco a tiro de la artillería judía, fue demoledor. De inmediato se impuso el criterio de negociar y el día 24 se firmó el alto el fuego.

Casualidad o hecho premeditado, en estas mismas fechas de octubre, pero con una diferencia de 50 años, los israelíes también se encontraban en una terrible situación. Ahora estamos conmocionados por el ataque sin precedentes de Hamás, pero a veces también es bueno echar la vista atrás y recordar acontecimientos históricos. Muy a menudo salen a relucir paralelismos y enseñanzas como, en este caso, la guerra de Yom Kipur de 1973.

Conflicto árabe-israelí Israel Defensa
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