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El mercado confía en el sentido común de los ingleses, pero por si acaso...
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los inversores entran en modo 'stand by'

El mercado confía en el sentido común de los ingleses, pero por si acaso...

Si el Parlamento no apoya el preacuerdo, ninguno de los tres escenarios que se plantearían serúa bueno para Reino Unido

Foto: Trader de la bolsa de Londres (Reuters)
Trader de la bolsa de Londres (Reuters)

Los inversores han decidido aparcar, de momento, la premisa de comprar con el rumor y vender con la noticia después de asistir la semana pasada al último culebrón del Brexit. No en vano, con Theresa May acorralada tras la dimisión de tres de sus ministros, de un secretario de estado y un subsecretario, saben que cualquier escenario es posible, por improbable que parezca. Más cuando el 24 de junio de 2016, con la victoria del 'sí' en el referéndum que planteó James Cameron, los mercados recordaron que los cisnes negros existen.

Así pues, aunque May ha logrado un preacuerdo con Bruselas que supone un Brexit blando, como esperaba el mundo financiero, lejos de recogerse en los mercados, en el mejor de los casos los inversores han activado el modo 'stand by'. No obstante, pese a que el consenso apuesta a que finalmente la premier británica arrancará el apoyo del Parlamento al texto, lo que abrirá un periodo de transición de dos años, no se puede descartar ningún escenario visto lo visto el pasado jueves.

"En breve, probablemente en este mismo noviembre, el Parlamento británico dirá sí", explica Alex Fusté, economista jefe de Andbank. "A pesar de la la difícil aritmética de la Casa de los Comunes, el argumento del interés nacional prevalecerá, y la cámara dará luz verde al acuerdo", defiende. Esto es así porque no apoyar este texto puede provocar tres posibles escenarios y ninguno bueno.

Los peores tres escenarios

En primer lugar, un 'no' al acuerdo puede provocar un Brexit duro desordenado que llevaría a Reino Unido a salirse de la Unión Europea con los términos de la Organización Mundial de Comercio, lo que representaría un importante deterioro de las condiciones comerciales para el país. "Honestamente, no creo que los parlamentarios vayan a tener el valor para arrojar al país por el precipicio", afirma Fusté.

Honestamente, no creo que los parlamentarios vayan a tener el valor para arrojar al país por el precipicio

En el segundo escenario, podría ocurrir que el acuerdo de May finalmente fuera rechazado por los euroescépticos y que antes del Brexit absoluto se convocara un nuevo referéndum. Un riesgo que no es probable que el ala dura del gabinete vaya asumir ante la posibilidad de que se pueda revertir el resultado de la votación de 2016.

El tercer supuesto que se podría producir en caso de que el Parlamento no apoye el acuerdo pasa por que las negociaciones se lleven a cabo con el Partido Laborista y se produzca un Brexit, incluso, más tibio.

Foto: Theresa May ante los medios de comunicación. (Reuters)

Con todo, "la firma del acuerdo nos va a llevar a un periodo de transición de salida de dos años que, de facto, nunca va a terminar" afirma Fusté. Algo que "en la práctica, esto equivale a decir que uno de los grandes riesgos que han estado presionando los mercados puede haber sido desactivado. Al menos, por dos años".

Los inversores no mueven ficha

Pero por si acaso, los inversores se han calzado el traje de la prudencia. Y es que "todo dependerá hasta cuándo se prolonguen las negociaciones", explica a Cotizalia Gonzalo Lardíes, gestor de A&G. En el fondo, "el problema lo tienen ellos. Han buscado una solución a un problema europeo creando uno interno. Realmente a los activos que puede afectar es a los británicos, no al resto de europea, donde el mercado ya tiene descontada e interiorizada la ruptura".

Así, el fuerte desplome de la libra del pasado jueves ha abierto un periodo de mayor volatilidad con el riesgo de una moción de censura y que ganen los laboristas, que son menos favorables a los mercados, planeando sobre el parqué.

Foto: Billete de 10 libras (Reuters)

Sea como fuere, lo cierto es que lo vivido la semana pasada "introduce un punto ed incertidumbre mayor a corto plazo, porque el voto favorable del Parlamento no está asegurado, con lo que la posibilidad de una ruptura desordenada y a ciegas va a pesar en el ánimo inversor hasta el 31 de marzo. Hasta entonces, el mercado va a estar expectante", explica Nicolás López, jefe de análisis de MG Valores aunque "personalmente" defiende que "el escenario más probable es que salga adelante, porque no hay una alternativa clara. Renegociar no es una opción y que los ingleses se lancen a lo desconocido es difícil", concluye.

Los inversores han decidido aparcar, de momento, la premisa de comprar con el rumor y vender con la noticia después de asistir la semana pasada al último culebrón del Brexit. No en vano, con Theresa May acorralada tras la dimisión de tres de sus ministros, de un secretario de estado y un subsecretario, saben que cualquier escenario es posible, por improbable que parezca. Más cuando el 24 de junio de 2016, con la victoria del 'sí' en el referéndum que planteó James Cameron, los mercados recordaron que los cisnes negros existen.

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