Es noticia
El fracaso escolar en Euskadi y el muro invisible del euskera: "Para el tejido económico es un drama"
  1. España
  2. País Vasco
LOS PRINCIPALES INDICADORES CAEN

El fracaso escolar en Euskadi y el muro invisible del euskera: "Para el tejido económico es un drama"

Los expertos alertan de que el sistema de Educación no atiende a la diversidad lingüística de la comunidad. La expansión del modelo D (todo en euskera) ha perjudicado a los alumnos castellanohablantes, que son la mayoría, y a los más vulnerables

Foto: Alumnos en su primer día de colegio en un centro de Bilbao. (EFE/Luis Tejido)
Alumnos en su primer día de colegio en un centro de Bilbao. (EFE/Luis Tejido)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El último informe PISA, el de 2022, fue terrible para Euskadi. Los alumnos vascos obtuvieron los peores resultados desde que la comunidad se incorporó a la prueba, en 2003. La bajada en el conjunto de España, de la UE y de la OCDE fue generalizada, según los expertos, por el impacto de la pandemia, pero la caída en el País Vasco, la región que más invierte en Educación ―casi 10.000 euros por alumno, más del doble que los 4.400 de Madrid―, fue mucho más acusada. Los datos de la prueba esconden además una realidad que muchos de los agentes implicados han preferido ignorar: cómo aquellos alumnos que no estudian en su lengua materna obtienen peores resultados. En una comunidad donde cada vez más estudiantes se matriculan en euskera, los castellanohablantes y los más vulnerables son los grandes perjudicados. Y este es el punto de partida de una cadena que ya pasa factura a la economía de la autonomía, aunque está pasando prácticamente desapercibido en la campaña del 21-A.

De media, los alumnos castellanohablantes que hicieron la prueba en su idioma obtuvieron una nota de 477 en comprensión lectora, frente a los que hicieron el examen en euskera, que sacaron un 432. Son 45 puntos menos, que equivalen a un curso y medio de diferencia cuando todos a los que se evalúa están en el mismo, en 2º de la ESO. Como se puede ver en el gráfico, también en Matemáticas y Ciencias, las otras dos competencias que se puntúan en PISA, los estudiantes siempre sacan mejores notas cuando el examen lo realizan en su lengua materna. El problema en Euskadi reside en que la amplísima mayoría de alumnos castellanohablantes estudian en el modelo D, que tiene todas las asignaturas en euskera excepto lengua española. Los datos hablan por sí solos, el 75,1% de la población mayor de 16 años en la comunidad es castellanohablante, según datos de la última Encuesta Sociolingüística (2021), pero el 70% del total de alumnos está matriculado en el modelo D.

Para Ricardo Arana, ex jefe de gabinete de Isabel Celáa, consejera de Educación bajo el Gobierno de Patxi López y posteriormente ministra con Pedro Sánchez, el problema reside en que el sistema educativo de Euskadi no atiende a la diversidad lingüística de la comunidad. En teoría, los alumnos tienen tres modelos en los que matricularse. El A, todo castellano, excepto euskera, el B, bilingüe, y el D. Pero en la práctica el grueso de estudiantes optan por la última vía, aunque los datos señalan importantes carencias. ¿Por qué no eligen otro modelo? "Cuando ves una oferta 2x1 en el supermercado no la dejas pasar. Pues hemos vendido esta misma idea al decir que estudiar dos lenguas es lo mismo que una, que si estudias en el D vas a obtener los mismos resultados que si estudias en tu lengua materna, en todos los casos y circunstancias, y nadie quiere desperdiciar un 2x1", ironiza Arana.

Así, según han ido pasando los años, el modelo A ha desaparecido casi por completo de la escuela pública, cuando el sistema, según Arana, lo que tendría que hacer es implantar un marco en el que las tres lenguas (las dos oficiales y la extranjera) además de estudiarse como tal, vehiculen aprendizajes. "Al implantar como única lengua de trabajo el euskera en Ondarroa [municipio de Vizcaya con mayoría de población euskaldun] el aprendizaje general irá bien aunque acabarás teniendo problemas en castellano e inglés, pero si haces lo mismo en Salvatierra [municipio de Álava con mayoría de castellanohablantes] tendrás un gran problema porque esa lengua de trabajo única es ajena al entorno del alumno y estamos vehiculizando todos los aprendizajes a través de ella".

No solo los datos de PISA arrojan esa brecha significativa entre la lengua materna y la de aprendizaje. Los informes de evaluación del propio Gobierno vasco dibujan un panorama similar. Estas pruebas, que se realizan a alumnos de primaria y secundaria, han concluido que los alumnos del modelo A y B y los del D que viven en un entorno euskaldun son los que mejores notas sacan, frente a los que estudian en el D pero viven en un entorno castellanohablante, la mayoría. "Realmente el 2x1 no existe, y las familias lo están pagando, pero se lo estamos ocultando en el ticket de la compra", ahonda Arana, que destaca además cómo el sistema golpea especialmente a los más vulnerables ―los datos PISA en Euskadi en inmigrantes son de los más bajos de España―. Los indicadores que alertan de que algo no funciona son múltiples ―el País Vasco, por ejemplo, es la comunidad que menos alumnos tiene en los niveles avanzados de competencias cuando por situación económica tendría que ser todo lo contrario―, pero para el Gobierno vasco no parece ser una prioridad y Arana lo achaca al hecho de que las dos fuerzas políticas que se disputan la Lehendakaritza el próximo 21-A, el PNV y Bildu, "comparten que solo haya un modelo", es decir, que se estudie todo en euskera.

La repercusión en el mercado laboral

Otro de los datos que alertan de que algo no funciona bien en la educación vasca, a pesar de que ser la que más presupuesto tiene, es el hecho de que más del 50% de los alumnos no superan el nivel inicial en euskera. Es algo, según destaca Arana, que sucede desde 2019 y que dibuja un panorama desolador con un importante impacto en la economía. "Si en la lengua de trabajo no tenemos ni un 50% que supere el nivel inicial, cuando estos alumnos acaben los estudios, esa competencia no habrá culminado con éxito, y habrá trastocado todo el aprendizaje. Llegará un momento en el que para generaciones de chavales el problema será irresoluble", remarca el experto. Estos alumnos a los que se detectó en 2019 ya están en las enseñanzas postobligatorias, en la FP y en la Universidad y es la muestra de que "el sistema ya se está resintiendo. Aunque ahora cambiemos el rumbo de timón, tardaremos tiempo en resolver la situación. Dentro de seis años vamos a ver el problema con muchísima intensidad", predice Arana.

Más del 50% de los alumnos no superan el nivel inicial en euskera y eso tiene un importante impacto en la economía vasca

No es una cuestión menor. Euskadi, con un importante tejido industrial, es una de las comunidades que más mano de obra cualificada necesita y ya está teniendo problemas para encontrarla, como alertan los empresarios. No sólo eso, en la coctelera también hay que incluir que es una de las que peores datos de natalidad registra y mayores niveles de envejecimiento tiene. Es vital, por tanto, dotar de la mejor formación posible a la población autóctona y a la extranjera, y el País Vasco no lo está haciendo. "Para nuestro tejido económico es un drama", resuelve Arana. El problema además se reproduce a la hora de atraer talento. En un mercado global, las exigencias lingüísticas en la escuela son un handicap para convencer a profesionales internacionales altamente cualificados que se instalen con su familia en Euskadi.

Es una de las cuestiones que puso sobre la mesa un informe elaborado por el foro Zedarriak, compuesto por empresarios, y que planteó un sistema educativo "flexible" para ese talento internacional. "El reto es urgente y, además de concienciar a la sociedad, es fundamental dar pasos concretos y progresar de forma decidida en el diseño de sistemas educativos flexibles, en los que las familias procedentes de diferentes territorios, o con requisitos exigentes de movilidad geográfica, encuentren soluciones sencillas a los itinerarios educativos de sus hijas e hijos", planteó el documento.

Foto: Dos niños frente a una ikastola en Labastida, Álava. (EFE/Raquel Manzanares)
TE PUEDE INTERESAR
Euskadi contra sus guetos o cómo atajar el problema de la segregación escolar
Beñat Gutiérrez. Bilbao Ana Ruiz

El País Vasco además se enfrenta al movimiento opuesto, es decir, a los jóvenes cualificados que salen de la comunidad para asentarse en otros puntos de España o el extranjero. Es uno de los aspectos sobre los que llama la atención Laura Garrido, parlamentaria del PP vasco, y la especialista en la formación sobre educación. En el partido defienden un "bilingüismo cordial", respaldan las políticas de impulso y de promoción del euskera, pero no "la imposición". Es lo que está detrás, según la formación, del hecho de que para mucha población el idioma se haya convertido en un elemento "para adquirir un puesto" en la administración pública. Esa es otra de las claves que explica por qué muchas familias optan por el modelo D para sus hijos cuando realmente obtendrían mejores notas y conocimientos en el B o en el A, defiende Garrido.

Por los requisitos lingüísticos al grueso de puestos en la administración pública solo pueden acceder personas con un alto conocimiento de euskera, algo que el PP considera que debería modularse y atender, una vez más, a la realidad sociolingüística de la población. El ejemplo más significativo para Garrido es el de las oposiciones de Osakidetza, el Servicio Vasco de Salud, en las que vale más el título del idioma que un doctorado. Por eso, los populares cargan contra el PSE, que como socio del Gobierno vasco, respaldó la actualización del decreto de normalización del euskera en el sector público, que habilita a la administración a convocar únicamente las oposiciones en euskera. También censura el respaldo de los socialistas a la nueva ley de Educación, uno de los hitos de la legislatura que ahora acaba, y que establece la lengua vasca como "el eje" del sistema.

Otras dolencias del sistema vasco

El sistema educativo vasco arrastra además otros problemas significativos, a pesar de las virtudes que también atesora, como ser el que menos abandono escolar tiene de España. Además de la cuestión lingüística, Gonzalo Larruzea, ex inspector de Educación y ex responsable de la materia en Podemos Euskadi, apunta a otros tres elementos, el primero y fundamental el alto nivel de segregación del sistema vasco. Según un informe de Save The Children, Madrid y Euskadi lideran el ranking y en el caso vasco se han construido auténticos guetos en función de los niveles socioeconómicos de los alumnos. Esta realidad impacta en el "efecto de pares", que determina cómo el alumnado según en el entorno donde estudie "desarrolla más o menos expectativas y más o menos capacidades", apunta Larruzea.

Foto:

Para el experto tampoco se puede obviar la influencia de las nuevas tecnologías y, sobre todo, cómo afectan a los niveles de atención. "El alumnado necesita estímulo tras estímulo y el aprendizaje se desarrollo en un contexto de reflexión, más tranquilo, que no excluye el uso de la tecnología", pero que irremediablemente choca con esa necesidad de los estudiantes. Y por último, señala el hecho de que no se haya tenido en cuenta a los profesores en las reformas metodológicas. "Se ha generado un movimiento de resistencia entre el profesorado, que cree que se está impulsando un modelo de escuelas blandas, en las que se tira por la borda el conocimiento sólido y eso perjudica al alumno", apunta. El debate se ha quedado fuera del claustro mientras "el profesorado acumula altos niveles de frustración que son intolerables".

El último informe PISA, el de 2022, fue terrible para Euskadi. Los alumnos vascos obtuvieron los peores resultados desde que la comunidad se incorporó a la prueba, en 2003. La bajada en el conjunto de España, de la UE y de la OCDE fue generalizada, según los expertos, por el impacto de la pandemia, pero la caída en el País Vasco, la región que más invierte en Educación ―casi 10.000 euros por alumno, más del doble que los 4.400 de Madrid―, fue mucho más acusada. Los datos de la prueba esconden además una realidad que muchos de los agentes implicados han preferido ignorar: cómo aquellos alumnos que no estudian en su lengua materna obtienen peores resultados. En una comunidad donde cada vez más estudiantes se matriculan en euskera, los castellanohablantes y los más vulnerables son los grandes perjudicados. Y este es el punto de partida de una cadena que ya pasa factura a la economía de la autonomía, aunque está pasando prácticamente desapercibido en la campaña del 21-A.

Elecciones País Vasco Noticias de País Vasco
El redactor recomienda