Skoda espera que 7 de cada 10 vehículos que venda en Europa en 2030 sean eléctricos

Skoda ha iniciado en su planta checa de Mladá Boleslav la producción de sistemas de baterías para todos los vehículos eléctricos del grupo Volkswagen basados en la plataforma MEB, convirtiéndose en la primera instalación europea del consorcio dedicada a esta tarea fuera de Alemania. Alrededor de 250 empleados se encargarán de llevar a cabo el ensamblaje de unos 255.000 paquetes de baterías al año en la nueva línea creada dentro de esa enorme factoría, de donde actualmente salen buena parte de los modelos de Skoda, como Kamiq, Scala, Karoq, Octavia, Octavia Combi, Enyaq iV y Enyaq iV Coupe.

De hecho, una parte de las baterías ensambladas en la factoría checa se aplican ya a los Skoda Enyaq iV y Enyaq iV Coupe, mientras que el resto se destinarán a vehículos eléctricos de Volkswagen, Audi y Cupra producidos fuera del país. El transporte de las baterías hasta esos centros productivos se realiza ahora con camiones de mecánica convencional, pero en breve podría realizarse mediante los llamados e-trucks, es decir, camiones no contaminantes de mecánica eléctrica.

Michael Oeljeklaus, responsable de Producción y Logística de Skoda Auto, explicó durante la inauguración del nuevo centro de montaje de baterías que la inversión total ha ascendido a 130 millones de euros, y que el objetivo es que Skoda fabrique vehículos eléctricos o componentes para los mismos en las tres factorías de la marca en Chequia de aquí al año 2030. Además, la inicial capacidad anual de 255.000 baterías aumentará muy pronto en Mladá Boleslav, y para finales de 2023 la capacidad de producción máxima podría crecer hasta alcanzar un ritmo de 380.000 unidades por año, para lo cual se invertirán 57 millones de euros más y se dedicarán otros 180 empleados. Y en ese momento, de los 18.000 metros cuadrados que ya ocupa la zona de trabajo se pasará a 26.000 metros.

La nueva instalación que ahora se pone en marcha producirá paquetes de baterías de tres tamaños: la versión más pequeña, constituida por ocho módulos (cada módulo está formado a su vez por 24 celdas), tiene una capacidad de 55 kWh, mientras que la batería intermedia, de nueve módulos, posee una capacidad de 62 kWh. Por último, la versión superior de la batería destinada a la plataforma MEB consta de doce módulos, tiene una capacidad de 82 kWh y pesa 491 kilos, llegando a procurar una autonomía media de hasta 546 kilómetros a los vehículos eléctricos que la equipan.

Pero cada sistema de batería no cuenta exclusivamente con la batería propiamente dicha, sino que también incluye otros componentes como el bastidor que agrupa los módulos y su sistema integrado de refrigeración, el sistema de gestión de la batería y todas las conexiones eléctricas necesarias.

Y no son los únicos sistemas de alto voltaje que salen de la planta de Mladá Boleslav, pues desde el otoño de 2019 se fabrican también allí los módulos eléctricos completos destinados a las versiones híbridas enchufables de los Skoda Octavia y Superb. En este sentido, no obstante, la firma checa ya ha anunciado que serán los últimos modelos de la marca con ese sistema de propulsión, y que en futuros vehículos que vayan apareciendo no se ofrecerá ya tecnología híbrida PHEV.

Los planes eléctricos de Skoda

Y es que Skoda apuesta de forma decidida por la electrificación pura, una estrategia en la que será decisiva la puesta en marcha de este nuevo taller de ensamblaje de baterías de Mladá Boleslav, que se ampliará con una segunda línea a finales de 2023. Además, mientras que actualmente salen de esta planta 360 unidades diarias de los crossover eléctricos Enyaq iV y Enyaq iV Coupe, para 2025 las previsiones pasan por una producción diaria de 800 vehículos eléctricos en esa instalación.

En el horizonte, y en función de cómo evolucione el mercado, Skoda quiere que los vehículos eléctricos representen entre el 50 y el 70% de las ventas de la marca en Europa en 2030, cuando la gama eléctrica ya habrá crecido al menos con otros tres vehículos más, todos por debajo del Enyaq iV tanto en tamaño como en precio.

Además, Skoda insiste en que sus factorías no emiten residuos sólidos desde el año 2020 y que se encuentra actualmente en un proceso para reducir al máximo el consumo de agua a base de reutilizar agua depurada, siendo el objetivo final que la fabricación de Skoda sea completamente neutral en carbono para 2026.