Buen expediente y capacidad de trabajo: las exigencias de los bufetes a los estudiantes

Entrar a trabajar como abogado en un bufete de la élite de los negocios no es fácil. A causa de la elevada exigencia a la que están sometidos los abogados y la competitividad existente en el sector, estas organizaciones ponen especial esmero en la captación de talento. Desde los departamentos de Recursos Humanos, se diseñan procesos de selección largos y exigentes que incluyen pruebas técnicas de derecho, de idiomas, entrevistas grupales y reuniones individuales con varios socios. Ahora bien, hay una serie de elementos que las firmas miran con especial atención: el expediente académico y la capacidad de trabajo.

"La abogacía es una profesión que requiere mucho sacrificio y renuncia", ha indicado Cristina Santos, directora de RRHH de Gómez-Acebo & Pombo, durante la presentación del informe 'Así piensan los abogados y juristas del futuro 2022', elaborado por El Confidencial y ElObservatorio. En la misma línea se ha pronunciado José Luis Risco, 'partner talent leader' de EY Spain, que ha afirmado que la abogacía es una profesión vocacional que implica mucha responsabilidad y, en consecuencia, tiempo.

Ahora bien, durante el acto, que tuvo lugar el pasado jueves en la sede del Consejo General de la Abogacía Española (y que contó con la presentación de su presidenta, Victoria Ortega), ambos han admitido que los estudiantes no son totalmente conscientes de lo que implica ejercer como letrado en estas entidades. "Es cierto que, muchas veces, vamos a las facultades y contamos solo lo bonito. Lo feo, lo suavizamos o lo omitimos. Debemos ser claros con los estudiantes para que sepan lo que es trabajar con nosotros", ha descrito Santos. Un mensaje que ha compartido Risco, para quien los bufetes deben ser más realistas a la hora de contar lo que se hace en un despacho. "Quien dice al candidato que en su despacho se trabaja de 9:00 a 17:00 está engañando", ha asegurado.

Los datos, sin embargo, parecen revelar que los estudiantes tienen ciertas nociones de lo que implica ejercer en un gran despacho. Según el informe, apenas un 15% de los encuestados espera poder conciliar si trabaja en estas organizaciones, el porcentaje más bajo de todas las salidas profesionales que se exponían. Una percepción que ha confirmado la vicedecana de la Universidad Francisco de Vitoria, Beatriz Vila. "Muchos piensan que son lugares donde se exprime a la gente. Hace falta más presencia de despachos en la universidad para contar cómo es el trabajo".

Habilidades más allá de lo académico

La fijación de los grandes bufetes por el expediente académico ha sido otro de los objetivos de debate. En las grandes firmas, este elemento suele ser la primera criba para seleccionar a los futuros abogados. Primero, porque opinan que los resultados universitarios reflejan no solo los conocimientos técnicos, sino también la cultura del esfuerzo del candidato. Y segundo, porque en muchas firmas la cantidad de currículos que reciben es muy superior al número de plazas disponibles, por lo que la nota de la carrera se erige como un primer criterio eliminatorio.

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Sin embargo, para Inés Espada, estudiante de la Universidad Autónoma y representante en el debate de los alumnos de derecho, primar los resultados académicos por encima de cualquier otra habilidad puede resultar muy desmotivador para los alumnos. "Hay muchos bufetes que si no tienes un expediente superior al siete, ocho o nueve, no puedes entrar. Y eso deshumaniza mucho a los que estamos detrás porque no se muestra interés por la historia que hay detrás de los números. Hay muchos jóvenes que estudian y trabajan a la vez", ha explicado. Asimismo, ha recordado que hay muchos alumnos con expedientes académicos brillantes pero con pocas habilidades emocionales o inquietudes personales, elementos, en su opinión, fundamentales para convertirse en un buen profesional.

Sin embargo, desde las firmas han subrayado que, aunque los factores académicos siguen siendo factores de peso, no son los únicos que se tienen en cuenta a la hora de evaluar a los aspirantes. "Ha habido una evolución muy clara en los últimos años en los criterios de los procesos de selección", ha expresado Jacobo Martínez, socio director de Eversheds Sutherland en España.

En la misma línea se ha pronunciado Santos, que ha recordado que cada vez se miran más habilidades emocionales como la empatía, la capacidad de trabajar en equipo y crear un buen ambiente. "Se busca gente con la que sea agradable trabajar; al fin y al cabo, es una profesión que exige mucho tiempo", ha aclarado. También están ganando importancia las competencias digitales. "A veces es más importante que un candidato tenga nociones de tecnología a sacar un siete en la prueba técnica", ha asegurado Risco.

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Por su parte, el 'senior partner' de Gómez-Acebo & Pombo, Manuel Martín, ha intervenido en el debate para señalar que estas habilidades todavía no tienen un papel fundamental durante los procesos de selección, sino que su valor se va desarrollando conforme el abogado se integra en su puesto. En su opinión, el expediente académico y las habilidades técnico-jurídicas (lo que se conoce como 'hard skills') son los que dan el puesto de trabajo, "pero las 'soft' te lo aseguran".

Entusiasmo nulo por emprender

Por otro lado, Calum Hedigan, director legal en Vent, se ha referido al escaso o nulo interés que muestran los alumnos por emprender y fundar sus propios proyectos. Según el estudio, apenas el 3% se inclina por esta opción durante la carrera. Una cifra que no sorprende a Hedigan, ha asegurado, ya que a los 22 años "no sabes nada de la vida. No tienes claro dónde trabajar ni en qué y lo fácil es pensar en una gran firma. Además, emprender en España es jurídicamente muy complicado", ha señalado. No obstante, sí considera que desde las universidades se podría hacer un esfuerzo por impulsar esta opción profesional y presentarla ante los alumnos como una salida viable.

Ahora bien, empezar por cuenta propia en la profesión jurídica no es sencillo. Como subraya en el informe el abogado laboralista y emprendedor Víctor Llanos, emprender tiene dos retos principales: la captación de clientes y el intercambio de conocimientos. "Para ambos, la clave está en tejer redes sociales, analógicas y virtuales. Darnos a conocer como profesionales del derecho y conocer a otros con los que intercambiar ideas y experiencias", destaca. Una labor que no está exenta de dificultades y para la que no todo el mundo está capacitado. Ahora bien, quien tiene éxito "gana una mayor capacidad de autoorganización e independencia", celebra Llanos.