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Este país busca iniciar un conflicto con su vecino y anexionarse territorio. ¿Rusia? No, Venezuela
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El Esequibo, al rojo vivo

Este país busca iniciar un conflicto con su vecino y anexionarse territorio. ¿Rusia? No, Venezuela

El Gobierno de Nicolás Maduro ha convocado a los venezolanos a un referéndum este domingo para preguntarles sobre el futuro del Esequibo, un territorio controlado por Guyana y que Caracas reclama

Foto: Nicolás Maduro señala la región del Esequibo en un mapa donde aparece reflejado como parte de Venezuela. (EFE)
Nicolás Maduro señala la región del Esequibo en un mapa donde aparece reflejado como parte de Venezuela. (EFE)

Hace unos días comenzaron a aparecer imágenes en las redes sociales de tropas brasileñas movilizándose rumbo al norte. Algunos interpretaron que se dirigían a la triple frontera que conecta al gigante latinoamericano con Venezuela y Guyana, debido al reciente el aumento de las hostilidades entre esos países vecinos. Muchos se resistían a creerlo, pero el ministerio de Defensa acabó confirmándolo: el movimiento era una "medida defensiva" por la escalada de tensiones.

El Gobierno de Nicolás Maduro, con un complicado panorama interno a corto plazo, ha convocado a los venezolanos a un referéndum este domingo para preguntarles sobre el futuro del Esequibo, un territorio controlado por Guyana y que Caracas reclama desde hace casi dos siglos, repleto de riquezas minerales. Por si eso fuera poco, la multinacional ExxonMobil descubrió, hace una década, ingentes reservas de petróleo y gas cuya explotación ha triplicado, en apenas cuatro años, el PIB per cápita del pequeño país caribeño.

El plebiscito no es vinculante pero está cargado con un monumental peso político, porque se trata de un reclamo histórico de Venezuela y es uno de los pocos temas en los que tanto el chavismo como la oposición están de acuerdo. No hay duda de que es transversal. Los venezolanos, en bloque, reclaman el Esequibo como parte de su país. "Es una misión del pueblo", ha dicho Maduro, en una campaña hipermediatizada. La cuestión, como la mayoría de asuntos que apelan al nacionalismo en todo el mundo, se trata con pasión y las cinco preguntas del referéndum son tan directas que algunos analistas temen que acaben generando un conflicto armado.

El Gobierno llega a preguntar a los venezolanos, por ejemplo, si aprueban la creación del Estado de Guayana Esequiba como parte de Venezuela y dar la ciudadanía a todos los habitantes actuales de la zona. También si están de acuerdo en oponerse, "por todos los medios, conforme a derecho" a la "pretensión" de Guyana de disponer unilateralmente de un mar "pendiente" de delimitar, refiriéndose al lugar donde ha sido hallado el petróleo.

Se espera una respuesta afirmativa masiva de los venezolanos a esas cuestiones y eso podría escalar la tensión. "No es una guerra armada, por ahora", dijo, recientemente, de hecho, el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino. Guyana también lo ve así y asegura que el referéndum es un "plan siniestro" que configura una amenaza para su integridad territorial. Las autoridades de Georgetown pidieron, recientemente, a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que detuviese el referéndum, pero ese organismo se limitó, este viernes, a ordenar a Venezuela evitar acciones que alteren su relación Guyana, sin prohibir expresamente el plebiscito.

La 'malvinización' de la crisis venezolana

Parte de los analistas ve el movimiento del Gobierno venezolano como una válvula de escape después de las primarias opositoras en las que arrasó María Corina Machado. EEUU se comprometió a levantar sanciones a cambio de elecciones libres en 2024 y, si se diese ese escenario, las encuestas no pintan bien para Maduro.

Foto: María Corina Machado, ganadora de las primarias presidenciales de la oposición venezolana. (Reuters/Leonardo Fernández Viloria)

Por eso muchos ven como una estrategia este llamamiento a la unión nacional para reclamar la soberanía en el Esequibo, algo que el analista internacional Andrei Serbin Pont, director del think-tank Cries, compara la actual crisis con la guerra de las Malvinas en los 80 entre la dictadura argentina y Reino Unido. "El conflicto en el Atlántico Sur se precipitó, en buena parte, por una crisis económica y política en Argentina, en la cual la dictadura optó por externalizar la crisis y generar instancias de cohesión popular, instrumentalizando la causa histórica de reclamo soberano argentino sobre las Malvinas", comenta a El Confidencial.

"En el caso de Venezuela, vemos un régimen que busca reanudar el reclamo territorial de cara a un frente doméstico complejo con las elecciones de 2024, encontrando en Guyana un objetivo legítimo para la mayoría de los venezolanos. El rol electoral del referéndum es legitimar el régimen y sentar las bases para, de ser necesario el año que viene, externalizar esas dificultades domésticas", añade Serbin.

La Kuwait del Caribe

En juego hay también mucho dinero. El Esequibo es un territorio al oeste del río homónimo, de 159.000 kilómetros cuadrados —más grande que Grecia o Costa Rica— donde habitan el 15% de los 800.000 habitantes de la República Cooperativa de Guyana, una excolonia británica.

En el norte hay importantes yacimientos de oro, diamantes y cobre, pero lo que provocó el reinicio de las reclamaciones venezolanas fue el descubrimiento reciente de unas reservas de hasta 11.000 millones de barriles de petróleo frente a las costas de Guyana, en el Atlántico, en unos bloques que se encuentran parcialmente en aguas territoriales del Esequibo. Suponen el 0,6% de las reservas a nivel mundial.

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Las cifras son elocuentes para poner en contexto el impacto de la reciente explotación petrolera en el país caribeño. El PIB de Guyana creció un 57,8% en 2022. No hay mucho más que añadir al respecto. Sus autoridades saben que tienen la llave para convertirse en la Kuwait del Caribe. De hecho, Guyana podría superar antes de 2030 al país del Golfo Pérsico como mayor productor de barriles per cápita del mundo. Palabras mayores para un pequeño Estado que ahora depende de la caña de azúcar y del oro que extrae del Esequibo.

Para ir al origen del conflicto hay que remontarse a la época de dominio español. Madrid fundó la Capitanía General de Venezuela en 1777 y el Esequibo era parte de ese territorio. Venezuela se independizó en 1811 de España y la zona pasó a soberanía venezolana, manteniéndose tras la escisión final de Venezuela de la Gran Colombia, en 1830. Entretanto, en 1814, los, hasta entonces vecinos Países Bajos habían vendido a Reino Unido más de 50.000 kilómetros cuadrados de tierra al oeste de su colonia, creándose la Guayana Británica. El pacto tenía, eso sí, un detalle: en esa época de mapas difusos, no habían acabado de delimitar cuál era su frontera occidental.

Años después se descubre oro en el Esequibo y se amplía el interés por ese territorio. En 1840, Reino Unido le da poderes a un explorador, Robert Schomburgk, para delimitar la frontera, y este acaba su estudio reclamando ingentes cantidades de tierra al oeste del río Esequibo. Un año después, Venezuela ya comienza a denunciar la violación de su territorio por parte de los británicos.

Foto: El presidente venezolano, Nicolás Maduro, junto al brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva. (Reuters/Ueslei Marcelino)

A finales de siglo EEUU interviene a favor de Venezuela invocando la doctrina Monroe ("América para los americanos") y sugiere un arbitraje internacional para solucionar los problemas. El punto culmen se produce en 1899, cuando el Laudo de París falla a favor del Reino Unido y reconoce al Esequibo como parte del su territorio, aunque otorgando a Venezuela el delta del Orinoco. Las reclamaciones británicas se habían incluso ampliado considerablemente desde la primera línea Schomburgk y Londres pretendía controlar también la salida al mar de ese río.

La situación da un vuelco tras la Segunda Guerra Mundial, en 1949, cuando se hace público un memorando firmado por Severo Mallet Prevost, un abogado de nacionalidad estadounidense que había defendido la posición venezolana en la capital francesa. "El Tribunal que se instaló en París era más político que judicial. Una de las partes en la controversia, Reino Unido, estuvo representada con dos jueces, y la otra, Venezuela, no. Eran dos jueces británicos, dos norteamericanos y un ruso", comenta a El Confidencial Jorge Morán, politólogo venezolano de la Universidad Rafael Belloso Chacín.

"El memorando de Mallet deja evidencias de que hubo abuso de poder de los árbitros, en particular de los británicos y tampoco hubo justificación de la decisión tomada o una argumentación convincente. Esa ausencia es un vicio que puede anular la decisión", añade Morán.

La tensión escaló y en 1966, apenas unas semanas antes de la independencia de Guyana, la metrópolis, Reino Unido, y Venezuela, pactaron el acuerdo de Ginebra. Ambos países reconocieron que Caracas tenía reclamos sobre el territorio en disputa y dirimieron que la resolución del conflicto debía producirse por la vía del diálogo, a través de negociaciones bilaterales. En 1970 los gobiernos de la época, ante la escalada de tensiones, firman una tregua de doce años y, desde 1982, vuelven los reclamos y las infructuosas negociaciones.

Todo ello hasta 1999, cuando Hugo Chávez gana las elecciones con una agenda panamericanista y detiene las reclamaciones. "En lo que va de siglo, la posición y la acción del Gobierno de Venezuela frente a esta controversia ha sido irresponsable y negligente", comenta el politólogo Morán. "El afán de Chávez por convertirse en un líder mundial y la influencia que ejercía el Gobierno de Cuba sobre él tuvo mucho que ver en esto", añade.

Guyana es un país aliado de La Habana. Las prioridades habían cambiado, pero no para siempre. A mediados de la década pasada, ExxonMobil hizo públicos sus descubrimientos, y entonces el Gobierno de Maduro volvió a reactivar con fuerza el diferendo del Esequibo.

Situación volátil

No funcionó la "buena voluntad" desde entonces y la ONU acabó remitiendo el caso a la CIJ. En ese momento nos encontramos, porque el Gobierno de Maduro no reconoce al organismo con sede en La Haya como árbitro válido y, de hecho, le va a preguntar este domingo a los venezolanos su postura con respecto a esa visión.

Varios analistas han pedido que se conteste con un no a esa cuestión específica. "La pregunta tres es el trasfondo real de este referéndum. Lo que se pretende con ella es revestir con un aura de populismo democrático una decisión que el Gobierno ya parece haber tomado, que es no defender jurídicamente los argumentos de Venezuela en la CIJ. Es decir, dejar a Venezuela desasistida desde el punto de vista jurídico internacional y, con ello, estaría el Ejecutivo también traspasando una responsabilidad de Estado a los ciudadanos que, a final del día, serían quienes pagarían la factura", asegura a El Confidencial Lauren Caballero, experto en política internacional de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Le preocupa también que la pregunta cinco, referente a la creación del Estado de la Guayana Esequiba, sea visto por la comunidad internacional como un "acto de agresión", algo que sería "delicadísimo".

Foto: Agentes de policía de Kosovo tras la escalada. Ognen Teofilovski / REUTERS

La tensión ha ido en aumento desde la convocatoria del referéndum, en septiembre. Guyana no se ha quedado de brazos cruzados. Su presidente, Irfaan Ali, ha izado, vestido de militar, la bandera del país en territorio del Esequibo, cerca de la frontera con Venezuela. Su vicepresidente también ha dicho que la próxima semana visitarán el país miembros del departamento de Defensa de EEUU. Guyana ha sugerido, asimismo, que terceros países podrían establecer bases en su territorio.

"Con esos estilos y esas formas de guapetón (chulo) de barrio no es que vamos a resolver este asunto", señaló el ministro de Defensa venezolano, Padrino, refiriéndose a la visita de Ali a la frontera. Maduro ha ido más lejos y ha tildado a su homólogo de "esclavo" de ExxonMobil. Venezuela, por su parte, está construyendo una pista militar cerca de la frontera.

"Es difícil saber hasta qué punto podría haber conflicto. En primera instancia diría que la posibilidad sigue lejos, pero si continúa escalando la retórica este escenario se volvería más factible, y aún más probable si el chavismo se encuentra con un escenario electoral adverso". El año puede terminar movido en el Caribe sur.

Hace unos días comenzaron a aparecer imágenes en las redes sociales de tropas brasileñas movilizándose rumbo al norte. Algunos interpretaron que se dirigían a la triple frontera que conecta al gigante latinoamericano con Venezuela y Guyana, debido al reciente el aumento de las hostilidades entre esos países vecinos. Muchos se resistían a creerlo, pero el ministerio de Defensa acabó confirmándolo: el movimiento era una "medida defensiva" por la escalada de tensiones.

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