Soy Herminio Fernández, tengo 66 años y la cuarentena del coronavirus me ha pillado viviendo solo en un edificio obras, en el que soy el único inquilino desde noviembre.

Mis únicos vecinos son los ruidos, los escombros y el polvo. No lo llevo muy mal, porque he sido carpintero toda la vida y estoy acostumbrado a estar en la obra. Y aunque hablo con mis hijos por teléfono y con algunos colegas por redes sociales, el tiempo aquí pasa muy lento.

La historia completa de Herminio, en el vídeo sobre estas líneas.