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La falta de semiconductores para fabricar vehículos podría alargarse más de lo previsto
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Volkswagen, BMW y ASML lo advierten

La falta de semiconductores para fabricar vehículos podría alargarse más de lo previsto

En 2021 la mayoría hablaba del 2022 como el año en el que recuperaríamos la normalidad, pero había 'pesimistas' que lo retrasaban al 2023. Pues bien, la falta de chips podría durar hasta el 2024

Foto: BMW es uno de los fabricantes que avisan sobre la prolongación de la crisis. (BMW)
BMW es uno de los fabricantes que avisan sobre la prolongación de la crisis. (BMW)

Durante el pasado año, cada vez que un periodista tenía al alcance algún directivo del sector del automóvil se escuchaban dos preguntas que acabaron siendo recurrentes: ¿qué retrasos en las entregas les está ocasionando la escasez de semiconductores en sus fábricas y hasta cuándo durará esta situación de falta de suministro? Y lo cierto es que una gran mayoría respondía a esas cuestiones de una forma que también acabó siendo recurrente: "es difícil hacer un pronóstico, pero desde nuestras centrales nos cuentan que la situación podría irse solucionando durante el primer semestre de 2022 para recuperar la normalidad en el segundo semestre del año".

En ese ambiente de relativo optimismo, si es que se puede llamar así a un momento en el que bastantes fábricas estaban paradas, funcionaban a medio gas o sacaban de sus cadenas vehículos incompletos que después había que terminar de forma realmente artesanal, El Confidencial entrevistaba en septiembre del pasado año a José Vicente de los Mozos, presidente de Renault España y director de Fabricación y Logística de Renault Group, y todavía entonces presidente de Anfac, quien no veía "salida fácil hasta 2023". Viniendo el comentario del encargado de controlar 38 centros productivos de Renault Group en 16 países, tenía su relevancia, aunque fuera de micrófono varios responsables de otras marcas tildaban ese vaticinio como excesivamente pesimista. Aunque dicen que un pesimista es un optimista bien informado, y la opinión de De los Mozos lo demuestra.

placeholder Un vehículo moderno equipa miles de semiconductores, y aún más si es híbrido o eléctrico. (Volkswagen)
Un vehículo moderno equipa miles de semiconductores, y aún más si es híbrido o eléctrico. (Volkswagen)

De hecho, ahora empieza a crecer una corriente aún más pesimista, que posterga la recuperación de la normalidad en el suministro de chips y otras materias primas a las factorías de automóviles no ya a 2023, sino a 2024. O sea, dos años más de crisis. Y son pronósticos de otros 'optimistas bien informados', como Arno Antlitz, responsable de Finanzas del Grupo Volkswagen, que días atrás declaraba que la escasez de semiconductores podría "alargarse un poco más, hasta por lo menos el 2024". Según Antlitz, en el tercer o cuarto trimestre de este año podría producirse un cambio positivo de tendencia, y la situación debería ir mejorando durante el 2023, pero en el consorcio germano no ven el final de esta "escasez estructural" hasta el 2024, pues los esfuerzos de los productores de semiconductores, que siguen aumentando el ritmo de fabricación de componentes electrónicos, está coincidiendo con una demanda creciente de esos chips, destinados también a otros sectores de la electrónica de consumo, como informática, telefonía o electrodomésticos, entre otros.

Además, los preocupantes augurios del director financiero de Volkswagen Group recogidos por el diario alemán 'Börsen-Zeitung' van en la misma línea que los de Oliver Zipse recogidos por el medio suizo 'NZZ Digital', pues el CEO de BMW Group destacaba también la negativa influencia de la guerra en Ucrania en la recuperación de la normalidad, ya que, por ejemplo, los mazos de cables de algunos modelos de la firma bávara provienen de plantas ucranianas y eso estaba afectando también a la producción de automóviles. Sobre los semiconductores en concreto, Zipse advierte que aún nos encontramos en el peor momento, y que la mejora de la situación se retrasará hasta el 2023, cuando todavía sufrirán cierta escasez de suministro en las factorías.

Fabricación de chips ralentizada

Pero para conocer mejor cuánto nos queda de crisis de semiconductores, la opinión de quienes los producen parece clave. En una reciente entrevista a 'Financial Times', Peter Wennink, presidente de ASML, tampoco se mostraba optimista. Su previsión cuenta, y mucho, porque ASML es el principal proveedor de hardware, software y servicios para la fabricación de circuitos integrados de silicio a nivel mundial, y Wennink cree que la cadena de suministro seguirá sufriendo problemas durante los dos próximos años, pues aunque su ritmo de producción crece, lo hace más despacio que la demanda de semiconductores, un déficit al que le quedan "al menos dos años".

placeholder Algunos fabricantes han dado prioridad a los coches eléctricos para usar los escasos chips que recibían.
Algunos fabricantes han dado prioridad a los coches eléctricos para usar los escasos chips que recibían.

En los últimos tiempos, gigantes del sector de los chips como la estadounidense Intel, la coreana Samsung o la taiwanesa TSMC suman inversiones astronómicas, de cientos de miles de millones de euros, destinadas a incrementar la capacidad de producción de circuitos integrados a escala mundial, pero se están encontrando con un nuevo problema: la falta de piezas. Además, las limitaciones de suministro desde China son, al parecer, mayores ahora que cuando se inició la pandemia de Covid-19, y aunque casi el 80% de la producción actual corresponde a Corea del Sur y Taiwán, la industria china crece rápidamente en este sector y muchos analistas estiman que el gigante asiático ya será líder hacia el 2030. En este capítulo, Europa se ha dejado comer terreno de forma sorprendente, pues en 1990 las plantas de nuestro continente fabricaban el 44% de los chips, con Estados Unidos a continuación (37%) y Japón en tercer lugar (19%).

Además, los actuales planes para aumentar la capacidad de producción de semiconductores están detrás, curiosamente, de la propia falta de estos componentes, pues las nuevas fábricas de esos diminutos dispositivos requieren también ingentes cantidades de chips. Como resultado, sigue restringiéndose el envío a factorías de coches, pero también a las plantas que producen las lentes, válvulas, bombas y materiales de todo tipo necesarios para construir la maquinaría de ASML, que a su vez es indispensable para que Intel, Samsung o TSMC, que es el líder del sector, hagan chips. Es decir, una 'pescadilla planetaria que se muerde la cola' a nivel mundial y que suma retrasos a otros retrasos. Con otro problema añadido: los fabricantes de semiconductores quieren aquilatar sus inversiones a la espera de saber cuál será la demanda real de aquí en adelante, porque podrían estar creando una capacidad de producción excesiva para ese momento, tan ansiado, en el que se recupere la normalidad.

placeholder Los expertos retrasan ahora la mejora progresiva de la situación a 2023, y la normalidad a 2024. (BMW)
Los expertos retrasan ahora la mejora progresiva de la situación a 2023, y la normalidad a 2024. (BMW)

No obstante, los presagios no son siempre tan pesimistas, y recientemente la consultora Bain & Company estimaba que el fin de la crisis está más cerca, aunque la recuperación no se producirá al mismo ritmo en todos los sectores. Por suerte para la industria de automoción, los analistas de esta reputada consultora con sede en Boston creen que la fabricación de automóviles será uno de los gremios donde antes se apreciará la mejoría, posiblemente a finales de 2022 o comienzos de 2023, en paralelo con otros productos de electrónica de consumo como smartphones o tabletas, mientras que la producción de videojuegos o grandes equipos informáticos se vería afectada hasta 2024.

Durante el pasado año, cada vez que un periodista tenía al alcance algún directivo del sector del automóvil se escuchaban dos preguntas que acabaron siendo recurrentes: ¿qué retrasos en las entregas les está ocasionando la escasez de semiconductores en sus fábricas y hasta cuándo durará esta situación de falta de suministro? Y lo cierto es que una gran mayoría respondía a esas cuestiones de una forma que también acabó siendo recurrente: "es difícil hacer un pronóstico, pero desde nuestras centrales nos cuentan que la situación podría irse solucionando durante el primer semestre de 2022 para recuperar la normalidad en el segundo semestre del año".

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