Si el petróleo no ha llegado a 100 dólares en 2023 es por esta impopular tecnología

El sorprendente aumento de la producción y las exportaciones estadounidenses de petróleo y gas está contribuyendo a que el mundo se mantenga abastecido, mitigando el impacto del creciente conflicto en Oriente Próximo, que ha obstaculizado las principales rutas marítimas.

Cuando los militantes hutíes, apoyados por Irán, empezaron a lanzar misiles y aviones no tripulados contra los barcos que cruzaban el mar Rojo cerca de Yemen en octubre, muchos temieron que la interrupción de la vital ruta marítima hiciera subir los precios de la energía. Pero los precios del petróleo y del gas se han hundido el mes pasado un 5% y un 23%, respectivamente.

Ello se debe en gran medida a la producción récord de combustibles fósiles en Estados Unidos.

En noviembre, los transportistas sacaron de Estados Unidos más petróleo que el producido en Irak, el segundo mayor miembro de la OPEP, con la cifra récord de 4,5 millones de barriles diarios. Asimismo, las exportaciones estadounidenses de gas natural licuado (GNL) alcanzarán un récord en diciembre, según la empresa de inteligencia de mercado Kpler. Los países europeos se han hecho con más cargamentos estadounidenses en los últimos meses, dependiendo menos de los envíos a través del Canal de Suez, una arteria clave del mar Rojo.

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Los ataques a buques, que según los hutíes son una represalia por la operación militar israelí en Gaza, se han intensificado en los últimos días. Funcionarios estadounidenses alegaron que un avión no tripulado de ataque lanzado directamente desde Irán alcanzó el 23 de diciembre a un buque cisterna químico de propiedad japonesa frente a la costa de la India, aunque Teherán negó esa afirmación.

Se espera que la crisis del transporte marítimo eleve los precios al consumo de las mercancías que cruzan el mar Rojo, ya que cientos de buques se han visto obligados a desviar su ruta alrededor del Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica. Sin embargo, estos hechos se desarrollan justo cuando el sector del fracking estadounidense ha cobrado nuevas fuerzas que, hasta ahora, han contrarrestado los efectos inflacionistas en la energía.

El sector del 'fracking' estadounidense ha cobrado nuevas fuerzas que han contrarrestado los efectos inflacionistas en la energía

Muchos pronosticadores esperaban que la producción de petróleo de EEUU creciera solo modestamente en 2023, ya que los fraccionadores respondieron a las peticiones de los inversores de un gasto conservador, lo que permitió a las empresas pagar la deuda y financiar los dividendos y la recompra de acciones.

No está del todo claro cuánto tiempo podrán seguir aumentando la producción al mismo ritmo. Los perforadores de esquisto, especialmente las empresas privadas, desplegaron más plataformas a finales de 2022 en respuesta a la subida de los precios de las materias primas impulsada por la invasión rusa de Ucrania. Gran parte de la producción de los pozos que perforaron se puso en marcha recientemente, pero el número de equipos de perforación de EEUU se redujo en 2023 y los perforadores han propuesto presupuestos relativamente modestos para 2024.

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Al mismo tiempo, grandes empresas de esquisto como EOG Resources, Devon Energy y Diamondback Energy declararon haber acelerado los tiempos de perforación y están bombeando más petróleo de los pozos que perforaron. El alcance y la duración de esos avances no están claros.

La producción de petróleo de Estados Unidos había crecido hasta cerca de 13,2 millones de barriles diarios en octubre, casi 900.000 barriles diarios más que en el mismo mes de 2022, según los últimos datos disponibles de la Administración de Información Energética.

Mientras tanto, los perforadores de Guyana y Brasil también aumentaron rápidamente su producción en 2023, aunque ninguno ganó tanto como el esquisto estadounidense.

Todo ello ha hecho que los inventarios mundiales de petróleo estén mucho más llenos de lo que los operadores esperaban hace meses, lo que ha reducido los precios del crudo. En respuesta, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados decidieron en noviembre recortar aún más la producción para apuntalar los precios. Los precios del crudo en EEUU han caído cerca de un 21% en el cuarto trimestre, y en diciembre bajaron cerca de un 6%.

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Uno de los beneficiarios del abaratamiento del petróleo es el presidente Biden, cuyo Departamento de Energía ha acelerado recientemente sus compras de crudo destinadas a sustituir los barriles que vendió en 2022 de la reserva estratégica de petróleo del país. El Gobierno había vendido los barriles a precios más altos ese año, y ahora está compitiendo más activamente con los compradores internacionales de petróleo.

Recientemente, los petroleros han transportado más crudo estadounidense a los Países Bajos, el Reino Unido, Italia, España, Francia, Alemania y otros países, ya que una mayor parte del crudo ruso se ha dirigido a Asia tras las sanciones occidentales. Los envíos de petróleo estadounidense a Europa se han disparado un 34% desde estas fechas en 2022 y un 82% desde antes de la invasión rusa de Ucrania, según muestran los datos de Kpler.

A más largo plazo, la situación del mar Rojo podría traer más negocio para los cargadores de GNL de Estados Unidos, que están construyendo capacidad de exportación en las instalaciones de la Costa del Golfo y están compitiendo por contratos prolongados con grandes compradores en Europa, dijeron los analistas.

El porcentaje de buques metaneros que atraviesan el Canal de Suez ha caído a su punto más bajo en al menos una década. Al mismo tiempo, se espera que las exportaciones estadounidenses de GNL aumenten hasta un récord de más de 8 millones de toneladas métricas en diciembre, por encima del récord anterior de 7,7 millones en octubre, según las previsiones de Kpler.

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Los defensores del fracking llevan mucho tiempo diciendo que el rápido crecimiento de la producción de esquisto en Estados Unidos podría ayudar a estabilizar los mercados en tiempos de crisis, en parte debido a la rapidez con la que produce un pozo de esquisto. Pero los analistas advirtieron que la influencia del esquisto en el mercado disminuiría si Irán se viera implicado directamente en el conflicto.

"Cuando se trata de una interrupción menor aquí o allá, el aumento de la producción estadounidense ayuda", dijo Robert McNally, presidente de la consultora Rapidan Energy. "Pero Irán es un problema que el esquisto no puede resolver, porque Irán amenaza el estrecho de Ormuz, por el que circulan 18 millones de barriles diarios".

Además, con los precios del petróleo más bajos que a finales de 2022, muchos perforadores de esquisto grandes y pequeños están planeando mantener el gasto más o menos estable en 2024, en línea con las preferencias de los inversores. Se espera que esto reduzca el crecimiento de la producción. Rapidan Energy prevé que la producción de crudo estadounidense aumente en unos 300.000 barriles diarios en 2024.

Se espera que el gasto de los productores estadounidenses aumente en torno a un 2%, hasta alcanzar un total de 115.000 millones de dólares en 2024. Eso se compara con un aumento del gasto del 19% en 2023, y todavía muy por debajo del promedio anual de 150.000 millones de dólares de 2010 a 2015, el apogeo de la industria, según una encuesta realizada por James West, analista del banco de inversión Evercore ISI.

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"Ya no tiran la casa por la ventana", dijo West. Según él, las empresas de esquisto de EEUU han realizado algunas mejoras incrementales en eficiencia, como en el tiempo que se tarda en perforar un pozo. Pero matiza que el reciente aumento de la producción es más el resultado de un gran número de equipos de perforación a finales de 2022 y principios de 2023. Hasta el viernes, el número de equipos de perforación activos en EEUU había caído alrededor de un 20% desde finales de 2022, según Baker Hughes.

Algunos analistas también esperan que la consolidación continua en la región petrolera reduzca el crecimiento, ya que las grandes compañías petroleras compran rivales más pequeños. En octubre, Exxon Mobil acordó comprar Pioneer Natural Resources por casi 60.000 millones de dólares en acciones, y Chevron anunció que se haría con Hess por 53.000 millones de dólares en acciones.

Aunque el sector estadounidense del esquisto se ha alejado de su fase de hipercrecimiento, a raíz de los conflictos mundiales se empieza a tomar conciencia de que la demanda de petróleo y gas seguirá siendo saludable en los próximos años, según afirma John Arnold, filántropo multimillonario y antiguo operador de gas natural. "Creo que los inversores confían cada vez más en que el sector no desaparecerá pronto", afirmó Arnold.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal