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"Una amistad fuerte": ¿por qué China se ha reunido con el mayordomo geopolítico de Putin?
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Saltan las alarmas en Occidente

"Una amistad fuerte": ¿por qué China se ha reunido con el mayordomo geopolítico de Putin?

En medio de los rumores de que China podría tener un papel más activo en la guerra y ayudar militarmente a Rusia, Xi se reunió con el fiel escudero del Kremlin: Lukashenko

Foto: El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, y el líder chino, Xi Jinping, el 1 de marzo de 2023. (EFE)
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, y el líder chino, Xi Jinping, el 1 de marzo de 2023. (EFE)

Una de las cosas que más ha inquietado siempre a Estados Unidos es el misterio que enmarca muchas de las políticas de China. Esas dos caras que tiene el gigante asiático cuando, por un lado, plantea un plan de paz para poner fin a la guerra de Ucrania, pero luego afirma que las relaciones entre Pekín y Moscú son "sólidas como una roca". Días después, invita a Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia y uno de los aliados más acérrimos de Vladímir Putin, y anuncia que su amistad es "fuerte e inquebrantable".

Desde que el "globo espía" de China voló los cielos estadounidenses, la relación entre las dos potencias ha empeorado, lo que puede provocar que el gigante asiático refuerce los lazos con otros países, como Rusia. Los funcionarios estadounidenses y europeos han elevado el tono y han advertido que Xi Jinping podría incluso ayudar militarmente a Vladímir Putin. El líder chino lo niega, pero la reunión con uno de los políticos más cercanos al líder ruso ha sido interpretado como una señal de alarma y los expertos no dejan de preguntarse: ¿Es este otro indicio del apoyo al Kremlin?

Foto: Imagen del presidente chino, Xi Jinping, en una exhibición en Pekín. (Reuters/Florence Lo)

El hecho de que China y Bielorrusia mantengan una buena relación no es noticia. Durante años, la colaboración ha estado marcada por los lazos económicos y comerciales. Sin embargo, hay aspectos significativos en esta reunión. En primer lugar, que haya tenido lugar justo un año después del primer aniversario de la guerra. En segundo lugar, que se trate del país que Putin utilizó como lanzadera para el inicio de la invasión el 24 de febrero de 2022. Por parte de China y Bielorrusia, niegan que esta visita tenga segundas malas intenciones. Lukashenko afirmó que las preocupaciones de países como Estados Unidos buscan despertar un sentimiento anti-China, mientras que el gigante asiático sostiene que respeta a todos loa países, sin importar su tamaño y rechazaron que la reunión signifique un mayor papel de China en la guerra de Ucrania.

"Sobre los comentarios de EEUU, yo no lo veo realmente como una señal de alarma. Esta visita estaba dentro de los planes desde hace tiempo y este es un aspecto más de las relaciones bilaterales que forman parte de los esfuerzos del líder bielorruso por aliarse con China para revertir los efectos de las sanciones que impuso Occidente en 2020 después de las elecciones y la represión del régimen", sostiene Yauheni Preiherman, director del Consejo de Diálogo de Relaciones Internacionales de Minsk, a El Confidencial.

"Lukashenko no es independiente"

Después del encuentro con Xi, el presidente de Bielorrusia hizo una declaración de intenciones al apoyar abiertamente el plan de paz para la guerra de Ucrania presentado por China la semana pasada y que ha sido recibido con escepticismo por parte de la Unión Europa y Estados Unidos. Lukashenko anunció que coincide con Xi en la necesidad de abandonar la mentalidad de Guerra Fría y respetar las "legítimas preocupaciones de seguridad de todos los países", dos de los puntos del plan del gigante asiático. Las iniciativas, destacó el bielorruso, van encaminadas "a evitar una confrontación mundial que no tendrá vencedores". "Bielorrusia ha propuesto activamente la paz y apoya plenamente su iniciativa sobre la seguridad internacional", continuó.

No hay lugar a dudas de que los dos mandatarios han hablado sobre la guerra de Ucrania, aunque los expertos discrepan sobre el tono en el que han mantenido tales conversaciones. Preiherman opina que Lukashenko es una buena fuente de información para el líder chino por su cercanía con Putin, pero, además, los dos países tienen interés en que este conflicto no se salga de control. "Si lo hace, Bielorrusia se convertirá casi automáticamente en una víctima, no solo en términos de hostilidades, también por las altas posibilidades de que pierda su soberanía porque podría ser el siguiente en los planes de Putin", afirmó el analista.

Foto: Uladzimir Makei, exministro de Asuntos Exteriores en Bielorrusia, junto a su homólogo ruso, Sergey Lavrov. (EFE)

Por su parte, Alex Kokcharov, analista de riesgo centrado en Rusia, Bielorrusia y Ucrania, subrayó a este periódico que lo primero que hay que tener en cuenta antes de analizar la reunión entre los dos líderes es que Alexander Lukashenko no es un actor independiente y que probablemente actúe en nombre de Rusia. "Esto probablemente incluye su visita a China", alerta. A pesar de que no se atreve a afirmar que el gigante asiático esté interesado en suministrar al Kremlin municiones o armas, sí sostiene que la visita esté relacionada con los intentos de Rusia por explorar rutas potenciales para la importación de armas y municiones de terceros países. "Según los informes, las fuerzas armadas rusas están experimentando escasez de varios tipos de armas y municiones y necesitan reponer sus existencias", advirtió Kokcharov.

Otros analistas fueron más allá y señalaron que la guerra de Ucrania puede ser para China hasta una oportunidad para probar su armamento, que no se ha utilizado en el campo de batalla desde 1979, salvo en algunos conflictos aislados en la década de los 80. No obstante, la amistad "inquebrantable" entre Lukashenko y Xi puede debilitar la imagen de este último como mediador en la guerra por las respuestas negativas que ha recibido por parte de Occidente.

Una relación "inquebrantable"... y económica

Mientras los líderes y analistas especulan sobre la implicación de la reunión en Pekín, el presidente chino y su homólogo bielorruso ponen el foco en sus vínculos económicos. El gigante asiático financió nuevas carreteras, fábricas y rutas ferroviarias, así como el parque industrial Great Stone a las afueras de Minsk, un símbolo del importante vínculo entre las dos naciones.

Bielorrusia ha sido un actor importante para China por su situación geográfica, que lo perfila como la puerta de entrada en Europa dentro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, también llamada nueva Ruta de la Seda, auspiciada por Xi Jinping. Sin embargo, las sanciones de 2020 por la tensa situación política disminuyeron las exportaciones de Bielorrusia a la UE y enfriaron las relaciones. Minsk dejó de ser un aliado económico tan indispensable para Pekín, aunque China nunca ha dejado de mostrar un apoyo, aunque fuera retórico, a Lukashenko.

Foto: Soldados ucranianos, en una maniobra militar cerca de la frontera de Ucrania y Bielorrusia, el 20 de enero de 2023. (Reuters/Gleb Garanich)

Yauheni Preiherman afirma desde el Consejo de Diálogo de Relaciones Internacionales de Minsk que "es muy obvio que Lukashenko necesita nuevos proyectos de cooperación que le interese a los dos lados". Es posible que el gigante asiático haya fortalecido las relaciones con Bielorrusia con la esperanza de que esta situación se revierta en un futuro y de que Minsk pueda volver a ser un aliado comercial. Además, continúa, China está interesado en desarrollar relaciones con pequeños países que están en cierto modo en los márgenes del poder. Pero, ante todo, para Xi Jinping, Lukashenko puede ser considerado como una fuente de información única sobre la guerra de Ucrania. "A Xi le interesa saberlo todo y por eso esté no solo preservando las relaciones, sino expandiéndolas".

Bielorrusia puede haber demostrado con esta visita que es el "mensajero de Putin", como opinan algunos analistas, pero también que quiere asegurarse de que Rusia no sea su único jugador a nivel económico y político. Lukashenko podría haber dado algunas señales. La primera, después de su encuentro con Putin el pasado febrero. Después de que el líder ruso le agradeciera que hubiera aceptado su invitación, el presidente bielorruso respondió: "Como si no pudiera estar de acuerdo". Posteriormente, afirmó que si su país quiere seguir siendo soberano, no puede depender solo de un país y de su mercado.

Pero hay comentarios que se han quedado marcados, como la respuesta que dio a la pregunta sobre si estaría de acuerdo en que Bielorrusia fuera utilizado de nuevo como escenario para la invasión. "Estoy listo para proporcionar [territorio] nuevamente. Estoy listo para la guerra, junto con los rusos, desde el territorio de Bielorrusia. Pero solo si alguien, incluso un solo soldado, ingresa a nuestro territorio desde allí (Ucrania) con armas para matar a mi pueblo". Tampoco se olvida el comunicado conjunto de Vladímir Putin y Xi Jinping justo antes del inicio de la invasión a Ucrania, con el que dieron por bautizada, una vez más, una "asociación sin límites".

Una de las cosas que más ha inquietado siempre a Estados Unidos es el misterio que enmarca muchas de las políticas de China. Esas dos caras que tiene el gigante asiático cuando, por un lado, plantea un plan de paz para poner fin a la guerra de Ucrania, pero luego afirma que las relaciones entre Pekín y Moscú son "sólidas como una roca". Días después, invita a Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia y uno de los aliados más acérrimos de Vladímir Putin, y anuncia que su amistad es "fuerte e inquebrantable".

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