Las líneas de actuación para dejar de usar 2,7 millones de barriles de petróleo al día

Sumergidos en una escalada de tensión por los probables embargos de petróleo ruso y los históricos precios en los mercados de crudo, la Agencia Internacional de la Energía (IEA por su sigla en inglés) ha publicado un plan de diez líneas de actuación para reducir 2,7 millones de barriles diarios (b/d) de petróleo. De alcanzarse esa cifra, supondría la eliminación del 3% de la demanda mundial. La fórmula de la IEA solo se aplicaría en los países ricos y las medidas que recoge pueden ser realizadas tanto por la administración como empresas y ciudadanos de a pie.

Estamos hablando de acciones concretas y de aplicación inmediata, como implementar el teletrabajo tres días a la semana, reducir en 10 km/h los límites de velocidad, crear 'domingos sin vehículos' en grandes ciudades, abaratar el transporte público o fomentar la peatonalización.

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Para que sean efectuivas la IEA propone ejecutarlas con la máxima premura, alcanzando la cifra objetivo entre julio y agosto, a la par que se excluye al bombeo de petróleo ruso del mercado internacional. Además, si los países en vías de desarrollo replican estas medidas, muchas de las cuales no son novedosas, los plazos se reducirían notablemente.

El transporte, el gran protagonista

La IEA señala el importante papel del transporte, principal consumidor de petróleo, instando a cada Gobierno a diseñar su propia estrategia en función de la casuística y características nacionales. Su primer planteamiento aboga por reducir el límite de velocidad en, al menos, 10 km/h de las autopistas dentro de los parámetros de cada país. Calculan que, de aplicarse bajo estricto cumplimiento de turismos y camiones, se reducirían 430.000 b/d de petróleo.

Además, en plena vuelta presencial a las oficinas de numerosas compañías, otra línea primordial es el establecimiento del teletrabajo durante tres días a la semana cuando el tipo de empleo lo permitiera -un tercio según su análisis y con distancias laborales medias entre 15 y 18 km-. Es necesario aprovechar el tirón del teletrabajo tras la pandemia, manteniéndolo y fomentándolo, para así prescindir de 500.000 b/d, 170.000 por día teletrabajado. De las expuestas, es la medida más eficaz.

Copiando la idea instaurada en países como Suiza y Holanda durante la crisis del petróleo de 1973, la institución pone encima de la mesa la promoción de “Domingos libres de coches” en las grandes ciudades. Basándose en el fomento de la movilidad a pie, bicicleta y transporte público, reduciría 380.000 barriles al día si se aplicara cada semana, con importantes beneficios medioambientales en la calidad del aire y la contaminación acústica.

Vivir la ciudad a pie

Sin duda, la principal línea maestra, por la cual muchas asociaciones de urbanismo inclusivo y social ya lidiaban, es conseguir que las ciudades sean vividas a pie. Siempre dentro de las posibilidades de cada ciudad, puesto que es una cultura implantada en numerosas ciudades en Bélgica, Francia e Italia. La AIE propone que se abarate el transporte público y se fomente una micromovilidad basada en la peatonalización y el auge de la bicicleta, a la par que sus infraestructuras asociadas. El guarismo práctico de su aplicación reduciría 330.000 b/d de petróleo según los cálculos.

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En paralelo, la prohibición del uso privado de vehículos varios días a la semana en el centro de las ciudades es otra opción puesta encima de la mesa. Con un éxito empírico y refutable durante años, conllevaría la reducción de la contaminación, el incremento de la demanda de la micromovilidad y eliminaría 210.000 b/d si se impusiera sólo durante dos días a la semana. También, bajo la nueva modalidad del vehículo compartido, fomentándolo (con una ocupación del vehículo por encima del 50% en uno de cada diez trayectos) para viajes interurbanos conllevaría, además de un ahorro económico para los usuarios, suprimir 470.000 b/d.

Trenes para largos trayectos

Para los camiones y vehículos de empresa, la IEA ha analizado que se podrían eliminar 320.000 b/d si los Gobiernos crean guías de buenas prácticas, se optimizan los envíos y se realizan planes para una eco movilidad eficiente en las empresas de transporte y distribución. Una recomendación, sobre todo, para los camiones y vehículos diésel.

Si las distancias son inferiores a los 1.000 km, el uso del tren en lugar del avión en vuelos cortos supondría un ahorro de 40.000 b/d aproximadamente, o incluso prohibir esta clase de vuelos si la línea de ferrocarril es de alta velocidad. Incidir en la aviación, según la AIE, si se disminuyen los vuelos de negocio, ahora a la baja gracias a las videollamadas, ayudaría a dejar de consumir 260.000 b/d si las empresas los reevaluaran y solo realizaran aquellos indispensables.

Por último, no hay que olvidar la lenta pero irreversible tendencia a sustituir los vehículos con motores de combustión interna por vehículos eléctricos (con 8,4 millones puestos en circulación en el último lustro), cuyos motores son cada vez más eficientes. La demanda no para de crecer y los costes no dejan de bajar. Esta es la razón por la que la AIE propone aumentar la logística, invertir en la cadena de valor y facilitar políticas de implantación para impulsar esa tendencia de mercado a corto plazo. Si se mantiene y se acelera, el ahorro de petróleo sería mayor y sostenido en el tiempo puesto que la electrificación del automóvil es clave para afrontar la crisis climática.