Es noticia
Starlink, Javelins y sanciones: las lecciones que China ha extraído de la guerra de Ucrania
  1. Mundo
El ojo de la invasión

Starlink, Javelins y sanciones: las lecciones que China ha extraído de la guerra de Ucrania

Los expertos políticos y militares de Pekín llevan meses analizando todos y cada uno de los aspectos de la guerra en Ucrania. La mayoría militares. Pero algunos son más llamativos

Foto: Sesión de clausura del Congreso Nacional Popular (CNP). (EFE/Mark R. Cristino)
Sesión de clausura del Congreso Nacional Popular (CNP). (EFE/Mark R. Cristino)

Pasado ya más de un año desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, ha transcurrido el tiempo suficiente para que el planeta entero haya podido sacar sus propias conclusiones al respecto, analizando fortalezas y debilidades y descubriendo que algunas armadas invencibles tenían mucho de cartón piedra y que otros supuestos tigres de papel no lo eran tanto. Pero si hay un país —con permiso de los propios beligerantes y sus aliados directos— donde se ha examinado con lupa este conflicto, ese es China.

Los expertos políticos y militares del coloso asiático llevan meses analizando todos y cada uno de los aspectos de esta guerra, tratando de extraer lecciones de cara al futuro. Algunas de esas lecciones son obvias para todo el mundo, pero otras obedecen a una óptica exclusivamente china, adaptada a su idiosincrasia y necesidades.

Foto: El caza furtivo chino J-20, en la feria aérea de Zhuhai. (Reuters)

Muchos aspectos son militares. La semana pasada, la agencia Reuters publicó un largo artículo donde se detallaba la revisión realizada por su equipo de casi un centenar de documentos publicados en más de una veintena de publicaciones chinas de defensa, que subrayaban los principales elementos en los que se han fijado los especialistas vinculados al Ejército de Liberación Popular chino a través de universidades, think tanks de Inteligencia militar y fabricantes de armamento. Y algunas de sus conclusiones son llamativas.

La primera es el papel jugado por la red de satélites privados Starlink, pertenecientes a la empresa espacial de Elon Musk y cuyo despliegue en Ucrania fue financiado por el gobierno estadounidense. "La excelente actuación de los satélites Starlink en el conflicto ruso-ucraniano sin duda llevará a EEUU y otros países occidentales a usar Starlink de forma extensiva" en caso de que se produzca algún tipo de conflicto con China, por ejemplo, a propósito de Taiwán, si bien no se menciona por nombre a este último.

Foto: Una niña sostiene una bandera ucraniana para mostrar su apoyo a Ucrania y conmemorar el primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania en Taipéi. (Reuters/Ann Wang)

Según Reuters, los autores de este análisis concluyen que para China es "urgente" desarrollar una red de satélites similar, así como encontrar un modo de neutralizar Starlink. "Starlink realmente es algo nuevo, por lo que tienen que preocuparse, la aplicación militar de tecnología civil avanzada que no pueden replicar fácilmente", apunta Collin Kohl, investigador en temas de seguridad en la Escuela de Estudios Internacionales Rajaratnam de Singapur, en el citado artículo.

Misiles y tecnologías

Otra de las tecnologías que ha alarmado a los especialistas chinos ha sido el uso efectivo de los misiles antitanque Javelin y Stinger y otros proyectiles. Un artículo en el diario oficial de la administración china instaba al ELP a mejorar su capacidad de defender sus equipos militares ante el "serio daño a los tanques, vehículos armados y navíos de guerra rusos". También mencionan el uso de drones. "Estos vehículos aéreos no tripulados servirán como los arietes de futuras guerras", señala otro análisis en una publicación sobre tanques editada por la empresa de armamento estatal china Norinco.

* Si no ves correctamente este formulario, haz clic aquí.

Según Zhou Chenming, investigador del think tank sobre tecnología militar Yuan Wang de Pekín, los comandantes chinos estudian a diario las imágenes por satélite y la inteligencia recogida en Ucrania. "Rusia tiene la ventaja de una capacidad de fuego mucho mayor que Ucrania, pero el mando operativo de esta última parece más avanzado y efectivo, especialmente ahora que tiene el apoyo de EEUU y la OTAN", declaró Zhou al diario South China Morning Post hace unas semanas. "La guerra Ucrania-Rusia ofrece un vistazo a cómo las tecnologías militares tripuladas y no tripuladas deberían ser integradas en la guerra moderna desde un punto de vista intelectual. Estas lecciones instruirán al ELP para futuros entrenamientos y [reformas] de sus sistemas de operaciones", indicó.

Los especialistas chinos también están prestando atención a las fortalezas del bando ruso, como por ejemplo el éxito de los bombardeos tácticos con misiles balísticos Iskander. Entre las tácticas rusas vistas con aprobación por estos expertos se encuentra el uso efectivo de la desinformación, y el fomento por adelantado de rebeliones y colaboracionismo entre la población de los territorios designados como objetivos. Además, para el ejército chino el escenario ucraniano es de máximo interés, puesto que existen importantes coincidencias en los sistemas de armamento rusos y chinos, que en muchos casos tienen un origen común en anteriores diseños soviéticos.

Foto: El nuevo ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang. (EFE/Mark R. Cristino)

Sin embargo, un factor que preocupa a los planificadores militares chinos es que Ucrania muestra, una vez más, que la incertidumbre —algo que el Partido Comunista chino preferiría evitar a toda costa, llegado el caso— es siempre un elemento clave en toda guerra. Lo demuestra, por ejemplo, el fracaso del asalto aéreo ruso al aeródromo ucraniano de Hostómel, en las primeras horas de la invasión.

Numerosos comentaristas y blogueros militares chinos han analizado y opinado sobre Ucrania en este mes. Uno de los más populares, conocido como Military Express, realizó una devastadora crítica sobre la operación de Hostómel, en la que dos centenares de miembros de las fuerzas especiales rusas fueron masacrados tras su desembarco aéreo en una exitosa contraofensiva ucraniana. "El objetivo de esta unidad especial [rusa] fue abortado en gran medida, dado que ninguna otra fuerza aerotransportada pudo desplegarse con éxito en este aeródromo", señaló el bloguero, indicando que este caso muestra la complejidad de un asalto de este tipo. "Requiere de muchas precondiciones para su implementación y exige un alto grado de articulación y cooperación entre los diferentes servicios y unidades de combate. Las lecciones que esto enseña a otros países, en particular a China, son profundas", escribió.

Guerra económica

Pero el ámbito que más ha alterado los paradigmas del liderazgo chino ha sido el económico. Pekín "ha estudiado atentamente la campaña de sanciones liderada por Occidente. Y sabe que, si las tensiones con Occidente siguen intensificándose, estas mismas armas económicas podrían volverse contra China", señalan Evan A. Feigenbaum y Adam Szubin, del Fondo Carnegie para la Paz Internacional y la Universidad Johns Hopkins, respectivamente, en un reciente artículo en la revista Foreign Affairs titulado "Lo que China ha aprendido de la guerra de Ucrania". "Es cierto que la economía de China es 10 veces mayor que la de Rusia, y la huella de China en la economía global —en términos de comercio, inversión y flujos de capital— es gigantesca comparada con la de Rusia, sobre todo en lo que respecta a sus lazos con EEUU. Pero si los líderes chinos alguna vez creyeron que una economía de primer orden era demasiado grande para ser sancionada, este año pasado ha sido desconcertante en ese sentido", añaden estos observadores.

Foto: El presidente ruso, Vladímir Putin, se reúne con el presidente chino, Xi Jinping, en Pekín. (Reuters/Sputnik/Aleksey Druzhinin)

No son los únicos que opinan así. "A China le preocupa cada vez más su exposición a activos estadounidenses", escribe David Uren, analista del Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI), en un breve artículo publicado hace dos semanas. "A las autoridades chinas les impactó la incautación de las reservas de divisas extranjeras del banco central de Rusia tras la invasión de Ucrania. En caso de un conflicto chino-estadounidense, los activos chinos serían igualmente vulnerables a la expropiación", señala este experto.

En su análisis, Uren se refiere a un informe del exministro de Exteriores griego Yannis Varoufakis, quien apunta que en caso de un conflicto abierto entre EEUU y China, esta última estaría en una posición mucho mejor que su rival para capear las consecuencias de un desacople forzoso. Pero lo importante en este caso es que Pekín ha comprendido que Occidente no es necesariamente el bloque egoísta incapaz de sacrificar siquiera una mínima parte de sus intereses, que es la conclusión a la que Rusia parecía haber llegado tras la tibia respuesta a la anexión de Crimea en 2014. "La lección para quienes toman las decisiones en Pekín es muy clara: una amenaza seria al orden internacional puede acarrear una respuesta económica muy dolorosa, incluso si viene con costes para los propios países que imponen las sanciones", afirman Feigenbaum y Szubin. "El umbral para semejante ataque económico sin duda sería muy alto, pero otro tipo de disuasión es el hecho de que Pekín no puede saber exactamente cuán alto", apuntan.

Foto: El Ejército chino, cada vez más potente y avanzado. En la imagen, blindados ZBL-08. (Mil-ru)

A este cambio de paradigma contribuye el hecho de que Taiwán —el foco de tensión por el que es más probable que pueda producirse un choque abierto con China— es mucho más importante para los intereses y la economía occidental que Ucrania. "Pekín acaba de ver cómo EEUU y sus aliados europeos asumían considerables riesgos nacionales y locales por Ucrania, una economía exponencialmente menor y menos global que la de Taiwán, que tiene la séptima mayor economía en el Asia industrial y proporciona un eje en la cadena global de suministros", indican Feigenbaum y Szubin. "China ya no puede asumir que Occidente solo impondrá sanciones importantes a países marginales y sanciones marginales a países grandes", señalan.

Todo ello hace que China esté tratando de mantener un delicado equilibrio entre el apoyo distante a Rusia —que podría traducirse en la suficiente ayuda militar como para impedir cualquier derrota rusa y cronificar el conflicto— y el deseo de evitar una confrontación descontrolada, lo que el ministro de Exteriores Qin Gang ha llamado un "descarrilamiento". Pero lo cierto es que a ambos lados del Atlántico (y en muchos lugares del Pacífico) la atmósfera es cada vez más hostil a los intereses de China, y muchos observadores consideran que una nueva guerra fría, si no un estallido armado a propósito de Taiwán, puede acabar siendo inevitable. Y si eso sucede, China quiere estar preparada.

Pasado ya más de un año desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, ha transcurrido el tiempo suficiente para que el planeta entero haya podido sacar sus propias conclusiones al respecto, analizando fortalezas y debilidades y descubriendo que algunas armadas invencibles tenían mucho de cartón piedra y que otros supuestos tigres de papel no lo eran tanto. Pero si hay un país —con permiso de los propios beligerantes y sus aliados directos— donde se ha examinado con lupa este conflicto, ese es China.

Noticias de China Conflicto de Ucrania
El redactor recomienda