Biden le habría pedido a Stoltenberg un año más al frente de la OTAN ante la falta de consenso

La sucesión de Jens Stoltenberg al frente de la OTAN sigue en el aire y en los pasillos del cuartel de la Alianza Atlántica en Bruselas vuelven a "dispararse" los rumores de una posible prórroga de su mandato, apuntan fuentes de la organización. El propio presidente estadounidense, Joe Biden, le habría pedido al secretario general mantenerse en el puesto un año más, informaron el viernes medios noruegos.

Stoltenberg ha repetido en varias ocasiones su deseo de dejar el cargo el 30 de septiembre, después de nueve años y tres extensiones de mandato. De hecho, el reemplazo del secretario general iba a ser uno de los grandes momentos de la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza, que se celebra en Vilna los próximos 11 y 12 de julio. Pero, a menos de un mes de la cita lituana, no hay un candidato de consenso y, ante el delicado trance de la guerra en Ucrania, muchos socios atlánticos parecen que se inclinan por la estabilidad. Y aunque en reemplazo debe ser unánime y aceptable para todos, la mayor influencia proviene de Washington. Ya en la víspera, Stoltenberg dejaba abierta la puerta de la sucesión.

“Mi sucesor es algo que deben decidir los 31 aliados. Soy responsable de todas las decisiones de la organización menos una, así que mi futuro es algo que deben decidir los aliados”, explicó el funcionario a su llegada a la reunión ministerial de la OTAN el jueves.

Fuentes aliadas señalan que esa prolongación no tendría por qué ser de un año entero y que podría tratarse de una extensión por corto plazo mientras los líderes terminan de escoger un sustituto. Algunos analistas apuntan a la cumbre de Washington en abril de 2024, cuando se celebra el 75º aniversario de la organización, como una fecha razonable y simbólica para el relevo en la jefatura de la Alianza. Un tiempo suficiente para mantener el actual statu quo mientras se despeja la niebla de la guerra en Ucrania, justo cuando las fuerzas de Kiev están iniciando su esperada contraofensiva.

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En los últimos meses ha habido un importante baile de nombres circulando en entre los cuarteles de la OTAN, pero parece que todos tienen una pega en el difícil puzzle que la Alianza ha planteado para el próximo secretario general. Uno de los más mencionados era el de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, una opción que gustaba a Estados Unidos al ser Dinamarca un socio muy cercano a Washington, y a la Unión Europea, en un momento que muchos socios europeos quieren una relación más fluida entre la Alianza y los Veintisiete. Sin embargo, la política nórdica ha retirado su candidatura. "No, no voy camino de la OTAN", dijo Frederiksen el jueves en una entrevista.

Otro nombre que se ha repetido mucho es el del primer ministro holandés, Mark Rutte, aunque fuentes aliadas explican que ha rechazado la propuesta en diferentes ocasiones. También ha circulado, aunque en mucha menor medida, el nombre de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, quien se juega el puesto el próximo 23 de julio y al que una demora en la elección del sustituto podría abrile la puerta de la Alianza en caso de derrota electoral.

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K.A.P.

Pero el flanco este tiene sus propias prioridades. Un nombre del que se habló mucho fue el de Kaja Kallas, primera ministra de Estonia, uno de los mayores "halcones" contra Rusia. Esto es un punto a favor entre algunos socios de la OTAN, como Polonia, que quieren una OTAN implacable contra el Kremlin; y una preocupación para otros socios más occidentales, incluyendo Estados Unidos, que no quiere cerrarse las puertas a ninguna eventual solución del conflicto. La presidenta de la Comisión Europea y exministra de Defensa alemana, Úrsula von der Leyen, también descartó su nombre de las quinielas.

"Sigue sin haber candidatos claros. Han ido sonando primeros ministros, primeras ministras, pero ninguno ha adquirido el valor de candidato (favorito)", explica una fuente aliada. "Se han disparado los rumores de la continuidad de Stoltenberg", añade la misma fuente, tras comentar que Frederiksen, pese a que era “una muy buena candidata”, no había ganado impulso a nivel diplomático.

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La más reciente prórroga de Stoltenberg vencía el año pasado, pero se acordó una nueva extensión para manejar la Alianza ante la invasión rusa de Ucrania. Pero ya entonces, algunos aliados querían que el noruego, con un liderazgo tranquilo y predecible, que había sabido manejar a EEUU durante la era de Donald Trump y la de Joe Biden, continuara más tiempo.