Septiembre fue otro pésimo mes para las ventas de automóviles en España

Las matriculaciones de vehículos en septiembre confirmaron la tónica reciente del mercado, con otro mes más de resultados negativos en comparación con idéntico periodo del año pasado. En concreto, las matriculaciones de turismos y todoterrenos registraron una fuerte caída, del 15,7%, que dejó la cifra de este mal septiembre de 2021 en solo 47.584 unidades. Y aún así, el acumulado del año en los primeros nueve meses registra, comparado con el mismo periodo de 2020, una subida del 8,8%, hasta totalizar 647.955 unidades. Cifras engañosas, pues 2020 estuvo profundamente afectado por la pandemia y largos periodos de confinamiento sin apenas actividad industrial y comercial, de manera que la mejor comparación sería con los primeros nueve meses de 2019, y en ese caso las ventas acumuladas de turismos y todoterrenos en lo que va de 2021 ya caen un 33%.

Pero si volvemos a comparar con 2020, y concretamente con su mes de septiembre, el canal de alquiladores consiguió aumentar sus ventas el pasado mes en un 39,6%, hasta las 5.373 unidades, mientras que sigue siendo el más penalizado el canal de particulares, donde se matricularon solo 28.593 unidades, lo que supone una caída del 21,8%. Por su parte, el canal de empresas cayó un 15,3% en comparación con septiembre de 2020.

La buena noticia, dentro de un panorama tan desalentador, es que las emisiones medias de CO2 de los turismos vendidos en el mes de septiembre se quedan en 119,4 gramos de CO2 por kilómetro (ciclo mixto WLTP), un 7% más baja que la registrada el año pasado en ese mes.

En cuanto a los vehículos comerciales ligeros, en septiembre se matricularon 9.930 unidades, lo que supone un 30% menos que en 2020; y en el acumulado del año, las ventas de vehículos comerciales ligeros alcanzan las 120.053 unidades, lo que supone un aumento del 9,9% respecto a 2020. Por canales, destaca la caída del 43,6% en las ventas a autónomos. Por su parte, las matriculaciones de vehículos industriales, autobuses, autocares y microbuses cayeron un 12,5% respecto a septiembre del año pasado, sumando solo 1.068 unidades; y en el acumulado del año, las ventas en ese segmento crecieron un 17,5% respecto a 2020, hasta las 14.236 unidades, aunque esa cifra supondría una caída del 20,3% si se compara con el mismo periodo de 2019, último año 'normal' de referencia.

Las reacciones del sector

Para Noemi Navas, directora de Comunicación de Anfac, “la suma de la crisis provocada por la pandemia, la incertidumbre de los consumidores ante cómo va a evolucionar la crisis económica y la falta de semiconductores está suponiendo una caída del mercado mucho peor de la pronosticada a principio de año. No esperamos que la escasez de chips tenga una solución a corto plazo ni que el mercado recupere impulso en el último trimestre, y por lo tanto las previsiones de cierre son más bajas”.

Según Raúl Morales, director de Comunicación de Faconauto, “las matriculaciones del mes de septiembre han mantenido la misma tónica negativa que los dos meses anteriores. De esta manera, completamos tres meses en los que se han agudizado los efectos de la crisis de los microprocesadores sobre las ventas de vehículos, particularmente sobre el canal de particulares, que el mes pasado volvió a caer por encima del 20%. Los concesionarios siguen sin tener stock suficiente para atender la demanda, pese a lo cual muchos clientes se están mostrando cada vez más comprensivos con esta situación y están dispuestos a esperar por su vehículo. En cualquier caso, la incertidumbre es grande, porque no hay un horizonte claro de cuándo volverá a haber coches en el mercado, lo que aboca ya a los concesionarios a repetir en el presente ejercicio un nivel de ventas tan bajo como en 2020.”

Por su parte, Tania Puche, directora de Comunicación de Ganvam, indicaba tras confirmarse estos malos datos que “la crisis global de chips continúa haciendo mella en la automoción. A la escasez de semiconductores se le suma la subida desbocada del precio de las materias primas y de los costes logísticos, especialmente del transporte por vía marítima. Si a la falta de oferta le añadimos la cuesta de septiembre y la incertidumbre tecnológica que se detecta entre los compradores a la hora de escoger coche, tenemos una tormenta perfecta de cara a la recta final de año. Una de las mayores preocupaciones ahora es que esta crisis no derive en destrucción de empleo. En este sentido, medidas de flexibilidad laboral como los ERTE pueden contribuir a amortiguar la situación, pero es necesario un plan sólido ante la previsión de que este desabastecimiento se prolongue en el tiempo porque solo la distribución de vehículos da trabajo de calidad a más de 350.000 personas”.