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"Montoro cree que El Ministerio del Tiempo es caro porque no sabe lo que cuesta esto"
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"Montoro cree que El Ministerio del Tiempo es caro porque no sabe lo que cuesta esto"

La serie vuelve a TVE esta noche con un capítulo homenaje a Hitchcock. Su creador da las claves de una nueva temporada más grande (cofinancia Netflix) y oscura

Foto: El creador de 'El Ministerio del Tiempo', Javier Olivares (Efe)
El creador de 'El Ministerio del Tiempo', Javier Olivares (Efe)

Decía Javier Olivares con sorna en sus redes sociales que si le dieran un céntimo cada vez que alguien le ha preguntado cuándo volvía 'El Ministerio del Tiempo', habría hecho un buen capital. Un año lleno de incógnitas sobre su continuidad, su viabilidad y su coste han sembrado una incertidumbre que, por fin, se resuelve esta noche. La serie regresa hoy a TVE con su tercera temporada en un primer episodio con sabor a thriller, titulado 'Con el tiempo en los talones', que homenajea a Hitchcock y al cine de suspense, que sirve para despedir a Julián (Rodolfo Sancho) y vuelve a reunir a la patrulla formada por Pacino (Hugo Silva), Amelia (Aura Garrido) y Alonso (Nacho Fresneda).

El regreso de 'El Ministerio del Tiempo', posible gracias al acuerdo con Netflix por el que la plataforma estadounidense ha comprado los derechos de emisión de la ficción para 190 países y le ha inyectado más presupuesto, llega con el fin del litigio por plagio a 'Timeless'. Según 'The Hollywood Reporter', la española Onza Partners y la cadena NBC, Sony y los productores de la serie americana, Eric Kripke y Shawn Ryan, han llegado a un acuerdo que evitará el juicio previsto para principios de 2018. Desde la productora española no hacen declaraciones al respecto y el creador de la serie, Javier Olivares, aseguraba en una entrevista con El Confidencial, previa a esta noticia, que esta demanda no era "porque una serie se pareciera a la otra". "Nos metimos en este lío porque hay una relación empresarial documentada en la que ellos se acercan a nosotros, les enviamos guiones, vídeos y, de repente, desaparecen y al año aparecen".

Lo que sí confesaba es que vio entera la primera temporada. "Tiene momentos estupendos y situaciones muy interesantes, de hecho algunas muy parecidas a las nuestras, pero que en 40 minutos no se pueden contar. Hay una especie de sota, caballo y rey que en HBO, Netflix o Europa no se daría". En cualquier caso, lo importante es que 'El Ministerio del Tiempo' vuelve esta noche y lo hace más grande, explorando la oscuridad de sus protagonistas y con protagonistas como Buñuel, Goya, Shakespeare, Cervantes, la duquesa de Alba, Chicho Ibáñez Serrador o Berlanga.

P: Empecemos por la vuelta de 'El Ministerio del Tiempo'. ¿Tenía muy claro que debía ser con un homenaje a Hitchcock y el cine de suspense?

R: Fue idea de uno de mis guionistas, de Javi Pascual. Me pareció muy pop tratar la figura de alguien que fue el primer Spielberg. No se puede entender la ficción ni el cine actual sin él, ni la televisiva ni la cinematográfica. Al principio deseché el tema por no hacer dos capítulos de cine, porque ya íbamos a hablar de 'Viridiana', pero cuando llegó Netflix y nos pidió un esfuerzo en cuanto a temas o personajes internacionales, siempre relacionados con 'El Ministerio', dije ¿por qué no? Nos permitía algo muy bonito que es intentar filmar como Hitchcock y descubrir a la gente cosas curiosas, aunque hay invención, como que estuvo en San Sebastián o su afición por los chipirones de Casa Nicolasa.

P: ¿Qué va a diferenciar esta tercera temporada de las anteriores?

R: Para empezar, el principio ya es distinto porque hemos hecho un capítulo mucho más arriesgado. Hacer un capítulo épico, tipo El Cid, es muy complicado y nos salió muy bien. Este año podíamos haber empezado por el que es el capítulo dos, que es también épico sobre la II Guerra Mundial y España, pero creo que el de Hitchcock, y esa es una de las novedades de esta serie, nos permite empezar distinto, arriesgar y ponernos a prueba a nosotros mismos y al público. Es un paso más dentro del riesgo. ¿Qué más va a cambiar? Ahondar en nuestras señas de identidad, por ejemplo en la aventura, y seguir siendo una serie más adulta en la que se ve el lado más sombrío del Ministerio, lo difícil que es ser un agente. Viajar por el tiempo puede hacer que conozcas a Felipe II o Lope de Vega, pero también que asistas al parto de tu madre, y eso va dejando huella. Creo que, en ese sentido, hay una parte oscura y amarga de los personajes que esta temporada se verá.

P: Esta temporada 'El Ministerio del Tiempo' va a ser más grande, ¿a qué se refiere al afirmar esto?

Desgraciadamente TVE está dejada de la mano de Dios desde que quitaron la publicidad

R: Hemos viajado y eso se nota en los exteriores, que no son cromas, y es más grande en su madurez. Hemos llegado a una madurez que hay que conservar y los personajes se hacen más versátiles. Es una evolución natural positiva.

P: También habrá una trama horizontal que atraviese toda la temporada. ¿Con qué estará relacionada?

R: Va a tener que ver con lo que para mí define mucho España, que son las pinturas negras de Goya. Habrá un enfrentamiento entre dos sociedades secretas que realmente existieron, una de tipo absolutista y de defensa de los viejos fueros y otra más radical casi prelibertaria. Son las dos Españas que están dándose garrotazos y que son el problema del Ministerio en esta tercera temporada.

P: ¿Se ha convertido en pop 'El Ministerio'?

R: Nació pop con referencias a series como 'Life on Mars', 'Doctor Who', a literatura de Poul Anderson... 'El Ministerio' una serie deliberadamente pop porque nunca se había hecho algo así aquí. Pablo y yo éramos muy vehementes en que no hay cultura de bajo y alto nivel sino que la vida de una persona es pop. Puedes tener ocho carreras de filosofía pero si no sabes que con el semáforo en rojo no puedes cruzar, te pilla un coche y te mueres con tus ocho carreras. Aparte del conocimiento, tienes que entender las señales de identidad de tu tiempo y de la calle, y eso es el pop.

P: Ahora que está a punto de estrenarse la temporada, ¿pensó en algún momento que no iba a salir adelante la tercer temporada?

Algo tendremos cuando tenemos subtítulos piratas en 25 idiomas diferentes. El último, en tailandés

R: No. Iba a haberla en TVE o fuera.

P: Las negociaciones se dilataron muchísimo...

R: Yo soy un poco el culpable porque me negaba a tener el mismo presupuesto. No es que aumentar el presupuesto nos haya dado para mucho más que subir algún caché y viajar, pero se nota. Fui yo quien en un momento dado se negó a hacerlo en las mismas condiciones, aunque estas han acabado siendo demasiado parecidas, y sí fue muy lento. Creo que para que una producción de esta envergadura tenga lógica debe de planificarse con tiempo porque si no pierdes actores, te ves obligado a crear capítulos que son muy complicados en poco tiempo… Cuando acabe de rodarse esta tercera temporada en julio, nosotros habremos hecho en tres años 34 películas. No 34 capítulos de serie. 34 películas en tres años. Estoy orgullosísimo de esta temporada y creo que, junto a la primera, tiene un nivel homogéneo mientras en la segunda hubo momentos muy brillantes pero también bajones. Por eso, creo que hay que planificarlo con tiempo. No se trata de que siempre te digan que sí…

P: Quizás tiene más que ver con que las televisiones de nuestro país empiecen a tratar mejor y con más respeto a sus ficciones.

R: No es TVE, son todas. Y es curioso porque es lo que da la seña de identidad a una cadena en el mundo, pero yo no exijo un sí porque hay otros que hacen series mejor que yo y tienen tanto derecho a hacerlas. Yo lo único que pido es que me digan sí o no. Esta serie tenía novias esperando. Eso de 'es lógico que no la renueven con los datos de audiencia'... Primero, lo de los datos de audiencia es muy relativo y más ahora, pero, en segundo lugar, es la serie más premiada de los últimos años, la de más prestigio, tiene un impacto social brutal, líder en redes sociales… Algo tendremos cuando tenemos subtítulos piratas en 25 idiomas diferentes. El último, en tailandés. Yo estoy encantado de seguir siempre en TVE. Me creo la camiseta que visto, creo en la televisión pública y mientras TVE quiera trabajar conmigo, encantado de la vida porque le debo todo a TV3 y TVE. Ahora, la televisión pública necesita cariño porque no es solo una cuestión de personas sino de medios y TVE desgraciadamente está dejada de la mano de Dios desde que quitaron la publicidad. Yo encantado de seguir aquí pero exigí tener más medios, porque no podíamos estar repitiéndonos porque la serie dejaría de ser la serie, y gracias a Dios apareció Netflix.

P: ¿Fue determinante?

R: Sí.

P: ¿En qué términos se firmó ese acuerdo? ¿Es para esta temporada?

R: Eso te lo podrá decir TVE y mis socios porque yo procuro que cada uno se ocupe de lo suyo, pero sí es para esta temporada.

Algo esencial que es que los capítulos duren como los de HBO o cualquier serie: 50-55 minutos

P: Entonces, ¿estaremos ante el mismo calvario de cara a una posible próxima temporada? ¿Ve a día de hoy una cuarta temporada en el horizonte?

R: Estoy tan cansado intentando acabar la tercera que hablar de la cuarta me da escalofríos [risas]. En una entrevista titularon 'Hoy en día no veo una cuarta temporada', pero faltaba la mitad de la frase: 'pero mañana si se dan estas condiciones, sí'. Yo creo que hay condiciones que son esenciales para seguir con esta serie para que no se convierta en una más.

P: ¿Por ejemplo?

R: Tiempo de preproducción, previsión incluso de una o dos temporadas para organizar y cuadrar actores y algo esencial que es que los capítulos duren como los de HBO o cualquier serie: 50-55 minutos. De hecho, cuando creamos la serie los 3-4 primeros episodios eran de 50 minutos porque TVE nos había dado el ok, pero rodando alguien decidió desde un despacho que tenían que ser de 70. Hubo que alargar los tres primeros capítulos, pero creo que, aparte de ese tiempo y si no hay más medios, por una cuestión de ventanas internacionales y de lógica de la narración no podemos hacer 70 minutos porque 20 minutos más ya es una película y no tienes los medios ni los días de grabación de una película. Eso me gustaría conseguirlo y no pierdo la esperanza.

P: Hablando de esa larga renovación, a nivel general, ¿en este país se valora y se respeta a nuestra ficción?

R: Creo que en nuestro país hay grandes profesionales en las cadenas, pero hay otros más arriba que deciden y no saben lo que cuesta hacer ficción ni cómo se hace. Se está dando a nivel mundial un paso en la evolución de la ficción que, año tras año, es supersónica y nos estamos quedando atrás porque, no es ya EEUU, en Europa se hacen cada vez mejores series. La BBC sigue siendo la BBC y todos, quitando Bélgica que está haciendo series muy interesantes con un precio muy módico —que ya crecerá—, están en 800.000 o un millón de euros por capítulo de 40 minutos.

P: ¿Y aquí cuánto cuesta de media un capítulo del Ministerio?

R: En la primera y segunda fueron 550.000-580.000 euros, que es el precio medio de una serie española, y esta temporada hemos subido a 700.000 euros. Montoro te dirá que es muy caro para entretener, pero Montoro no sabe lo que cuesta esto. Eso sí, queremos competir con otras industrias del exterior pero la ficción es muy cara porque es pan y circo. Y no, es una industria. Si quieres competir con el exterior en un idioma que hablan millones de personas en el mundo, tendrás que tener orgullo, conocer la materia y no decir cosas que no debes.

P: Esa es la raíz del problema y pasa con la cultura a nivel general. A nivel político cuesta ver, ya no defender o actuar, que realmente es una industria.

R: Sí, pero que miren el PIB ya que les gustan los números. Y si son políticos, que miren lo que es un país con cultura y sin ella.

P: Decía que muchas de las críticas de la renovación de la serie venían por la audiencia, ¿cómo se pueden incorporar estos nuevos canales y modos de ver ficción?

R: Twitter no es un medidor de audiencia, pero también me pregunto si 3.000 aparatos lo son. Yo no me quejo de cómo se mide porque se mide bien, la empresa que lo hace es impecable y las reglas son las reglas. Yo, de hecho, siempre pongo el mismo ejemplo. Yo he hecho 'Los hombres de Paco', 'Los Serrano' (hice el capítulo que moría Belén Rueda y tuvimos siete millones y pico de audiencia), 'Ventdelplà', en TV3. Mi hermano y yo hemos sido unos triunfadores de la audiencia. La primera temporada de 'Isabel', que es la que yo hice, acabó ganado ampliamente a 'La que se avecina' y a' Tu cara me suena', son números muy serios para una serie política, no de amoríos, como lo fue en la primera temporada. Lo que pasa es que la TVE de ahora no es la entonces, que aún vivía de los ecos de ser líder, y en este tiempo también ha cambiado la forma de ver la televisión. En cuatro años ha cambiado todo.

Decía Javier Olivares con sorna en sus redes sociales que si le dieran un céntimo cada vez que alguien le ha preguntado cuándo volvía 'El Ministerio del Tiempo', habría hecho un buen capital. Un año lleno de incógnitas sobre su continuidad, su viabilidad y su coste han sembrado una incertidumbre que, por fin, se resuelve esta noche. La serie regresa hoy a TVE con su tercera temporada en un primer episodio con sabor a thriller, titulado 'Con el tiempo en los talones', que homenajea a Hitchcock y al cine de suspense, que sirve para despedir a Julián (Rodolfo Sancho) y vuelve a reunir a la patrulla formada por Pacino (Hugo Silva), Amelia (Aura Garrido) y Alonso (Nacho Fresneda).

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