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“Ven y siente mi pene”: los 37 acosadores (ministros incluidos) de Westminster
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"LA CULTURA PERMISIVA ES PEOR QUE HACE DÉCADAS"

“Ven y siente mi pene”: los 37 acosadores (ministros incluidos) de Westminster

Escándalo en Reino Unido después de que la prensa británica haya sacado a la luz un informe con la lista de 37 políticos, incluidos varios ministros del actual gabinete, acusados de acoso

Foto: Theresa May habla a la prensa ante miembros del Partido Conservador británico, en Westminster, Londres. (Reuters)
Theresa May habla a la prensa ante miembros del Partido Conservador británico, en Westminster, Londres. (Reuters)

“Ven y siente la longitud de mi pene”… “Tenemos reunión tetitas de azúcar”… “¡Dios, cómo amo esas tetas!”. Lo que pasa en Westminster, ¿se debe quedar en Westminster? El escándalo del productor de Hollywood, Harvey Weinstein, protagoniza estos días los rotativos de ambos lados del Atlántico. Pero el foco se ha puesto ahora sobre otro escenario, concretamente en la casa de la democracia más antigua de Europa, donde los episodios de acoso sexual, abuso verbal y tocamientos parecen estar también al orden del día.

La Comisión de estándares del Parlamento tiene el poder de investigar las quejas sobre aquellos parlamentarios que han socavado la “reputación” de Westminster. Sin embargo, las reglas no cubren los asuntos sexuales. Y este es el gran problema que se plantea ahora después de que la prensa británica haya sacado a la luz un informe con la lista de 37 políticos conservadores, incluidos varios ministros del actual gabinete, acusados ​de comportarse de manera inapropiada con las personas que trabajan a su cargo.

“Estamos hablando de todo tipo de microagresiones sexuales. La cultura permisiva que existe es incluso peor que hace treinta años”

La bomba ha explotado en las manos de la 'premier' Theresa May. Desde que perdiera la mayoría absoluta en las elecciones de junio, la líder 'tory' no levanta cabeza y ahora debe lidiar con la polémica más importante de las últimas décadas a la que se enfrenta la Cámara de los Comunes y, más en concreto, el Partido Conservador.

Según 'The Times', desde hace tiempo circula un informe donde se detallan episodios que involucran a 15 miembros del Gobierno de May y más de 20 diputados 'tories' que habrían cometido supuestamente abusos en los últimos cinco años.

Sir Michael Fallon, ministro de Defensa, es, por el momento, el político de más alto cargo que se ha visto atrapado en la tormenta, admitiendo este martes que puso su mano sobre la rodilla de la periodista Julia Hartley-Brewer en repetidas ocasiones hace 15 años. Ella le dijo que la quitara o “le golpearía en la cara”.

Aparte de Fallon, han salido otros dos nombres a la luz. Mark Garnier, diputado de 54 años y padre de tres hijos. Trabajaba en el ministerio del Brexit y ahora se enfrenta a una investigación parlamentaria después de haber admitido que en 2010 pidió a su secretaria, Caroline Edmond, que le comprara dos juguetes sexuales en el Soho. Asegura que todo fue una broma, pero la propia Edmond ha revelado que su exjefe le llamaba frecuentemente “tetitas de azúcar”.

placeholder Michael Fallon, ministro de Defensa, durante una conferencia en Mánchester, Reino Unido. (Reuters)
Michael Fallon, ministro de Defensa, durante una conferencia en Mánchester, Reino Unido. (Reuters)

Por su parte, Stephen Crabb, 43 años, ex secretario de Estado de Trabajo y Pensiones y excandidato a líder conservador, ha pedido perdón por haber intercambiado mensajes sexuales con una becaria de 19 años en el año 2013. Casado y con dos hijos, firme defensor de los valores cristianos, se vio obligado a dimitir el año pasado por otro escándalo de “sexting” durante la campaña del referéndum del Brexit. Otro alto funcionario, no identificado, también se habría insinuado a su secretaria diciéndole: “Ven y siente la longitud de mi pene”.

Según asegura el rotativo conservador The Telegraph el “escándalo sexual” podría ser incluso peor que el escándalo protagonizado por sus señorías en 2009 por abuso de dietas que llevó a dimitir al presidente de la Cámara de los Comunes por primera vez en 300 años.

La Autoridad Independiente de Normas Parlamentarias (IPSA, por sus siglas en inglés) establece que cualquier persona que presente una queja contra un diputado deberá primero notificarla a quien esté por encima de su cargo en la jerarquía de oficina, aunque en muchas ocasiones, es el mismo diputado, que tiene libertad para contratar a su equipo.

Foto: Un bolso junto a un cartel con la etiqueta "#Me too" durante un debate para discutir sobre medidas contra las agresiones sexuales en el Parlamento Europeo en Estrasburgo. (EfE)

Los diputados están sujetos a las normas establecidas en un código de conducta elaborado a mediados de la década de 1990. Se espera que actúen con “integridad” y “de acuerdo con la confianza pública” que se les dé.

El informe que circula estos días en la prensa británica no habla tan solo de abusos sino de todo tipo de comportamientos sexuales que sus señorías llevan a cabo en las oficinas de Westminster. Dos políticos conservadores están acusados ​​de utilizar los servicios de prostitutas. Así mismo, el rotativo también asegura que existe un vídeo de un 'tory' manteniendo prácticas de “sexo extremo” con tres hombres. Por otra parte, en al menos dos casos, las amantes se habrían quedado embarazadas y a una de ellas, el diputado le habría dado dinero para abortar.

Con todo, son los abusos los que protagonizan los titulares. Y en este sentido, al menos cuatro parlamentarios laboristas también han sido acusados ​​de acosar a mujeres jóvenes, incluidos dos que han trabajado en los últimos años en la oposición liderada por Jeremy Corbyn.

Sin embargo, habría más formaciones involucradas, según el diputado laborista John Mann, que ha asegurado este lunes conocer de cuatro casos de “comportamiento cuestionable” por parte de sus colegas parlamentarios, incluida una acusación que pasó “el umbral criminal”. El laborista asegura que estaban involucrados miembros de dos partidos políticos, pero ninguno de ellos 'tories'.

placeholder La estatua de Winston Churchill ante el Parlamento británico, en Londres. (Reuters)
La estatua de Winston Churchill ante el Parlamento británico, en Londres. (Reuters)

“La cultura permisiva es peor que hace 30 años”

En una entrevista con la radio LBC, Mann aseguró que, al menos, dos de las mujeres involucradas habían presentado quejas, una a su partido político y otra a las autoridades parlamentarias. En un caso, se dio aviso a la Policía, que alegó no poder procesar al presunto agresor, ya que el episodio tuvo lugar en el extranjero.

“Estamos hablando de quejas reales donde a las mujeres o se las ha dicho que se vayan, que el asunto no tiene que ver nada con ellos, o no se las ha hecho directamente caso”, denunció Mann, que pide ahora que los casos sean reabiertos.

“Estamos hablando de todo tipo de "microagresiones sexuales", ha denunciado por su parte la laborista Diane Abbot. “La cultura permisiva que existe es incluso peor que hace treinta años, cuando fui elegida por primera vez diputada. Las razones son varias: la mayoría masculina, las largas horas, el consumo de alcohol y la cultura de lo que pasa en Westminster se queda en Westminster”, matiza.

La primera ministra británica ha pedido al presidente de la Cámara de los Comunes, John Berkow, que tome cartas en el asunto. “No podemos tolerar más tiempo esta situación”, le ha escrito en una carta al máximo responsable del Parlamento británico, que estudiará a partir de esta semana una serie de medidas para actuar contra los abusos que se han producido hasta la fecha, amparados en la falta de protección del personal temporal, reclutado muchas veces por los propios diputados.

En una sesión especial celebrada este lunes en la Cámara de los Comunes para abordar la polémica, Bercow emplazó a las formaciones parlamentarias a estar “a la altura de sus responsabilidades”.

La diputada Tulip Siddiq asegura que los casos que pueden salir a la luz son “centenares”. “Esto va más allá de rumores, alarmismo o como quieran llamarlo"

La diputada del Partido Laborista Tulip Siddiq aseguró a la BBC que los casos de abusos que pueden salir a la luz son del orden de “centenares”. “Esto va más allá de rumores, alarmismo o como quieran llamarlo. Ya no son rumores. Estoy escuchando de primera mano tanto a gente que dice que ha sufrido acoso sexual como a personas que se han visto en situaciones en las que un diputado lo ha intentado con ellas”, señala.

“Yo he escuchado a decenas de personas, pero esas son solo las que han hablado conmigo personalmente. Si se investiga esto en profundidad, creo que probablemente estaríamos ante centenares”, afirma.

La periodista Jane Merrick ha reconocido por su parte haber sido abordada por otro diputado 'tory' que le puso las manos en las caderas al tiempo que espetaba: “¡Dios, cómo amo esas tetas!”.

La líder de la Cámara de los Comunes del Partido Conservador, Andrea Leadsom, que actúa de enlace entre la Cámara y el gabinete de Gobierno de la primera ministra, ha propuesto implementar un plan que incluye ampliar el equipo que gestiona una línea telefónica confidencial en la que las trabajadoras del Parlamento pueden buscar “apoyo” ante casos de abusos.

Así mismo, ha planteado dotar a ese equipo de la capacidad de elevar estos hechos a otras instancias para que se inicien “las investigaciones y las acciones pertinentes”. Las personas que atienden a ese teléfono confidencial deben además “recomendar de forma vigorosa” que cualquier comportamiento que pueda ser constitutivo de delito se denuncie ante la Policía.

Por su parte, el 'Financial Times' ha iniciado una campaña donde se anima a sus lectores a denunciar casos de acoso sexual en una City donde aún reina el llamado 'gender gap', en otras palabras, predominio en número y en posición jerárquica de hombres sobre mujeres. Así mismo, la BBC ha despedido a un importante presentador de deportes, George Riley, de 39 años y experto en rugby, acusado de abusar de sus colegas femeninas.

“Ven y siente la longitud de mi pene”… “Tenemos reunión tetitas de azúcar”… “¡Dios, cómo amo esas tetas!”. Lo que pasa en Westminster, ¿se debe quedar en Westminster? El escándalo del productor de Hollywood, Harvey Weinstein, protagoniza estos días los rotativos de ambos lados del Atlántico. Pero el foco se ha puesto ahora sobre otro escenario, concretamente en la casa de la democracia más antigua de Europa, donde los episodios de acoso sexual, abuso verbal y tocamientos parecen estar también al orden del día.

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