La comisaria europea de Justicia: "Se ve a las víctimas como culpables"

Věra Jourová (Chequía, 1964) es comisaria europea de Justicia pero no está ciega. Conoce el caso de 'La manada'. Sabe que cinco hombres están siendo juzgados, acusados de haber violado a una joven de 19 años durante los San Fermines de 2016. Y está al tanto de que el juez a su cargo ha aceptado como prueba un informe hecho sobre la víctima por un investigador privado.

Tiene su propia opinión respecto al caso, pero prefiere guardársela: una responsable europea de Justicia no debe comentar sobre juicios abiertos, ni decisiones de un juez. Sí recalca que “la corte debe ser justa, y analizar todas las circunstancias y todas las pruebas”. Y no oculta su preocupación ante una idea muy común en la Unión Europea: que la víctima es, en realidad, culpable.

“Hay una percepción en la sociedad de que las víctimas son culpables. Pero en los organismos responsables de aplicar la ley, esto no tiene que tener impacto, tienen que ser justos, considerar caso por caso y no dejarse influenciar por esto”, asegura Jourova en una entrevista con El Confidencial y otros dos medios europeos.

Los números hablan por sí solos: más de uno de cada cinco europeos cree que las mujeres “a menudo exageran” cuando dicen que han sufrido abusos o una violación. En España, la media es aún más alta, ya que una de cada cuatro personas lo ven así, según el último Eurobarómetro sobre violencia de género. Además, casi dos de cada diez europeos creen que las violencia contra la mujer es a menudo “provocada” por la víctima.

“La percepción entre el público en general de que la víctima de la violencia tuvo algo que ver con ella, que la provocó, que estaba borracha o que por ejemplo hizo algo (mal) mostrando su privacidad en Facebook, que de alguna manera estaba invitando… y esta percepción entre el público es muy común”, advierte la comisaria europea.

Jourova es muy consciente de que los debates públicos, algunos muy encendidos, que se desatan en torno a casos de acoso sexual o de violación pueden volverse contra las presuntas agredidas. Y apunta a la reciente campaña 'Me too', que se puso en marcha después de que se rompiera el silencio en torno al productor hollywoodiense Harvey Weinstein, acusado de acoso sexual por mujeres como Angelina Jolie o Rose McGowan.

Bajo el paraguas de 'Me too', mujeres y también hombres en todo el mundo hicieron público de manera espontánea que habían sido víctimas de acoso sexual. Durante semanas, era difícil navegar en las redes sociales sin darse cuenta de que una figura pública, amiga, familiar, conocida había sufrido acoso sexual. Se evidenció lo común que son estos comportamientos.

“'Me too' sirvió para abrir los ojos a muchos, también en la política y en el mundo empresarial”, apunta Jourova. Sacó a la luz este problema, pero también puso bajo los focos a muchas mujeres -y hombres- que lo denunciaron. Y muchas, paradójicamente, acabaron siendo acosadas en las redes por ello.

“Hay casos de mujeres que tienen el valor de revelar su historia, luego hostigadas y acosadas a través de las redes sociales. Es muy duro”, subraya la comisaria. Este tipo de reacciones, esta “hostilidad de la sociedad cuando se convierten en personas públicas”, pone presión sobre las mujeres y es un fuerte desincentivo para que denuncien. “Y esto es muy preocupante”, dice Jourova.

“'Me too' sirvió para abrir los ojos a muchos, también en la política y en el mundo empresarial”

Pero estas ideas que circulan en la esfera pública, advierte la comisaria europea de Justicia, no tienen lugar dentro de los tribunales, que espera que se muestren “justos”. “A la víctima se la trata como culpable. Pero me gustaría que las cortes no tomen decisiones bajo esta percepción general, tienen que centrarse en cada caso particular”, recalca.

La comisaria de Justicia no es ciega, pero tampoco se muestra parcial. No duda en mostrar la preocupación que también le causa el impacto que tienen las denuncias públicas de acoso sexual que sucedieron hace décadas sobre los presuntos perpetradores. El motivo: la dificultad de que tienen para ejercer su derecho a la defensa. Algo, que dice, también debe tenerse en cuenta.