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El festival de cine que no da premios para poder pagar a todos sus invitados
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del 31 de mayo al 4 de junio

El festival de cine que no da premios para poder pagar a todos sus invitados

A Coruña acoge la octava edición de la Mostra de Cinema Periférico, que repasará la obra de artistas como Joseph Cornell, Aldo Tambellini y Helga Fanderl

Foto: Un fotograma de Aldo Tambellini
Un fotograma de Aldo Tambellini

¿Qué es vanguardia?, dices mientras clavas en el objetivo de mi Super 8 el objetivo de tu Super 8. Vanguardia es la premisa en torno a la que se construye desde hace ocho ediciones la Mostra Internacional de Cinema Periférico, un encuentro de cine experimental que reúne todos los años en A Coruña a un público entre 8.000 y 10.000 asistentes y que, como particularidad, decidió desde sus inicios no contar ni con jurado ni competición ni premios, sino simplemente erigirse, por un lado, como un escaparate al público y, por otro, como un cruce de caminos y sinergias entre artistas de los márgenes, fuera del circuito comercial.

"Queríamos diferenciar nuestro festival de otros festivales, tanto por el tipo de películas como por el planteamiento", reconoce Ángel Rueda, codirector junto a Ana Domínguez de la Mostra gallega. Hace ahora siete años, estos dos trabajadores del sector audiovisual decidieron unirse para reivindicar el espacio del cine de vanguardia y que hoy también comparten iniciativas como Rizoma o Filmadrid.

"El cine no nació en una sala, sino en las ferias" y nosotros recuperamos esa idea de "la experiencia del cine en comunidad"

"El cine no nació en una sala, sino en las ferias" y esa idea de "la experiencia del cine en comunidad", de forma colectiva y participativa, en la que "muchas veces los artistas se encuentran entre el público y ven en directo la reacción de los espectadores", es la columna que vertebra una Mostra que este año cuenta como plato fuerte con las retrospectivas dedicadas al surrealista Joseph Cornell -artista plástico, coleccionista excéntrico y uno de los padres del 'found footage', es decir, del remontaje de película perdida encontrada en archivos y depósitos- y a Aldo Tambellini, pionero del arte electrónico y el videoarte. De Cornell, dice el mismísimo Jonas Mekas, que su "fragancia" "es única y, a la vez, muy simple, muy humilde" y que su arte "es independiente del tiempo, a la vez en su proceso de convertirse en arte y en lo que es". Tambellini, por su parte, soporta la etiqueta de 'padre' de la contracultura norteamericana en la década de los 60.

placeholder Varios fotogramas de 'Holy Woods', de Cécile Fontaine
Varios fotogramas de 'Holy Woods', de Cécile Fontaine

Esta octava edición, cuya programación se engloba bajo el leitmotiv 'Objetos y apariciones', está dedicada al Super 8, ese soporte de base que democratizó la producción cinematográfica, que a mediados de los 60 revolucionó el universo del cine casero y familiar -de la misma forma de la que lo hicieron las cámaras de vídeo en los 80 y de la que lo han hecho los 'smartphones' en los últimos años- y que ha servido de 'lienzo' a gran parte de los cineastas de los márgenes del último medio siglo. Entre ellos, Helga Fanderl, cuya filmografía consiste exclusivamente de películas en Super 8. La artista alemana, además de protagonizar dos de las sesiones, impartirá una 'masterclass' el próximo viernes 2 en la que desentrañará su proceso de trabajo, consistente en rodar aquello que le resulta "más atractivo del mundo real", "sin postproducción" y como reflejo de "las sensaciones y emociones que se sienten en el momento de la filmación".

"No hay una estructura sólida sobre la que apoyarse a la hora de sacar adelante un festival"

El programa de la Mostra es, además, el de un cine comprometido. "Este año hay más mujeres que hombres en el programa", revela Rueda. "Además, también como novedad en esta edición, otorgamos becas para artistas" y entre los nombres que proyectan están los de algunos jóvenes emergentes. En las primeras ediciones, por ejemplo, proyectaron los trabajos primigenios de dos de los nombres que más suenan hoy en día dentro de la vanguardia joven, curiosamente, pertenecientes los dos a una nueva ola gallega: Lois Patiño -ganador del premio a Mejor cineasta emergente en Locarno 2013 por 'Costa da Morte'- y Oliver Laxe -ganador en Cannes 2010 del premio FIPRESCI por 'Todos vós sodes capitáns' y en del Gran Premio de la Semana de la Crítica en Cannes 2016 por 'Mimosas'-. "Recuerdo que Oliver estaba en nuestro festival cuando le avisaron de que tenía que ir a recoger el premio en Cannes. Y ya ha ganado dos veces, algo que no ha conseguido ni Buñuel".

placeholder Cartel del festival
Cartel del festival

En estos siete años la Mostra, al igual que Filmadrid, ha conseguido subsistir gracias al empeño de sus organizadores. "En estos años hemos sobrevivido y hemos ido creciendo poco a poco" porque "realmente no hay una estructura sólida sobre la que apoyarse a la hora de sacar adelante un festival", se lamenta Rueda. "Este año todavía no se han convocado las ayudas del Ministerio de Cultura y muchas veces toca adelantar nuestro propio dinero con la esperanza de recuperarlo después". Sin embargo, Rueda tampoco cree que las vanguardias puedan acomodarse a las estructuras de la Administración, porque muchas veces esta intervención provoca "la burocratización" de los procesos y de la creación artística.

"Oliver Laxe ha ganado dos veces en Cannes, algo que no ha conseguido ni Buñuel".

Recientemente, los cineastas Javier Fernández Vázquez y Luis López Carrasco criticaban además en un artículo en 'Contexto' la precariedad a la que se enfrenta el circuito del cine independiente en España: una mayoría de realizadores que no pueden vivir de su trabajo, festivales que no pagan las proyecciones de la obra de sus invitados -y en algunos casos ni siquiera el desplazamiento- y la invisibilidad mediática a la que están abocados profesionales reconocidos internacionalmente. "Nosotros, que hemos estado a los dos lados [como programadores y como parte del equipo de una película], conocemos bien la situación", reconoce Rueda. "Por eso también tomamos la decisión de que no hubiese premios: así no nos gastamos el dinero en un solo cineasta, sino que podemos permitirnos pagar a todos los participantes. Y sin olvidar que somos además un festival gratuito".

¿Qué es vanguardia?, dices mientras clavas en el objetivo de mi Super 8 el objetivo de tu Super 8. Vanguardia es la premisa en torno a la que se construye desde hace ocho ediciones la Mostra Internacional de Cinema Periférico, un encuentro de cine experimental que reúne todos los años en A Coruña a un público entre 8.000 y 10.000 asistentes y que, como particularidad, decidió desde sus inicios no contar ni con jurado ni competición ni premios, sino simplemente erigirse, por un lado, como un escaparate al público y, por otro, como un cruce de caminos y sinergias entre artistas de los márgenes, fuera del circuito comercial.

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