El 'lobby' eólico acusa a las autoridades de defender 'demasiado' el medio ambiente (y no es broma)

A finales del pasado mes de febrero, el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) daba a conocer las Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) negativas para cuatro proyectos de parques eólicos que se pretendían construir en la provincia de León. El Gobierno paralizaba su construcción al entender que, por su ubicación y su funcionamiento, tanto los aerogeneradores como las instalaciones auxiliares afectarían sensiblemente a espacios naturales con un alto valor ecológico, algunos de ellos incluidos en la Red Natura 2000 de la Unión Europea.

Asimismo, en las últimas semanas, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha decretado la suspensión de otros dos proyectos eólicos (y ya van 15 en el último mes) al entender que podrían causar un daño irreversible al medio ambiente. El auto del TSXG señala que las obras son susceptibles de causar "un grave daño a valores ambientales sensibles", según recogen los informes “rigurosos e imparciales” elaborados por el Miteco. Unos informes en los que se detalla tanto “la afectación a hábitats prioritarios y de interés comunitario como a varias especies amenazadas". Asimismo, la Sala defiende que, a la hora de ponderar los intereses en conflicto, “la protección del medio ambiente debe resultar prevalente en sede cautelar”.

Antón es uno de los vecinos que han decidido movilizarse contra lo que llama la "invasión eólica" y en defensa del territorio. En conversación con El Confidencial, lamenta que se haya tenido que llegar a estos extremos. En su opinión, las protestas de las plataformas vecinales no son antieólicas, ni van contra las renovables, sino contra su desarrollo incontrolado. Apelan a que se aplique el principio de precaución que debería regir en su necesario despliegue. Algo que no está ocurriendo, tal y como demuestran las sentencias de los tribunales.

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Lorena Bustabad. A Coruña

Especialmente cuando hablamos de los macroproyectos que los promotores, a menudo grandes compañías energéticas —“las de siempre”, apunta Antón—, intentan sacar adelante “con todo tipo de argucias para esquivar el rechazo social”, como la de “presentar los plazos de exposición pública en plenas vacaciones” e intentar atenuar su impacto en el entorno. “Luego vienen las sentencias que nos dan la razón y se nos acusa de estar contra el desarrollo rural y el crecimiento económico”. Algo que no es así, pues lo que defienden es que su implantación no sea a costa del territorio, la naturaleza y los paisajes: "Renovables sí, pero no así", afirma para acabar.

Por unas renovables responsables

Para la ingeniera de montes Begoña Valero, responsable del área de evaluación de impacto ambiental de la organización conservacionista SEO/BirdLife, “las energías renovables han venido para contribuir a solucionar la emergencia climática en la que nos hallamos inmersos. Pero su desarrollo debe llevarse a cabo respetando el patrimonio natural a lo largo de toda su vida útil”, pues, de lo contrario, “la solución al problema del cambio climático agravaría otro igualmente grave: el de la pérdida de biodiversidad”. Esta organización reclama una implantación ordenada de la eólica a través de su campaña #RenovablesResponsables.

En cambio, para la Asociación Empresarial Eólica (AEE), que agrupa entre otras empresas a las grandes compañías energéticas como Iberdrola, Naturgy, Cepsa, Endesa, Acciona o Repsol, y actúa como lobby en defensa del sector, la paralización de los proyectos eólicos en los tribunales, “en referencia al hipotético daño ambiental de los proyectos”, no hace más que “poner en cuestión la interpretación y aplicación que se ha venido realizando desde hace más de 10 años de la Ley 21/2013 de evaluación ambiental”. Una normativa que precisamente defiende como principio fundamental la "precaución, acción preventiva y cautelar de los impactos sobre el medio ambiente".

Según la AEE, esta interpretación de la ley por parte del tribunal “contribuye a la pérdida de confianza y de reputación para atraer nuevas inversiones”. Señalando directamente al TSXG, y consecuentemente al Miteco, critica que “los inversores de cualquier proyecto renovable en Galicia no cuentan con las garantías jurídicas para, una vez superados con éxito todos los trámites pertinentes regulados en la normativa en vigor, poder afirmar que podrán desarrollar las instalaciones sin verse paralizados en el proceso, con los consiguientes perjuicios económicos y patrimoniales”.

A este respecto, hay que señalar que los jueces del TSXG se han dirigido al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para que les indique si la normativa estatal y la autonómica que regulan los procesos de consulta, en la tramitación de los parques eólicos, se ajustan o no a la legislación europea relativa a la protección y conservación del medio ambiente.

Bienvenido Mr. Eólico

En su escrito de queja, el lobby eólico de la AEE aprovecha para arremeter con dureza contra todos los que ponen trabas a sus objetivos de desarrollo y quienes se manifiestan a favor del territorio y de la preservación del entorno natural. Una posición que, en su opinión, “perjudica claramente a la sociedad gallega frente a minorías que no se identifican como corresponsables en proyectos sociales y económicos de futuro para su propia tierra”.

Y elevan aún más el tono al denunciar que, “de no solventar la situación actual, la paralización de estos proyectos tendrá un impacto directo en la sociedad y economía gallegas, pudiendo afectar a varias generaciones durante años, privando a las comunidades rurales de oportunidades de progreso local gracias a los ingresos de los parques eólicos; privando a la industria de energía competitiva, limpia y asegurada durante mucho tiempo y forzando a una emigración industrial hacia otros territorios”.

Al respecto de los proyectos sociales que cita el escrito de la AEE, estos días trascendía a través de la prensa local que una de las empresas asociadas ha decidido ofrecer almuerzos gratuitos para los vecinos mayores de 65 años de los pueblos de la comarca del Arlanza (Burgos), en los que tiene proyectado instalar cuatro parques con 180 aerogeneradores. La iniciativa no tardaba en saltar a las redes sociales con comentarios irónicos en los que se compara la acción con el guion de una película de Berlanga o se señala la gran generosidad de la compañía para con los vecinos de un puñado de pueblos con un escaso número de habitantes.