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"Hay que unir a las fuerzas patrióticas, nacionales y de derechas contra Macron"
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Entrevista al portavoz de Le Pen

"Hay que unir a las fuerzas patrióticas, nacionales y de derechas contra Macron"

Nicolas Bay (Francia, 1977) es eurodiputado de la familia política ultraderechista Identidad y Democracia y portavoz de Marine Le Pen

Foto: El eurodiputado francés, Nicolás Bay. (Reuters/Stephane Mahe)
El eurodiputado francés, Nicolás Bay. (Reuters/Stephane Mahe)

Nicolas Bay (Francia, 1977) es eurodiputado de la familia política ultradechista Identidad y Democracia. También es el portavoz de Marine Le Pen. En entrevista con El Confidencial analiza los comicios presidenciales de abril, las divisiones en la extrema derecha gala y el papel de Macron en la mediación con Rusia.

[Si quieres leer la serie de entrevistas a eurodiputados sobre los temas clave a los que se enfrenta la UE, pincha aquí]

PREGUNTA. De cara a las elecciones de abril, la extrema derecha francesa está dividida entre el partido de Marine Le Pen y el de Éric Zemmour. ¿Por qué y qué los diferencia?

RESPUESTA. En primer lugar debo decir que es un error calificar a estas familias políticas como extrema derecha porque no somos extremistas. Siempre hemos respetado el marco que establece la República. Simplemente queremos defender a nuestra nación y a nuestro pueblo. Es cierto que estamos en una situación de competición electoral, que es lo normal cuando hay comicios. Lo principal es superar esta división en la primera vuelta y unir a las fuerzas patrióticas, nacionales y de derechas en la segunda con el único objetivo de impedir que Emmanuel Macron vuelve a ser el presidente. Ha hecho sufrir mucho a los franceses durante cinco años. Debemos evitar a toda costa que sea reelegido como jefe de Estado.

P. Pero, ¿qué diferencia al partido de Le Pen y el de Zemmour?

R. Creo que son diferencias más superficiales, de fondo. Él es humorista, ensayista, polemista y periodista. Es nuevo en la política, mientras que esta es la tercera campaña presidencial de Le Pen. Hay diferencias a la hora de comunicar y presentar los proyectos, pero no hay grandes diferencias en las ideas fundamentales. Los dos son patriotas franceses que se niegan a que su pueblo y los pueblos europeos desaparezcan y sean sustituidos por poblaciones de otros continentes.

Foto: Foto de archivo del presidente francés, Emmanuel Macron. (EFE)

P. Es también el portavoz de Marine Le Pen, quien ha afeado recientemente que su postura no está clara. Dos de sus compañeros eurodiputados, Gilbert Collard y Jérome Rivière han desertado y se han unido a Zemmour. ¿Usted también lo va a hacer?

R. Ya he dicho en varias ocasiones que a día de hoy sigo ocupando varios puestos de responsabilidad. Soy uno de los líderes de Agrupación Nacional. Soy vicepresidente de nuestro grupo en el Parlamento Europeo. Y lo sigo apoyando. No hay ambigüedad sobre la candidatura de Marine Le Pen, pero no acepto la idea de que Zemmour deba ser visto como un enemigo o un adversario. Para mí todo se encuadra en una situación de competición electoral. Pero sobre todo creo en la acción común, en aunar fuerzas patrióticas. Si llegado el momento no somos capaces de ello, los franceses nos lo reprocharán.

P. ¿Cuál es su quiniela para las elecciones de abril?

R. Es muy difícil. Pero creo que muchos de nuestros compatriotas que no quieren tener cinco años más a Macron. La candidata conservadora Valérie Pécresse no representa en absoluto una alternativa a Macron porque tiene exactamente las mismas posiciones que él en todos los temas. Por otro lado, la izquierda está fuertemente desacreditada. Yo creo que la verdadera alternativa está precisamente del lado de las candidaturas patrióticas.

Foto: El presidente francés, Emmanuel Macron, en la Tumba del Soldado Desconocido, bajo el Arco del Triunfo de París. (Reuters)

P. Macron, sin embargo, continúa sin confirmar su candidatura. ¿Por qué?

R. Creo que una estrategia por parte del partido Macron para aprovechar su cargo de presidente de la República saliente, particularmente en el marco de la presidencia francesa de la Unión Europea, y evitar entrar en campaña y enfrentarse así a la ira de los franceses. Los franceses están enfadados. Hay muchos reproches contra Macron y, obviamente, él está tratando de aprovechar su cargo de Presidente de la República el mayor tiempo posible para evitar que haya una verdadera campaña electoral, con un verdadero debate y de confrontación democrática que permita después a los franceses elegir.

También podemos ver que utiliza el contexto sanitario y las restricciones de la libertad para limitar el máximo posible el funcionamiento democrático normal. Lo que nosotros decimos es que de ahora en adelante tendremos que convivir con el virus que, sin duda, se convertirá en una enfermedad endémica. Ya no será una epidemia de la intensidad que se ha conocido en los últimos dos años. Por lo tanto, necesitamos un regreso real a la normalidad, recuperar todas las libertades para los franceses y, en particular, las libertades democráticas, para que esta campaña electoral se desarrolle finalmente en condiciones normales.

P. Lo ha dicho, Francia ostenta en estos momentos la Presidencia del Consejo de la UE con prioridades como la reforma migratoria o de Schengen. ¿Está contento con ello?

R. Macron aceptó que esta presidencia francesa tuviera lugar en el mismo tiempo que la campaña presidencial en Francia cuando perfectamente podría haberse movido unos seis meses antes o después para permitir que esta presidencia francesa de la Unión Europea fuera realmente útil y eficaz.

Macron tiene una hoja de ruta que los tecnócratas de la Comisión Europea han decidido exactamente aquí en Bruselas. No hay valor añadido, no hay especificidad de Francia y obviamente es muy lamentable porque no escucha la voz de Francia. Muchas naciones europeas, muchos pueblos europeos esperaban una voz un poco diferente de Francia para resolver los principales problemas, especialmente, para abordar la postura laxa con la inmigración. Dieciséis países de la Unión Europea están pidiendo a la Comisión que se comprometa con la protección de las fronteras exteriores con la construcción de muros para proteger nuestras fronteras. Es algo que ya están haciendo muchos países del mundo.

Foto: Emmanuel Macron durante el bicentenario de Napoleón Bonaparte. (EFE/Michel Euler)

Pero la Comisión Europea se niega. Y Emmanuel Macron se niega. Es otro ejemplo es la necesidad de proteger nuestro mercado. Estamos multiplicando los tratados de libre comercio. La presidencia francesa debería ser una oportunidad para declarar una moratoria. Queremos parar los tratados de libre comercio porque estamos creando una competencia desleal que ha acabado con nuestra industria. Y mañana amenaza con acabar con nuestra agricultura.

Tenemos que parar con el modelo de un mercado europeo totalmente abierto a todos los vientos de la globalización. Todos los principales actores económicos, India, China, Japón, Estados Unidos, protegen su economía. Este no es el caso de la Unión Europea. Y, por último, la presidencia francesa debería haber sido la ocasión para detener los procedimientos contra Hungría y Polonia. Estamos debilitando la casa europea y creando tensiones innecesarias dentro de la Unión Europea. Debemos respetar la especificidad y la soberanía de las naciones.

P. Hace unos días vimos un encuentro en Madrid de Le Pen, Orbán, Abascal y Morawiecki. Las reuniones de las fuerzas ultras europeas se producen desde hace meses. ¿Por qué no consiguen formar una nueva familia aquí en el Parlamento Europeo?

R: Bueno, estamos en las etapas intermedias. Yo mismo estuve en esta reunión de Madrid con estos líderes europeos que son nuestros aliados, o nuestros futuros aliados. Es cierto que ahora hay dos grupos separados en el Parlamento Europeo, el grupo de los Conservadores y el grupo de Identidad y Democracia. Pero cada vez más, estamos trabajando más juntos y aumentando la cooperación en las votaciones importantes. Ya estamos unidos en el hemiciclo por nuestros votos, pero quizás en los próximos meses podamos ir más allá al tener una organización común.

Estamos decididos a reunirnos periódicamente. Este fue el caso en Varsovia en diciembre. Y así ocurrió hace unos días en Madrid. Seguiremos reuniéndonos en torno a nuestra visión común de una Europa de las naciones, de una Europa de la cooperación, de una Europa de la protección. Y también para debatir, sin tabúes, las pequeñas diferencias que existen. Es algo normal.

Foto: El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, charla con el líder del Vox, Santiago Abascal. (Reuters)

P. ¿Cuáles son estas diferencias?

R. En particular está el hecho de que para los países de Europa Central o Europa del Este, particularmente Polonia, Lituania y los países bálticos, la relación con Rusia es obviamente una preocupación. Por nuestra parte, defendemos una visión que fue la del general de Gaulle, que Francia tiene un papel de equilibrio. Por supuesto que Rusia defiende sus intereses. Y sus intereses no siempre son los nuestros. Pero pensamos que a pesar de todo, tenemos que salir de una lógica de conflicto permanente con Rusia, en la que está metida la Unión Europea.

Pero entiendo perfectamente que nuestros amigos polacos sean muy sensibles a este tema tan preocupante, en particular tras las maniobras militares que tienen lugar en la frontera entre Rusia y Ucrania. Es legítimo. Esto también se debe a la historia de cada nación. Como somos soberanistas, como estamos apegados a las soberanías de las naciones, entendemos perfectamente que cada país quiera defender sus intereses.

P. ¿Y van a ser capaces de solventar estas diferencias y crear un nuevo partido?

R. Puede ser. Podría ocurrir en los próximos meses o ya en la siguiente legislatura. Todo es posible. De momento existe la voluntad de trabajar juntos. Ya tenemos la base de una declaración común con las cuestiones esenciales. La cuestión sobre el cuándo es importante, pero no es la más importante. Lo primordial es construir un nuevo proyecto europeo.

P. ¿Cuál debería ser la relación UE-Rusia, según usted?

R. La cosa es que las sanciones de 2014 han desatado una gran tensión entre Rusia y la UE. Y nos ha perjudicado. Se ha penalizado a nuestros agricultores, especialmente a los franceses y españoles. Hay que salir del ambiente de conflicto y Guerra Fría con Rusia. Debemos establecer una relación de calidad cuanto más intensifiquemos nuestro conflicto, más la empujaremos a los brazos de China. En la gran carrera global no va en nuestro interés que China salga reforzada. Por ello debemos establecer una relación de equilibrio con Moscú. Y hay que entender también que EEUU tiene sus intereses particulares en la crisis, que no son los mismos que los de las naciones europeas. Somos aliados, sí, pero también competidores económicos.

Foto: La madre de todas las mesas. (EFE/EPA/Kremlin)

P. Macron ha sido el principal líder occidental en visitar Moscú. ¿Está satisfecho con su mediación?

R. En esta crisis, la UE está totalmente ausente. Macron ha decidido tomar la iniciativa, pero no es creíble en la escena global. Rusia no considera a Macron como un interlocutor creíble. Ahora estamos pagando el precio de que Francia estuviese demasiado alineado con EEUU y bajo el yugo de las instituciones europeas. Putin lo ha recibido y ha habido un diálogo que permite iniciar la desescalada pero la UE está desacreditada y eso le ha salpicado a Macron.

P. Me sorprende que en Francia hay bastante consenso político en torno a la estrategia de apaciguamiento por parte de todas las formaciones.

R. Las fuerzas de la Asamblea Nacional creen que hay que salir de la lógica del conflicto con Rusia. Pero Macron, la izquierda y el centro-derecha han apoyado todas las sanciones internacionales contra Rusia. Aquí en el Parlamento Europeo han votado a favor de resoluciones de condena. A pesar de que va en contra de nuestros intereses, de los de nuestros agriculturas y de la historia específica de Francia. Ha hecho daño. Muchos países esperan que Francia marque la diferencia en esta crisis.

P. Le Pen hizo campaña en 2017 a favor de abandonar la UE. Ahora habla de reconfigurarla. ¿Por qué?

R. En los últimos años han surgido políticas Polonia, Hungría o Italia con mucho poder. También mis amigos de Vox. En consecuencia tenemos la posibilidad ahora de modificar en profundidad el proyecto europeo. Nosotros defendemos la idea europea. Tenemos una historia y un futuro común. Pero las instituciones europeas y su funcionamiento anti-democrático nos impulsa a refundar totalmente el proyecto europeo. Queremos que sea más democrático y que proteja nuestras fronteras contra la inmigración y nuestros mercados de las prácticas desleales. Lo que ha cambiado, básicamente, es que ahora hay muchos partidos que comparten esta misma visión de una UE de naciones soberanas.

Nicolas Bay (Francia, 1977) es eurodiputado de la familia política ultradechista Identidad y Democracia. También es el portavoz de Marine Le Pen. En entrevista con El Confidencial analiza los comicios presidenciales de abril, las divisiones en la extrema derecha gala y el papel de Macron en la mediación con Rusia.

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