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El PNV esprinta en la recta final con Bildu atrapado en su impostura sobre ETA
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EL CODICIADO BOTÍN DE LOS INDECISOS

El PNV esprinta en la recta final con Bildu atrapado en su impostura sobre ETA

En Sabin Etxea tienen la "sensación" de que el partido puede remontar. La campaña ha dado un vuelco la última semana con el ataque a Pradales y la polémica sobre la incapacidad de Bildu de condenar a ETA

Foto: Urkullu y Ortuzar arropan al candidato del PNV, Imanol Pradales. (EFE/Juan Herrero)
Urkullu y Ortuzar arropan al candidato del PNV, Imanol Pradales. (EFE/Juan Herrero)
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Más de 260.000 vascos todavía no sabían el lunes, último día de la publicación de encuestas, a quién iban a votar. Y en ellos está centrando el PNV todos sus esfuerzos. En Sabin Etxea creen que la gran bolsa de indecisos, alrededor del 20%, tiene en su mano impedir el domingo que se cumplan los sondeos que apuntan a una victoria de Bildu en escaños y votos. Los jeltzales llevan desde la precampaña advirtiendo de que una baja participación les perjudica, pero hasta esta semana el electorado no se ha activado. Las tornas han cambiado tras la publicación de unas encuestas que ya no hablaban de un empate, sino de un sorpaso. Euskadi ha entrado en modo elecciones, azuzado también por el ataque sufrido por el candidato de los peneuvistas, Imanol Pradales, y la polémica generada por la negativa del aspirante de Bildu, Pello Otxandiano, de considerar a ETA una organización terrorista.

La incógnita es si el PNV será capaz de recuperarse y sacar de la abstención a los más de 80.000 electores que hace un año, en las elecciones municipales y forales del 28-M, decidieron castigar a la formación con su indiferencia por la gestión de la pandemia. La caída de los jeltzales no se sustentó en una transferencia de voto a otras formaciones, sino en la abstención de una gran parte de su electorado. O si logrará concentrar el voto útil frente a Bildu que pueden otorgarle parte de los votantes socialista y, sobre todo, del PP.

El PNV cree en la remontada. “Tiene pinta. Pero son solo sensaciones. No hay datos fiables”, señalan desde la dirección de Sabin Etxea, donde a medida que avanza la semana va creciendo el “optimismo” sobre una victoria ante Bildu. Para eso, insisten, necesitan una movilización que hasta ahora no se ha dejado sentir por las “distracciones” de la Semana Santa y la gabarra del Athletic sobre una campaña que, aseguran, “empezó el domingo con las encuestas” y que están calentando hasta el punto de ebullición.

"Tiene pinta. Pero son solo sensaciones. No hay datos fiables", señalan desde la dirección de Sabin Etxea ante una posible remontada

Casi todos los estudios demoscópicos han anticipado el sorpaso de Bildu, que con el viento a favor optó por adormecer la batalla electoral evitando el choque con sus rivales. Sin embargo, en el PNV están convencidos de que tanto el ataque con espray pimienta, el miércoles, como sobre todo el agujero negro en el que vive desde hace días Bildu tras volver a quedar de manifiesto que no repudian a ETA, ha dado la vuelta a la situación. También lo cree así el PSE: “Ha sido un punto de inflexión”. Los socialistas vascos, que llevan toda la campaña desmarcándose de Bildu, fueron los que pusieron en marcha la maniobra de desgaste, respaldados por la Moncloa.

A Bildu se le ha atragantado el sprint final. A su candidato se le ve incómodo, atrapado por las mismas preguntas en todas las entrevistas y en los debates electorales que hacen a diario los partidos, con el resto de contrincantes afeando sus palabras y exigiendo que condene a ETA, mientras este pide “sacar del contexto electoral” los más de 40 años de terrorismo vividos en Euskadi y a las víctimas.

Me arrepiento de haber dado esa respuesta y no haber respondido diciendo que tenemos que sacar este tema fuera del contexto electoral”, dijo ayer Otxandiano en TeleBilbao. Antes, de forma impostada, pidió perdón en una entrevista en Radio Euskadi, pero volvió a rechazar referirse a ETA como una organización terrorista. No es que los demás hablen de la banda, es que Bildu no sabe cómo salir de su propio lodo sin hundirse cada día más entre circunloquios imposibles.

Foto: El actual presidente vasco, Iñigo Urkullu (d), y el líder del PNV, Andoni Ortuzar, en un acto electoral en San Sebastián (EFE/Juan Herrero)
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Mientras, Pradales, más incisivo, en una semana en la que se han celebrado tres debates y todavía falta un cuarto este viernes, no tiene reparos en buscar el choque directo con Otxandiano. El candidato del PNV confronta en cuestiones ligadas a la memoria, la economía y la gestión. Para los jeltzales el 21-A los electores vascos tienen que elegir entre dos modelos, el suyo, el de la “estabilidad” y la “confianza”, o el de los “experimentos” y “ocurrencias” de la coalición abertzale. Los últimos días, los estrategas de Sabin Etxea se han cuidado en proyectar una imagen presidenciable del candidato. Hasta ahora, los electores habían podido ver a Pradales en mangas de camisa o con la camiseta del Athletic remando en una de las traineras que acompañó a la gabarra, pero no con corbata. La primera vez que se la puso fue para el debate de ETB-2, justo después de ser atacado por un hombre en un mitin en Barakaldo.

Los más 260.000 indecisos

“Yo creo que todo el mundo se ha metido ya en el marco electoral y eso va a movilizar a la gente. La pregunta es cuánto”, se pregunta un dirigente del PNV. “No creo que haya sorpaso, pero la clave estará en la participación”, repiten en el PSE. Unos y otros desconfían del marco impuesto sobre la crecida espectacular de Bildu. El suelo de la izquierda abertzale, como ilustra un analista, es “muy fuerte y grande”. Su electorado siempre se ha caracterizado por una altísima movilización y el 21-A sus votantes acudirán de forma masiva a los colegios electorales, pero considera que en el caso de la coalición “no es tan fácil subir como la espuma” y pone en duda los 100.000 votos extra -un 34% más- que algunos sondeos han dado a Bildu respecto a las elecciones municipales y forales del 28-M. También cuestiona que el volumen de indecisos sea tan grande como apuntan algunos sondeos.

Foto: (I-D) El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la portavoz de EH Bildu en el Congreso de los Diputados, Mertxe Aizpurua, durante la ronda de contactos. (Europa Press/Archivo/Eduardo Parra)

El Correo fue uno de los medios que publicó encuesta el pasado fin de semana. En la misma se apuntaba a un 63,2% de participación y se identificaba a un 23% de indecisos, es decir, unos 260.000 electores. Es una cifra muy alta y anómala, en la medida en que a menos de una semana de un proceso electoral el volumen de indecisos suele ser muchísimo más bajo. A esta bolsa de electores es a la que se está consagrando el PNV, y también el PSE y el PP. Pero los especialistas recuerdan que no se puede dar por hecho que esos 260.000 vascos vayan a votar el domingo. Al contrario, muchos terminarán en la abstención. Tampoco lógicamente se puede dar por hecho el sentido de su voto.

Ahora, según la politóloga y analista Eva Silván, es el momento en el que entran en juego una serie de factores, que pueden incentivar o desincentivar la participación. En el primer grupo, destaca que haya una “alta competencia electoral”, como sucede ahora mismo en Euskadi. También influye que todos los partidos hayan centrado la campaña en “las preocupaciones” de la gente. En la revitalización de la industria vasca, en el estado de Osakidetza o en el problema para el acceso a la vivienda. “Es la demostración de que la política sirve para resolver los problemas de la sociedad”, defiende la experta, pero en el otro lado de la balanza pesan otros elementos. El fundamental, según Silván, que se dé por hecho, como también está sucediendo, que el PNV y el PSE vayan a reeditar su Gobierno de coalición. “Que el panorama esté tan claro desincentiva por mucho que haya competencia electoral. Siempre habrá gente que haga la lectura de que está todo decidido”, sostiene.

Más de 260.000 vascos todavía no sabían el lunes, último día de la publicación de encuestas, a quién iban a votar. Y en ellos está centrando el PNV todos sus esfuerzos. En Sabin Etxea creen que la gran bolsa de indecisos, alrededor del 20%, tiene en su mano impedir el domingo que se cumplan los sondeos que apuntan a una victoria de Bildu en escaños y votos. Los jeltzales llevan desde la precampaña advirtiendo de que una baja participación les perjudica, pero hasta esta semana el electorado no se ha activado. Las tornas han cambiado tras la publicación de unas encuestas que ya no hablaban de un empate, sino de un sorpaso. Euskadi ha entrado en modo elecciones, azuzado también por el ataque sufrido por el candidato de los peneuvistas, Imanol Pradales, y la polémica generada por la negativa del aspirante de Bildu, Pello Otxandiano, de considerar a ETA una organización terrorista.

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