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Márgenes, el festival madrileño que reinventa nuestra experiencia con el cine
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Hasta el 3 de diciembre

Márgenes, el festival madrileño que reinventa nuestra experiencia con el cine

Diferentes sedes acogen la decimotercera edición de uno de los eventos más ricos y creativos de la escena cinematográfica en Madrid

Foto: Hélène Vogelsinger. (Cedida)
Hélène Vogelsinger. (Cedida)

Pela del Álamo es uno de esos superdotados que es capaz de estar al tanto de todo lo que sucede en el ámbito de las artes y no desfallecer. “Hoy en día el cine es un hecho, un acto, que no puede entenderse aislado de las disciplinas que lo componen. Es decir, literatura, fotografía, música, arte sonoro, etnografía”, comenta una mañana de noviembre, intentando descifrar las claves de Márgenes, el cuidado y siempre inquieto festival que comisaría desde hace tres años. Esta mente inquieta, artífice también del éxito y buena acogida internacional del festival Curtocircuíto, su otra debilidad, con dos décadas de vida en la ciudad de Santiago de Compostela, repasa un momento especialmente fértil en el mundo del audiovisual.

Márgenes presentará en esta edición —que se inauguró el viernes y se desarrollará hasta el 3 de diciembre en sedes como La Casa Encendida, la Cineteca de Matadero o Filmoteca— obras de algunos de los cineastas más valorados del momento. Ulrich Seidl, Sharon Lockhart, Claire Simon, Radu Jude, Pedro Costa o Angela Schanelec, junto a Anthony Lapia, Vera Egito, Rachel Walden, Maryam Tafakory, Teddy Williams, Catarina Vasconcelos o Ion de Sosa son solo algunos de esos nombres que están marcando el presente más arriesgado y desprejuiciado de las pantallas de los cines.

placeholder Un póster general de 'Márgenes'. (Cedida)
Un póster general de 'Márgenes'. (Cedida)

El desbordamiento de la sala

“Márgenes siempre ha sido un festival que ha puesto el foco en un cine que propone una expansión de los lenguajes, un cine innovador, un cine personal, un cine siempre bien arraigado en la contemporaneidad”, cuenta el programador madrileño, que hace solo una semana cumplía 44 años. “Realmente esa es nuestra visión, tenemos que provocar un desbordamiento de la sala de cine e irnos a propuestas más performátivas, propuestas donde convergen el arte sonoro y las artes visuales”. Es ahí donde integran algunos de sus directos con visuales, y que están llamados a marcar una de las líneas maestras por donde transite el festival y las formas más esquivas del cine contemporáneo. “Es donde realmente está ocurriendo la innovación real a nivel de lenguaje”, dice.

Entre sus favoritos está el concierto de Annabelle Playe, Alexandra Rădulescu, Ana Quiroga y Estela Oliva. Las cuatro artistas protagonizan un programa que ahonda en la manera de estar en el mundo, las tradiciones y los símbolos que construyen la identidad. Se podrá ver la próxima semana, el día 2 de diciembre, en La Casa Encendida. Un día antes, en el mismo lugar, Hélène Vogelsinger, Upsammy y Jonathan Castro también se lanzarán a recorrer un viaje único de voces líricas, momentos poéticos y techno experimental. “Dos espectáculos llenos de luz y una atención preciosista por los detalles más delicados”, cuenta.

Nuevas formas cinematográficas

Sin embargo, el grueso del festival reside en el cuestionamiento de lo que solemos entender por cine o audiovisual. Obras que se interrogan alrededor de la imagen. “La Sección Oficial reúne algunos de los títulos imprescindibles de la temporada”, señala, poniendo el foco tanto en algunos de los personajes más reconocidos del panorama internacional como en cineastas más jóvenes, pero cuyos apellidos hace tiempo que ya son una constante en el circuito de festivales. “Son nombres fundamentales del cine contemporáneo, como Claire Simon, Alice Rohrwacher [la directora de La Chimera, que estuvo en el último festival de Cannes], Angela Schanelec, que recibió el Oso de plata en Berlín, o Bertrand Bonello”, explica.

placeholder Teatro Amazonas. (Cedida)
Teatro Amazonas. (Cedida)

Del director francés, autor de joyas como Tiresia o Nocturama, solo tiene buenas palabras. Su última película, La Bête, “juega con el imaginario de David Lynch y con la idea del suspense de Hitchcock, dándoles una vuelta de tuerca a cada uno”. Y remata: “Me parece de lo más moderno que he visto en mucho tiempo; por cómo es capaz de saltarse las normas y llevárlas a su narrativa, a su terreno, a favor de lo que él quiere contar”.

Para el cine nacional también hay un hueco destacado. “Tendremos una importante representación de una de las mejores generaciones del cine de aquí. Virginia García del Pino, Oskar Alegría, Víctor Moreno, Ángel Santos o Ion de Sosa son algunos de estos directores”, apunta. Y valora especialmente Mamantula, firmada por el donostiarra De Sosa. “Es una de las pelis del año, una maravilla”.

Retrospectivas de nuevos clásicos

Y dos debilidades: Sharon Lockhart y Urich Seidl. De la primera se podrá ver por primera vez en España una retrospectiva completa de todo su trabajo, que se mueve cómodo entre la etnografía y el vídeo arte. La cineasta norteamericana lleva intentando, desde comienzos de los 90, trazar lineas que no supongan una mirada distinta y distante con el sujeto retratado. “Pertenezco a la primera generación surgida después de los trabajos de apropiación de la década de los 80, y siempre he pensado que aquellos artistas me ofrecieron la libertad para trabajar con imágenes en un ambiente mucho menos pesado”, comentaba la directora hace tiempo en una entrevista.

placeholder Premio Especial Márgenes 2023 para Ulrich Seidl. (Cedida)
Premio Especial Márgenes 2023 para Ulrich Seidl. (Cedida)

Por otro lado, el segundo, Seidl, una especie de Werner Herzog contemporáneo, con esa mirada tan propia y extraña hacia lo documental, recibirá el Premio Especial Márgenes. Un acto que hace que el festival haya decidido bucear y recuperar su filmografía menos conocida, la realizada entre 1980 y 1998. Ambos cineastas, además, impartirán una clase magistral gratuita abierta al público.

Márgenes el festival madrileño

El festival, que nace en 2012 como un festival de cine español al margen, se asentó rápidamente en el imaginario madrileño por dar cabida a una generación de directores que estaban “fuera de las fórmulas industriales convencionales”. Ahí encontraron su espacio figuras como Oliver Laxe, Eloy Enciso, Isaki Lacuesta, Elena López-Riera o Luis López Carrasco. “Y se basaba también en la idea de un Madrid que acoge el cine, no solo que se produce desde Madrid y Barcelona, de esos centros neurológicos, sino desde todos los márgenes de España, todas las periferias: Galicia, Andalucía, País Vasco, todos los lugares no hegemónicos”, recuerda Del Álamo.

En esos primeros años, también el festival tenía una clara presencia online. “Fue el primer festival de cine español en hacerlo”. Con su llegada, esa parte online se abandona y se refuerza el componente experiencial de la sala de cine. “Totalmente presencial”, dice. “Tenemos que ser un punto de encuentro”. Con esa idea en la cabeza, más el excelente trabajo de su programador, que siempre tiene un ojo puesto en lo que sucede fuera de nuestras fronteras, Márgenes se ha convertido en el principal referente del cine más avanzado, aquel que permite observar el futuro con cierta cautela, aunque también un poco de ilusión.

Pela del Álamo es uno de esos superdotados que es capaz de estar al tanto de todo lo que sucede en el ámbito de las artes y no desfallecer. “Hoy en día el cine es un hecho, un acto, que no puede entenderse aislado de las disciplinas que lo componen. Es decir, literatura, fotografía, música, arte sonoro, etnografía”, comenta una mañana de noviembre, intentando descifrar las claves de Márgenes, el cuidado y siempre inquieto festival que comisaría desde hace tres años. Esta mente inquieta, artífice también del éxito y buena acogida internacional del festival Curtocircuíto, su otra debilidad, con dos décadas de vida en la ciudad de Santiago de Compostela, repasa un momento especialmente fértil en el mundo del audiovisual.

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