Rarezas musicales y otras extravagancias: bienvenidos al festival de arte sonoro más antiguo de España
En 1979, se celebró la primera edición del actual Festival Ensems. Desde entonces, algunas de las primeras figuras de la música contemporánea han desfilado por Valencia para dar continuidad a un arte sonoro creado para minorías pero con vocación po
En enero de 1960, el músico estadounidense John Cage apareció en la cadena televisiva estadounidense CBS para ofrecer una actuación en directo. Aquellos tres minutos de música contemporánea y experimental, frente a millones de espectadores, significaron el primer gran impacto de arte sonoro de vanguardia ante la opinión pública de la primera potencia mundial. Algunos de los instrumentos que sonaron durante la interpretación del tema Water Walk fueron una olla hirviendo, un patito de goma, una regadera y un vaso de soda.
Un año más tarde, nacía el colectivo Fluxus. Un movimiento artístico sociológico e interdisciplinar, con voluntad de renovación total, y que en su vertiente musical mandaba al rincón de pensar a la armonización acústica. Sus principales focos de acción estaban en Estados Unidos, Europa Occidental y Japón, país donde Yoko Ono ejerció de pionera. En su puesta de largo festivalera, allá por el Wiesbaden (República Federal de Alemania) de 1962, los alumnos del compositor Philip Corner se dedicaron a hacer sonar un piano de cola sin tocar el teclado. A base de martillos, serruchos y palancas lo convirtieron en madera muerta. Carne de hoguera para celebrar un nuevo orden musical regido por un caos metódico. Por aquel evento asomaron Stockhausen, Maciunas, Patterson, Ichiyanagi, Riley y el propio John Cage.
El compositor valenciano Voro García es director del Ensems desde 2017. “Desde el festival estamos catalogándonos como músicas inusuales, porque es música que habitualmente no se programa en los circuitos comerciales (y también por la manera de mostrarlas al público). El proyecto arrancó en 1979, dirigido por Llorenç Barber, en torno al grupo Actum, un colectivo que recogía en Valencia el pensamiento Fluxus. Esos fueron nuestros los cimientos”.
Llorenç Barber (Aielo de Malferit, 1948) es considerado el más brillante compositor entre la generación española de su tiempo. Fue protagonista principal del nacimiento del arte sonoro en España, a partir de las influencias de Cage y Stockhausen, y de su difusión junto a Juan Hidaldo (ZAJ). “Cuando hace sonar las campanas, constituye una de las experiencias más importantes de la nueva música que se ha escuchado”, declaraba el musicólogo Robert Ashley, en 1991. En 1988, Barber realizó su primer concierto con campanas en Ontinyent. Desde entonces, lleva décadas repicando las catedrales de Europa y América, junto a Montserrat Palacios.
En 1983, tras la fundación de la Asociación Valenciana de Música Contemporánea, el festival se consolida y comienza una lucha por su visibilidad nacional e internacional, dentro de los medios económicos con los que contaba. “Aparecen los encuentros de composición donde se invita a figuras locales como Ramón Ramos, Rafa Mira, Emilio Calandín, César Cano, Enrique Sanz Burguete o Joan Cerveró, que posteriormente sería director de Ensems durante casi 30 años. En 2023 contaremos con Chaya Czenowin, que es posible que al público general no le suene de nada, pero esta mujer israelí, que trabaja en Harvard, es una de las compositoras más programadas a nivel internacional. También tendremos a Héctor Parra, que es uno de los compositores autóctonos con más proyección internacional y a nivel escénico lleva siete óperas. Además de Alicia Diaz de la Fuente, que es premio nacional en la modalidad de composición 2022”, comenta Garcia.
Entre los nombres fundamentales para el mantenimiento del Festival Ensems a lo largo de estos 45 años figuran Josep Ruvira, biógrafo del músico valenciano Carles Santos y uno de los grandes conocedores de la escena vanguardista de la segunda mitad del siglo XX, o Inmaculada Tomás, exdirectora del Instituto Valenciano de la Música, que apoyó el proyecto económicamente desde la institución pública. “Gracias a este impulso presupuestario, en los años 90, pudimos traer a Klangforum Wien, MusikFabrik, Ensemble Modern o Arditti Quartet”, incide el director, “junto al Grup Instrumental de Valencia, dirigido por Joan Cerveró. Destacable el estreno en España del Prometeo de Luigi Nono, obra fundamental en la segunda mitad del siglo XX”.
Durante los años 90 y los 2000, algunos sectores culturales etiquetaron el Ensems como un festival esnob o para entendidos. “He intentado romper ese cliché realizando propuestas para todo tipo de público. No es necesario entender, no es elitista, simplemente hay que dejarse llevar y tener curiosidad. Intentamos recoger diferentes sensibilidades, construir hibridaciones con las Orquestas de Valencia, Castelló y Alicante, mantener grupos de pequeño formato y residencias artísticas, hasta formaciones sinfónicas que combinen los clásicos del siglo XX y a los creadores vivos, que son nuestra prioridad. Aunque estemos destinado a un público más reducido, también ofrecemos otra forma de ocio”, esgrime Voro García.
La pandemia no bajó el telón del Ensems. En septiembre de 2020, implementando las restricciones sanitarias necesarias, se programó no solo producto nacional sino también formaciones foráneas. “Cuando todos los teatros de Europa estaban cerrados, nosotros logramos mantener la actividad cultural. En 2021, realizamos un bloque en mayo y otro en septiembre, y entendimos que el cambio de fechas para septiembre beneficiaba la afluencia de público y la disponibilidad de espacios como la sala Martín i Soler del Palau de Les Arts, la Sala Magistral y el Auditorio Sinfónico, algo relevante ya que Ensems no cuenta con un espacio de programación propio”, concluye el director.
En enero de 1960, el músico estadounidense John Cage apareció en la cadena televisiva estadounidense CBS para ofrecer una actuación en directo. Aquellos tres minutos de música contemporánea y experimental, frente a millones de espectadores, significaron el primer gran impacto de arte sonoro de vanguardia ante la opinión pública de la primera potencia mundial. Algunos de los instrumentos que sonaron durante la interpretación del tema Water Walk fueron una olla hirviendo, un patito de goma, una regadera y un vaso de soda.