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La banca vuelve a acumular deuda pública para mitigar el golpe a sus resultados
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ANTE LA VOLATILIDAD DE LA DEUDA

La banca vuelve a acumular deuda pública para mitigar el golpe a sus resultados

La volatilidad en la deuda pública y el repunte de primas de riesgo dan oportunidades a las entidades financieras para captar ingresos por esta vía, como ocurrió en la última crisis

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Las carteras de deuda pública han vuelto a cobrar importancia en los bancos españoles. Los directores financieros elevan su relevancia en esta crisis por los ingresos que generan los cupones de los bonos y el comercio con los mismos. Los portafolios (ALCO, en la jerga) ocasionaron problemas en bolsa a las entidades en 2018 por su exposición a Italia, pero ahora vuelven a ser un balón de oxígeno para las cuentas de resultados del sector, las peores desde el rescate de Bankia.

Las entidades del Ibex 35 ya han creado un colchón de provisiones de 3.800 millones, con la esperanza de que los esfuerzos en los próximos trimestres serán menores, aunque dependerá de la prolongación de las restricciones para luchar contra la pandemia y la intensidad de la recuperación de la actividad posterior. Lo que sí parece claro es que afrontan un agujero en el segundo trimestre, que suele ser el más importante del año. La producción hipotecaria está cayendo, por ejemplo, a ritmos de entre el 60% y el 80% en abril respecto a cifras anteriores a la crisis, según las presentaciones de resultados de los bancos de esta semana.

En este contexto, el movimiento de las carteras ALCO vuelve a ser relevante. Los cupones de los bonos que se espera mantener hasta el vencimiento, contabilizados como coste amortizado, suman ingresos en el margen de intereses. Esta partida está castigada por las expectativas de menor crédito, dado que el repunte en empresas con préstamos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) son con carencia del primer año. Mientras que los beneficios —o pérdidas— derivados de la venta de bonos, al comparar el precio respecto al que se adquirieron, va a la partida de resultados de operaciones financieras (ROF).

Foto: De izquierda a derecha, Josep Oliu (Sabadell), Ana Botín (Santander), Carlos Torres (BBVA), José Ignacio Goirigolzarri (Bankia) y Gonzalo Gortazar (CaixaBank). (EC-EFE)

El ROF, vital en los años de la crisis financiera, perdió peso en los últimos ejercicios. Pero esto podría cambiar con la crisis del coronavirus. Por lo pronto, varios bancos han inflado sus carteras o han realizado movimientos para captar ingresos mediante el comercio o la compra de bonos. En BBVA, por ejemplo, la cartera ALCO creció en el primer trimestre desde los 50.800 millones hasta los 54.300 millones. Rompe con la tendencia del año pasado, cuando redujo entre marzo y diciembre desde 52.400 millones hasta los mencionados.

Cerca de la mitad de estos activos son europeos, con 24.200 millones, con una duración media de 3,3 años. La deuda española acapara 15.400 millones, con 11.600 millones contabilizados a coste amortizado y 3.800 millones a valor razonable. Italia suma otros 4.800 millones, mientras que en el resto de Europa hay 100 millones a coste amortizado y 3.900 millones a valor razonable, una posición que podrá vender para hacer caja si aumentan los precios de los bonos. Fuera de Europa, hay presencia en la cartera de los países importantes para la cuenta de resultados: México (6.600 millones), resto de América Latina (3.300 millones), Turquía (7.900 millones) y Estados Unidos (12.400 millones).

Las carteras sirven para generar ingresos extra o también para servir de cobertura en los países en los que cada banco tiene presencia ('machear', en la jerga). Así, si bajan los tipos, caen los ingresos por la cartera hipotecaria paulatinamente, pero aumentan los precios de los bonos en cartera, cuya variación es más rápida. La entidad genera por esta vía beneficios mientras que modifica su estrategia comercial. Como mínimo, sirve de compensación temporal.

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De esta forma usa el portafolio ALCO el Santander, según dice siempre su consejero delegado, José Antonio Álvarez. En la presentación de resultados figura un portafolio de 75.000 millones. El ejecutivo explicó que la cartera de deuda española se compone de 10.000 millones, lo que supone un descenso respecto a los datos de hace un año. En marzo de 2019 eran 17.000 millones, y en junio 15.000 millones en bonos del Tesoro español. El grupo cántabro se comporta así de forma diferente a los otros cuatro grandes bancos españoles.

Compras generalizadas de bonos

CaixaBank incrementó un 40% su cartera ALCO en el primer trimestre hasta los 45.300 millones, divididos en 25.400 millones a coste amortizado y 19.900 millones a valor razonable. El 83% de esta deuda es española, seguida de un 7% italiana y otro 7% portuguesa, un 2% estadounidense y un 1% francesa. En este caso no se trata de cubrir parte del negocio, porque no tiene actividad en Italia, por ejemplo. Si no captar oportunidades.

Durante el pasado ejercicio, el banco catalán con sede social en Valencia mantuvo la cartera a coste amortizado por encima de los 16.000 millones, pero redujo la parte contabilizada a valor relativo desde 22.700 millones hasta 15.800 millones. En los tres primeros meses de 2020 elevó ambos portafolios, hasta 25.400 millones y 19.900 millones respectivamente.

Banco Sabadell, por su parte, disparó el ROF un 167% hasta los 137 millones, impulsado por plusvalías de vencimientos y ventas de bonos, según explica la entidad en su presentación de resultados. Estos movimientos redujeron la cartera desde 26.800 millones hasta 23.200 millones, aunque "se valorará la posibilidad de incrementar el tamaño de la cartera", dice el banco a los inversores. De esta cuantía, 17.200 millones están en coste amortizado y 6.000 millones en valor razonable.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (Efe)

La exposición a Italia, que provocó un quebradero de cabeza al banco presidido por Josep Oliu hace justo dos años, se ha reducido un 50% hasta los 2.900 millones y está principalmente contabilizada a coste amortizado, mientras que en la parte de valor razonable destaca la deuda española con 2.900 millones.

Bankia, por su parte, volvió a elevar la cartera de renta fija entre enero y marzo, de 23.400 millones hasta 26.200 millones, después de reducirla en 5.100 millones a lo largo del ejercicio pasado. El banco señala en su informe trimestral que realizó una reinversión en la cartera a finales de marzo con el repunte de las rentabilidades —y caída de precio, por su relación inversa—.

"En marzo aprovechamos para tomar posiciones, veníamos reduciendo saldos de las carteras para prepararnos para un repunte de los tipos, pero en marzo vimos la oportunidad. 26.500 millones. En abril hemos tomado algo más", explicó esta semana en la rueda de prensa tras publicar los resultados el director financiero del banco parcialmente nacionalizado, Leopoldo Alvear, que concretó que el 90% de la cartera es deuda española.

El ROF salvó las cuentas en la última crisis

El ROF fue vital para los bancos, en especial las antiguas cajas, en la salida a la crisis de deuda. Las primas de riesgo se habían disparado, en un contexto en el que el BCE comenzó a inyectar de forma masiva liquidez en las entidades con las primeras rondas de refinanciación (LTRO), para las que las entidades usan los bonos como colateral.

Foto: Billetes de euro. (iStock)

El sector financiero obtuvo importantes beneficios pidiendo dinero prestado a la autoridad monetaria para invertirlo en bonos que daban rentabilidad por sus cupones y por sus precios, debido a la tendencia de repreciación que tuvo la renta fija con el ciclo de crecimiento y los estímulos del BCE redujeron las primas de riesgo. Pero estas carteras de deuda pública elevaron el riesgo por vínculo entre bancos y Estado, lo que ha preocupado a los supervisores, que quieren romper esta relación, más evidente en Italia que en España.

El escenario no es como el de 2012. Las primas de riesgo no se han disparado por encima de los 600 puntos. Pero sí han repuntado, dando mejores oportunidades a los bancos para generar ingresos que en los dos últimos años, junto con las rondas de refinanciación a largo plazo de la autoridad monetaria. Por ello, es razonable esperar que las carteras de renta fija alivien las caídas esperadas en los márgenes de intereses e impulsen el ROF durante los próximos trimestres.

Las carteras de deuda pública han vuelto a cobrar importancia en los bancos españoles. Los directores financieros elevan su relevancia en esta crisis por los ingresos que generan los cupones de los bonos y el comercio con los mismos. Los portafolios (ALCO, en la jerga) ocasionaron problemas en bolsa a las entidades en 2018 por su exposición a Italia, pero ahora vuelven a ser un balón de oxígeno para las cuentas de resultados del sector, las peores desde el rescate de Bankia.

Banca Banco Central Europeo (BCE) Renta fija
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