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Renting y alquiler, dos opciones a tener en cuenta para disfrutar de coche sin comprarlo
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Renting y alquiler, dos opciones a tener en cuenta para disfrutar de coche sin comprarlo

¿No sabemos qué coche comprar o por cuál de las tecnologías de propulsión decantarnos? No hay problema, pues podemos recurrir al renting o al alquiler tradicional, dos fórmulas diferentes que se adaptan a distintas necesidades

Foto: Para alquileres de menos hasta un mes, el 'rent a car' tradicional interesa.
Para alquileres de menos hasta un mes, el 'rent a car' tradicional interesa.

En tiempos convulsos para el mercado del automóvil, donde las diferentes tecnologías de propulsión se multiplican y muchos usuarios dudan entre unas y otras mecánicas ante el cambiante marco regulatorio, con ciudades que no acaban de poner en marcha sus ZBE (zonas de bajas emisiones) y una legislación europea que seguirá mutando de aquí al 1 de enero de 2035 (en esa fecha se prohibirá en la UE, teóricamente, la venta de coches nuevos con motor de combustión), tanto el renting como el alquiler toman fuerza como alternativas a considerar entre quienes buscan disfrutar de un coche como si fuera suyo, pero sin las ataduras que supone la compra tradicional. En ese sentido, la duración del contrato será una de las claves para decantarse por una de esas fórmulas, a las que últimamente se ha sumado otra, la suscripción, que podríamos considerar un alquiler a más largo plazo, pues los contratos suelen ser, como mínimo, de entre uno y tres meses, llegando a alargarse en algunos casos hasta aproximarse al año.

Alquiler largo, alquiler corto...

Aunque, en realidad, todo viene ser un contrato de alquiler. Así, por ejemplo, el renting de coches puede ser definido como una fórmula de alquiler o arrendamiento a largo plazo, permitiendo al usuario, que puede ser un particular, una empresa o un autónomo, hacer uso de un vehículo a estrenar sin necesidad de comprarlo, ya que la propiedad la mantiene siempre la empresa. "Durante el tiempo que dure el contrato, el titular pagará una cuota mensual que se fija en función del vehículo arrendado, la duración del contrato y los servicios contratados", explica Arturo Álvarez Podhorecka, CEO y fundador de Renting Finders.

Por su parte, el servicio que ofrecen las compañías alquiladoras, o de rent a car, persigue un objetivo similar: poner a disposición de los conductores distintos tipos de vehículos durante un determinado período de tiempo y a cambio de una cantidad de dinero que, por supuesto, siempre es muy inferior al valor de compra.

placeholder El renting tiene ventajas fiscales, y permite elegir modelo, versión, equipamiento y hasta color de pintura.
El renting tiene ventajas fiscales, y permite elegir modelo, versión, equipamiento y hasta color de pintura.

Llegado a este punto, renting y alquiler podrían parecer sinónimos, cuando no lo son, y solo conociendo las diferencias entre ambos será posible determinar cuál resulta más conveniente en cada caso como alternativa a la compra tradicional, tan asentada todavía en nuestro país en comparación con otros de nuestro entorno.

Las principales diferencias

Sin duda, una de las diferencias clave entre ambos formatos se refiere a la duración, es decir, el tiempo que vinculará el contrato al titular con el uso del coche. Como norma general, el alquiler es más corto que el renting, con una duración que no suele superar las dos semanas. Frente a eso, el renting busca una relación más estable, normalmente de no menos de dos años, y habitualmente de entre tres y cinco años.

En lo que a la elección del vehículo se refiere, el renting apenas difiere de la compra tradicional, pues en la mayoría de los casos el cliente puede elegir tanto la marca como el modelo y la motorización concreta, e incluso el color y el equipamiento, ya que las compañías suelen estar abiertas a considerar cualquier extra, siempre y cuando el cliente asuma el sobrecoste y, en su caso, el mayor tiempo de espera para la recepción del vehículo. Frente a eso, en el alquiler no se puede elegir ninguna característica especial, y es muy habitual que en el momento de la recepción se entregue un coche distinto, más o menos parecido, al seleccionado, algo que las empresas de rent a car advierten previamente con una clausula en el contrato que establece que será el coche elegido “o similar”. Al respecto, en la fórmula de la sucripción sí se respeta la selección de marca, modelo y versión, y en ocasiones hasta el color de la carrocería.

Otra ventaja importante del renting es que se elimina la necesidad de efectuar un pago inicial, lo que en la compra tradicional se conoce como entrada. Las empresas de renting tampoco exigen el abono de una fianza, como sí sucede en el alquiler. La cuantía depende del modelo elegido y el tiempo de contrato, y se trata de una cantidad de dinero que queda retenido en la tarjeta bancaria del cliente: si, cuando lo devolvemos, el vehículo presenta algún desperfecto, la compañía alquiladora podrá hacer efectiva la fianza para cubrir el coste de la reparación.

Pero, además de la fianza, el seguro es otra de las grandes diferencias entre renting y alquiler de vehículos. En el primero, lo habitual es que el precio del seguro, que normalmente será a todo riesgo y sin franquicia, se incluya en la cuota mensual, por lo que el conductor no debe preocuparse si sufre algún percance. De hecho, las averías y la asistencia en carretera también están cubiertas. En el caso de las ofertas de alquiler, por contra, el cliente decide qué tipo de seguro quiere contratar, y dado que la duración del contrato suele ser corta, lo habitual es optar por el seguro de responsabilidad civil o una póliza con franquicia. Ambas opciones resultan más asequibles, pero en caso de accidente el cliente tendrá que asumir parte o la totalidad de la reparación si ha sido responsable del siniestro o no puede demostrar la responsabilidad de un contrario.

Por otro lado, el renting de coches para autónomos y empresas ofrece importantes ventajas fiscales. "Si tu coche es para uso profesional, podrás desgravar la cuota mensual de renting del IRPF y la declaración del IVA”, aclara Arturo Álvarez. Porque las cuotas de renting son un gasto que podrá ser objeto de deducción: en un 50% cuando las utilice un autónomo y en un 100% si el profesional puede demostrar que el vehículo se destina exclusivamente al desempeño de la actividad profesional. Con el alquiler, en cambio, no podremos acceder a estos beneficios.

Así las cosas, parece evidente que la clave para acertar gira en torno a la duración del contrato. Y si, además, buscamos la opción más económica, podríamos optar por el renting de vehículos de segunda mano, con unidades casi a estrenar y en estado garantizado.

En tiempos convulsos para el mercado del automóvil, donde las diferentes tecnologías de propulsión se multiplican y muchos usuarios dudan entre unas y otras mecánicas ante el cambiante marco regulatorio, con ciudades que no acaban de poner en marcha sus ZBE (zonas de bajas emisiones) y una legislación europea que seguirá mutando de aquí al 1 de enero de 2035 (en esa fecha se prohibirá en la UE, teóricamente, la venta de coches nuevos con motor de combustión), tanto el renting como el alquiler toman fuerza como alternativas a considerar entre quienes buscan disfrutar de un coche como si fuera suyo, pero sin las ataduras que supone la compra tradicional. En ese sentido, la duración del contrato será una de las claves para decantarse por una de esas fórmulas, a las que últimamente se ha sumado otra, la suscripción, que podríamos considerar un alquiler a más largo plazo, pues los contratos suelen ser, como mínimo, de entre uno y tres meses, llegando a alargarse en algunos casos hasta aproximarse al año.

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