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"Para él, las jóvenes eran golosinas": comienza el juicio más esperado del año en Suecia
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arnault, el hombre que puso en jaque al nobel

"Para él, las jóvenes eran golosinas": comienza el juicio más esperado del año en Suecia

La Academia Sueca atraviesa la crisis más grave de su historia. En el centro de la controversia, Jean-Claude Arnault, muy vinculado a la institución. Un tribunal de Estocolmo empezará a juzgarlo por dos casos de violación

Foto: Fotografía de archivo que muestra al fotógrafo francés Jean-Claude Arnault. (EFE)
Fotografía de archivo que muestra al fotógrafo francés Jean-Claude Arnault. (EFE)

La Academia Sueca y el Nobel de Literatura han estado a menudo rodeados por la polémica. Críticas a sus criterios de selección o por los grandes escritores olvidados han acompañado a la institución, que ha vivido varios escándalos sonados, como la decisión de otorgar el premio en 1974 a dos escritores suecos que eran a la vez miembros del comité que los eligió o la salida de dos académicos en 1989 por la negativa de la institución a condenar la emisión de una 'fatwa' (edicto islámico) contra el escritor británico Salman Rushdie.

Pero ningún escándalo es comparable al que ha vivido los últimos 10 meses, desde que en noviembre pasado —en el punto álgido a nivel internacional de la campaña de denuncias de abusos #Metoo—, el liberal 'Dagens Nyheter', el principal diario sueco, publicó en portada una historia elaborada a partir de los testimonios, casi todos anónimos, de 18 mujeres que denunciaban abusos y vejaciones sexuales cometidos desde varias décadas atrás por una persona central en la cultura sueca y muy ligada a la Academia.

Arnault las amenazaba con recurrir a sus contactos en la élite cultural para acabar con sus incipientes carreras

Los medios suecos no tardaron mucho tiempo en identificar que el individuo al que 'Dagens Nyheter' se refería como ”personalidad cultural” era Jean-Claude Arnault, un artista francés afincado en Suecia, casado con la poetisa y académica Katarina Frostensson y dueño de Forum, un club de referencia en el mundo cultural de Estocolmo. El relato, que se ha ido completando en los meses sucesivos con testimonios adicionales, apuntaba a múltiples y variados incidentes ocurridos en distintos escenarios: desde el propio club a actos culturales o a dependencias de la Academia en Estocolmo y en París, tanto en público como en privado.

La escritora Gabriella Håkansson ha relatado, por ejemplo, cómo en una fiesta de cumpleaños, Arnault le metió la mano debajo de la falda y la agarró de la vagina, a lo que ella respondió con un bofetón. Un episodio similar denunció también la crítica y autora Elise Karlsson en un acto literario. Y la también escritora Martina Montelius —hija de la académica Kristina Lugn— reveló hace unos días que ella era uno de los rostros anónimos aparecidos en 'Dagens Nyheter': fue víctima de un episodio ”de intimidad no deseada” en un restaurante de Estocolmo cuando tenía 20 años.

”Para esa categoría de hombres cuyos dedos son como mermelada pegajosa, las jóvenes éramos auténticos dulces”, explicaba Montelius, cuya madre ha confirmado también en público las vejaciones cometidas por Arnault.

placeholder La escritora sueca Katarina Frostenson acepta el Premio de Literatura del Consejo Nórdico en Copenhague (Dinamarca) el 1 de noviembre de 2016. (EFE)
La escritora sueca Katarina Frostenson acepta el Premio de Literatura del Consejo Nórdico en Copenhague (Dinamarca) el 1 de noviembre de 2016. (EFE)

Las "chicas del Fórum"

Capítulo especial ocupan las llamadas "chicas del Fórum", jóvenes —muchas de ellas estudiantes— que querían ganar un dinero extra o soñaban con trabajar en el mundo de la cultura y veían el club como una puerta de entrada, a cambio de servir vino en el local o ayudar con tareas prácticas. Varias denunciaron vejaciones cometidas por Arnault, que las amenazaba con recurrir a sus contactos en la élite cultural para acabar con sus incipientes carreras si no colaboraban.

Ni siquiera la princesa heredera Victoria escapó de sus excesos. Según el periódico conservador 'Svenska Dagbladet', que cita a tres fuentes distintas próximas a la Academia, Arnault la agarró del trasero en un acto de la institución en Estocolmo, un incidente que la Casa Real no ha querido comentar.

”He hablado con Horace [Engdahl, exsecretario y todavía miembro de la Academia] sobre esto y hemos concordado que puede ser que nos tuviera tal respeto que se abstuviera de hacer esas cosas cuando estaba con nosotros. ¿Me ciega la amistad? No puedo responder, pero supongo que puede ser”, ha declarado el escritor Stig Hakan Larsson, amigo personal del artista francés desde hace décadas, al igual que varios académicos que también se han mostrado sorprendidos por las acusaciones públicas.

La presunta ignorancia de Larsson y más representantes de la élite cultural sueca ha sido puesta sin embargo en duda por otras voces. ”Está claro que sabían lo que hacía, pero preferían no tomarse su comportamiento como ofensivo", ha dicho la dramaturga Anna Kölén, quien en 'Svenska Dagbladet' reveló un incidente ocurrido delante de varios académicos años atrás, sin que ninguno de ellos reaccionase.

Tampoco había reaccionado la Academia en diciembre de 1996, cuando al igual que otras instituciones que financiaban Fórum —como el Ayuntamiento de Estocolmo—, recibió una carta de la artista Anna-Karin Bylund, que aseguraba haber sufrido vejaciones y ataques sexuales del artista y pedía que dejasen de financiar el club. A la misiva siguió días después un artículo del tabloide 'Expressen' que incluía denuncias de otras mujeres.

Foto: Asistentes a un festival de música electrónica. (Reuters)

Engdahl —que ingresó en la Academia al año siguiente y fue su secretario entre 1999 y 2009— hizo un llamamiento público en su defensa. ”Es un objetivo lógico del odio cultural que ha emergido cuando aparecieron estas acusaciones relacionadas con el movimiento MeToo”, decía de Arnault aun después de haberse destapado el escándalo. El caso —recuperado hace unos meses y por el que la institución sí ha pedido ahora disculpas— quedó en nada y no afectó a la posición de privilegio de Arnault, que tanto le había costado alcanzar.

Jean-Claude Arnault (Marsella, 1946) llegó a Suecia en algún momento de la segunda mitad de la década de 1960, aunque ha ofrecido fechas y motivos diferentes para explicar su llegada al país: desde visitar a un amigo sueco o a su hermano cocinero a asegurar que vino huyendo por sus vínculos con la extrema izquierda durante el Mayo del 68 parisino. También ha afirmado tener lazos familiares con Bernard Arnault, dueño del conglomerado de la industria del lujo LVMH, una relación desmentida por la propia firma.

A las tres semanas de figurar como residente legal en Suecia, en 1969, se casó con una sueca dos años menor de nombre Berit, una persona que según medios suecos nunca fue conocida en su círculo de amistades, por lo que se especula con que pudo ser un matrimonio de conveniencia para poder quedarse en el país. Se divorció nueve años después, cuando ya mantenía una relación con Katarina Frostensson, entonces una joven poeta francófila a quien había conocido por la amistad que le unía a su hermano.

El 'pavo real'

A principios de la década siguiente, era habitual que se dejase ver por el restaurante del Instituto del Cine, alardeando de sus contactos en el mundo cinematográfico, lo que le valió el sobrenombre de 'pavo real'. Tomó varios cursos e hizo un documental sobre una carrera ciclista en Södertalje (suroeste de Estocolmo), con el que ganó un premio en un festival de cortos y que llegó a ser exhibido por la televisión pública.

En ese ambiente fue donde lo conoció años después Anders Lindström, director de un coro de Sollentuna (norte de la capital), que quería representar 'Der Jasager', la ópera de Bertolt Brecht. Su aire de hombre de mundo le fascinó y lo contrató para dirigir esa y 'Sémele', de Händel. Pero lo echaron el día antes del último ensayo de la segunda obra. Según explicó Lindström a medios suecos, por el mal ambiente creado en el grupo porque Arnault ”estaba liado con una antigua miembro del coro a la vez que trataba de seducir a otras de sus miembros”.

Con el cambio de década, las cosas empezaron a mejorar un poco. Mientras la carrera de Frostensson como poeta empezaba a despegar, él se hacía amigo de Larsson y sus colegas de la revista 'Kris', un referente del posmodernismo y los estudios literarios en Suecia, entre los que destacaban Engdahl y Anders Olsson —actual secretario provisional de la Academia—, a quienes había conocido por frecuentar el mismo restaurante de Estocolmo.

placeholder Una protesta del movimiento #MeToo durante una marcha contra el acoso en Tokio. (Reuters)
Una protesta del movimiento #MeToo durante una marcha contra el acoso en Tokio. (Reuters)

Cuando buscaba dónde poder representar el debut teatral de Frostensson en 1989 —dirigido por él, uno de sus varios proyectos conjuntos, que incluyen tres libros con poesías de ella y fotos de él—, encontró un local en un sótano en Sigtunagatan, una calle del centro de Estocolmo. Allí se instaló Fórum, una escena cultural emergente en la que actuaban muchos de sus amigos, donde se mezclaba la música clásica con expresiones artísticas de todo tipo.

La entrada de su mujer en la Academia (1992) le dio un impulso y le permitió empezar a recibir ayudas económicas de distintas instituciones. Y cuando otros de sus amigos se convirtieron en académicos, el club completó su transformación: de sitio 'underground' a lugar de reunión para la alta burguesía y escena no oficial de la propia Academia. La nueva condición de Frostensson posibilitó el acceso a becas de viaje y a disponer de los pisos que la institución posee en Berlín y en París. Por cuidar de este último, Arnault (que llegó a poner su nombre en la puerta) recibió un sueldo entre 2005 y 2017.

Arnault —que se vanagloriaba de ser "el decimonoveno" miembro de la institución, que consta de 18 componentes— había completado su ascenso a la élite cultural sueca. En 2015 fue condecorado incluso con la orden real de la Estrella del Norte, una de las más altas distinciones culturales.

Foto: Varios refugiados sirios esperan en una estación de autobuses en Edirne, Turquía. (EFE)

Desde su caída en desgracia, no se ha pronunciado en público. Y en contadas ocasiones lo ha hecho a través de su abogado para negar todas las acusaciones, las de contenido sexual y las que aluden a que violó en varias ocasiones la confidencialidad sobre el nombre del ganador del Nobel y a que influyó en las decisiones de la institución para conceder otros premios y ayudas económicas. Un informe encargado por la Academia a una firma externa concluyó que las filtraciones habían existido, pero descartó su involucración en los fallos.

El desacuerdo interno por la difusión del contenido del informe y las medidas a tomar fue el que desató la primavera pasada una crisis sin precedentes en la institución, que provocó la salida de ocho miembros, incluida la hasta entonces secretaria, Sara Danius, quien también ha acusado en público a Arnault de acoso sexual.

Mientras la Fiscalía sigue investigando posibles irregularidades en el apoyo a Fórum, Arnault afronta el inicio del juicio más esperado del año en Suecia

El cisma creado, y todavía no cerrado, ha provocado cambios en los estatutos de la Academia, renuncias de varios miembros y, sobre todo, que se haya decidido no otorgar el Nobel de Literatura este año y entregar dos en 2019, una decisión que no ocurría desde 1949, cuando el Comité Nobel consideró que ningún aspirante era merecedor al premio.

Mientras la unidad de delitos económicos de la Fiscalía sueca continúa la investigación preliminar iniciada hace unos meses por posibles irregularidades en el apoyo a Fórum (que violaba además las normas internas de la Academia, ya que Frostensson era copropietaria del club), Arnault afronta el inicio del juicio más esperado del año en Suecia.

Aunque inicialmente hasta ocho de las 18 mujeres que participaron en el artículo de 'Dagens Nyheter' presentaron denuncia ante la policía, siete casos fueron cerrados o por falta de pruebas o por haber prescrito, y el proceso se reducirá a dos de violación cometidos supuestamente contra la misma mujer. Está previsto que el juicio se desarrolle en tres vistas y se espera quede visto para sentencia a principios de la próxima semana.

La Academia Sueca y el Nobel de Literatura han estado a menudo rodeados por la polémica. Críticas a sus criterios de selección o por los grandes escritores olvidados han acompañado a la institución, que ha vivido varios escándalos sonados, como la decisión de otorgar el premio en 1974 a dos escritores suecos que eran a la vez miembros del comité que los eligió o la salida de dos académicos en 1989 por la negativa de la institución a condenar la emisión de una 'fatwa' (edicto islámico) contra el escritor británico Salman Rushdie.

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