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¿Crees que China toma lecciones militares de Ucrania? Xi está mirando algo más importante
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Manual para esquivar las sanciones

¿Crees que China toma lecciones militares de Ucrania? Xi está mirando algo más importante

Los analistas investigan qué puede aprender Xi Jinping de la guerra de Ucrania en caso de escalada de tensión con Taiwán. El foco no está en el ámbito militar

Foto: Xi Jinping y Vladímir Putin, el 21 de marzo. (Reuters/Sputnik Pavel Byrkin)
Xi Jinping y Vladímir Putin, el 21 de marzo. (Reuters/Sputnik Pavel Byrkin)

"Lecciones de la guerra de Ucrania" es seguramente uno de los artículos más manidos por parte de think tanks internacionales, analistas militares y medios alrededor del mundo. Desde tácticas militares, consecuencias geopolíticas del conflicto, hasta los cambios en el sector de defensa y, por supuesto, los efectos económicos de una invasión que ha cambiado el statu quo internacional. Pero hay un país que puede estar especialmente interesado en las lecciones de la invasión rusa.

Xi Jinping concluía su visita oficial a Vladímir Putin con unas declaraciones aparentemente improvisadas, pero cuidadosamente coreografiadas: "Están ocurriendo cambios que no hemos visto en 100 años. Impulsemos esos cambios juntos". Estas palabras marcaban un nuevo capítulo en la relación entre los dos países, en el que el líder chino quiere posicionarse como un actor neutral capaz de mediar entre Rusia y Ucrania para poner fin a la guerra.

Foto: Un periódico chino muestra la visita de Xi Jinping a Putin. (EFE/Mark R. Cristino)

Previo a la visita surgían los rumores de una presunta alianza militar entre Putin y Xi, que este ha negado y sobre la que no hay, por ahora, evidencias. El miedo de una gran parte de Occidente, y plasmado en otros muchos artículos por parte de analistas, son las lecciones militares que China puede tomar de la invasión. Una radiografía del frente ucraniano hecha por Pekín para identificar las debilidades de las tropas rusas y no repetir los errores.

China está mirando la guerra de Ucrania desde muy cerca en un momento tenso entre Pekín y Washington por la reunión entre la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, y el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, el pasado 5 de abril. Sin embargo, en una hipotética escalada del conflicto entre los actores asiáticos, Xi Jinping estudiaría con mayor ahínco las jugadas económicas de Moscú en el conflicto, que han permitido que la economía rusa sobreviva a pesar de las sanciones internacionales.

'Preparando' a los aliados

Las ayudas militares de la OTAN, con Estados Unidos a la cabeza, han sido un factor importante en el desarrollo de esta guerra y ha ayudado a revertir algunas de las ganancias territoriales de Rusia en el frente. La otra pata importante de las ayudas internacionales se ha centrado en la imposición de sanciones internacionales para aislar al Kremlin. "En caso de un conflicto mayor con Taiwán, las sanciones serían sin duda una de las herramientas que utilizaría Occidente. Creo que Estados Unidos en particular vaciló antes de apoyar militarmente contra Rusia, pero no dudó en utilizar la presión económica contra ellos. Y, en el caso de China, las sanciones son la estrategia que prefieren utilizar", explica Eugene Chausovsky, analista sénior del think tank Newlines Institute for Strategy and Policy, en entrevista con El Confidencial.

Tanto Estados Unidos como los países miembros de la Unión Europea han intentado aislar a Rusia del sistema internacional, aunque los esfuerzos han sido desiguales. A pesar de las sanciones y de los nuevos mercados energéticos que han abierto para alejarse del gas ruso, muchos países no han tomado este camino. La India, Turquía, China y prácticamente todos los países de América Latina y los estados del Golfo no han apoyado formalmente la invasión, pero han mantenido —y hasta aumentado en algunos casos— los lazos económicos y energéticos con Moscú. Esto ha permitido, entre otros factores, la supervivencia de un país al que una gran parte de Occidente le dio la espalda en un sentido económico.

Foto: Un buque de guerra chino en la inmediaciones de Taiwán. (Reuters/Thomas Peter)

Pero ese apoyo no llegó de repente y formó parte de una estrategia que Rusia empezó mucho antes del inicio del conflicto en Ucrania en 2014. "Se fue construyendo durante años antes de la invasión inicial, a menor escala. Creo que se hizo con el cálculo en mente de que en caso de invasión a gran escala habría mucha presión económica por parte de Occidente, pero que habría países (entre ellos China) que les apoyarían de alguna manera", continúa Chausovsky.

Con el caso de Moscú, Pekín ha visto cómo de importante es contar con un grupo de países que serían neutrales en un hipotético conflicto con Taiwán. Eugene Chausovsky hace referencia a proyectos como el del Cinturón y la Ruta, también conocido como la Nueva Ruta de la Seda, iniciado en 2013. Este tipo de iniciativas tienen objetivos económicos más allá de asegurarse aliados ante un conflicto abierto con Taiwán, pero pueden tener una importancia adicional en el contexto geopolítico actual.

placeholder El presidente chino, Xi Jinping. (Getty/Kevin Frayer)
El presidente chino, Xi Jinping. (Getty/Kevin Frayer)

Los analistas como el de Newlines Institute apuntan, sin embargo, que los gestos diplomáticos recientes de Xi Jinping no son casualidad. Sobre todo haber actuado como mediador para que Arabia Saudí e Irán retomen sus relaciones diplomáticas. "Especialmente Riad es un proveedor de energía y petróleo importante, tanto para China como para Taiwán. Pekín puede utilizar esta relación en un futuro para conseguir que Arabia Saudí sea neutral en un conflicto con Taiwán en caso de invasión", sostiene.

Además de asegurarse su apoyo económico, Xi Jinping podría utilizar a actores como Arabia Saudí para ejercer presión contra Taiwán por la importancia energética del país. "Esta, de hecho, creo que sería la mejor opción para China en lugar de los costes de una intervención militar. En un futuro, Arabia Saudí podría redirigir las exportaciones de energía con destino a Taiwán a puertos chinos", argumenta el investigador.

Xi Jinping se ha reunido con otros líderes como el bielorruso Aleksandr Lukashenko y Luiz Inácio Lula da Silva, recuerda. "Estos lazos diplomáticos y económicos están más allá de Occidente, pero China sigue manteniendo sus relaciones con Occidente a pesar de las tensiones. Estamos hablando de una relación comercial muy larga y por eso Pekín no necesita sustituir a sus socios. Esto es algo que Rusia sí hizo porque estaba en una posición económica mucho peor que China, una de las potencias comerciales más importantes del mundo".

Manual para debilitar la economía china

Los países occidentales son conscientes de que es mucho más fácil aislar económicamente a Rusia que a China, cuyo PIB es casi 10 veces mayor. Maria Shagina, investigadora sobre sanciones en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (CSIS) apunta en un análisis publicado en Foreign Policy que un conflicto económico contra Pekín podría convertirse "en la versión económica de la guerra nuclear: destrucción mutua asegurada donde todos pierden".

Pero Occidente está tomando algunas medidas para intentar dar una vuelta al potencial económico ruso en la región. De la misma manera que los países de la UE aprendieron en invierno a desvincularse lo máximo posible de la energía rusa, el reto ahora es encontrar cómo disminuir las vulnerabilidades económicas occidentales con respecto al gigante asiático.

Foto: EC.

Las sanciones a Rusia han tenido una importancia simbólica y, aunque no han logrado tumbar la economía rusa, sí han conseguido congelar millones de dólares en reservas extranjeras rusas. Una coalición de países sancionadores fuerte es importante para mantener la presión económica, pero Shagina subraya la importancia de encontrar el sector que podría hacer daño a China en caso de una invasión a Taiwán. "Por ahora, Estados Unidos avanza unilateralmente utilizando su posición única en las cadenas de suministro de semiconductores. Los amplios controles de exportación de Washington sobre chips informáticos avanzados a China sofocarán la capacidad del país para mejorar sus capacidades en tecnologías emergentes, incluidas aquellas con aplicaciones militares", explica la investigadora.

Por otro lado, el punto débil de China es su dependencia del dólar para el comercio internacional y la reserva de divisas. Pekín ya ha tomado algunas medidas para reducir su exposición, lo que ha provocado que cinco empresas estatales, entre ellas PetroChina y Sinopec, se retiraran de la Bolsa de Valores de Nueva York. Además de promover el yuan digital, el gigante asiático también ha prohibido a sus funcionarios poseer cuentas extranjeras y otras propiedades fuera del país, "un paso destinado a minimizar el paso de futuras sanciones", sostiene Maria Shagina.

A pesar de que reducir de manera drástica la dependencia del dólar sigue siendo difícil de conseguir, el contexto económico actual ha puesto de manifiesto la importancia de planificar. En el caso de Estados Unidos, empezar a diseñar una política que permita que las sanciones internacionales puedan tener un efecto tan significativo para China como para replantarse una mayor escalada de tensiones con Taiwán. "Como ha dejado claro la guerra de Rusia en Ucrania, no tener una coalición de sanciones creíble y un final del juego reduce en gran medida la posibilidad de disuadir, detener o ganar una guerra", concluye la investigadora del CSIS.

Xi se prepara (y tiene tiempo para hacerlo)

Un posible escenario es que China intente evitar un conflicto militar con Taiwán, aunque esté entre sus objetivos tomar el control de la isla. Una de las lecciones más importantes de la guerra de Ucrania es que los costes militares de una invasión son muy altos. Si algo ha demostrado la OTAN en estos meses es que está comprometida con la ayuda militar a Kiev, a pesar de que no sea miembro de la alianza.

China puede haberse dado cuenta de que Taiwán no es solamente sus recursos internos sino, como en el caso de Ucrania, el apoyo que puede recibir de aliados internacionales. "Es indudable que ahora puede no ser el mejor momento para avanzar en una invasión, pero también es verdad que puede estar preparándose", continúa Eugene Chausovsky para este periódico. No solamente a nivel militar con diferentes ejercicios, alerta, sino esfuerzos diplomáticos alrededor del mundo. "Creo que China ya se está entrenando de alguna manera y tiene tiempo para hacerlo porque el Gobierno no va a cambiar. Puede hacer planes a largo plazo", explica el analista.

Una invasión como la de Ucrania, que puede perpetuarse en el tiempo, sería una pesadilla para China. Principalmente, porque se trataría de un ataque anfibio y no terrestre como ha sido el caso de Rusia en Ucrania. Las lecciones que está tomando Pekín van enfocadas, por lo tanto, a una ofensiva rápida peor efectiva. "La guerra entre Rusia ha traído grandes aprendizajes en ese sentido", afirmó Chiu Kuo-cheng, ministro de defensa de Taiwán. Y no duda sobre las intenciones de los chinos: "Definitivamente, buscarán la velocidad en el ataque".

"Lecciones de la guerra de Ucrania" es seguramente uno de los artículos más manidos por parte de think tanks internacionales, analistas militares y medios alrededor del mundo. Desde tácticas militares, consecuencias geopolíticas del conflicto, hasta los cambios en el sector de defensa y, por supuesto, los efectos económicos de una invasión que ha cambiado el statu quo internacional. Pero hay un país que puede estar especialmente interesado en las lecciones de la invasión rusa.

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