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Muere Victoria Prego, la memoria de la Transición española, a los 75 años
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Muere Victoria Prego, la memoria de la Transición española, a los 75 años

Casi todo el mundo la conocía por su contribución al conocimiento de la Transición a través de documentales irrepetibles hasta convertirse en un icono de la memoria colectiva

Foto: La periodista Victoria Prego. (EFE)
La periodista Victoria Prego. (EFE)

A Victoria Prego, que acaba de morir a los 75 años, casi todo el mundo la conocía por su contribución al conocimiento de la Transición a través de documentales irrepetibles hasta convertirse en un icono de la memoria colectiva de un período esencial en nuestra reciente historia democrática. Pero Toya, que es como algunos la conocíamos en los tiempos de Radio Nacional, era, sobre todo, una periodista de la vieja escuela. Es decir, alguien que pasa muchas horas en una redacción hasta convertirla en la práctica en el salón de su casa. También lo hizo en El Mundo, donde coincidimos en los mejores tiempos del periódico mientras simultaneaba su actividad profesional con la radio, en Onda Cero.

La Prego pasaba muchas horas escudriñando con absoluta meticulosidad cualquier papel que se le ponía delante, lo que dice mucho en su favor en unos tiempos en los que brilla la superficialidad. No es baladí eso de pasar muchas horas en una redacción. Significa empaparse de un ambiente intelectual –un periódico siempre es un producto intelectual– único. Lo leía todo y tenía criterio, que es lo que define a un buen periodista que no se deja llevar por falsas impresiones o por lo primero que le pasa por la cabeza.

Criterio no solo en todo lo relacionado con la Transición, sino con asuntos de política internacional y, por supuesto, la política nacional, en particular los asuntos relacionados con la justicia, donde tenía unas fuentes privilegiadas. Por eso sería un poco reduccionistas limitar su aportación periodística a aquel periodo histórico. Prego era mucho más que eso. Tuvo, eso sí, una ayuda inestimable al tener acceso al impresionante fondo documental de TVE, por entonces la única televisión, cuyo archivo, junto a su marido, explotó con avidez. Sin duda, por su pasión por el periodismo, pero no en un plano teórico, sino cercano a la gente.

Aquel diario de la dos de la tarde en RNE fue probablemente uno de los primeros en los que el conductor del programa no era sólo un locutor, sino que interpretaba la realidad informativa para acercarla a los oyentes. Otros lo habían hecho antes, pero nadie como Victoria Prego fue capaz de crear un clima de complicidad entre la audiencia y el hecho informativo. Eso, en realidad, es el periodismo. Y la Toya supo hacerlo mejor.

Numerosos galardones

Escritora en Diccionario de la Transición, Presidentes y otros dedicados a Adolfo Suárez, Calvo Sotelo, Felipe González y José María Aznar, Prego fue distinguida con diversos galardones como el Premio APM de Honor en 2013, Premio Víctor de la Serna, en 1995, como equipo de 'La Transición' de TVE, Premio de Periodismo El Correo 1995, Antena de Oro 1995, Premio Fundación Independiente de Periodismo Camilo José Cela 2013, Premio Europeo de Periodismo 2000, Medalla de Plata de Documentales Históricos del Festival de Nueva York, Premio Luca de Tena 2015 o Premio Clara Campoamor del Ayuntamiento de Madrid 2015.

Entre otros reconocimientos, fue investida Doctora Honoris Causa por la Universidad Rey Juan Carlos en 2016 y desde 2015 hasta 2019 fue presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid.

A Victoria Prego, que acaba de morir a los 75 años, casi todo el mundo la conocía por su contribución al conocimiento de la Transición a través de documentales irrepetibles hasta convertirse en un icono de la memoria colectiva de un período esencial en nuestra reciente historia democrática. Pero Toya, que es como algunos la conocíamos en los tiempos de Radio Nacional, era, sobre todo, una periodista de la vieja escuela. Es decir, alguien que pasa muchas horas en una redacción hasta convertirla en la práctica en el salón de su casa. También lo hizo en El Mundo, donde coincidimos en los mejores tiempos del periódico mientras simultaneaba su actividad profesional con la radio, en Onda Cero.

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