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La sequía asola los cultivos de algodón en Estados Unidos: adiós al 40% de la cosecha
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Malas cosechas en EEUU

La sequía asola los cultivos de algodón en Estados Unidos: adiós al 40% de la cosecha

Los agricultores, sobre todo en Texas, están abandonando en masa los cultivos fallidos, y los precios del algodón están subiendo

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Los productores de algodón del suroeste están abandonando millones de acres resecos que plantaron en primavera, lo que hace que se espere la cosecha más débil de Estados Unidos en más de una década y que los precios suban con fuerza.

Los pronósticos agrícolas de Estados Unidos prevén que los agricultores afectados por la sequía abandonen más del 40% de los 12,5 millones de acres que sembraron de algodón y cosechen la menor superficie desde el periodo que siguió a la Guerra Civil de EEUU. En aquel entonces, en 1868, el rendimiento por acre era menos de una quinta parte de lo que es hoy, pero el mercado del algodón era también mucho más pequeño.

Los futuros del algodón de diciembre, los contratos más negociados, han subido el máximo permitido por las normas de la bolsa durante dos sesiones consecutivas, terminando el lunes a 1,136 dólares por libra. La semana pasada, los futuros subieron cerca de un 13%, la mayor subida semanal desde marzo de 2011, cuando los precios iban camino de un récord de 2,141 dólares por libra.

Foto: Un cauce seco del río Rin en Dusseldorf, Alemania. (Sascha Steinbach)

El algodón fue una de las materias primas cuyo precio se disparó a principios de año. Al igual que otras materias primas, se vio impulsado por la entrada en masa de fondos de cobertura y otros especuladores en los mercados de futuros para amortiguar el efecto de la inflación en otras partes de sus carteras.

Pero el algodón también se benefició del aumento de los precios del petróleo, que elevó el precio de las fibras basadas en el mismo, como la licra, el poliéster y el nailon. Cuando estas fibras sintéticas se encarecen, aumenta la demanda de fibras naturales como la lana y el algodón, y sus precios también suben.

Los precios de los futuros del algodón alcanzaron a principios de mayo un máximo de más de 1,50 dólares, nivel raramente alcanzado, y luego se desplomaron. Cuando los precios del petróleo bajaron por la conmoción de la invasión rusa de Ucrania, los futuros del algodón perdieron casi la mitad de su valor y los especuladores salieron de los mercados de futuros agrícolas, recogiendo sus beneficios y poniendo fin a las operaciones de inflación.

Foto: Los carteles de precios son microrrelatos de terror. (EFE/Luis Millan)

La gravedad de la sequía en Occidente y los estragos que ha causado en la cosecha de algodón han hecho que los precios vuelvan a subir recientemente. Se han desmarcado del petróleo, que ha seguido bajando en medio de los temores de recesión y la disminución del consumo.

El viernes, el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA) redujo su previsión para la cosecha nacional anual de algodón a 12,6 millones de pacas, de unos 217 kilos cada una. Esto supondría un descenso del 28% respecto al año pasado, el nivel más bajo desde 2009, cuando la exigua cosecha contribuyó a sentar las bases de los precios récord. El USDA también predijo algunos de los inventarios de final de temporada más bajos en décadas.

Una severa sequía y algunas de las condiciones climáticas más calurosas de las que se tiene constancia han calcinado los campos y han provocado un nivel de abandono históricamente alto en el suroeste, según el USDA. Los agricultores abandonan los cultivos cuando crecen tan poco que no vale la pena cosechar.

Texas, el principal estado productor de algodón, se ha visto especialmente afectado. El USDA prevé que la ratio de hectáreas cosechadas en relación con las plantadas batirá récords a lo bajo, y que se obtendrá la producción más baja del estado desde 1986, según explica Lance Honig, jefe de la rama de cultivos del departamento.

Foto: Floración de los girasoles. (EFE/Ronald Wittek)

En las altas llanuras de la franja más angosta de Texas, Brent Nelson ha renunciado a todos menos a unos 280 acres del total de 5.000 que plantó. Los agricultores de su zona suelen contar con entre 430 y 460 mm de lluvia al año, pero cuenta que sus campos solo han recibido unos 75 mm desde el pasado agosto.

"Menos mal que tenemos un seguro federal de cosechas", revela. "No tiene nada que ver con una cosecha, pero permitirá que los agricultores continúen con el negocio".

Val Stephens, que cultiva algodón en 1.500 acres al sur de Lubbock, Texas, se vio obligado a cobrar el seguro de su cosecha fallida y ha desechado los planes de plantar trigo de invierno este otoño por falta de humedad. Calcula que el 90% de los campos de algodón han sido abandonados en la reseca zona de Texas en que habita, y no ha habido precipitaciones apreciables desde julio de 2021.

Menos mal que tenemos un seguro federal de cosechas. No tiene nada que ver con una cosecha, pero permitirá que se continúe con el negocio

"Con lo seco que está, a menos que tengas algo de riego, no hay cultivos", se lamenta Stephens.

Incluso los campos de regadío están dando en su mayoría plantas enclenques, matiza Kody Bessent, director ejecutivo de Plains Cotton Growers, un grupo de productores cuyos miembros suelen cultivar alrededor de un tercio de la cosecha de Estados Unidos.

Describe cómo las plantas de regadío, que normalmente llegarían a la cintura de una persona normal y estarían repletas de cápsulas, apenas llegan a la altura de la rodilla este año. Los años consecutivos de clima seco y los tramos de calor por encima de los 37 grados centígrados dejaron poca humedad en el subsuelo, que normalmente se acumula durante el invierno y alimenta a las plantas de algodón cuando la lluvia es escasa.

Foto: Fuente: iStock

Aunque los agricultores cuentan con un seguro, el dolor económico de la cosecha fallida corre el riesgo de extenderse a toda la región, a las desmotadoras que separan las semillas del algodón, a los almacenes que guardan las pacas, a las fábricas que prensan el aceite de semilla de algodón y a los restaurantes de los condados que alimentan a los agricultores.

"Un año como este tiene un impacto astronómico para nosotros", afirma Bessent.

*Con la contribución de Kirk Maltais.

*Contenido con licencia de 'The Wall Street Journal'.

Los productores de algodón del suroeste están abandonando millones de acres resecos que plantaron en primavera, lo que hace que se espere la cosecha más débil de Estados Unidos en más de una década y que los precios suban con fuerza.

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