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Un adolescente se lía a tiros en un centro comercial: la adicción a las armas en Tailandia
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Un adolescente se lía a tiros en un centro comercial: la adicción a las armas en Tailandia

Un tiroteo con varios muertos, protagonizado por un joven de 14 años, vuelve a destapar el problema del exceso de armas de fuego que tiene el país del sudeste asiático

Foto: Agentes de policía patrullan el centro comercial Siam Paragon tras el tiroteo en Bangkok. (EFE/Rungroj Yongritt)
Agentes de policía patrullan el centro comercial Siam Paragon tras el tiroteo en Bangkok. (EFE/Rungroj Yongritt)

Tailandia vuelve a contener la respiración con otro de esos sucesos que generan tanto dolor como dudas. Un niño de 14 años entró armado pasadas las 16 horas a Siam Paragon, uno de los centros comerciales más famosos de la ciudad, y empezó a disparar gente. Se habla de diversos muertos y heridos, pero las informaciones no son aún oficiales. Algunas hablan de tres fallecidos y otras de solo uno.

Las redes sociales contaron el suceso casi en directo. Los primeros confusos mensajes hacían pensar en la acción de un loco o, quizás, una acción conjunta relacionada con algún grupo organizado. Muy cerca de allí, en 2015, una bomba colocada en el santuario de Erawan mató a 20 personas y dejó decenas de heridos. Nunca ha quedado del todo clara la autoría de aquel ataque. Sin embargo, pronto se conocía la autoría de este. Las autoridades policiales aseguraban, tras ser detenido el sospechoso, que se trataba de un niño de 14 años. Algunas informaciones dicen que es un joven de familia bien posicionada, adicto a los videojuegos, estudiante de una buena escuela y que habría dicho a los agentes que una voz le ordenó disparar a la gente.

Llueve sobre mojado, como llovía con muchísima fuerza en Bangkok en el momento del ataque. Empieza a ser un goteo el número de extravagantes y crueles sucesos que ocurren en una sociedad llena de contrastes. Tailandia es un país de alta seguridad, donde la delincuencia es baja en las calles, que, sin embargo, sufre sucesos de este tipo con cada vez más frecuencia. En términos del sudeste asiático, Tailandia es el país (con diferencia) con más tiroteos.

En España ha sido muy sonado el caso de Daniel Sancho y su macabro asesinato del colombiano Edwin Arrieta, pero el país tiene una colección de matanzas en los últimos meses. Las más graves han tenido como protagonista las cada vez más comunes balas.

De hecho, se cumple el primer aniversario del suceso más doloroso de la reciente historia del país. El 7 de octubre pasado, un exagente de la policía, Panya Kamrab, mataba a 24 niños y 12 adultos en un ataque a una guardería en la provincia de Nong Bua Lam Phu. El atacante fue hasta la escuela con una pistola y un cuchillo, y acabó con la vida de los pequeños y profesores. Solo se salvó una niña de tres años que dormía la siesta. Luego, regresó a su casa y asesinó a su mujer y su hijo de tres años para después suicidarse.

En 2020, en la provincia de Nakhon Ratchasima, un soldado mató a 29 personas e hirió a otras 58 antes de que agentes policiales fueran capaces de abatirlo a tiros. Durante la matanza, el sargento Jakkrapanth Thomma fue transmitiendo los sucesos en Facebook.

Sucesos de este tipo, en otros casos relacionados con pasiones, drogas o delitos de honor, parecen crecer en la pacífica budista sociedad tailandesa junto al creciente mercado de las armas de fuego. Según la Universidad de Sídney, Tailandia tiene hoy más de 10 millones de rifles y pistolas en manos de personas privadas. Es decir, casi uno de cada siete tailandeses tiene un arma en su casa, lo que le convierte en el país más armado del sudeste asiático.

"Si bien el nivel de violencia armada en Tailandia es alta en comparación con la de algunos de los vecinos del sudeste asiático, ha estado disminuyendo durante varios años. Tailandia tuvo 1.034 homicidios con armas de fuego en 2016, frente a 2.234 en 2012. Malasia contó con cuatro en 2016, mientras que Filipinas tuvo más de 7.000 en 2011, según muestran los últimos datos de GunPolicy.org", explicaba un reportaje comparativo de Reuters.

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La idolatría de las armas en el país, señalan algunos expertos, está relacionada con la fuerte militarización, los videojuegos y películas de acción. Sin embargo, pese a la enorme cantidad de armas en circulación, su comercialización está bastante reglada. Según las leyes tailandesas, solo los mayores de 20 años pueden comprar armas en algunos comercios autorizados, con motivos específicos y con números restringidos tanto de municiones como de rifles y pistolas.

Luego, como pasa con tantas cosas en Tailandia, las prohibiciones están hechas para incumplirse mientras no se llame la atención, algo que en el caso de las armas está empezando a ocurrir. "De esos 10 millones de armas, solo seis parecen estar registradas legalmente", explica un artículo de Times que aborda el problema. Los otros cuatro millones de poseedores enfrentan la posibilidad de una pena de cárcel de hasta 10 años y fuertes multas.

Poco tiempo después de la masacre del centro comercial de 2020, las autoridades arrestaron a una banda de 12 personas, entre las que estaban funcionarios, que traficaban con armas en el país.

"De esos 10 millones de armas, solo seis parecen estar registradas legalmente"

Hay muchas voces ya en Tailandia que piden que se restrinja la comercialización de fusiles y pistolas. Buena parte de esa compra se puede hacer sin muchos problemas vía internet. El debate empieza estar en la calle. "Hay delitos que no implican armas y delitos que implican cuchillos, pistolas y palos. Con todos ellos pueden matar personas. Es solo que los incidentes [relacionados con armas] han estado ocurriendo más o menos al mismo tiempo", decía tras la matanza de 2020 a Reuters el portavoz adjunto de la policía, Kissana Phathanacharoen.

Relacionado o no, la violencia emerge de forma violenta entre una sociedad especialmente afable y tranquila. Uno de los primeros consejos que dan a los extranjeros al llegar a vivir a Tailandia es el de tener cuidado con las apariencias. "Los tailandeses rehúyen el conflicto, pero eso hace confundirse a muchas personas. Ellos aguantan hasta un punto, pero los extranjeros que empiezan a gritar a un local deben entender que hay una raya tras la cual su proverbial paciencia estalla", explicaba un veterano extranjero en Tailandia tras un nuevo caso de un taxista que se hartó de una discusión con un turista y sacó un machete.

Foto: Foto: Reuters
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Un reciente estudio de la Universidad Chulalongkorn ha intentado analizar la violencia en Tailandia. En sus conclusiones, dice: "La investigación encontró que las formas más importantes de violencia en la sociedad tailandesa incluyen el suicidio, la violencia doméstica, la violencia contra niños, mujeres y ancianos, la violencia derivada de actos criminales, la violencia con armas de fuego, la violencia cometida por jóvenes y la violencia relacionada con el terrorismo. Las causas de la violencia en la sociedad tailandesa incluyen cuestiones relacionadas con las familias rotas, la representación de la violencia por parte de los medios de comunicación, la prevalencia del alcohol, las drogas y las armas de fuego, los problemas económicos y la aceptación del uso de la violencia como norma".

Nada muy diverso de los tipos y causas de la violencia en el resto del globo, salvo la gran cantidad de armas de fuego que convierten al país en una rareza, al menos en su entorno geográfico.

Tailandia vuelve a contener la respiración con otro de esos sucesos que generan tanto dolor como dudas. Un niño de 14 años entró armado pasadas las 16 horas a Siam Paragon, uno de los centros comerciales más famosos de la ciudad, y empezó a disparar gente. Se habla de diversos muertos y heridos, pero las informaciones no son aún oficiales. Algunas hablan de tres fallecidos y otras de solo uno.

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