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¿Hay motivos para la alerta migratoria? Depende de si preguntas a Meloni o a los datos
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28.000 personas llegaron a Italia en 2023

¿Hay motivos para la alerta migratoria? Depende de si preguntas a Meloni o a los datos

Italia ha declarado el estado de emergencia en el país por el aumento de las llegadas a las costas italianas, a pesar de que los datos distan mucho de las cifras de 2015

Foto: La primera ministra, Giorgia Meloni, el pasado 15 de marzo. (Reuters/Remo Casilli)
La primera ministra, Giorgia Meloni, el pasado 15 de marzo. (Reuters/Remo Casilli)

Giorgia Meloni llegó al Gobierno italiano con una promesa que ahora puede ser muy difícil de cumplir. La política italiana marcó su campaña el año pasado en las críticas a la gestión migratoria de los ejecutivos pasados y dijo que actuaría con dureza. Sin embargo, este año se han triplicado las llegadas de migrantes a las costas italianas y la primera ministra ha declarado el estado de emergencia en el país.

Las medidas extraordinarias las ha tomado Meloni para intentar compensar la sensación de descontrol tras la llegada de cerca de 28.282 personas desde principios de 2023, casi cuatro veces que las que llegaron en el mismo periodo del año anterior. Solo el domingo pasado, casi 1.000 migrantes desembarcaron en la isla de Lampedusa, en Sicilia, y el día anterior 23 personas se ahogaron antes de llegar a la costa. La tragedia se suma a la del pasado febrero tras un naufragio en Calabria que provocó la muerte de 91 personas.

Foto: El ministro de Interior italiano, Matteo Piantedosi. (Reuters/Remo Casilli)

El estado de emergencia permitirá, durante seis meses, que los procesos judiciales sean más rápidos, así como la agilización de los sistemas de expulsión de los migrantes que no tengan derecho a asilo en Italia. Sin embargo, esta no es la peor crisis que ha sufrido el país y algunos expertos comparan la cifra de 30.000 llegadas de este año con las 200.000 personas que acogió el país en 2015. "No hay emergencia y el único problema en este campo es la falta de planificación, destinada a alimentar la retórica de invasión electoralmente efectiva", dijo Filippo Miraglia, presidente de la organización social Arci, en una publicación de Twitter.

Por su parte, Camille Le Coz, analista sénior de políticas migratorias en el Instituto de Políticas de Migración, señala a El Confidencial que, en la situación actual, es necesario tomar medidas para garantizar que los migrantes que llegan puedan ser recibidos en condiciones dignas y se evalúe su situación individual. "La pregunta es si este estado de emergencia permitirá que esto suceda, aumentando la capacidad de recepción en los puntos de llegada, o si eso resultará en la limitación de estos derechos. Por eso es esencial que haya una estrecha supervisión de lo que sucede a su llegada", subraya.

A pesar de que la situación no puede compararse a la de 2015, el aumento del flujo migratorio este año se ha convertido en una de las primeras crisis políticas para Giorgia Meloni. Antes de que llegara al Gobierno, las cifras de llegadas habían sufrido una caída por la crisis del coronavirus. En los años de pandemia, muchas personas planeaban llegar a Italia a través de la ruta de los Balcanes, pero fueron devueltos en su mayoría a Eslovenia.

Foto: Varios migrantes son atendidos en el puerto de Arrecife. (EFE/Adriel Perdomo) Opinión
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Roma argumentó en ese momento que la postura estuvo motivada para frenar la propagación del covid y que tenía un acuerdo con Eslovenia para devolver a los inmigrantes. A pesar de que el país balcánico también forma parte de la Unión Europea y los recién llegados tienen los mismos derechos, las organizaciones humanitarias acusaron a Italia de explotar la crisis del coronavirus para frenar la llegada de migrantes a sus fronteras. Además, muchas de las personas que fueron devueltas por las autoridades italianas terminaron en Bosnia, donde llegaron a campamentos desmantelados o edificios abandonados.

Las razones del repunte

Pese a que la crisis del coronavirus se apagó hace tiempo, no ha sido hasta 2023 que se ha notado un repunte en el número de llegadas. Hay factores que explican este aumento, como las condiciones meteorológicas, que han favorecido los cruces. "El Mediterráneo Central fue la ruta más activa en los dos primeros meses de este año, con cerca de 12.000 cruces fronterizos irregulares, el doble de hace un año", afirmó Frontex, la agencia europea de fronteras.

Por otro lado, la información de la agencia Acnur apunta a que la mayoría de migrantes vienen de países como Costa de Marfil, Guinea, Pakistán o Túnez, este último, el que se ha convertido el punto de salida rumbo a las costas italianas. "En el pasado, Libia fue el principal país de partida, lo que nos dice que hay una influencia de lo que está sucediendo en Túnez en términos de la crisis económica y la represión contra los ciudadanos subsaharianos", apuntó uno de los portavoces de Acnur a principios de marzo.

Foto: Dos remolcadores sacan el portacontenedores alemán "MSC Flaminia" del puerto de JadeWeser en Wilhelmshaven. (EFE / Hans Christian Woeste)

En los últimos meses, varias asociaciones han denunciado la ola de violencia contra los migrantes. Flavio di Giacomo, director de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Italia, afirmó que solamente se fijan en el color de la piel, "da igual su nacionalidad, aunque sean europeos".

La preocupación por las condiciones de los subsaharianos en Túnez llegó a su punto más alto tras un discurso del presidente, Kais Saied, en el mes de febrero y en el que hablaba de una conspiración criminal "nacida en los albores de este siglo para cambiar la composición demográfica de Túnez". Saied hizo referencia a "hordas de migrantes ilegales" y les responsabilizó de actos de violencia y de crímenes.

Foto: Cerca de 400 migrantes fueron rescatados en Lampedusa, Italia, en agosto de 2021. (EFE/Concetta Rizzo)

El discurso provocó cerca de 840 detenciones de personas migrantes y de solicitantes de asilo subsaharianos, según la organización Abogados Sin Fronteras, así como ataques xenófobos. Los datos de organizaciones locales estiman que hay entre 30.000 y 50.000 migrantes subsaharianos en Túnez y que, además de la ola de xenófobos y represión, muchos de ellos parte hacia Europa por la mala situación económica en el país africano. Además, para los migrantes que llegan a Túnez para buscar trabajo o estudiar o como punto de tránsito, la situación ahora se ha vuelto cada vez más difícil. "Hay una grave crisis económica, lo que hace que sea más difícil encontrar trabajo (especialmente después del covid), así como la situación política, con la reciente declaración del presidente. Esto está impulsando a más personas a intentar cruzar a Europa. A su vez, las condiciones también han sido favorables a más salidas, y las redes de contrabando están operando", dice Camille Le Coz a este periódico.

El reto más importante de Meloni

El repunte en la llegada de migrantes a las costas de Italia se enmarca en el primer año del Gobierno de Meloni después del aumento del sentimiento antimigratorio en el país. El movimiento, encabezado por Matteo Salvini, se caracterizó por medidas como el cierre de puertos para evitar la llegada de migrantes. En ese momento, Giorgia Meloni estaba en la oposición, pero sí parecía apoyar algunas de las iniciativas de Salvini.

Sin embargo, desde que ha llegado al Gobierno, ha suavizado el tono en lo que respecta a la situación migratoria. El naufragio de Calabria el pasado febrero fue uno de los momentos más importantes de este cambio, sobre todo después de que el presidente italiano, Sergio Mattarella, visitó los ataúdes de las víctimas y afirmó que la tragedia había conmocionado al país.

Foto: Matteo Salvini y Santiago Abascal. (Twitter)

Meloni, por su parte, ha tratado de negociar con la Unión Europea un plan para obtener más apoyo. "No podemos aceptar la idea de que Italia esté destinada a convertirse en el campo de refugiados de Europa. Nos han dejado solos para hacer este trabajo", dijo.

De hecho, el estado de emergencia en Italia se ha vinculado como una señal de atención para la Unión Europea para intentar llegar a una estrategia conjunta ante el aumento de llegadas de migrantes a las costas italianas. "Seamos claros. El problema no está resuelto, cuya solución está ligada únicamente a una intervención consciente y responsable de la Unión Europea", dijo Nello Musumeci, ministro de Protección Civil y Políticas Marítimas.

Después de sus primeros 100 días en el cargo, la cuestión migratoria se ha convertido en uno de los principales retos para Giorgia Meloni. Mientras espera una respuesta de la UE para abordar una presión que, sostiene, "no tiene precedentes", la política teme un mayor aumento de las llegadas en los próximos meses. Si el patrón es el mismo que el de años anteriores, durante los meses más cálidos aumentará el flujo migratorio. Las cifras actuales distan mucho de las de 2015, pero algunos funcionarios italianos afirmaron que están muy preocupados por una situación que puede desbordarse y que puede incluso superar la de hace años atrás.

Giorgia Meloni llegó al Gobierno italiano con una promesa que ahora puede ser muy difícil de cumplir. La política italiana marcó su campaña el año pasado en las críticas a la gestión migratoria de los ejecutivos pasados y dijo que actuaría con dureza. Sin embargo, este año se han triplicado las llegadas de migrantes a las costas italianas y la primera ministra ha declarado el estado de emergencia en el país.

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