Rusia pone en servicio nuevos cañones con munición nuclear basados en un diseño soviético
La industria militar rusa sufre el efecto del embargo occidental por la invasión ilegal de Ucrania, pero el país sigue fabricando armamento extremadamente peligroso como el obús 2S7M Malka
A pesar de los embargos que casi han paralizado la construcción de armas de última generación por falta de componentes electrónicos occidentales, Rusia sigue fabricando otras no menos temibles. De hecho, las últimas noticias son incluso más preocupantes: el ejército de Vladimir Putin acaba de recibir nuevas unidades de su obús más destructivo, el 2S7M 'Malka', un cañón mecanizado que puede disparar municiones de 203 milímetros con una carga nuclear de hasta un kilotón de potencia. No se conoce exactamente dónde irán estos nuevos obuses pero, lógicamente, existe la posibilidad de que vayan a reforzar el frente ucraniano junto con los 220.000 soldados que han sido movilizados en las últimas semanas.
“[El 2S7M Malka] puede lanzar proyectiles de fragmentación de alta potencia, así como munición de cohetes activos. La principal ventaja de esta arma es la capacidad de usar proyectiles de perforación de hormigón y químicos, así como munición especial con cabeza nuclear,” afirma la agencia de noticias gubernamental RIA Novosti.
Tecnología rudimentaria, gran potencia
Fabricadas por la compañía Uraltransmash, estos cañones no son armas futuristas ni de ciencia ficción. De hecho, su diseño original — el 2S7 Pion — data de la época soviética y la propia Ucrania cuenta con versiones antiguas en su arsenal. Ucrania tiene 13 de estas máquinas originales en activo, mientras que Rusia podía contar con 320 unidades, de las cuales 60 serían 2S7M, la versión moderna de la que acaban de recibir nuevas unidades.
La potencia y fiabilidad de estas máquinas radica precisamente en su arquitectura eminentemente mecánica, sin los avances tecnológicos de los últimos obuses occidentales de 155 milímetros y sus municiones guiadas de largo alcance. Al parecer, esto también permite que los rusos puedan seguir fabricándolas sin problemas. Son máquinas mecánicas muy duras que, tienen un poder destructivo incontestable incontestable gracias a su cañón de 203 milímetros y esas municiones especiales que ni Estados Unidos ni los aliados utilizan.
¿Capacidad nuclear táctica "ideal"?
Como afirma la publicación militar Army Recognition, la versión modernizada del 2S7 que ha recibido el ejército de Moscú cuenta “con una nueva caja de cambios, mecanismos de distribución, unidades de suministro de energía, dispositivos de observación y sistema de guía, equipo de intercomunicación y una estación de radio”. Según afirma esta publicación, también cuenta con un nuevo sistema de protección contra amenazas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares (CBRN en sus siglas en inglés) y, según el fabricante, ahora son capaces de apuntar a un objetivo usando un dron de reconocimiento.
El 2S7M Malka representa quizás el arma nuclear táctica menos más contenida del arsenal ruso. Es capaz de disparar munición estándar, de fragmentación, químicas y nucleares, a 37.5 kilómetros de distancia. Esto último es especialmente preocupante dentro de la retórica nuclear que Putin ha impuesto en las últimas semanas en respuesta a los avances de la contraofensiva ucraniana.
El diario israelí Jerusalem Post informa que RIA ha recalcado esta capacidad nuclear de baja potencia. Utilizar estos cañones para lanzar ataques de saturación con munición nuclear en vez de utilizar un misil de mayor potencia podría ser considerado como una compromiso aceptable por Putin. Lanzar un proyectil de un kilotón sería brutal, pero no tan brutal como utilizar un misil táctico de 15 kilotones, el equivalente de la bomba de Hiroshima.
Quizás, a ojos de Putin, este arma podría ser un compromiso que satisfaciera a sus halcones y que quizás no provocase el ataque convencional a gran escala que han prometido EEUU, Europa y la OTAN.
A pesar de los embargos que casi han paralizado la construcción de armas de última generación por falta de componentes electrónicos occidentales, Rusia sigue fabricando otras no menos temibles. De hecho, las últimas noticias son incluso más preocupantes: el ejército de Vladimir Putin acaba de recibir nuevas unidades de su obús más destructivo, el 2S7M 'Malka', un cañón mecanizado que puede disparar municiones de 203 milímetros con una carga nuclear de hasta un kilotón de potencia. No se conoce exactamente dónde irán estos nuevos obuses pero, lógicamente, existe la posibilidad de que vayan a reforzar el frente ucraniano junto con los 220.000 soldados que han sido movilizados en las últimas semanas.