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Los renglones torcidos de Powell: la era de los tipos altos deja más dudas que certezas
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Los renglones torcidos de Powell: la era de los tipos altos deja más dudas que certezas

La Fed insiste en que los tipos altos han llegado para quedarse por un tiempo prolongado, pero el mercado duda de que pueda llevar a cabo su plan sin dañar la economía

Foto: El presidente de la Fed, Jerome Powell. (Getty/Drew Angerer)
El presidente de la Fed, Jerome Powell. (Getty/Drew Angerer)
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La Reserva Federal se presentó este jueves con el boceto de una nueva era para la economía estadounidense y, por ende, para la economía mundial: la de los tipos de interés elevados por largo tiempo. El problema es que su presidente, Jerome Powell, no tardó en llenarlo de tachones hasta convertirlo en poco más que una declaración de deseos.

A pocos escapa que el banco central estadounidense se presentaba en esta ocasión ante el mercado con una misión esencial. La de evitar una complacencia excesiva que acabe por alimentar un resurgimiento de la inflación, justo cuando empieza a emitir señales de debilitamiento.

Para ello, la institución acompañó su decisión de mantener los tipos sin cambios —algo que estaba ya ampliamente asumido— de un mensaje encaminado a afianzar la idea de que tras el ciclo de subidas de tipos más agresivo de la historia viene un largo periodo de meseta. Es decir, desactivar las esperanzas del mercado de que el fin de las alzas supondrá el anticipo de los recortes. Los tipos altos han venido para quedarse.

Foto: El presidente de la Fed, Jerome Powell. (EFE/Jim Lo Scalzo)

Así lo venían a reflejar las proyecciones de tipos de interés (el famoso dot plot) de la Fed, que no solo asume una subida adicional en lo que queda de año —aunque la división en el seno de la institución resulta evidente—, sino que, desde ahí, apenas contempla dos recortes en 2024, lo que dejaría los tipos aún por encima del 5% al término del próximo ejercicio. Y no serían mucho más significativos los recortes al año siguiente, ya que los miembros del banco central aún pronostican tipos en el entorno del 4% al cierre de 2025. “Queda un largo camino por recorrer”, reiteró en esta línea Powell al inicio de su conferencia.

La idea viene respaldada por unas previsiones económicas que hablan de una economía estadounidense sólida (con crecimientos del 2,1% este año, del 1,5% en 2024 y del 1,8% los dos siguientes), que evita cualquier síntoma de contracción, apuntalando un mercado laboral que se mantendrá cerca de niveles récord (la tasa de paro no pasaría del 4,1% hasta 2026), mientras la inflación dibuja una senda progresiva de caída hasta alcanzar ya el nivel objetivo del 2% en 2026.

Powell negó que el 'aterrizaje suave' sea su caso base pese a lo que dicen sus pronósticos

A priori, las piezas planteadas por la Fed encajan a la perfección, ya que esa fortaleza de la economía justificaría una postura más severa por parte del banco central para contener la inflación. “Si la Reserva Federal tiene razón sobre las perspectivas económicas, entonces las tasas pueden permanecer altas por más tiempo”, observan los expertos de Capital Economics, que, sin embargo, expresan sin reparos sus dudas: “Simplemente, no nos creemos estos pronósticos”.

No son los únicos, pues son varios los expertos que respondieron a las previsiones de la Fed expresando sus dudas de que un panorama económico tan benigno pueda tornarse cierto. De hecho, ni el propio Powell parecía creérselos. Durante su comparecencia descartó que el denominado aterrizaje suave (la posibilidad de que la economía se enfríe para facilitar el descenso de la inflación sin caer en una recesión severa) sea el escenario base, a pesar de que eso es lo que exponen las propias previsiones del banco central.

“Me preocupa que las señales económicas y políticas que surjan de esta conferencia de prensa de la Reserva Federal puedan parecer confusas y desconcertantes para muchos”, escribía a través de sus redes sociales el prestigioso economista Mohammed El Erian, presidente del Queens College de la Universidad de Cambridge y asesor económico jefe de Allianz. Y sin duda, la sucesión de vaivenes que protagonizaron los mercados evidenciaron que a los inversores les costaba encajar las piezas que recibían del banco central.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE.
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Que finalmente las bolsas se inclinaran por las caídas y los intereses de los bonos se elevaran —los tipos de los títulos a dos años alcanzaron sus niveles más elevados desde 2006— parecía reflejar más que la convicción en el escenario planteado por la Fed (el mercado sigue apostando por tipos claramente por debajo del 5% al cierre de 2024) la preocupación por la sensación de que el banco central no tiene claro a qué se enfrenta.

De los últimos movimientos de la Fed se desprende la idea de que en la entidad impera la idea de que el fantasma de la inflación no está aún derrotado y que hay que mantener las espadas en alto para volver a combatirlo si fuera preciso. Pero el propio Powell hizo de la necesidad de actuar con cautela el mantra principal de su intervención de este jueves, dejando entrever que el banco central no es insensible al riesgo cada vez más elevado de ir demasiado lejos y someter a la economía a un daño severo.

La Fed ha intentado poner ante los ojos de los mercados la realidad de la nueva era de los tipos altos por un largo periodo. Pero lo cierto es que su hoja de ruta viene envuelta de tantas dudas que lo que augura es más bien una era de larga incertidumbre.

La Reserva Federal se presentó este jueves con el boceto de una nueva era para la economía estadounidense y, por ende, para la economía mundial: la de los tipos de interés elevados por largo tiempo. El problema es que su presidente, Jerome Powell, no tardó en llenarlo de tachones hasta convertirlo en poco más que una declaración de deseos.

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