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Acusan al Gobierno de consentir que las líneas de alta tensión sigan friendo águilas
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Acusan al Gobierno de consentir que las líneas de alta tensión sigan friendo águilas

Las organizaciones de defensa de la naturaleza acusan al Ministerio de Transición Ecológica de abandonar sus compromisos para evitar la colisión y electrocución de aves en el campo

Foto: Una águila perdicera joven electrocutada (Plataforma SOS Tendidos Eléctricos)
Una águila perdicera joven electrocutada (Plataforma SOS Tendidos Eléctricos)

El águila perdicera, también llamada águila de Bonelli (Aquila fasciata), es una de las rapaces más amenazadas de Europa. Incluida en el Libro Rojo de las aves de España como especie vulnerable, la población europea se estima en torno a los 2.300 ejemplares de los que casi una tercera parte vive en España.

Para garantizar la recuperación del águila perdicera en nuestro país la UE ha impulsado numerosos trabajos de estudio y conservación, como el proyecto europeo Aquila a-LIFE, coordinado en por la organización conservacionista GREFA. Y una de las principales conclusiones de dicho trabajo es que la electrocución y colisión contra las líneas de alta tensión es la principal causa de mortandad de esta rapaz y el mayor obstáculo para su recuperación.

Mientras la UE destina cada año una importante partida presupuestaria para ayudar a la especie, de los más de trescientos ejemplares que fueron equipados en dicho proyecto con emisores GPS para conocer mejor sus hábitos de desplazamiento, casi una cuarta parte murió por el impacto con los tendidos eléctricos o la electrocución en las torres de alta tensión.

La colisión con los cables conductores suele ocurrir por la falta de elementos de señalización (los llamados salvapájaros) que facilitan su avistamiento. La electrocución se produce cuando un ave de gran tamaño se posa en una de estas torres y roza los cables conductores con las alas, ya sea al replegarlas tras aterrizar o al volver a abrirlas para alzar el vuelo.

Foto: Ejemplar de águila imperial ibérica. (SEO/Birdlife-Martín Simón)

Águilas imperiales, perdiceras, culebreras; milanos reales, ratoneros o búhos reales; buitres leonados y quebrantahuesos; gavilanes, aguiluchos o cernícalos: la práctica totalidad de las rapaces ibéricas figuran entre las víctimas mortales por electrocución o colisión con las estructuras de conducción eléctrica, siendo en buena parte de los casos la principal causa de muerte no natural.

Amenaza para la biodiversidad

Según los datos del propio Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) actualmente los tendidos eléctricos causan la muerte de 33.000 rapaces cada año. Una cifra que los propios autores del informe califican de “conservadora” y a la que cabría añadir en todo caso las miles de aves veleras o de gran envergadura, como cigüeñas, grullas, garzas o cuervos, que corren la misma suerte y también tienen en los tendidos eléctricos a uno de sus principales enemigos.

placeholder Grullas muertas bajo un tendido eléctrico (Agentes Medioambientales CLM)
Grullas muertas bajo un tendido eléctrico (Agentes Medioambientales CLM)

Si tenemos en cuenta que tan solo se llegan a documentar entre el 10% y el 15% del total de casos de muerte por electrocución que se dan en el campo, estaríamos hablando de centenares de miles de aves electrocutadas cada año. De hecho otro estudio elaborado por la Fundación Amigos del Águila Imperial señala que la mortalidad podría alcanzar las 337.000 aves al año.

Para detener esta lacra, el gobierno central aprobó en 2008 una normativa específica para la corrección de tendidos eléctricos: el Real Decreto 1432/2008. Con su entrada en vigor se requirió a las comunidades autónomas que procedieran a identificar los puntos negros, los tramos en los que las líneas de alta tensión resultaban más peligrosas para las aves, y remitieran un informe al respecto. El objetivo final era que los titulares de las líneas afectadas, es decir las compañías eléctricas, aplicasen las medidas correctoras necesarias (con coste a cargo del Estado, por cierto) para detener semejante agujero en el casco de nuestra biodiversidad. La Ley daba a las comunidades autónomas un año de plazo, pero han pasado 26 y los deberes siguen por hacer.

placeholder Águila imperial posada en una torre de alta tensión (SOS Tendidos Eléctricos)
Águila imperial posada en una torre de alta tensión (SOS Tendidos Eléctricos)

En los últimos años el MITECO ha puesto en marcha diversas iniciativas para afrontar esta grave amenaza para las aves. En 2022 el Plan estratégico del patrimonio natural y la biodiversidad estableció que en 2023 debía aprobarse una modificación del Real Decreto a fin de lograr su desarrollo efectivo. Parecía que por fin se iba a avanzar hacia el objetivo de dotarnos de unas líneas eléctricas más seguras para las aves. Sin embargo el período indicado se ha cumplido y el gobierno ha vuelto a incumplir su promesa.

Es hora de actuar

Para la Plataforma SOS Tendidos Eléctricos, integrada por nueve de las principales entidades conservacionistas que velan por la protección de la naturaleza en nuestro país, esta nueva demora es “inadmisible”. Las organizaciones conservacionistas acusan al MITECO de dejación de funciones y le conminan a que cumpla con su compromiso, “dé el paso definitivo en este asunto y contribuya a la solución de una de las mayores amenazas para la avifauna”. Igualmente, SOS Tendidos solicita al Ministerio de Industria y a las principales compañías eléctricas que se unan a esta norma básica de responsabilidad ambiental y trabajen a favor de lograr un instrumento normativo efectivo, justo y urgente.

placeholder Buitre leonado electrocutado al pie de una torre de alta tensión (EFE/Quique Fácil)
Buitre leonado electrocutado al pie de una torre de alta tensión (EFE/Quique Fácil)

Mientras tanto, los agentes forestales y medioambientales de toda España seguirán cargando con la ingrata labor de tener que recoger aves electrocutadas de nuestros campos, algunas de ellas tan escasas y amenazadas de extinción como el milano real, el águila imperial o la perdicera, y dar testimonio del enorme coste ecológico que siguen generando las líneas eléctricas de alta tensión ante el desdén gubernativo.

La Plataforma SOS Tendidos Eléctricos está integrada por las organizaciones: Acción por el Mundo Salvaje (AMUS), Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales (AEAFMA), Ecologistas en Acción, Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), Grupo para la Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA), Revista Quercus, SEO/BirdLife, Sociedad Ibérica para el Estudio y Conservación de los Ecosistemas (SIECE) y WWF España.

El águila perdicera, también llamada águila de Bonelli (Aquila fasciata), es una de las rapaces más amenazadas de Europa. Incluida en el Libro Rojo de las aves de España como especie vulnerable, la población europea se estima en torno a los 2.300 ejemplares de los que casi una tercera parte vive en España.

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